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Alcalá, 35
Madrid (Centro)
Sevilla (LÃnea 2)
91 531 36 28
20 - 30
Este coqueto, moderno e iluminado restaurante italiano Fragola, es el hermano pequeño de otro situado en la C/ Corazón de MarÃa, 57 que lleva su mismo nombre. Dispone de terraza exterior en plena C/ Alcalá y nos ofrece un ambiente agradable en el que destaca su decoración en tonos chocolate blanco/negro. Posee comedores para fumadores y no fumadores debidamente aislados asà como una sala reservada además de una zona de cafeterÃa.
3,5
Rayo: Hablar del Fragola es hablar de un coqueto restaurante italiano en el que el diseño vanguardista, fresco y lleno de luz llega incluso a los servicios que os muestra Ninillas en una fotografÃa al final de su sección.
Dispone de una gran terraza en plena calle de Alcalá -perfecta para esta época donde prima el buen tiempo-, gobernada por amplias y elegantes sombrillas iluminadas en rojo que le confieren un toque de distinción y consiguen que los viandantes se fijen curiosos en el local, cuya cristalera de la fachada cambia de tonalidad según le indique la base de su vistosa barra interior.
Azul, rosa, verde… diferentes colores reciben a los clientes nada más cruzar la puerta y recorren con gracia un espacio milimétricamente ordenado desde donde se sirven cafés y demás peticiones de barra. ¡Buenos pinchos! como pude comprobar de un vistazo.
De camino al interior, nos permiten ver su cocina y observar como se elaboran los platos en directo sin ocultar nada al comensal a través de un ventanal alargado -FlashBack enseña una imagen- . Todo estaba limpio y los cocineros parecÃan entregados a su trabajo.
Al frente del comedor nos sorprenden unos soles que no tienen la función de iluminar el recinto, sino de dar un toque de color que rompe con los blancos y marrones de su decoración principal -escapando de los ya muy vistos blancos y negros en locales de este tipo- ¡Y vaya si lo consiguen! Pues las divertidas lámparas no pasan desapercibidas desde ningún ángulo.
El salón -presidido por una gran pantalla plana de TV- está muy cuidado. Las “aspirinas” del techo le entregan la cantidad justa de luz -ni más ni menos- a unas mesas perfectamente iluminadas, que junto con un pasillo más sombrÃo, consiguen aislar el ala derecha de su vecina, aunque en cada una de ellas están excesivamente cercanas.
Las columnas, adquieren corpulencia gracias a multitud de tuercas y tornillos grises que rompen el conjunto transmitiéndole un aire industrial-futurista que no me convence.
DestacarÃa la cristalerÃa, impecable. Una delicia ver unas copas completamente pulidas donde disfrutar de la bebida elegida para acompañar la cena. ¡Pediros un vinito! Nosotros… tenÃamos que conducir…
En la planta baja -a parte de unos espectaculares servicios como os comentaba- encontramos otra sala que luce la misma decoración que la de arriba, pero donde podemos encontrar como añadido mesas redondas preparadas para seis comensales.
Además, un salón perfecto para reservados donde una gran estanterÃa luce botellines de cerveza perfectamente alineados al lado de una pared de luz que irradia sobre una romántica -pero no oscura- mesa para dos.
Carta en mano -¡vaya “folio” más largo!- nos disponemos a pedir ante una especie de mantelito individual japonés con goma antideslizante, que mostraba los singulares y estilizados cubiertos ordenados a diferentes alturas, asà como una elegante y blanca vajilla con una servilleta recogida por su imagen corporativa como si de un valioso pergamino se tratase.
Tremendamente ridÃculos, me parecieron los panecillos que nos trajeron para acompañar la comida -uno por persona-, pues el que tenga la boca un poco grande se lo puede comer de un bocado. Junto con el aperitivo -una fritura de productos “verdes”-, se cobra a razón de 1 € por comensal.
Como en tantas otras ocasiones nos decantamos por dos primeros para compartir y tres platos principales al gusto. Lo de los postres es otra historia que os contaré más adelante.
