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Plaza de la Leña, 6
Pontevedra
986 855 211
10 - 20
El Bar Rianxo, que aunque tenga denominación de “bar” tiene un restaurante a la carta en la planta superior, está situado en plena Plaza de la Leña. Un lugar de visita obligada en Pontevedra para degustar todo tipo de tapas y raciones. Con buen tiempo, lo mejor es sentarse en su terraza y optar por tÃpicas raciones gallegas.
2,5
Rayo: Los negocios de restauración en el casco histórico de Pontevedra están a la orden del dÃa, prueba de ello la multitud de terrazas que se abren incluso cuando asoma el más tÃmido rayo de sol, para que la gente disfrute de las tan solicitadas raciones acompañadas de una siempre fresca caña. La Plaza de la Leña es un referente en la ciudad del Lérez, allà visitamos el Bar Rianxo.
La planta baja es ideal para picar algo o tomarse una caña, al igual que la terraza. Nada mejor para descansar los pies después de un largo paseo por el centro.
Subiendo las escaleras, encontramos el comedor presidido por su pequeña selección de caldos, cuya decoración recuerda a un tÃpico mesón de pueblo. Vigas de madera y piedra vista, elementos que sin duda busca la gente que escapa de la cocina de diseño y se decanta por una más casera y tradicional.
Las mesas, aún montadas con tela, no llegan a resultar atractivas para el local, hay algo que falla, además considero que un mantel blanco es indicativo de limpieza, y en este caso no transmitÃa esa cualidad.
Lo mejor, la fantástica vista de la Plaza de la Leña desde la ventana, con su famoso crucero en el centro rodeado de mesas de los locales vecinos. Me encanta esa foto. Muy bonito está ahora el casco antiguo de Pontevedra iluminado por la noche.
Enorme la Ensalada mixta, pero… se quedó prácticamente entera. Después de empezarla, nos dimos cuenta de que las hojas estaban repletas de los conocidos e inofensivos bichitos de la lechuga, cuando digo repleta, me refiero a más de 15 individuos por hoja, que cordialmente le mostré a la camarera (que no se lo creÃa) y la retiró. Obviamente no la cobraron, y aunque entiendo perfectamente que eso sucede en las mejores familias, un restaurante a la carta no se puede permitir el lujo de llevar a la mesa tal cantidad de insectos en un plato.
Los segundos eran otra historia -gracias a Dios-. Disfruté mucho con mi Jurel a la plancha, que estaba riquÃsimo, incluso las patatas, sabrosÃsimas.
Según mi compañero Jesús, la Caldeirada de Raya también estaba deliciosa. Como véis, optamos por productos del mar, pero la carta también presume de platos como Callos, Jarrete estofado o Codillo asado.
MarÃa también le dio el visto bueno a sus Huevos con patatas y chorizo, considerados un entrante en la carta pero que degustó como segundo.
Como podéis apreciar en la fotografÃa, no nos quedamos con hambre. El tamaño de las raciones es considerable.
La elección de los postres, fue sencilla en cuanto nos ofrecieron Tarta de chocolate (la casera, la de las galletas) que según MarÃa estaba muy rica y le recordaba a la de su madre, y Requesón con miel que estaba delicioso y podÃas añadir miel al gusto, pues venÃa acompañado de una jarrita.
Cucharete: ¡Bichitos pequeñitos que dan repelús! Llevad un “flis-flis”. Fuera bromas, es un buen sitio para disfrutar de su terraza en plena Plaza de la Leña. En verano, todos estos locales están a rebosar de gente, y conseguir una mesa libre se convierte en una misión imposible. Recomendado para los que buscan buenos sabores sin importarle el diseño vanguardista de los platos. Mi equipo cenó por 12 €/persona.
Su privilegiada situación. Muy buen precio. Cocina casera. Degustar raciones en plena Plaza de la Leña.
¿Los bichitos?
2,5
3 comentarios a “Bar Rianxo (Pontevedra)”
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buen lugar para comer pero el servicio es impresentable , demasiada gente y personal muy poco profesional empezand por la dueña o la encargada que no se lo que era
Del Rianxo tienen bastante fama los callos. Es la tapa que se pone normalmente con las consumiciones en las mesas de la plaza. También los puedes encargar e irlos a buscar con tu tartera para comerlos después en casa.
Saludos.
Hola, querÃa romper una lanza a favor de este bonito restaurante situado en el casco antigüo de Pontevedra.
Visitando la ciudad y después de salir de un bar que no tenÃan nada de lo que pedimos, encontramos este precioso lugar. Lo primero que me llamó la atención fue la amabilidad con la que fuimos recibidos. Ibamos buscando un plato caliente; un consomé, una sopa… y aunque no estaba en la carta no hubo problema para conseguirlo. Raciones generosas y a muy buen precio. Buen servicio y trato muy amable. Si vuelvo a Pontevedra, sin duda repetiré.