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Gran Vía, 12
Madrid (Centro)
Gran Vía (Líneas 1 y 5)
91 521 31 98
25 - 35
Nuevo restaurante en pleno eje cultural de Madrid en la calle Gran Vía con capacidad para 76 comensales. Abierto todos los días de 09:00 a 13:00 y de 20:30 a 01:00, cierra los domingos por la noche. El horario del Gin Club es de 13:30 a 2:30 cerrando los domingos y lunes. La barra se encuentra abierta entre las 10.00 y las 00.00 horas.
3,5
Rayo: ¿Un mercado mediterráneo en pleno centro de Madrid? ¿Existe? ¡Sí! Íñigo Peralta y Carlos Padura han creado: ¡El Mercado de la Reina! Tres ambientes caracterizados por el buen gusto que consiguen que salir de casa resulte todo un placer, tanto grastronómico como visual.
Me sorprendió gratamente el diseño de la barra y del Gin Club -entrada directa por la calle de la Reina, 16 (foto)-, y no tanto el del restaurante. Todo ello obra de Antonio Juara de Archer Arquitectura.
Francamente, es una pena que tanto el tímido y triste olivo de la entrada como las plantas del piso de arriba estén en las últimas, pero es muy difícil conseguir que estén verdes y resplandecientes en el interior de un local destinado a este fin.
Muy atractivo el montaje de las mesas, con una vajilla y cristalería más que aceptable, aunque pecan de tener por “mantel” un simple papel, al más puro estilo “comedor universitario”, que te recuerda que quizás te hayas olvidado de coger la bandeja inferior (como en un fastfood de cualquier franquiciado). Interesante la cocina y la bodega vista, para satisfacer a los comensales más curiosos. ¡Cómo nosotros!
Degustamos como entrante la Escalibada de pimientos con ventresca de bonito que veis en la fotografía. Muy rica. Esta vez dejo a mis compañeros cucharetes que os hablen de los platos, ya que pedimos lo mismo porque era realmente lo que nos apetecía. El importe final fue de 31 € por persona en la sabrosa cena. Se nota la maestría de la mano de Leonardo Gómez, su jefe de cocina.
El proyecto de Carlos e Íñigo (propietarios también del restaurante Okra y el local de copas Diurno) nos hace partícipes en el drisfrute del día y de la noche bajo un mismo techo, pues en el sótano, que además cuenta con entrada propia desde la calle de la Reina, tenemos el Gin Club.
¡Más de 20 marcas diferentes de ginebra disponibles! Cubiertos por techos de espejo, y rodeados de confortables sofás de cuero negro y mesas de diseño, suena la mejor música del momento, donde los jueves, viernes y sábados es amenizada en directo por un DJ. La barra es tremendamente atractiva, abarrotada de puntos cuadrados de luz, donde el metal y la madera definen su personalidad.
Recordad, que muy cerca tenemos el Cock, el De Diego, el Museo Chicote y el Susan Club, que convierten a esta zona en lo que podría denominarse: la coctelería madrileña.
FlashBack: Visitamos esta nueva apertura en la mísmisima calle Gran Vía de Madrid. La fachada nos incita a pensar en un local de diseño aunque el nombre nos aclara mucho más en qué tipo de establecimiento nos introducimos.
En el interior nos acoge una alargada barra con decoración rústica y mobiliario de madera. Enfrente de ella preside un asombroso olivo digno de observar en cuyo alrededor la clientela disfruta de un momento de pausa y un deseado refrigerio. Pasando hacia el fondo encontramos una sala que se puede reservar para fiestas privadas, el Gin Club y, sobre ella, a través de unas escaleras que desembocan en una decorativa bodega, accedemos al comedor principal.
En él la decoración basada en mesas y bancos a compartir de madera, de el toque de informalidad a una comida que veremos como nos soprende por su calidad.
Vemos en la carta la gran variedad de entrantes ideales para compartir como los Huevos fritos de corral con morcilla de Burgos y patatas del Mercado, cocinados con maestría y con un sabroso gusto nada agresivo muy distante de lo que puede considerarse un frito habitual.
