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Palma, 63
Madrid (Centro)
Noviciado (LÃnea 2)
91 532 54 41
25 - 35
El Restaurante Gumbo Ya-Ya nos ofrece en Madrid -en pleno barrio de Malasaña- una cocina norteamericana proveniente de Nueva Orleans. Disponen de un menú del dÃa a 12 € y todas sus zonas están habilitadas para fumadores. Sus postres caseros pueden comprarse para llevar y su horario de apertura va desde las 14:00 h. a las 16:00 h. y desde las 21:00 h. a las 00:00. Cierran el domingo por la noche y el lunes.
3,9
Rayo: Un restaurante de cocina norteamericana ideal para una reunión informal de amigos, como su propio nombre indica: “Gumbo Yaya”, que viene de Nueva Orleans -ver cuadro-. No hay lugar a dudas en la profesión de su propietario: ¡arquitecto! Prueba de ello son los flexos que iluminan con gusto las mesas, haciendo un guiño a su quehacer. Existen muchas diferencias entre los locales a los que mete mano un arquitecto o un decorador, la finalidad de ambos es la estética, aunque uno se preocupa enormemente por el aspecto visual ornamental y el otro por los matizes que resuelven situaciones geométricas y de estructuras.
El Gumbo Yaya es un colorido restaurante de apariencia sencilla, pero que guarda en su interior una cocina digna de disfrutar. Si a todo esto se le añaden buenos precios, estamos ante un espacio en el que probablemente pasaremos varios fines de semana contando anécdotas a los amigos.
Las tonalidades anaranjadas y cálidas del local se cruzan con frÃos azules que lo convierten en un interior lleno de color en el que focos intensos de diferentes gamas y formas sobrevuelan una elegante barra de banquetas altas que divide el comedor en dos partes.
Las mesas carecen de mantel, pero complementan muy bien con el sobrio decorado. Llama la atención su cuberterÃa, que destaca sobre una cristalerÃa y vajilla más convencionales.
Al ordenar los platos, no debemos dejar de tener en cuenta sus sugerencias de la semana fuera de carta disponibles en los elegantes espejos negros -uno de ellos presidÃa nuestra mesa-: Ensalada de espinacas frescas con bacon, Champiñones rellenos de langostino con crema de marisco, Alcachofas courtbouillon con aliño de yogurt, Tortita de txangurro con crema de maiz, Vieiras amandine con trigueros, Manitas rellenas de butifarra creole… Asà como los cocktails que podemos disfrutar a 6,75 € y que se leen perfectamente en la imagen.
Por recomendación del camarero -muy activo, amable y correcto en todo momento-, dos entrantes y tres platos principales eran suficientes para los tres. Y después de un largo debate del equipo de Cucharete, nos decantamos para empezar por los tÃpicos Tomates verdes fritos, que venÃan presentados con salsa remoulade y gambas. ¡Deliciosos! ¡Nos encantaron! De acudir al restaurante, os aconsejo que sea un plato que no dejéis de lado.
Las Manitas rellenas de butifarra creole tienen un toque picante que las hace más sabrosas y apetecibles si cabe. Personalmente me encantaron, y en cuanto regrese las pediré de nuevo. ¡Poca salsita quedó en el plato! Estaba para mojar pan -literalmente-.
De plato principal mi elección fue el Lomo de buey ennegrecido. PoseÃa el precio más alto de la carta -17 €- y ennegrecido, lo que se dice ennegrecido sà que venÃa… negro negro. Acompañado de patatas machacadas al ajo se me hizo ameno y placentero. La verdad es que estaba bien bueno.
El tamaño de la ración, como podéis ver en la fotografÃa era más que generosa. Después de abusar de las salsitas de los primeros, me resultó complicado acabármelo. ¡Pero lo conseguÃ!
