Casa Mola Mola (Calpe - Alicante)
14 Agosto 2007 por Cucharete - Este artículo ha sido leído 30,454 veces
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Paternina, 6
Calpe (Alicante)
96 583 95 54
15 - 30
En pleno casco antiguo de Calpe el restaurante Casa Mola Mola nos ofrece una cocina de fusión con toques distinguidos destacándose del resto de locales que le rodean. Dispone de entrada por la calle del Campanario a parte de la de Paternina y es perfecto para una cena romántica veraniega en la terraza. Recomendado menú del dÃa en verano a 18 €.
3,5
Rayo: Un curioso local que se sale de la norma en cuanto a la cocina ofertada por las antiguas calles del centro de Calpe. Llama la atención simplemente con pasar a su lado, las mesas de madera con la vela encendida para parejas y las blancas pensadas para cuatro personas con el farol a modo de jaula no pasan desapercibidas a la vista de los viandantes que buscan un espacio romántico al aire libre. Nosotros -cuatro personas- juntamos dos mesas y cenamos próximos al cartel que muestra el menú del dÃa en tiza blanca -válido tanto a mediodÃa como por la noche-.
Las servilletas rojas cumplen su cometido y completan el toque sentimental que ofrece el espacio exterior.
El interior no pierde en encanto y se convierte en una alternativa cuando la terraza se encuentra repleta. Los motivos de las paredes son el fuerte de su decoración y convierten la zona en un lugar cálido y agradable, aunque quizás un poco austero teniendo en cuenta las toscas macetas que lucen las mesas que le transfieren un aire rural que, en mi opinión, no va acorde con el resto del local.
La mayorÃa de las mesas están montadas para dos personas, lo que confirma más si cabe que está pensado para parejas que pasean por las calles del centro después de una tarde en la playa tomando el sol mientras disfrutan de sus vacaciones.
Los motivos de las puertas de los baños son muy originales como podéis ver en las imágenes. No hay lugar a confusión, aunque cierto es que todo el mundo se queda un ratito pensando, sobre todo la gente mayor…
La barra está situada en la planta baja si se accede por la calle del Campanario o a pie de calle si se accede por Parternina. Muy poco espacio, pero suficiente para informarse sobre mesas libres mientras se saborea una cañita bien fresca.
La terraza de la calle Paternina luce sencilla y coqueta, con el mismo encanto que en la que cenamos nosotros.
Al mirar hacia arriba se observa el lucido balconcillo al que dan las mesas del comedor interior -el de las bailarinas en las paredes-.
La ración de pan -a parte de ser “pan del bueno” como dÃrÃa mi abuela- es suficiente e incluye un tarrina de salsa alioli. También nos sorprenden con unas aceitunas especiadas -muy ricas- como aperitivo mientras esperamos por el primer plato. La champanera -muy curiosa a modo de altavoz- ocupa mucho espacio en la mesa -tenÃamos dos- pero el vino hay que mantenerlo fresco de alguna manera -un blanco y un rosado con denominación de origen Alicante- que para ser el que acompañaba al menú estaba francamente bien.
Nos decantamos por el menú del dÃa porque los platos llamaron nuestra atención y de ese modo no nos perdÃamos por la carta. MagnÃfica elección, porque la verdad -con sus más y sus peros- su cocina nos gustó.
Algo que me parece sinceramente inadecuado es que no permitan cambiar el vino -que viene incluido con el menú- por agua o una caña, ya que con el calor que hace en verano mucha gente prefiere comer o cenar con agua y de ese modo le obligan a pedirla a parte -a buen precio- para “sangrar” más al cliente. El tono es rotundo y suena ligeramente desagradable: “Señor, el agua no está incluida en el menú, ya ve que no está escrito en la pizarra, tan sólo el vino, si quiere le traigo una botella a parte”.
El Melón con jamón, plato tan solicitado por estas épocas, muy correcto, en la fotografÃa no se aprecia el melón, pero está “escondido” bajo el jamón ya que el plato parecÃa el sombrero de Don Quijote, con un marcado hueco en el centro.