La vajilla está escogida con mimo y la cantidad es abundante como puede verse en el Lomo alto de buey a la plancha con patatas fritas. Es aconsejable, puesto que el toque del cocinero es más bien prudente, que se pida la carne muy hecha si realmente no eres de los que les encanta el aspecto y gusto sangrante de la pieza semicruda.
También probé una porción de la Corvina salvaje asada sobre cama de cebolletas tiernas. El pescado era realmente tan fresco que se desmenuzaba con facilidad conservando la textura adecuada de las hojas en las que se dividía. Además la salsa le daba un toque muy gustoso.
Se podría resumir como un restaurante muy original, de calidad muy alta pero la decoración, aunque no se puede dudar que es auténtica, no llega a combinar perfectamente con el resto del conjunto. Os remito para ello a la opinión de Ninillas que, sin duda, se fijó mucho más en todo ello y tomó unas instantáneas que explican esto muy gráficamente.
Sin duda, no es un sitio romántico puesto que las grandes mesas, la cercanía de la barra y la zona reservada para acontecimientos privados lo convierte en un lugar muy ruidoso.
Ninillas: Desde que se abrió el Mercado de la Reina me llamó la atención. Pasaba por la puerta y siempre miraba para intentar descubrir qué se cocía en el interior. Por fin convencí al resto de cucharetes y allá que fuímos.
El concepto estaba claro y es ambicioso, conseguir un 3 en 1: barra, carta y coctelería. Un lugar donde poder desayunar, tomar el aperitivo, comer en la barra o en el restaurante, merendar y, llegada la noche, tomar unas copas. En definitiva unir ocio y gastronomía bajo un mismo nombre. El problema es que quien mucho abarca, poco aprieta y, a mi juicio, alguna pata de la silla cojea.
Como he dicho antes, me apetecía ir allí y, nada más entrar por la puerta, el bullicio de la gente en torno a la barra así como la decoración a base de elementos naturales como la madera, las cajas de naranjas y limones, las pizarras negras con las tapas escritas a tiza… me situaron ciertamente en un mercado mediterráneo. Me sentía cómoda, y desde luego, no me hubiera importado quedarme para degustar algunas de sus tapas o raciones como la tortilla de patata, la ensaladilla, las croquetas caseras de jamón ibérico o un selecto surtido de quesos nacionales.
De camino al restaurante, situado en la planta de arriba, nos topamos con el olivo que desde la calle siempre había llamado mi atención, sólo que allí, a su lado, descubrí que al pobre no le queda mucho, por delante aún se le puede mirar, pero por detrás… vamos que tiene más hojas en la maceta que en las ramas.
Nada más subir nos encontramos con la bodega, con referencias todas ellas españolas, y un comedor para 76 comensales. El ambiente es diferente al de la barra, no pierde la armonía de la madera, pero aquí ganan terreno los tonos negros y ocres. Disponen de 3 mesas corridas con capacidad para 14 personas, muy recomendadas cuando se reúnen grupos grandes, el resto son mesas modulares de dos y una redonda.
A nosotros nos tocaron dos modulares, y bueno, detalles, detalles y más detalles. Por supuesto, el mantel, para qué, hojita de papel al canto para que cuando caiga alguna gota la esquives durante toda la cena. Las sillas, pues hombre, depende de la suerte que corras, yo tuve poca y me tocó banqueta, no quiero contar cómo acabó mi trasero… así que ya sabéis, de ir, poneos en el sillón, vuestras posaderas lo agradecerán a la salida. En cuanto al espacio, bueno pues las mesas son más que suficientes, pero claro, hay demasiadas, a menos que ocupes una de las corridas o la redonda, el resto están demasiado juntas y a veces no sabes si estás en la conversación de tu mesa o la de al lado. Sobre el clima, y digo bien, diría que era continental, sí señores, hacía frío, yo no me puse el abrigo porque me parecía un poco fuerte, pero en las dos mesas aledañas se cenó con abrigo. La música ambiental provenía de tres frentes distintos: por un lado el bullicio que subía las escaleras procedente de la barra, el retumbar del gin club situado bajo el restaurante y por supuesto el que generábamos los que estábamos cenando. En definitiva, que se olviden los que vayan pensando en una cena romántica o en una conversación interesante, está pensado para reuniones de amigos, y cuantos más, mejor. En cuanto a los baños, pues sinceramente, estaban sucios. Bien es cierto que es compartido para los tres ambientes: barra, restaurante y gin club, pero eso no quita que se limpien más a menudo.