Los postres son caseros, y además los venden para llevar. Os enseño el Brownie de chocolate doble, que aunque reconozco que me gustó, no llamó mi antención tanto como la Tarta de manzana con bourbon que os muestran mis compañeros, que para mi gusto estaba exquisita, claro que el bourbon tenÃa mucho que ver…
Volveremos al Gumbo Yaya, no cabe duda. Pocos lugares quedan en los que sin sobrepasar los 30 € se disfrute tanto de la comida.
FlashBack: El Restaurante Gumbo Ya Ya, con escasos meses de vida y siguiendo la experiencia recogida de su precedesor el Restaurante Gumbo situado en la próxima calle del Pez, 15, consigue dar una vuelta de tuerca más a la idea original ofreciendo a su clientela una cocina tÃpicamente norteamericana.
No estamos hablando de las estereotipadas hamburguesas, costillas y demás platos que la cultura cinematográfica nos difunde, sino de una oferta mucho más extensa, con influencias mediterráneas y de fusión. Todo ello gracias a su propietario, Matthew Scott, procedente del Estado de Lousiana, que consigue que su escogida carta desprenda lo mejor de sus orÃgenes al otro lado del Atlántico.
El interior del establecimiento es al mismo tiempo discreto y atractivo. Posee una barra central donde diversas luces de colores colgantes desde las alturas acompañan con un carácter distendido a quienes esperan por su mesa o simplemente deciden aprovechar su situación para una charla en buena compañÃa consumiendo cualquiera de los cócteles a disposición del cliente.
Destaca la distribución de todos los elementos que permite disfrutar de una comodidad aceptable. Su disposición en grupos de cuatro comensales consigue crear los grupos perfectos para este tipo de sala al mismo tiempo que evita una atmósfera excesivamente ruidosa.
Si lo que deseamos es algo más de intimidad siempre podremos elegir alguna mesa destinada a parejas a lo largo del ventanal que dispone la fachada.
Al igual que el resto del ambiente obtenido gracias a la decoración, las mesas disponen únicamente de los elementos imprescindibles. Eso sÃ, ha de decirse que estos han sido muy bien escogidos. Prueba de ello son sus platos ondulados y su cuberterÃa de diseño. Los vasos, sin embargo, poseen un diseño con el que el visitante está más familiarizado.
Echando un vistazo desde el otro ángulo del restaurante, la luz nos permite apreciar de mejor manera los coloridos tonos que caracterizan todo el espacio. Un conjunto compuesto por la pintura de sus paredes, sus luces indirectas y los llamativos flexos o lámparas de escritorio que parten de los muros con el fin de imprimir la luz adecuada en cada una de las mesas.
En la carta aparecen un par de decorativos especÃmenes animales, que parecen recién sacados de la viñeta de algún cómic, y que aportan un toque divertido a la misma. Una vez la abrimos, estos nuevos pequeños amigos nuestros nos acompañan en el paseo entre los platos mostrándonos especialidades de la cocina cajún, ensaladas y verduras, productos del mar, carnes y pescados.
Habiendo pedido ya nuestras elecciones y, para amenizar nuestra espera mientras seguimos manteniendo nuestros platos vacÃos, nos agasajan con unas nueces con un acompañamiento especiado y de color oscuro que, aunque en un principio parece extraño, tengo que reconocer que sorprende gratamente a mi paladar.
Los panecillos que aparecen a continuación poseen una presentación muy auténtica. Envueltos en un papel anudado a sus extremos que ayuda a conservar su calor. Todo un detalle ideal para participar como agregado a la degustación de los platos que están a punto de llegar.
Para comenzar, no podemos dejar de pedir los Tomates verdes fritos que os muestra Rayo. Vienen acompañados de salsa remoulade (un punto intermedio entre la mostaza y la mayonesa por explicarlo de alguna forma aunque sin duda muy elaborada) y gambas.