La Ensalada Mixta era enorme y estaba de sobresaliente. Presentada de forma muy original en su “canastilla” y muy lejos de poder compararla con la tÃpica ensalada mixta por todos conocida, sobre todo por su aliño, quizás excesivamente especiado para ciertos paladares pero a mà personalmente me encantó.
Un primer plano mejor que una detallada explicación, ¿verdad?
El Pollo al curry thailandés no fue mi elección, y me arrepentÃ, pues estaba más sabroso que mi plato que os muestro más abajo -aunque no estaba nada mal-. Ciertamente es un sabor fuerte, yo lo probé y fue de mi agrado, no asà para mis acompañantes que fueron quienes degustaron el plato en su totalidad y no están acostumbrados a esos sabores thai.
Su presentación en cuenco cerámico y sobre una hoja de plátano quedaba realmente vistosa, el arroz se le podÃa añadir al gusto.
¡Éste es mi plato! Solomillo de cerdo con salsa champiñón, que siendo una ración muy abundante no ofrecÃa la carne en el punto esperado, pero se dejaba comer con gracia gracias a la salsa que eclipsaba su elemento principal -algo que no admite todo el mundo-. VenÃa acompañado de una ensalada similar a la del primer plato, deliciosa.
¡No me digáis que no os lo muestro de cerca!
¡Y no sólo la ensalada para acompañar! También estas patatas fritas presentadas en otro cuenco diferente que hacÃa la mesa mucho más sugestiva -aunque yo nunca las presentarÃa sobre la servilleta de papel-.
El otro plato principal -que ninguno de mis acompañantes solicitó- era la Perca con salsa de pimiento rojo con verduras, que sin duda probaremos en nuestro próximo viaje a la Costa Blanca.
En cuanto a los postres, nada que objetar a su presentación, una Piña con helado que estaba muy fresca y resultó ser todo un acierto. Un Melón con helado y un simple Helado de chocolate que estaba bien bueno.
Podéis apreciar su tamaño -nada despreciable- asà como observar ese plato con el hueco central que os comentaba en el primer plato de Melón con jamón.
Respecto a las siguientes imágenes que incluyo en el artÃculo, tengo que añadir que no fue de mi agrado el engaño que sufrimos al terminar la cena, pues el camarero nos dijo muy sonriente:
- ¿Qué tal ha estado todo? ¿Bien? ¿Desean algún chupito? Les traigo lo que deseen, ya sea un orujito, un baileys o cualquier tipo de licor que me pidan…
Ante tan cordial ofrecimiento, dos de nosotros pedimos un baileys y un orujo de hierbas, pero en cuanto nos lo sirvió en la mesa en una enorme copa de coñac y un gran vaso de whisky no “olió” a que ese “chupito” que al parecer invitaba la casa tenÃa un precio. Asà es señores… ¡4 euros! Por lo que la cena subió 8 euros más -hubiesen sido 16 de ordenarlo los cuatro-.
Posteriormente nos invitaron a un chupito -esta vez sÃ- de moscatel. Que cómo veis en la foto es un chupito “de los de siempre” -por lo que saben perfectamente diferenciar un chupito de una copa-. No pueden ofrecer una copa al final de la cena dirigiéndose al cliente de esa manera ya que personalmente lo considero un engaño y una falta de respeto hacia el comensal.
Añadir que tuve problemas para solicitar una factura de la cena, pues no entendÃan qué significaba una factura -con los datos del establecimiento- y se lo tuve que explicar varias veces.
En definitiva, una casa que “mola” en Calpe y que recomiendo, digno de una velada al aire libre, pero… ¡cuidado con los “chupitos”!
Cucharete: Un acogedor y pequeño restaurante donde se puede degustar un tipo de cocina que se diferencia sustancialmente de las tapas y raciones habituales que se ofrecen en las calles del casco antiguo. Mi equipo cenó por 20 €/persona.
Su privilegiada situación en la zona vieja. Buen precio. Raciones abundantes. Su menú del dÃa.
El trato del servicio al proponerte un supuesto “chupito” al final de la cena. Solicitar una factura. No permitir cambiar el vino que incluye el menú por agua o una caña.
3,5
Un comentario a “Casa Mola Mola (Calpe - Alicante)”
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que bueno todo lo que prepara este chico vale la pena probarlo al menos una vez en la vida rico rico xe que bo