Tras todos estos pequeños peros, o grandes según se mire, elegimos de la carta, estructurada de forma muy original, es como si se tratase de puestos: el de la verdura, la charcutería, el corral, el del pescado y el de la carne. Pocos platos, pero bien seleccionados. De entrantes, probé la Escalibada de pimientos con ventresca de bonito y los Huevos fritos con morcilla de Burgos y patatas del mercado. Los dos estaban bien elaborados y los platos llevaban una cantidad más que suficiente.
De segundo quería pescado y el camarero me sugirió Corvina salvaje asada sobre camas de cebolletas tiernas. La corvina estaba buena y se veía muy fresca, ahora la salsa no terminó de convencerme, hacía que el plato resultase un poco insulso, tal vez para otro pescado. Pero vamos, es una apreciación personal porque malo no estaba y de hecho terminé el plato.
Nos quedaban los postres: un par de flanes, arroz con leche, natillas, helados, un par de tartas y requesón, todo ello casero. Las raciones habían sido contundentes y sólo pedimos dos, los que nos parecieron más apetecibles: Tarta de mascarpone, nueces y zanahoria y Tarta de requesón con mermelada de fresa. Y aquí, sí que debo decir que los postres no son su fuerte, la tarta de mascarpone era muy pesada y su sabor quedaba muy artificial, no sabría cómo explicarlo, como a polvos. En cuanto a la tarta de requesón con mermelada de fresa, la mermelada no la ví, se les debió de acabar y me pusieron miel, que unido a lo fuerte que estaba el requesón, pues la verdad, no entraba muy bien.
En conclusión, la cocina es buena, no excepcional, pero sus materias primas hacen que sea más de lo que parece.
Cucharete: Un restaurante que sorprende porque ha aparecido de repente en una de las calles más concurridas del centro de Madrid con una decoración que no pasa desapercibida y que es ideal para una cena variada, mediterránea y de nuestra tierra. Mi equipo cenó por 31 €/persona.
El olivo de la barra, la calidad de los productos y la atención de los camareros, rápida y cordial. Admite cheques de comida.
Excesivamente ruidoso, demasiado orientado a grupos grandes que intentan combinar con mesas más pequeñas. Local muy frío. Los postres no son su punto fuerte.
3,5
19 comentarios a “Mercado de la Reina”
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El otro dia me pase por este restaurante, comentarios sobre él.
En cuanto al espacio, bastante limitado, basado en muebles tipo Ikea, la famosa mesa lack, y mesas pegadas unas a otras, puede causar un poco de sensacion agobio.
La comida en general bastante bien, tome croquetas (bastante buenas), escalivada (bien), y buey (buen punto), finalizando con los postres (los postres no son muy originales pero a mi me gustaron). Todo bastante rico, la carne muy bien, estaba en su punto con unas patatas bastante crujientes.
En general bien, sin tomar vino una comida para dos con postres por 62 €, si tenemos en cuenta que estamos en Gran Vía, no esta nada mal, pero si podrian solucionar el tema de las mesas con mayor espacio vital que conseguirian que este restaurante fuera muy recomendable, por ahora creo que ese tres es justo.
Por ultimo felicidades por el gran trabajo de cucharete, ya os tengo como guia de restaurantes.
Todo ha estado bien menos los “glamurosos” camareros que te tratan con un poquito de desden, cuando ven que tienes cerca de 50 y sin el glamour, que ellos esperan, aunque les demos cuarenta vueltas, tan siquiera te miran, estan mas que pasados.
Cenamos un grupo de 12 el viernes pasado. Genial!! Genial el servicio y genial la relación calidad precio.
Después tomamos unas copas y probamos gin tonics de varias formas, cada cual mejor que el otro.
Ya era hora que abrieran restaurantes de este tipo, donde puedes comer como en casa a precios normales.
Muy recomendable
Es la tercera vez que acudo a la barra de este bar restaurante y siempre he salido con ganas de enviar a los camareros a hacer un cursillo de atención al cliente porque el trato que recibes es de un desprecio absoluto, mal atendido desde que entras hasta que sales, no te hacen caso ni para cobrarte, en fin una pena que un negocio inicialmente tan bien planteado se deje en manos de individuos sin profesionalidad rebosantes de narcisismo.