Junto con ellos, un antojo de Ninillas que leemos en la curiosa pizarra que se encuentra sobre nuestra mesa e incluye las recomendaciones semanales fuera de carta. En este caso unas Manitas rellenas de butifarra creole. Poseen un cierto toque de picante y son de ese tipo de platos que bien te puede gustar o no. Si es tu sabor, lo disfrutarás muchÃsimo.
Me dirijo al plato principal con un Lenguado Meuniere, que junto con la salsa de limón y los trocitos de nuez pecana se hace ligero e irresistible. Hoy en dÃa todo pescado debe ser previamente congelado por ley para evitar intoxicaciones siempre que se vaya a comer crudo o poco hecho. En caso contrario es preferible que sea fresco. Y es que, respecto a este punto, haya sido o no congelado, su sabor es correcto.
Si en la anterior fotografÃa el lenguado ya nos provocaba para que le pincháramos el tenedor, allá nos dirigimos. Os aseguro que la salsa combina perfectamente, si nos sobra algo al final, con el pan que os mostraba al principio. Asà que si eres de los que disfrutas haciéndolo no dudes en mojar pequeños trocitos en ella. Sin duda, el equipo de Cucharete no te va a censurar tu disfrute.
Para finalizar la velada gastronómica, los dos postres elegidos son el Brownie de chocolate doble que recomiendo por la calidad del helado que lo acompaña y la Tarta de manzana con bourbon, muy representativos, potentes pero imposible rendirse a sus encantos. Y es que se nota cuando todos los postres son elaborados de forma casera. ¡Atentos a las gigantes porciones!
Un original y auténtico restaurante americano, como rezan muchÃsimos de los anuncios de productos con los que comparte patria, con ese necesario añadido de distinción donde sin duda disfrutaremos de algo distinto y especial. Antes de que se me olvide, enviar un saludo a nuestro camarero de esta noche, Gorka, por su trato tan cercano, sentido del humor y paciencia.
Ninillas: Ya conocÃamos el Gumbo, en la calle del Pez, funciona y muy bien por cierto, de modo que su creador, Matthew Scott, decidió darle un hermanito: el Restaurante Gumbo Yaya en el madrileño barrio de Malasaña. El nombre es cuando menos curioso y viene a significar una reunión informal, por lo que yo entendÃ, y la verdad es que el sitio se presta para ello. Pero vamos a ir por partes, normalmente empezarÃa con un “nada más entrar…”, en esta ocasión me voy a ir unos pasos atrás, justamente al momento en que te encuentras en la calle viendo dónde demonios está el restaurante porque en su portada no viene, por deducción ves una fachada azul con pinta de restaurante y dices: “pues será aquÔ, vamos… lo de blanco y en botella: leche, aunque ya os digo, el nombre, figurar lo que se dice figurar no, es todo puro instinto y placa chiquitita con horarios de apertura.
Ahora sÃ, cruzamos su puerta y nada más entrar… ¿con qué te encuentras? Pues hombre, decorativamente hablando no creo que vaya a pasar a los anales de la historia, su interiorismo es sencillo, sencillÃsimo dirÃa yo, aunque resulta agradable y acogedor. Tienen algo que a mà personalmente me gusta mucho: te reciben con flores frescas.
El resto son suelos de madera, paredes en tonos amarillos y azules y tres cuadros, sólo tres, y dos de ellos son espejos enmarcados donde muestran sus sugerencias. Para la iluminación se han elegido flexos, anclados a la pared y situados sobre cada una de las mesas. El espacio se ve atravesado por dos barras acompañadas de taburetes destinadas para tomar el aperitivo o degustar alguno de sus cócteles.
Cuenta con unos 30 cubiertos, bien distribuidos en mesas modulares que se adaptan perfectamente a los distintos números de comensales. La vajilla y la cristalerÃa son sobrias y van muy acorde al tipo de restaurante. Los manteles… no hay manteles, claro que la mesa es de silestone y taparla -según a quien se le comente- podrÃa suponerle un sacrilegio. La servilletas son negras y de papel, aunque eso sÃ, de las superabsorbentes.