La Ensalada Toscana para mi gusto estaba deliciosa, la salsa de yogurt que acompañaba al resto de ingredientes -canónigos, manzana verde, apio y bacon frito- destacaba enormemente.
La Pizza Fragola (mozarella, tomate, champiñón, bacon, cheddar y cebolla) ofrecÃa una masa muy muy fina ¡pero a la vez esponjosa! La verdad es que me gustó y no dudaré en probar otra diferente en cuanto regrese.
Con el segundo… patinazo del local. Me decepcionaron completamente mis Escalopines de solomillo a la mostaza antigua, cierto es que estando en un italiano quizás deberÃa haber optado por otro plato mas autóctono pero… ya que se ofrece en la carta deberÃa prestársele más atención. La carne no estaba mala, pero no destacaba en absoluto, en esta ocasión hicieron bien cubrirla con su salsa de mostaza -bien buena por cierto- para desvirtuar su sabor. La guarnición de patatas crema que acompañaba la ración no era para nada de mi gusto, pero esto obviamente es algo personal.
Lo mejor del plato, el propio plato… con ese borde en forma de espiral suavemente rallada. ¡Me encantó la vajilla!
Sobre los postres… poco puedo deciros, porque los que realmente llamaban nuestra atención en la carta de sobremesas no estaban disponibles. De los siete que ofrecÃan únicamente tenÃan cuatro, y para colmo eran los de siempre: Tiramisú, Brownie, Tarta de queso…
Asà que no nos quedó otra que pedir una Tarta de queso con un baño de Toffe que la hacÃa sabrosa pero empalagosa después de 2 o 3 bocados… y un Tiramisú -el de la foto- que nos recomendaban una y otra vez los camareros y camareras del local: una de ellas amablemente nos comentaba lo rico que estaba cuando lo prueban en la cocina de los sobrantes de cortar las piezas en cuadrados perfectos.
Eso sÅ ¡Excesivamente caros para el local en el que nos encontramos que ronda los 20 €/persona! Pues cada uno de ellos alcanza los 5,40 € +IVA -Helados y sorbetes a 5,30 € +IVA-
Un local en el que se está a gusto -no sé como será cuando está lleno, nosotros estábamos prácticamente solos- para cenar por poco dinero con primeros a compartir y un plato principal por persona. El postre, disparará considerablemente el importe final.
El servicio fue tremendamente amable con nosotros en todo momento, tratando de contentarnos nos preguntaban una y otra vez qué tal discurrÃa la degustación. Finalmente, nos invitaron a unos chupitos del conocido limoncello, que por más que buscamos el alcohol con nuestro humilde paladar no lo lográbamos encontrar, más bien parecÃan chupitos de granizado de limón, muy fresquitos eso sÃ.
Volveré al Fragola, pesa mucho más lo bueno que lo malo.
FlashBack: A medio camino entre la Puerta del Sol y la Plaza de la Cibeles, aprovechando la envidiable situación cercana a la confluencia de las calles de Gran VÃa y Alcalá, surge de forma muy visible en el núcleo turÃstico de nuestra ciudad una muestra de confianza por ofrecer cocina italiana en un entorno agradable, de diseño y cosmopolita.
Su llamativa marquesina y vistosa terraza exterior nos adelantan la idea de la cual ha nacido la original ambientación que nos va a envolver: Fragola o Fresa. Y es de este fruto proveniente de esta planta familia de las rosáceas de donde surge el tema principal de la decoración no sólo del salón interior sino de las mesas exteriores.
Incluso me atreverÃa a añadirle la apostilla “… con cioccolato” (con chocolate) al nombre del restaurante debido a la apuesta evidente por los tonos marrones y blancos, además del dominante color rosa. Se completa el conjunto con un innovador revestimiento de aspecto industrial en las columnas del establecimiento y alguna que otra pantalla de televisión plana que nos ameniza con un conocido canal de deporte de emisión internacional.
De forma cercana a la barra, podemos asomarnos al ventanal que nos permite inmiscuirnos por unos instantes en la elaboración de los diversos platos que degustaremos. Igualmente esta trasparencia hacia el cliente infunde gran sensación de confianza según recorremos la primera estancia que nos encamina hacia la zona interior del restaurante.
