La Posada de Santa Ana (Tramacastilla - Teruel)
17 Junio 2007 por Cucharete - Este artículo ha sido leído 31,870 veces
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Era: El Rubio
Tramacastilla (Teruel)
978 706 112
25 - 35
El recomendado restaurante de La Posada de Santa Ana en Tramacastilla, disfruta de un apasionante enclave en plena sierra de AlbarracÃn. Situado cual mirador acristalado, ofrece una magnÃfica vista aérea del pueblo que protege a sus pies. Dispone de 6 habitaciones, desde cuyos balcones se divisa todo el valle por donde discurre el rÃo Guadalaviar.
3,9
Rayo: ¡Menudas vistas! ¡Qué maravilla! Ya les gustarÃa a los restaurantes del centro de Madrid que al asomarse a sus cristales los comensales disfrutasen de una panorámica nocturna tan espectacular como ésta. ¡Precioso el pueblo de noche! (La fotografÃa es tomada desde el mismo balcón del restaurante).
Hablamos de Tramacastilla -a escasos 54km de Teruel- situado en el centro de la bella sierra de AlbarracÃn, que ofrece a pocos kilómetros diferentes atractivos turÃsticos como pueden ser sus alrededores, los pinares de Orihuela del Tremedal, AlbarracÃn, el nacimiento del rÃo Tajo…
Como comentan en su web, la ruta idónea para llegar desde Madrid comienza su andadura por la A-2 en dirección Zaragoza, en Alcolea del Pinar debemos tomar la salida para coger la N-211 en dirección Molina de Aragón, una vez allÃ, dentro del pueblo tenemos que coger el desvÃo en dirección Checa. Llegados a Orihuela del Tremedal nos dirigiremos a Bronchales y lo cruzaremos en dirección a Noguera de AlbarracÃn, antes de Noguera veremos un cruce que tenemos que coger en dirección Tramacastilla. Y justo antes de llegar a Tramacastilla, tenéis la entrada a la posada. [Ver web para llegar desde Valencia o Zaragoza]
El local es muy acogedor, engalanado con tonos cálidos, madera y columnas de piedra vista. No es que sobresalga por su decoración -tÃpico mesón- o por la abundacia de detalles, pero su enclave lo hace muy codiciado, pues es uno de los más famosos y recomendados de la zona. (De ese modo llegamos nosotros).
Su cocina combina tradición y modernidad. Lo mejor es optar por degustar platos tÃpicos del lugar, aprovechando los productos artesanales y de temporada. Sus raciones son correctas, no te quedas con hambre. Quizás las fotografÃas no lo reflejen, culpa del tamaño de los platos, que era considerable.
Te reciben con unos sabrosos Panecillos tostados con paté de aceituna y tomate, que no están nada mal para hacer tiempo mientras esperas por los entrantes para empezar a disfrutar verdaderamente de la cena.
La Tosta con pimientos, queso fundido de AlbarracÃn y foie está muy rica. Pero, sin lugar a dudas, el primer plato que está literalmente para chuparse los dedos es el que muestra Ninillas: Hojaldre de espinacas y queso de cabra.
Como segundo plato me dejé aconsejar por el servicio del restaurante que no dudó en recomendarme la Pierna de ternasco confitada y rellena de orejones y pasas. ¡Qué buena estaba! TodavÃa recuerdo su sabor… Mmmmmm… ¡Buena elección, sà señor!
Alguno de mis compañeros no tuvo la misma suerte, y se decidió -a riesgo propio- por el Entrecot con salsa de mostaza y queso, se trataba del plato más caro del local, que esperaban estuviese jugoso y sabroso, pero nada más lejos… ¡estaba muy duro! Y no fueron capaces de terminarlo, una pena, porque el ternasco estaba de 10.
Regamos la cena con unas botellas de enate blanco y tinto, para las que no hubiese estado de más una cubitera al lado de la mesa, pues no me gustan nada esas fundas que tanto se llevan hoy en dÃa en los restaurantes para conservar la temperatura de la botella.
En esta imagen apreciáis mejor el tamaño de los platos y la cantidad de las raciones. Curiosa y atractiva vajilla por cierto.
Los postres, como era de esperar… ¡deliciosos! El mejor para mi gusto la Teja con queso fresco y membrillo, pero claro, es que a mà el queso fresco y el membrillo me pierden por completo. La teja estaba buenÃsima también -por unanimidad-.