Vayamos al asunto, cuentan con una carta no muy extensa pero que cubre bien todos los frentes y apoyada en sus sugerencias. Es una cocina norteamericana, más concretamente de Nueva Orleans, que es donde se crió Matthew Scott, con influencias tan dispares como la europea o la africana. Encontramos asà platos tan made in USA como los Tomates verdes fritos frente al Bonito ennegrecido o el Arroz Jambalaya. Nosotros estábamos perdidos, todo despertaba nuestra atención. Y claro está, hicimos uso del “con vergüenza no se va a ningún sitio” y preguntamos al camarero. No nos aclaró mucho, esa es la verdad, aunque no digo esto como un pero, al contrario, el camarero estaba seguro respecto a la calidad de cada uno de los platos. De modo que fuimos por libre y finalmente nos decidimos por dos entrantes para compartir y un principal al gusto de cada uno, asegurándonos el camarero que era cantidad más que suficiente, y desde luego, no nos engañó.
Comenzamos con unas Manitas rellenas de butifarra creole de su menú de sugerencias, su foto la tienen mis compañeros, era un plato contundente, de sabor potente y bien elaborado, se acompañaba con una salsa de carne que estaba riquÃsima.
En la foto los archiconocidos Tomates verdes fritos, que como su propio nombre indica son tomates verdes rebozados en harina de maÃz y fritos. Se servÃan con salsa remoulade y gambas, que por cierto estaba perfectamente ligada y formaba el matrimonio casi ideal para los tomates. Yo no pensaba que fueran a casar también ambas cosas, dos sabores ácidos asà juntos… pero sÃ, me encantaron.
De segundo yo me decanté por Daube de carrilleras al vino tinto, que como podéis comprobar en la imagen se servÃa en una cantidad más que generosa, yo no fui capaz de acabarme el plato, y tengo buenas tragaderas.
La carne estaba muy tierna, se acompañaba con un puré casero de patata cien por cien y encima venÃa recubierto por una salsa de carne y por supuesto vino tinto. El resultado era un plato rico, rico… me dio pena no poder acabármelo.
En este punto, nos trajeron la carta de postres, todos muy americanos: Tarta de Peanut butter -mantequilla de cacahuete-, Tarta de zanahoria… En total 6, con unos precios que rondaban los 5.50 €. Por cierto, en el propio restaurante venden también las tartas para llevar. Nosotros nos quedamos con dos. En la foto la Tarta de Manzana con Bourbon que como podéis observar está en pleno proceso de emborrachamiento.
La Tarta de Manzana en sà estaba buenÃsima, y la ración era grande, mi pero viene por el bourbon, que no me gusta, claro que es mÃo, porque tanto Rayo como FlashBack lo disfrutaron enormemente.
El segundo postre fue, como no podÃa ser de otra manera, el Brownie de chocolate doble, también rico si te encanta el chocolate, claro está. Sobre él venÃa una bola de helado que reducÃa considerablemente esa sensación de demasiado dulce.
Con dos entrantes para compartir, tres segundos, dos postres y todo ello regado con agua mineral -por desgracia tocaba conducir- salimos a 29 € cada uno.
Y ahora detallitos… De la decoración poco puedo decir, porque como os comenté no es precisamente su punto fuerte, el servicio, o mejor dicho el camarero, sólo habÃa uno que valÃa por tres, muy bien, dinámico, dicharachero, muy pendiente de todo y de todas las mesas. Respecto a la música, jazz mucho jazz, hasta una bossa nova pusieron a ese ritmo, y siempre al volumen justo. De su cocina, poco más puedo añadir: platos generosos, bien elaborados y con una mezcla original de sabores. En resumen, 29 € bien empleados, disfrutados y con ganas de volver a gastarlos.