La disposición de los elementos que nos acompañarán durante nuestra cena se encuentra distribuida en dos enfrentadas filas orientadas a grupos de dos y cuatro comensales. Aparece muy cuidada la simetrÃa y el aspecto de las tablas que, aunque montadas de forma sencilla, hace uso de manteles plásticos individuales simulando materiales naturales, una cuberterÃa delgada y elegante y servilletas de tela recogidas por un anillo de papel muy original.
Al fondo, en una modesta colocación, se observa en el plasma que la ocupa una programación deportiva de forma continuada. Sorprende esta temática elegida para completar la atmósfera de nuestra velada que, según gustos, puede o no acompañar a la que dispone de por sà el local.
La iluminación corre a cargo de unas sugerentes lámparas horizontales que parten desde el techo y crean la calidez deseada en las mesas gracias a la baja potencia de sus bombillas interiores. Se rodean con sillas en metal y color chocolate y unos sillones corridos pegados a la pared en tono más claro.
Todo un conjunto muy acogedor aunque deberÃa cuidarse la limpieza de los asientos puesto que asistir a primera hora y tener que apartar con la mano las migas que revolotean sobre los mismos probablemente conservadas desde el horario del mediodÃa o quizás el dÃa anterior, no es tarea de buen gusto.
Si el grupo de acompañantes varÃa respecto a las consideraciones preestablecidas en esta planta, podemos bajar las escaleras hacia un salón inferior más amplio y con una decoración algo más atractiva como se ve en la siguiente instantánea y os muestran más detalladamente Rayo y Ninillas. Merece la pena echar un vistazo a su vistosa bodega.
Una vez analizado el entorno en el que nos hemos introducido, realizamos un recorrido por la carta comenzando desde los antipasto o entrantes, continuando por pastas y ensaladas, pasando por rissotos y pizzas y acabando por las carnes, muy centradas en los escalopines.
Elegimos para comenzar la Ensalada Toscana y, por que no, una pizza, la Pizza Fragola. El primero de ellos, alcanza nuestra mesa con una presentación muy cuidada siendo su ingrediente central los canónigos que vienen acompañados de pequeños trozos de manzana verde y apio asà como pequeñas briznas de bacon frito, todos ellos bañados acertadamente con salsa de yogur.
En cuanto a la pizza con la que posa Rayo, no puede presumir de su tamaño ni de gran cantidad en cuanto a sus ingredientes pero el sabor es muy acertado y embaucador.
Proseguimos, en segundo lugar, con una muestra de cada de las propuestas de la carta: pasta, rissoto y carne. Hemos de reconocer que, tras la grata experiencia en la fase anterior, nos desfraudan algo en comparación con los anteriores tanto la presentación como preparación de los mismos.
Sin embargo, en mi caso particular creo que tengo la suerte de ser el agraciado de la noche y disfruto bastante con los Fetuccini Vongole. Para mi gusto, una elaboración muy recomendable. Las almejas no se encuentran tremendamente frescas pero si bastante aceptables y jugosas gracias a la nata marinera con que se recubren.
En opinión del paladar de Ninillas que decide probarlos tras mi reacción, se encontrarÃan algo pasados. Efectivamente, para alguien perteneciente a la penÃnsula itálica, he de reconocer que no se encuentran “al dente” pero basado en mi gusto personal y la tradición de nuestro paÃs de cocer un poco más la pasta, no dejo ni uno en el plato.
Vienen acompañados de un bonito recipiente que esconde tanto queso rallado como deseemos para acompañar nuestro plato. Si decidimos arrojar bastante sobre él comprobaremos como la mezcla con el resto de componentes es muy atractiva.
Tanto su cantidad como la vajilla elegida para su presentación no tienen desperdicio como se puede ver en la siguiente fotografÃa. Lo cual entre las elecciones del resto del equipo resalta demasiado.