Sitio con magnifica relación calidad-precio,imprescindibles los huevos en cualquiera de sus variedades,a mi el servicio me pareció muy amable y respecto a el ruido que decía Ninillas,yo no lo percibí,debe ser por días. Cenamos un grupo junto a la ventana con vistas a la calle reina ,y lo pasamos realmente bien.El vino,en su temperatura y la comida ,en general muy bien,en fin,un sitio reconmendable 100 por 100.
Estuve el pasado jueves cenando en el “Mercado de la Reina” con unas amigas. La verdad es que me encantó. La calidad y cantidad de la comida me parecieron excelentes. Recomiento el revuelto de cabrales y chistorra, las croquetas y la escalibada de pimientos y ventresca. El lugar es moderno y acogedor, el servicio muy bueno y tienen una carta de vinos muy aceptable. Particularmente no soy una persona a la que le gusten los postres, pero mis amigas pidieron y los probé, me llevé una grata sorpresa. La relación calidad-precio es muy buena y aunque no se puede fumar (sí, soy fumadora), merece la pena pasar la cena en este ambiente tan agradable aunque sea sin “echarte un piti”
estuve el pasado sabado y todo estupendo.
Solo un defecto, por lo menos en la zona que estuve yo al lado de unas plantas y de la cocina, revoloteaban muchos mosquitos y en pleno Diciembre
Me ha parecido un lugar recomendable con buena relacion calidad/precio. Me ha gustado mucho que no se pueda fumar… que bien poder respirar aire puro… el servicio es lo mas flojo, deberian ser mas amables.
Hola a Todos.
Lo primero que tengo que decir que esta pagina esta muy, pero que muy, bien…..desde los comentarios, las votaciones del publico, todo….todo..
Bueno, yo voy a contar mi caso y que la gente opine.
El pasado 7 de febrero ( jueves ) quería darle una sorpresa a mi chica, soy de Valencia y la lleve a ver el espectáculo de HNMPL,y como no, terminar la velada con una cena en algún sitio que valiera la pena.
Había reservado mesa según habíais comentado en vuestra pagina, y la verdad que el chico que me atendió fue muy amable, le comente que iba a ver el espectáculo en la Gran Vía de Madrid y que exactamente no se a que hora terminaría, yo suponía que sobre las 00:00, y el me dijo que sin problemas que tenían abierta la cocina has las 01:30, ósea, todo perfecto.
Termino el espectáculo a las 12:00 y llegue al restaurante sobre las 12:10 aprox..Entramos en el restaurante y la verdad que a primera vista me gusto , con ese olivo en medio del bar….bueno, a lo que voy, le pregunte al camarero de la barra ; “ disculpa , ¿una mesa que tenia reservada?, el chico se me queda mirando, no se, como si le hubiera dicho algo en chino y no me hubiera entendido, y me contesto “ no aquí no se reserva”, y yo ignorante de mi salí fuera del restaurante, pensando que me había equivocado, estuve mirando los alrededores y comprobé que no, que el restaurante era el correcto, Gran Vía 12.
Volvimos a entrar mi chica y yo , y no queriendo hablar con el chico de la barra, nos adentramos un poco mas hasta encontrar la zona donde se supone que te atienden antes de entrar al restaurante, digo supongo, porque no había nadie y nadie nos atendió.
Habían unos 5 o 6 camareros dentro del restaurante, mirando hacia un lado y a otro, pero ninguno se digno a acercarse a nosotros para ver que coño hacia una pareja delante de la puerta del restaurante.
Bueno la verdad que un desastre, os aseguro que un ignorancia total, pasaron de nosotros por completo.
Otra cosa que me llamo la atención fue que en tenían un letrero bien grande donde decía que la cocina se cerraba a las 00:00. Yo la verdad no lo entiendo, para que me permites reservar mesa si después no me vas a dejar cenar, bueno, pues al final nos tuvimos que volver mi chica y yo sin cenar , y yo con un cabreo que si hubiera sabido quien era el chico que me atendió al teléfono, le hubiera dicho mas de 4 palabras y ninguna de ellas muy bobina.
