Restaurantes en Madrid

• Bergmannstr., 100
  Berlín (Alemania)
  +49 (0)30 691 9292
  5 - 15

FlashBack: Nos encontramos de nuevo dentro de esta apasionante ciudad para quienes tienen el placer de poder visitarla en el barrio de Kreuzberg o montaña de la cruz debido a la de tipo latino que se sitúa en la cima del pequeño monte cercano, hoy en día conocido como parque Viktoria. Muy cercano al céntrico aeropuerto de Tempelhof.

Perteneciente al distrito de Friedrichshain-Kreuzberg después de su fusión con el primero en 2001, es un gran ejemplo de los diversos restaurantes tanto de esta zona como de los diversos barrios que conforman el centro de la ciudad donde realizar cualquier comida del día a precios asequibles. Desde un desayuno, un brunch o almuerzo algo más tardío, una comida o una cena, todos ellos son posibles en cafés-restaurante como el Atlantic.

Un área más tranquila pero no por ello menos recomendable que la ya muy frecuentada zona de restaurantes de Simon-Dach-Stra., situada en Friedrichschain, al otro lado del río Spree. Aunque plagada de restaurantes, sigue siendo posible sin embargo encontrar un buen local donde reponer fuerzas sin necesidad de grandes esperas.

El Atlantic, como el resto de sus vecinos, gana sobremanera con la ocultación del sol y el encendido de sus luces nocturnas. Merece la pena igualmente visitarlo a una hora algo más temprana si nuestro estómago así nos lo comunica. Se caracteriza por ser un espacio amplio con mobiliario de madera cuyo salón interior embellece un apasionante cuadro con tonos negros, rojos y cremas, de esos que te sorprenden mirándolos durante un buen rato.

A nuestra izquierda disponemos de una larga barra que hace uso de espejos y metal para invitarnos a tomar cualquier refresco, cerveza, té, café o bebida alcohólica que nos plazca.

Curioso el sistema de semáforos que se utiliza para comunicarse con la cocina -en la foto en rojo y amarillo- según se encuentren las peticiones realizadas a la misma. Si estamos en una ciudad donde se regula todo tipo de tráfico incluido el de las bicicletas, ¿por qué no hacer lo mismo con los platos de un restaurante?

Aunque sobrias a esta hora del día, las mesas están realizadas en madera en consonancia con las sillas, dejando ver una alfombrilla de granos de café a través de su cristal central. Podrían parecer poco vestidas, pero realmente cumplen su función debido a los diferentes tipos de comida durante el día, más ligeras o más abundantes que es posible realizar en el establecimiento.

En la pared enfrentada a la barra, podemos apreciar el logotipo del local en relieve y a tamaño realmente extenso. Un mapa mundial iluminado indirectamente debido a sus luces internas que, con las lámparas en forma de gota que cuelgan del techo, consigue crear ese ambiente cálido en el muro más visible del restaurante.

Una vez sentados, decidimos abrir boca con un Cranberry Schorle de 0,4 litros. Tanto como aperitivo como para acompañar la comida esta bebida a base de agua con gas y zumo de arándano no deja de ser sana y refrescante en ningún momento. Llegan con ella los cubiertos y el pan para acompañar el resto de nuestros platos.

La carta es un recorrido por distintas opciones de aperitivos, sopas, ensaladas, baguettes, verduras, platos combinados y una amplia gama de Wiener Schnitzel, estrella del Atlantic.

Como entrante para compartir debido a su abundancia elegimos la Hähnchen Salat o ensalada de pollo empanado aderezado con una salsa de curry y acompañado de diversas frutas de temporada y pepino. Una mezcla que sorprende por la mezcla de sabores pero agradable y digestiva como un primer plato.

Como no podía ser de otra forma, opto como elección principal por un auténtico Wiener Schnitzel mit Champignonrhum, Petersilienkartoffeln und Salat. Una rebanada fina de carne de ternera, que según dice la tradición se ablanda golpeándola con un mazo y posteriormente se recubre con harina de trigo, huevo y pan rallado antes de ser frito. En mi caso, bañado en salsa de champiñón y acompañado de patatas cocidas y ensalada.

Existen diversas versiones sobre el origen de este plato, entre los que afirman que fue introducido por los árabes en España en la Edad Media o los que aseguran que apareció en Viena en el Siglo XV. Lo que está claro es que se consume con mucha frecuencia en Alemania sobre todo en esta versión con champiñones y algo de pimienta que toma el nombre de Jägerschnitzel.

Sin duda, un plato que equivale a unos cuantos en sí mismo. Delicioso, sobre todo, gracias a su salsa de champiñones y recomendable más aún si optamos por saciar totalmente nuestro hambre. Como se puede ver en las fotos su tamaño impresiona.

Finalmente y aunque estamos completamente llenos, echamos un vistazo a los postres aunque no llegamos a elegir ninguno por tratarse todos de una archiconocida marca de helados industriales. Un fallo del Atlantic que subsanándolo ganaría muchísimo en cuanto a una carta ya bastante agradable y variada.

De cualquier forma, no podemos negar que se trata de un restaurante recomendable para probar sus originales y abundantes platos a unos precios realmente asequibles, aunque dispondría de mucho más potencial con ciertos retoques en la carta y la ambientación.

Cucharete: Un típico café-restaurante berlinés con oferta atrayente para todas las horas del día gracias al amplio horario de su cocina. Agradable en su interior así como en su terraza si el tiempo lo permite, tanto si nos disponemos a comer o acudimos a disfrutar de una copa. Mi equipo cenó por 12 €/persona, incluido un Schorle de 0,4 l.

Un sitio ideal para probar los originales Wiener Schnitzels. Los Schorles. Servicio agradable. Variedad de oferta para todos los apetitos y bolsillos.

No se realizan postres caseros. Tipo de cocina algo contundente.

2,5