En la fase final de nuestra cena y como postres, se nos hace una recomendación por parte del servicio muy agradable y simpático, debe ser dicho. Aunque, como suele ser habitual preferimos pedir la carta de postres dándonos cuenta de que entre todos los que nos muestra, aproximadamente la mitad no está disponible para nosotros. ¿Será algo contagioso en esta temporada en los restaurantes céntricos de Madrid? Esperamos que no sea la tónica habitual del restaurante. En nuestros lectores y su opinión confiamos para averiguarlo.
De cualquier forma, decidimos atacar una singular Tarta de queso. Si somos golosos nos encantará. Yo no lo soy excesivamente pero confieso que no pude dejar el último trozo en el plato. Asentada sobre bizcocho y recubierta de salsa de Toffe o caramelo cremoso tostado al que se le añade nata y mantequilla en diferentes puntos de su cocción.
En segunda opción elegimos un Tiramisú que resulta ligero, agradable y con un toque de café más acentuado de lo que suele ser normal. Para los más cafeteros, sin duda.
Finalizado el momento dulce de la noche, se nos pregunta si deseamos algún chupito como broche final que no se incluye en nuestra factura. Lo cual es muy de agradecer y conserva la vieja tradición de agasajar a los clientes con este tipo de invitación, cada vez menos habitual en el resto de restaurantes.
Entre las diversas elecciones estaba clara cuál serÃa: el limoncello. Se nos presenta en una modalidad granizada y, suerte para los pocos amantes del alcohol y en detrimento de los fieles consumidores de esta bebida, se encuentra tan rebajado que llega a parecer una sencilla limonada. En cualquier caso, ¡brindemos con ellos!
La Fragola aporta a nuestra ciudad un restaurante con una situación muy agraciada en plena calle de Alcalá, acompañada de un servicio muy atento y caracterÃstico por un precio más que aceptable para esta zona.
La oferta gastronómica no sobresale quizás por la razón anterior pero su puesta en escena, elementos decorativos y entorno es excelente. Incluso pequeños detalles como los excusados que os muestra Ninillas, realizados por Loft Bath sorprenden durante nuestra visita.
Ninillas: Tal vez, bueno tal vez no, seguro que me equivoco, pero yo dirÃa que el 60% de los restaurantes que a dÃa de hoy se abren en Madrid, son de cocina de fusión -algunos no se sabe bien lo que fusionan- o son italianos -con mucho franquiciado a la vista-. Vamos que, tal y como yo lo veo, se buscan ingredientes de bajo coste que permiten incrementar el beneficio. Sea como sea, no nos queda otra que rendirnos a la evidencia y… ¡Hoy toca italiano!.
Se llama Restaurante Fragola, y es el hermano pequeño del situado en la C/ Corazón de MarÃa, 57, también con el mismo nombre. No era nuestra idea, sencillamente Ãbamos caminando por la calle de Alcalá con los vaqueros almidonaos y los bolsos apoyaos a la cadera, para que no nos los robasen más que nada, cuando nos topamos con la terraza. Y oye, pues te llama la atención, es muy resultona y coqueta con sus sombrillas iluminadas y todo muy colocadito. Tiene capacidad para 32 comensales, que me estuve contándolos, y la verdad es que puede ser una buena opción para las noches estivales.
Pero aquel dÃa, a pesar de lo rarito que nos ha salido este verano, hacÃa un calor insoportable y no hizo falta votar para ver dónde nos sentábamos, fuimos directos al interior. Nada más entrar te encuentras con la barra, cuya iluminación va cambiando de color y unas cuantas mesas altas con taburetes. Con una simple mirada te impregnas de una agradable sensación de orden, al menos eso me pasó a mÃ. Si continúas andando por el pasillo llegas a la zona de sala para no fumadores. Tiene forma alargada y las mesas se distribuyen a ambos lados, todo irÃa bien, sino fuera porque las mesas están demasiado juntas. Nosotros no tenÃamos a nadie al lado, pero de no haber sido asÃ, le podrÃamos haber pedido la sal como si estuviera cenando con nosotros. En cuanto a la decoración, es sencilla, hacen uso del blanco y el marrón a mi juicio muy acertadamente. La iluminación viene de la mano de estas lámparas aspirina, como dice Rayo, que proporcionan la luz justa a la estancia y crean un ambiente bastante Ãntimo, que no romántico. En general, ya os digo, pocas estridencias con toques modernos y cosmopolitas, como sus sillas que están tapizadas con aspecto de felino salvaje, bueno no son sillas como tal, son estos taburetes que llevan respaldo, pero que resultaron cómodos.