Un saludo a todos, por la comida no lo se, pero por la atencio del restauratne no lo recomiendo a nadie….
es muy bueno ese restaurante
Comida, Sábado, tres personas. Local agradable, decoración sencilla, trato correcto. Buena presentación de los platos pero la calidad y elaboración rompieron mis expectativas .Decepción en la comida. Precio, como el restaurante, normal.
No voy a hacer ningún comentario sobre la carta del restaurante el Mercado de la REina, ni sobre las tapas y vinos que ofrece. Tan solo quiero reflejar mi experiencia en el local, con el servicio de camareros.
´Sabemos que no es bueno generalizar, pero los dos que nos “atendieron” desconocen profundamente su profesión y hacen que el comensal no disfrute ni de la estancia ni dela cominda ni de los caldos. Por eso no puedo emitir comontario sobre lo que degustamos, tarde, mal servido y frio.
El tono, los modos y la actitud insultante, casi tenemos que pedir disculpas nosotros por esperar más de tres cuartos de hora a que nos sirvieran en la barra, casi tenemos que pedir disculpas porque el/la camarero/-a que tomó la comanda lo hizo mal, casi tenemos que pedir disculpas porque el/la camarero/-a nos gritaba desde el otro lado de la barra, casi tenemos que pedir disculpas porque el/la camarero/-a nos insulto a nosotros, que tan solo habíamos estado esperando pacientemente a que nos sirvieran casi tres cuartos de hora.
todo empezo con un “oye, yo escribo a un ritmo o sea que me da igual lo quie estas diciendo porque no lo apunto”, ante eso nos debimos levantar e irnos, pero dimos un voto de confianza ya que la inexperiencia pude colocar a la gente en situaciones de estres y perdida de control. Pero la inexperiencia se tradujo en mala educación, falta total de conocimiento de la profesión, es decir absoluta falta de profesionalidad. Por todo ello, ni recuerdo lo que comí y bebí…
ya que el ambiente era muy incomodo y nada propicio para degustar las “especialidades de la casa”.
Los dueños del local deberían reconsideran qué quieren ofrecer, buena cocina pero mal servicio, también deberían reflexionar sobre el por qué del mal servicio (creo que no hemos sido los únicos “mal atendidos”), deberían reflexionar que no es incompatible ofrecer una buena cocina y buen servicio, moderno y con una imagen actual, lo que no se debe traducir en servcio mal educado, descortés, insultante e ignorante de la profesión.
Por todo esto, no es un sitio que recomiende para ir a comer, tapear, ni tomar una caña.
Sólo he estado una vez, en la barra para tomar una caña, pero la verdad es que no tengo ninguna intención de volver. A los camareros deberían darles unos cursillos ya no de atención al cliente, si no más bien de educación básica. Dices buenas tardes y ni te contestan, no te hacen ni caso ni siquiera para cobrarte y es más cuando hay varios clientes y por una casualidad hablas a la vez a uno le hacen callar y sin educación ninguna.
Para qué hablar de los pinchos de tortilla con su correspondiente pan, que llevan cortados y encima de la barra desde por la mañana, si no es desde días antes. Si lo viera sanidad le daba un telele.
Por eso desde mi humilde esperiencia, no recomiendo ni ir a tomar una caña.
¿Creen que por que tengan un sitio chulo es suficiente? Quizá sólo para los que miran la estética, pero para quien busca buen trato y mejor comida casi mejor, os recomiendo un local cercano:
referencia a otro restaurante. Todo exquisito, aunque el local no sea tan de diseño.*Cucharete elimina citas a otros restaurantes en los comentarios a un local, por poder ser considerado un comentario de la competencia.
Totalmente de acuerdo con Palomui y Jesús Perez. El trato de los camareros de la barra es penoso, deberían ir a curso de atención al público y buena educación.
Por cercanía podría acudir muy a menudo pero prefiero buscar otros sitios antes que ver las caras de pocos amigos de los camareros.