Cucharete: Un restaurante ideal para reunirse a charlar con los amigos mientras disfrutamos de su cocina o de sus cócteles, que nos ofrece una excelente relación calidad/precio. Mi equipo cenó por 29 €/persona, con 2 entrantes, 3 segundos, 2 postres y agua.
La calidad de sus materias primas. Su música -muy agradable-. Su cuberterÃa. Sus postres caseros -que se pueden comprar para llevar-.
Su sobria decoración. No aceptan cheques de comida.
3,9
17 comentarios a “Gumbo Ya-Ya”
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Jajaja, sabÃa que os gustarÃa.
El sábado 27 fui a cenar allà con mi novio y también quedamos encantados (aunque no nos esperábamos nada malo, puesto que conocÃamos de sobra el sito. en la calle del Pez).
Nosotros pedimos 2 platos para compartir, que fueron los tomates verdes fritos y la ensalada de langostinos, y de segundo pedimos cada uno un plato, que fueron el cangrejo (si no lo habéis probado, hacedlo) y el ya conocido lomo de buey ennegrecido. De postre pedimos la tarta de queso con frutos rojos y la de tarta de peanut butter.
Salimos satisfechos, y además… ¡¡¡nos encontramos con Sánchez Dragó!!!
Buenas crÃtica y buenas fotos del restaurante!
En cualquier caso,he de decir en mis dos últimas visitas a Gumbo-tanto al de Pez como el de Palma,el “Ya ya “-he apreciado que si bien la relación calidad-precio sigue siendo aceptable,los precios se han encarecido notablemente y,sobre todo,se ha perdido bastante calidad gastronómica con respecto a los estupendos momentos iniciales de “Gumbo”…lamentablemente,temo que estén muriendo de éxito…
Eso sÃ,el atún ennegrecido sigue estando de 10 y Matthew ,tan encantador como siempre.
Un saludo.
Para mi gusto las raciones son escasas para el precio. A poco que te descuides (con pedir una o dos botellas de vino) se te va a los 40 euros por persona sin haber pedido nada espectacular. Una pena, ahora que la tendencia de los restaurantes en esta zona de Madrid (frecuentada sobre todo por gente joven) tira hacia precios más moderados.
Por lo demás, el sitio es agradable y el trato del personal muy correcto… pero después de haber ido un par de veces tanto a este como al de la calle Pez, creo que por el momento me decantaré por probar otros sitios. Mi bolsillo lo agradecerá.
un saludo
Yo no he estado en Gumbo Ya-Ya pero sà en el de la calle Pez. Lo recuerdo de una manera muy buena: buen precio, ambiente agradable y unos tomates verdes fritos más que ricos.
La próxima vez iré al Ya-Ya para contrastar.
Ayer por la noche, viernes 14 de diciembre, estuve cenando en el Gumbo Ya Ya con resultados dispares.
Como yo sabÃa que era una noche muy complicada, reservé para las 11 de la noche, unos dÃas antes. LLegamos muy puntuales y nos tuvieron…media hora esperando, sin mesa ni nada, allà de pie a la entrada, junto con otras cuatro personas que a su vez esperaban otra mesa.
El local, que es muy pequeño, estaba a reventar. Luego, según salÃa la gente, estuvieron pasando mesas de un comedor a otro, lo que para mi gusto, causa un efecto muy feo. El aforo, el ruido, el olor a tabaco, la espera, son los aspectos más negativos de mi visita a este restaurante ayer. A ello hay que añadir que las mesas, algo strechas, no están vestidas, el plato blanco minimalista va directamente sobre la mesa, y la servilleta es de papel, aspectos que me disgustan particularmente. A mi modo de ver, no basta con la calidez de las luces o los tonos de las paredes, pintadas de colores, o la madera de las mesas y ese aspecto hay que cuidarlo más. Finalmente, el hecho de que el local tenga unas mesas altas como de tapeo produce bastante sensación de agobio, casi de encontrarse en un bar con toda esa gente sentada en taburetes justo a tu lado…
Sobre las copas y cuberterÃa no puedo decir nada. De hecho las copas para el vino eran estupendas, y al pedir vinos distintos te las cambiaban, lo que es un detalle de agradecer. Además, el camarero que nos atendió, un chico joven y desbordado de trabajo, no perdió la sonrisa nunca, fue más que amable y demostró conocer el procedimiento correcto para servir el vino o traerte los platos, es decir, nos dio un trato bastante delicado, lo que sin duda dice en favor de este local.