Si bajas las escaleras, llegas a otro comedor y a un reservado, además del aseo, y esto ya es otra cosa. Aunque sigue el mismo interiorismo que la planta superior, aquà las mesas están más separadas y cuentan con algunas redondas para 6 comensales. El reservado, mostrado por Rayo, cuenta con un estanterÃa repleta de botellines de cerveza que rompe con la lÃnea del local, pero que no desentona en absoluto. Problema, según se mire claro, es que esta planta es la que se reserva a fumadores, de modo que cada cual tendrá que ver sus prioridades.
Las mesas cuentan con mantelitos individuales de color crema que bueno, si bien es cierto que me gustan más los de tela, al menos no son de papel y llevan pelÃcula antideslizante lo cual es muy de agradecer. La servilleta sà es de tela y aparece custodiada por el sello corporativo. La vajilla, la cuberterÃa y la cristalerÃa son sencillas y bastante elegantes, sobre todo la vajilla.
El local lo doy por visto, nos quedan los baños, que siempre procuro dejarlos para el final, por aquello de que es a la salida cuando a mà me da por visitarlos. Vayamos con la carta… Estamos en un italiano ¿no?, pues eso: antipasti, insalati, pasti, risottos, pizze y carne, o lo que vienen a ser: entrantes, ensaladas, pastas, risotos, pizzas y carne -éste se queda igual- por supuesto cada sección cuenta con la versión adaptada “fragola”. Respecto a los vinos… 17 referencias, seis de ellas italianas y poco más.
Miramos y remiramos hasta que finalmente conseguimos elegir: dos platos para compartir y uno al gusto de cada cual. Vamos, lo que viene siendo habitual en nosotros. En la foto y con cara de iluminada, por no decir de lerda, aparece Ninillas, o sea yo, con la Ensalada Toscana. Estaba elaborada con canónigos, manzana verde, apio, bacon frito y salsa de yogurt. Estaba buena, no era algo espectacular, pero estaba bien.
El otro plato a compartir fue la Pizza Fragola, llevaba mozzarella, tomate, cheddar, muy poquito champiñón, muy poquito bacon y muy poquita cebolla. Estaba buena, no os diré que no, pero desde que probé la elaborada por el artesano pizzero Carlo Felice Calabrese… pues qué queréis que os cuente, las comparaciones son odiosas. Bueno, sencillamente no hay comparación, ésta era un 7 y la de Carlo un 10.
Flashback se quedó con la pasta, a él le estuvo buena, Rayo con la carne, que diré que se la comió sin más, y yo con el risoto, en concreto con el Risotto negro, según rezaba en la carta: “arroz cremoso con langostinos y chipirones”.
Efectivamente era negro y llevaba dos langostinos congelados -quiero decir que no eran frescos- y también chipirones, pero lamentablemente el arroz de cremoso poco y en lo que respecta al sabor… El mÃo no era un buen risoto, no añadiré más.
Estábamos en los postres y nuestras opiniones variaban según la suerte corrida en los segundos platos. Para decidir la puntuación final, ¡habÃa que elegir los postres!. En su carta contaban con 7, todos ellos caseros. Nos recomendaron encarecidamente 3: Tarta de queso con toffe, Tiramisú y Brownie. Ninguno de los 3 nos entusiasmó, querÃamos otros que nos parecÃan más raros, pero la sorpresa fue que al ir eligiendo, no habÃa ninguno de ellos, sólo tenÃan los que nos habÃan recomendado. Y yo me pregunto: ¿por qué no nos lo dijeron?, hombre… si cuela, cuela, pero eso no es asÃ. Total, que al final: Tiramisú y Tarta de queso con toffe. Estaban buenos, no a mÃ, que me resultaron muy empalagosos. Con dos cucharaditas ya no pude más, por eso no los querÃa pedir, aunque eso no es culpa de ellos, ya sabéis que yo para el dulce no soy fácil precisamente. Desde luego a aquellos que os entusiasme, estos postres os encantarán.