Las Bolitas de melón con sorbete de limón eran muy graciosas, tan pequeñitas que me recordaban a un plato de canicas, listas para jugar al “gua”. Muy ricas según mis acompañantes.
Un lugar muy recomendable en un primoroso enclave natural. ¡Buena mesa! ¡Cómo estaba el ternasco de bueno!
Ninillas: Que Teruel existe no es una reivindicación que tristemente han tenido sus habitantes que reclamar, sino una realidad. Y lo digo con conocimiento de causa. Fuimos, vimos y comimos, y ,efectivamente, existe y ¡de qué manera!
Pero, como siempre, hay que empezar por el principio, que en los finales suelo liarme.
Fin de semana en Teruel, concretamente en la Sierra de AlbarracÃn, donde las tradiciones, leyendas y parajes naturales de gran belleza, se entremezclan y te ubican en un tiempo ya pasado, pero que se resiste a quedar en el olvido.
Recorrimos la zona y la verdad es que quedamos encantados, no sólo por sus fantásticos enclaves y sus gentes, sino también por su maravillosa gastronomÃa. A este respecto, nos dejamos influenciar por el boca a boca de los lugareños y, es asà como llegamos a La Posada de Santa Ana en Tramacastilla.
De La Posada sorprende sobre todo su ubicación, situado en lo alto del pueblo y con unas vistas privilegiadas de las que el visitante puede disfrutar mientras come gracias a sus enormes ventanales.
El interior es austero en cuanto a decoración, sin embargo tanto la iluminación como el amarillo de sus paredes le otorgan calidez e intimidad. Todo ello acompañado por música clásica, que se siente, pero no molesta.
Pocas mesas y muy separadas, sobre todo teniendo en cuenta el superaprovechamiento del espacio que se suele hacer en otros locales.
En cuanto al montaje de las mesas, sigue la misma tónica, mucha sobriedad y un pequeño toque de color aportado por la florecilla que preside todas las mesas.
Con la carta en la mano, se hace difÃcil clasificar su cocina. PodrÃamos decir que es tradicional con guiños a la gastronomÃa y productos de la zona. No obstante se trata de una carta bastante breve donde se hace patente el uso del hojaldre en varios platos, tres pescados y cinco carnes a base de cordero, cerdo, pato y ternera.
En cuanto a los vinos, muy pocas referencias: tres bodegas de la D.O. Somontano y un vino de la tierra. Se me hizo demasiado corta.
Hicimos nuestra elección, y al rato fueron llegando nuestros platos.
La Tosta con pimientos, queso fundido de AlbarracÃn y foie, estaba buena, ahora bien, si tuviera que quedarme con algo sin duda serÃa el Hojaldre de espinacas y queso de cabra. Estaba bien elaborado, bien presentado y de sabor… ummmmmmmmmmmmm, la cantidad era más que correcta, pero se me hizo corta.
De segundo, no quise arriesgar, el ternasco de la zona es excelente de modo que me quedé con la Pierna de ternasco confitada y rellena de orejones y pasas. No me equivoqué, fue sin lugar a dudas el plato estrella de la cena. La carne estaba muy tierna, se deshacÃa en la boca, y el contraste dulce-salado, de sobresaliente.
No corrieron la misma suerte los que pidieron el Entrecot con salsa de mostaza y queso, la salsa estaba bien, ahora la carne dejaba mucho que desear, lo cierto es que no fueron capaces de comer ni medio entrecot ya que la carne estaba muy dura.
Respecto al pescado, sólo uno de nosotros se decantó por la Lubina al horno con pate de aceituna y salteado de setas y nueces. La salsa era original y tenÃa su punto, lo que lo convertÃa en un plato correcto sin más.
Por supuesto, habÃa que inmortalizar el momento, y he aquà el grupo de comensales. La verdad es que por las caras se nota lo que pidió cada uno.
Vayamos a por los postres. Aquà no hubo desigualdades, todos los que pedimos nos supieron bien, y además se notaba que eran caseros.
En la foto os muestro el Bizcocho con crujiente de vainilla, muy bueno y contundente.
Éstos de aquà son los Creepes suzettes con helado de vainilla, los creepes tenÃan el grosor justo y tanto el almibarado como el helado estaban deliciosos.