Además, si bien, tardaron mucho en acomodarnos en la mesa, luego fueron bastante diligentes a la hora de traernos los platos y no nos hicieron esperar.
En referencia estrictamente a la comida, pedimos de primero los famosos tomates verdes fritos, que estaban deliciosos aunque la salsa remoulade estuviera algo fuerte para mi gusto (no sé si era la mostaza o qué ingrediente). También pedimos un paté de carne casero bueno de sabor pero algo grasiento. De segundo pedirmos las carrilleras, que a mi entender se habÃan quedado algo duras o que yo pienso que deben estar más melosas de lo que estaban, con un puré natural bueno y una salsita. Y unas vieiras amandine con trigueros y verduritas, riquÃsimas y muy delicadas, si no fuera por un cierto exceso de aceite en el plato.
Eso unido a una botella de agua, dos copas de Ribera de Duero y dos de Rioja (ojo, el vino por copas encarece mucho la cuenta y la carta de vinos es corta, irregular y para mi gusto, muy cara), un chupito y una manzanilla: 67€. Ni barato ni caro. Un sitio agradable con algunas cosas que serÃa mejor pulir, al que quizás convenga volver en noches menos masivas.
Felicidades!!!
muy buena comida, es deliciosa y de la mejor que eh probado y miol felicitaciones a el chef.
El lugar es muy acogedor y tiene estilo.
Gracias.
Estuvimos cenando y nos encantó. Sobretodo por la atención de los camareros, encantadores, que respondieron a todas nuestras preguntas amablemente. Si bien nuestra mesa estaba casi pegada a otra pareja, lo cierto es que tuvimos suerte y el tono de voz de ninguno de los cuatro llegó a molestar. Ni cuando fumaron notamos el humo, lo que me hace pensar que el local está bien climatizado. El sitio pequeñito, acogedor,y la comida buenÃsima. Los tomates verdes fueron un gran descubrimiento. Y los segundos, pollo y solomillo al Jack Daniels, buenÃsimos. Sin ningún pero. Solo el panecillo, que no es tal sino un trozo de pan cortado, eso si, envuelto en papel. Y personalmente, los postres. Compartimos el de plátano, que constaba como sugerencia, y estaba buenÃsimo. Me quedé con ganas de probar los otros. La tarta entera cuesta 27 euros, buena idea para llevar de postre a alguna cena y quedar muy bien, en mi opinión. Volveremos.
MUY CARO, CUIDADO CON LO DE FUERA DE CARTA.
Hemos comido dos personas, y el importe de la comida fue de 102€, lo cual me parece un
palabra no permitida, si tenemos en cuenta que pedimos dos entrantes, tomates verdes fritos y volovanes rellenos de cangrejo, ésto estaba fuera de carta y por dos unidades nos clavaron 19€ , y digo bien clavar porque me pareció unpalabra no permitida.Que casualidad que de los dos segundos que pedimos, uno de ellos era fuera de carta y otros 24€ que nospalabra no permitida.Todo ésto más una botella de vino de 21€ más un postre a compartir más cafe y un orujo, 100 eurines que pagamos.Creo que hay que tener en cuenta que el sitio, las mesas pequeñas y sin mantél, la carta, un folio plastificado, la carta de vino un folio, no son para que luego te cobren lo que te cobran.A mi es un sitio que me gusta mucho, pero os habeis dejado un par de platos para mi imprescindibles. El primero es el gumbo, que esta de muerte (en la calle pez lohacen de marisco y en este con salchichas) y los dos estan buenisimos.