Ahora sÃ, bajo al baño, aunque sólo sea para que los veáis. Aquà están: los lavabos son unisex, solamente los lavabos claro, a derecha e izquierda se encuentran las puertas correspondientes a cada sexo. Me gustaron, me parecieron muy sicodélicos iluminados con luces azules.
Pues voy a ir acabando con mis detallitos… Y comenzamos por el servicio, muy atentos la verdad, no hubo confusiones, ni retrasos, todo a punto y se interesaban en todas las mesas por cómo iba todo. Lo de los postres, pues ya os lo he dicho, no me gustó. El pan y el aperitivo, como viene siendo habitual, 1 €/persona, si habéis visto las fotos no lo merecen, aperitivo malo y pan enano. El local: planta superior aprovechada en demasÃa, planta inferior con mejores perspectivas refiriéndome al espacio. La comida… de todo un poco, aunque ningún plato va a quedar retenido en mi memoria, y en concreto el risoto mal. Por lo demás, con lo que yo me quedo como percepción general del Restaurante Fragola es que es un establecimiento con una ubicación inmejorable, pilla de paso para muchos (incluidos turistas), aún con todo el sitio es acogedor y puede estar bien para una cena informal, una reunión con amigos… en definitiva, no es para tirar cohetes, pero tampoco es una opción desacertada, sobre todo teniendo en cuenta el precio -nosotros salimos a 22 €/persona-.
Cucharete: ¡Antipasti! ¡Insalati! ¡Pasti! ¡Risottos! ¡Pizze! y ¡Carne! Bueno… unos mejor preparados que otros… pero ante un local en el que se está tan a gusto y a buen precio en pleno centro de Madrid no le podemos pedir más. Mi equipo cenó por 22 €/persona.
Consigue crear un ambiente muy agradable gracias a una cuidada decoración. Su vajilla, cuberterÃa y cristalerÃa. El amable y correcto trato del servicio. Admite cheques de comida.
Mesas excesivamente juntas en el comedor de no fumadores. Los postres.
3,5
15 comentarios a “Fragola”
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Permitidme que no comente este post, para simplemente felicitaros por la web. Es probablemente la mejor via de encontrar buenos reviews de restaurantes en madrid… La lastima es que soy de Barcelona y solo puedo usar vuestras recomendaciones de uvas a peras!
a ver si alguien se anima a hacer un cucharete en la ciudad condal
Ayer estuve con una amiga en el restaurante y he de decir que esperaba otra cosa, yo pedà un risoto ibérico que casi no encontré en el plato porque la cantidad era ridÃcula. Mi amiga pidió una hamburguesa de solomillo y estaba bastante mejor.
Menos mal que comemos poco.
Las luces al principio parecen muy chic pero luego te hacen daño a la vista; y por supuesto en el baño no son nada prácticas.
Hola Cucharetes,
Esta vez no hubo acierto. El sitio me pareció de lo más decepcionante. Lo habÃa escogido porque al ser fin de mes, nos apeteceÃa salir en plan barato. El sitio es muy mono, eso sÃ, pero nos cobraron 71€ y esto fue lo que pedimos:
dos entrantes entre los cuales habia una especie de torta de pan mas seca que la mojama y la ensalada toscana que no era nada del otro mundo.
2 segundos. Mi marido pidió un risoto iberico que segun él, estaba bueno (yo ni me molesté en probar), tenÃa un aspecto demasiado amarillo para mi gusto. Yo me pedà la lasaña fragola que cualquier lasaña congelada le hace competencia. Estaba llena de bechamel y era super pastosa.
de postre mi marido se pidio un sorbete y le sirvieron un granizado de limon. Yo tomé un café.
Una botella de Cune (Rioja) 2 zumos de tomate, pan (que no pedimos ni probamos y sin embargo sà cobraron).
A mi me parece excesivo considerando el tipo de restaurante y la poca calidad de la comida.