Stubimos el domingo comiendo mi pareja i io. Andabamos d compras por Gran Via i no sabiamos donde ir pues no teniamos reserva en ningun lado. Con miedo a que estubiera lleno entramos pero alli tenian una mesa casi esperandonos… Todo genial! ( El trato de camareros i demas fantastico) Los revueltos con el mismo sabor que los que m hace mi abuela. La carne… con un sabor espectacular… Dificil d encontrar en el centro… a un precio modico… En definitiva… Volveremos mucho mas a menudo. Gracias cucharete por vuestras criticas. ( Yo le pondria un 4 alto… )
He estado hoy cenando y ha sido todo un acierto. Desde el primer momento nos atendieron muy bien, nos recomendaron un vino tinto que me gusto mucho, las croquetas de bacalao, sencillamente deliciosas. Creo que vuelvo este viernes.
Tuve la oportunidad de comer la semana pasada en este local, y me parecio uno de los locales mejores de Madrid en relación, calidad, precio y ambiente.
La comida me recuerda a la de tiempos anteriores, donde la calidad el sabor, el mimo y trato a la materia prima y el punto correcto de cocinar los platos, me recordaba mucho a lo de tiempos atras. Los platos sin ser sofisticados, nos traer y recuerdan sabores de antaño, que dificilmente, podemos encontrar en muchos restaurantes y cocinas de hoy en dia.
El ambiente y decoración del local, aunque con un cierto toque moderno, es muy acojedor y calido, dispuesto a ofrecer una agradable estancia en este local.
Los camareros y el servicio me parecio muy correcto, teniendo la oportunidad de charlar con uno de los dueños, y ofrecerle mis sugerencias para posibles mejores, aunque creo que el local esta muy logrado y no hay muchas cosas que mejorar. Excelente.
El sábado 14 de noviembre tuvimos la oportunidad de cenar en el mercado de la reina y la verdad es que es un lugar que recomendamos, la relación calidad-precio es muy acertado y el servicio es bueno. Os animamos a visitarlo…
Hoy día 20 de Marzo es la tercera vez que he ido a este mal llamado restaurante.
Las dos primeras comí en la barra porque siempre llegaba tarde al restaurante, la comida es aceptable precio/calidad, la atención nefasta (en la barra no tienen ni pajolera idea de lo que es atender ); la primera vez, les pedimos una botella de vino MELQUIOR y no sabia ni el precio de la botella (lo tienen en copa), osea ni …idea lo que es una barra ,el jueves pasado estuvimos comiendo de nuevo e hicimos una reserva para hoy a las 14:30. Llegamos a las 14:15 y nos dice el que supuestamente controla las reservas:
1º - Le digo que tengo una reserva a las 2,30 y mira el reloj como diciendo has venido muy pronto y no te puedo atender, pero se quedó en la expresión de la cara.
2º - Me hace repetir la reserva a nombre de quien pues no me encuentra , me enseña la hoja y le digo es este mi nombre y esta es la hora, y tenéis un error, somos tres personas y habéis puesto dos.
YA LA “JODIMOS”, EL RESTAURENTE VACIO Y NOS DICE QUE NO TIENE SITIO PARA TRES EN LA PARTE DE ARRIBA.
Insistimos incluso señalando la camarera que nos tomó nota y habló con él. (Parece que estábamos suplicando comer allí).
RESPUESTA: SUBE AL COMEDOR NO SE CON QUIEN HABLA Y ME DICE como hay un error te ofrecemos la mesa que están en la pared porque no hay sitio para tres arriba le digo que no ,que es un error vuestro y entiendo que deben darnos una mesa arriba y con toda la jeta y su medio español poco mas o menos que nos dijo o esto ò la calle
y efectivamente nos fuimos a la calle. Con la mala leche que me entró se me olvidó pedir una Hoja de reclamaciones.
La atención es indigna , es una pena que pongan un negocio con una idea original y buena y lo jodan con la PÉSIMA ATENCION AL CLIENTE Y LA FALTA DE PROFESIONALIDAD DE TODO EL PERSONAL.
Ya se que es un sitio de tránsito pero al final llegará como siempre ocurre que las ideas sin estar bien desarrolladas quedan en “bareto de mal gusto y sucio” (mirar el suelo).
SUERTE AL MERCADO Y QUE NO SE QUEDE SIN LA CATEGORIA DE REINA.
YO NO VUELVO……..