También me gusta mucho el solomillo armstrong.
Con respecto al precio, suelo ir bastante y es raro el dia que sube de los 45 (dos primeros y un segundo)
Y otra cosa, estoy trabajando por la zona, y tienen un menú del dia por 10,50 la mar de apañao
Hace meses pasámos una comida muy amena 6 amigos, sinceramente no se al final cuanto costó pero lo que si puedo decir es que el cangrejo es brutal asi como la sopa de marisco (calle pez), de segundo entre pecho y espalda entró en su totalidad un lomo de buey ennegrecido.
Yo desde mi humilde opinión lo recomiendo 100%.
Personalmente estoy muy descontento con este restaurante y es el motivo de mi participación en este post. Llegamos a las 21´00 de la noche y esperabamos a unos amigos que se retrasaron un poco (15 minutos). Desde el primer momento nos preguntaron que queriamos y asà hasta tres veces…tenian ganas de que eligiaremos ya. Fueron muy mal educados, nos metiron prisa para comer, no habiamos terminado el plato y ya nos lo habian retirado…un agobio considerable!!! Pareciamos pollos comiendo a toda velocidad para dejar la mesa libre. Pedimos unas copas y antes de traerlas no dieron la cuenta sin haberla pedido. En fin un desatre de velada y un pastón!!! Pagamos 180 euros para una mesa de 6 personas. La comida estaba bien pero las raciones o platos eran muy escasos.
Al final de la velada antes de salir… hable con el encargado y encima fue muy grosero le dio igual habernos tratado asÃ.
No lo recomiendo para nada….
Estuve ayer en el Gumbo de la c/Pez, hermano mayor del Gumbo Yaya.
No lo recomiendo en absoluto. HabÃa leÃdo muchas opiniones, que confirmo, sobre lo intolerable de tenerle a uno esperando 50 minutos en la barra, a pesar de haber hecho una reserva 2 dÃas atrás. Confirmo también lo leÃdo sobre los vinos: un disparate de caros, algo absolutamente injustificable porque no tienen nada del otro mundo. En cuanto a precio, sólo puede salvarse un rosado de Navarra de 16 Euros, bastante normalito.
La comida me resultó bastante normal; no es nada que te haga salir del local - por cierto atiborrado de humo - con una buena sensación de haber degustado algo rico y/o diferente. No. Sales de allÃ, una vez que se te ha pasado el cabreo por la casi 1 hora de espera, con una sensación de “experiencia plana”. En alguna parte leÃ, que lo que les ocurre es que se “están muriendo de éxito”. No los conocÃa de antes, pero es poco creÃble que hayan podido tener tanto éxito, si funcionaban como ahora. De ser cierto eso, que tiene toda la pinta, es una lástima que la “salsa mate al pollo”.
Hola!
fuimos el viernes pasado dos parejas a cenar a GUMBO YA YA.
pedimos dos entrantes: tomates verdes fritos y pate de la casa.
las dos cosas bastante ricas, aunque tampoco espectaculares…
y despues, los chicos pidieron solomillo al jack daniels y las chicas pedimos crepes de champiñones y puerros.
os puedo decir que todo horrible!!!! habia cantidades ingentes de pimienta en cada plato, tanto que os puedo asegurar que no me comi los crepes. no tenian ni sabor de tanta pimienta que tenian!
el picor era incomodisimo y no dejamos de beber agua.
para comer la carne hubo que rasparla primero con un cuchillo, para quitarle toda la pimienta posible.
entiendo que haya gente a la que le guste el picante fuerte, y que particularmente en esa zona de eeuu la comida sea asi, pero estaria bien que lo avisaran en la carta, para informar a la gente que no nos gusta o no lo tolera…
los postres exquisitos, todo hay que decirlo. tarte de queso y de manzana. las dos buenisimas y raciones muy generosas.
el trato excelente y el local muy bonito.