En favor del restaurante, diré que el personal es muy amable. Definitivamente no volveré.
Un saludo
No estoy de acuerdo de las puntuaciones que habeis puesto.
No es nada especial, paga el ambiente y el baño y te echan muy poca comida.
Esta mejor
referencia a otro restauranteque te cobra meno por algo parecido.Saludos
*Cucharete elimina citas a otros restaurantes en los comentarios a un local, por poder ser considerado un comentario de la competencia.
a mi tampoco me parece nada del otros jueves, pero me queda al lado del trabajo, y para las ocasiones en que la pinta del sitio importa mas que la comida, como muchas veces es mi caso por motivos profesionales, me parece ideal.
gracias de nuevo por vuestra web, y a ver para cuando otro vinete!
Decir que yo he conocido Fragola de Corazón de MarÃa porque vivo al lado. Voy mucho a tomar el aperitivo y es un sitio comodÃsimo para organizar comidas y cenas de grupo. Los camareros se adaptan totalmente a lo que les pidas. Y de todas las veces q he ido no puedo decir q sea la maravilla absoluta pero mi valoración conjunta es muy buena. Tiene una carta suficientemente amplia y una variedad que convence. Desde un solomillo hasta una pizza. Sirven rápido y bien. Y desde luego, de precio es de lo mejorcito que se puede ver por Madrid para comer como se come, es decir, no de raciones sino a la carta y con postres caseros (espectacular el de manzana y helado).
Tiene una terraza muy chula, ahora con sillas pero el verano que la inauguraron tenÃa unos sofás q eran la envidia de la calle entera….
Ayer estuve con dos amigas cenando allÃ, nos gustó mucho, y la comida muy buena. La única pega son los baños, muy pequeño, agobiante hasta la saciedad….
La ensalada fragola lo mejor que he probado en mucho tiempo. El sitio es bonito, la terraza muy bien, en pleno centro y ves una parte interesante y bonita de madrid, lo malo los guiris que se quitan loz zapatos mientas comes y el ruido de la gente que grita por la calle. El precio adecuado, unos 20€ y acabamos muy llenas.
En general lo recomiendo.
Antes iba mucho al Fragola de la calle Alcalá lo conoci por un amigo y me encanto, Ãbamos praticamente una o dos veces al mes, pero creo que deben haber cambiado el cocinero porque la comida ya no es igual que antes. El rissoto antes estaba espectacular y ahora es demasiado pastoso, por no hablar de la cantidad que deja mucho que desear. La presentación de las ensaladas ahora me parecen muy simples, hace un año más o menos te las presentaban en un plato de vidrio y parecÃa colocado todo al milÃmetro, y ahora te la presentan en una especie de orinal que quita las ganas de comer, por no hablar de la salsa de yogurt de la ensalda toscana que parecÃa un revoltijo de hojas verdes. En resumen este restaurante no es lo que era, deja mucho que desear.
Ayer 12.12.08 estuvimos cenando un grupo de 30 personas en la fragola de alcala y el resultado fue desastroso.
Hace muchisimo calor y la comida ni hablar.
Nosostros teniamos un menu de 35 euros por persona, de primeros habia volavant de salmon y lo unico que habia era el volavan mas seco que si te lo ponen sin nada, y ensalada tibia de setas que tres cuartos de lo mismo.De segundo habia a elegir mero en salsa el cual lo pidieron 5 personas y tres lo devolvieron por lo salado que estaba, y tournedo de ternera que fue lo unico que se salvo, pq el postre era un bizcocho de chocolate el cual tenia que haberlo traido con el cafe para poderlo mojar de lo tieso
Ayer fui con unas amigas a cenar .
Nos atendieron muy mal despues de tener mesa reservada hace un mes al llegar nos dijeron que no tenian reserva.Estuvimos alli mas de media hora y no nos pusieron mesa metieron a todos los que estaban despues de nosotras pasaron antes y luego ademas nos querian poner al lado de la puerta con el frio que hacia pero les dijimos que no.Queriamos el libro de reclamaciones pero no nos lo daron porque decian que habia que consumir antes.