Pues bien, asà fue y asà os lo he contado. Mi resumen va a ser breve: fuÃmos por la casualidad que da el preguntar a quien se debe. La Posada de Santa Ana es un establecimiento familiar donde se come bien, algún que otro plato presenta irregularidades y bajo mi punto de vista tal vez deberÃan centrar más su carta en las materias primas de la zona. El servicio es muy correcto y atento, tal vez en demasÃa. En un restaurante de este tipo, basado principalmente en el turismo rural, a mà me gusta disfrutar de un trato más cercano. No obstante, debo añadir que, sabiendo lo que ahora sé, si me pillara de paso no dudarÃa en entrar.
Cucharete: Uno de esos lugares al que llegas o por casualidad o por recomendación y que consigue fácilmente que recuerdes con agrado tu visita. No dejes de probar su pierna de ternasco confitada y rellena de orejones y pasas, su plato estrella. Mi equipo cenó por 31 €/persona.
Su fantástico enclave en el corazón de la sierra de AlbarracÃn. Sus preciosas vistas desde su galerÃa.
Nuestro entrecot, pero quizás fue algo pasajero del momento. Su escasa decoración.
3,9
5 comentarios a “La Posada de Santa Ana (Tramacastilla - Teruel)”
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Desde luego que lo mejor de “La posada de Santa Ana” es su situación privilegiada en la sierra de AlbarracÃn, lo que permite disfrutar de unas vistas impresionantes, como podéis ver en las fotos. Puede ser un poco complicado llegar si no eres de la zona, pero las gentes del lugar son muy amables y te pueden indicar el camino, nosotros llegamos asÃ, por recomendación de los vecinos del pueblo donde pasamos el fin de semana.
El interior es muy acogedor, estilo mesón pero bien puesto con sus manteles y servilletas de tela. Los platos de la carta combinan tradición y modernidad, son ingredientes tÃpicos de la zona presentados con un estilo moderno. Como aperitivo, los panecillos tostados, para no hacer tan larga la espera e ir preparando el estómago. Como primer plato el queso con pimientos es muy recomendable. En cuanto al segundo plato, decir que no tuve suerte, porque si bien todos los que se pidieron estaban buenos, mi entrecot con salsa de mostaza pintaba muy bien pero era muy duro y difÃcil de comer. Para finalizar, un bizcocho muy rico para olvidar el mal sabor de boca que quedó con la carne.
En resumen, un sitio agradable, con unas vistas inmejorables, para comer bien salvo circunstancias del momento.
Yo soy de Noguera de AlbarracÃn (a 6 km de Tramacastilla) y al lado también hay un magnÃfico restaurante;
referencia a otro restaurante.Me parece que es de los mejores que hay en la gastronomia española.
¡Les animo a que lo visiten!
*Cucharete elimina citas a otros restaurantes en los comentarios a un local, por poder ser considerado un comentario de la competencia.
Estuvimos durante la semana pasada recorriendo la sierra de Albarracin, gracias a vuestra pagina descubrimos esta impresionante posada y a la persona que lo regenta, Clara, desde mi experiencia como hotelera he de decir que la labor de los propietarios de esta casona es excelente, tanto por el trato que dispensan a sus huespedes como por el entorno y confortabilidad de sus habitaciones, en las cuales es inevitable desconectar de todo tipo de preocupaciones.
En lo que a su cocina respecta decir que sus desayunos son magnificos y en ellos se pueden saborear los productos tipicos de la tierra, y tanto cenas como almuerzos son de un manipulado exquisito, digno es de elogiar el uso de artesania popular del entorno como vajilla del establecimiento, en ese tipo de detalles es en donde se puede ver el cariño con el que los propietarios hacen de esta posada un sitio fascinante donde poderse escapar de lo cotidiano.
Queridos amigos:
La Posada de Santa Ana , fue nuestro restaurante durante 7 dias en que estuvimos hospedados 9 senderistas en Albarracin, y la nota que le ponemos es de SOBRESALIENTE. Local familiar con cocina muy cuidada y para paladares exigentes yademás hecha con mucho cariño. No tiene nada que envidiar al mejor restaurante de Zaragoza capital. Tenemos que repetir la experiencia y volver a Tramacastilla para que Andres nos siga sorprendiendo con sus platos…
Os puedo decir que todo sigue exactamente igual, hemos estado una semana en la posada , hemos disfrutado de su silencio, de la sierra y sus caminos, de su climatologÃa tan cambiante, de sus pueblos y su gente. Vale la pena pasar una semana en la posada parece increÃble el poder encontrar un establecimiento de estas caracterÃsticas en un pueblo como este Tramacastilla.
Nuestra mas sincera enhorabuena