Hola a todos!
Ayer estuvimos cenando mi novia y yo en el Gumbo Ya-Ya de la c/ Palma, 63 y tanto la comida como el trato recibido fueron impecables. Comenzamos compartiendo los famosos Tomates verdes fritos, los cuales estaban buenÃsimos. Luego mi novia se pidió el Lenguado Meuniere y yo me pedà el Lomo de Buey ennegrecido, todo ello regado con un buen vino rosado…ambos platos estaban buenÃsimos y las raciones eran bastante generosas.
De postre nos pedimos la tarta de zanahoria (buenÃsima) y el Banana cream Pie (espectacular).
Tengo que remarcar que el camarero al ver que nos excedÃamos a la hora de pedir los platos, nos aconsejó que pidiésemos menos ya que con lo que os he comentado habÃa más que suficiente y lo remarco ya que por todos es sabido que muy de vez en cuando te dejan que pidas aún sabiendo que no te lo vas a poder acabar con el único fÃn de engordar la cuenta…
Un saludo y enhorabuena por la página!
Carlos
Estuvimos cenando ayer y las sensaciones son extrañas… Me explico:
Por un lado el local, es pequeño y aunque no es una maravilla, resulta agradable, música de jazz de calidad y camareros atentos. En ese aspecto bien, nada especial, pero correcto.
La comida, distinta de lo que esperaba, no estaba mala pero mis expectativas eran más altas, sinceramente:
Entrantes: Tomates verdes fritos, el clásico, bastante bien en general y alitas de pollo (de la pizarra) con salsa de ¿bourbon?… No lo sé, pero espectaculares, acabamos con el pan.
Principales: Pedimos un poco de todo, el arroz Jambalaya está bueno, aunque no es nada especial; solomillo al Jack Daniels (más de 25 eur!!) delicioso pero ración MUY escasa, apenas parecÃan un par de pinchos… Quedarte con hambre con ese precio es un poco triste. Los PO Boys eran buenos pero pequeños igualmente…
La verdad es que aunque el sabor no era lo que esperaba, la calidad no era mala… pero repito, que revisen aumentar el tamaño de los platos, pues después de pagar aprox 25-30 eur/pax, salir sin estar del todo satisfecho te deja una sensación frÃa.
No obstante iré al Gumbo de la C/Pez, para probar otros platos y decidir si será mi última visita o me conquistan a su causa. De momento no me inclino de ningún lado.
Hola,
No soy muy de escribir, pero en este caso lo haré para comunicar la mala noticia de que EL GUMBO YA YA HA CERRADO
Fui la semana pasada con una amiga para que lo conociese (en anterior ocasión que estuve de celebración mi pareja y yo quedamos encantados) y me llevé el chasco de encontrar el local cerrado y el cartel de “SE TRASPASA” en la puerta… por lo que no pudo ser.
Una pérdida importante, según mi opinión, porque me gustaba el sitio. Tendré que pobrar en su hermano mayor, que no lo conozco…
Un saludo!
Hola,
Os informo que el restaurante GUMBO YAYA ha cerrado, la verdad es que hacÃa bastante que no iba, y he llamado hoy para reservar mesa y no me lo cogÃan, por lo que decidà ir al GUMBO. Cuando me han cogido el telefono les he preguntado si habÃan cerrado el otro restaurante y me han dicho que si, que a finales de Julio (2011) lo habÃan cerrado.
Asl pues solo nos queda el GUMBO, nunca he estado, era bastante aficionada a GUMBO YAYA y me da pena que hayan cerrado el locla, pero bueno, espero que el GUMBO nos guste tanto.
Espero que esta informción os sea de utilidad!!
Saludos.