El metre ademas era antipatico y nos trababa fatal
En resumen,un desastre
el viernes 12/12/08 estuvimos un grupo de 30 personas cenando, si a eso se le puede llamar cenar.
Tres horas para que nos sirvieran tres platos, la reserva de vinos bajo minimos pq a las 5 botellas consumidas se habian quedado sin rosado fresco y lo traian caliente.
De primero uno de los `latos elegidos era un volavant de salmon y lo unico q habia era un volavant mas duro y seco que otra cosa y el salmon debia estar nadando todavia en el mar.Y no nos dejemos atras los segundos
Bien la decoración, la cena de pena. Fue un premio a la paciencia, menos mal que el ambiente de nuestro grupo era superior y pasamos una velada de lo más divertida y entretenida, porque si no; hubiesemos acabado lanzando los platos y cubiertos ya que entramos a cenar a las 21:30 y salimos a las 2:00 de la madrugada (te sale un poco cara la broma si has contratado una canguro por horas para que te cuide a los niños). Sobre la comida, cantidad ridÃcula, la calidad dejó bastante que desear, nos dieron ventresca congelada por mero, los entrantes para compatir eran 4 hojas de lechuga y un trozo de queso (al trasluz vi Pamplona), el vino se acabó bastante pronto y la excusa era que no estaba frÃo, el postre a compartir “se hacÃa bola” y tuvimos que rogar practicamente que nos trajeran los cafés. Se equivocaron en el menú, nos dieron los entrantes de un menú de inferior precio y nos dimos cuenta cuando nos preguntaron por el primer plato. Por supuesto que no nos dieron nada para compensarnos, ni nos descontaron nada del precio.
En fin, sitio para no volver y por supuesto para no recomendar (tampoco a tu peor enemigo).
Ah! lo mejor la compañÃa. Chic@s , como siempre, un 10 a vuestra paciencia, aguante y saber estar.
Hola. En 1er lugar felicitaros por la web ya que tiene muchos datos de interés y facilita mucho la eleccion. Aunque, claro supongo que al final lo importante es probar, verdad?. Bueno mi opinión sobre el Fragola de C/Alcalá no es del todo malo. Está chulo en decoración todo super limpio y los detalles muy cuidados. Yo lo aconsejo más para cenar ya que yo lo he visitado para comer y es un poco “triste”, muy vacio. Será cuestión de repetir otro dia para cenar. La comida bastante bien, en calidad y en cantidad (con algun entrante y un 1º es más que suficiente). Los postres no los probamos asi que no puedo opinar. Sólo tuvimos un inconveniente y es que se les estropeó el datáfono y no nos lo dijeron hasta que fuimos a pagar con la tarjeta, asi que nos tocó buscar un cajero (hay uno al lado, menos mal) y pagar en efectivo. Ese fué el detalle a reseñar por el incordio que supuso, pero por lo demás recomendable. El precio, lo normal unos 25 € por persona. Muchas gracias y hasta la próxima.
Hola,
Hoy he estado en el Fragola de Corazon de Maria y ha sido una experiencia para olvidar. Horrible. Como dicen en otro post menos mal que no como mucho por que los platos eran de lo mas escasos además de no ser nada excepcional. Flojo, muy flojo y para remate nos han intentado cobrar pan que no nos habÃan puesto. Cuando lo hemos reclamado, los camareros se han hecho los “locos”. Nos han dicho que no nos lo cobraban pero nos han traido la vuelta sin descontarlo y nos hemos tenido que levantar a la barra a reclamarlo por que no nos hacÃan caso.
En definitiva: MAL y caro, uno de los peores sitios a los que he ido en mucho tiempo.
NO recomiento este sitio,
Al pagar le dieron mi tarjeta de crédito a otra persona lo que es todo un problema. Ahora bien, somos humanos y puedo llegar a entenderlo pero que menos que el restaurante invite a comer. Nada, a la encargada le dió exactamente lo mismo y además ni se disculpó.
La comida es del montón y el servicio mediocre.
De ser tú irÃa a cualquier otro restaurante de la calle corazón de marÃa.