-
General Pardiñas, 8
Madrid (Salamanca)
P. de Vergara, Goya
91 575 78 99
35 - 45
El Restaurante Ambos Mundos ubicado en la zona de Goya es un local de nueva apertura en Madrid que ofrece una cocina de fusión japo-mediterránea. Su comedor -en su totalidad para fumadores- dispone de espacio para 28 comensales. No ofrece menú del dÃa pero sà varios menús degustación que van desde los 24 € +IVA hasta los 44 € +IVA. Su horario de apertura es de 13:30h. a 15:45 h. y de 21:00h. a 23:50h. Cierra los Lunes por la noche y los Domingos.
4,5
Rayo: “B”ueno, “B”onito y “B”uen Precio, son las tres B’s que definen a este restaurante de nueva apertura en Madrid, lo “barato” ya sabéis que a dÃa de hoy sale caro. Y para la gente que no sale habitualmente a cenar fuera, mejor no arriesgarse e ir sobre seguro, con información detallada de antemano y bajo recomendación de ¿Cucharete por ejemplo?
El Restaurante Ambos Mundos no puede negar que ha sido diseñado por un arquitecto, la sobriedad de las lÃneas dibujan un local moderno que se presenta acogedor ante un comensal exigente, cuya barrera infranqueable es la de acudir a un local que ofrezca un elevado número de cubiertos. En este caso, únicamente 28 comensales son suficientes para llenar el local, lo que permite una degustación en “privado” sin una multitud que “ambiente” el espacio.
La lámpara, como observó Ninillas a la entrada, podrÃa considerarse el pendiente del local, e irÃa perfectamente a juego con un brillante bolso de fiesta. Pero no menos llaman la atención las viejas fotografÃas que culturizan las paredes bañándolas con los comienzos de la historia familiar de este recogido restaurante: Fachada e interior del -ya jubilado- Café Ambos Mundos de Zaragoza, que ofreció sus servicios desde su apertura en 1881 hasta su cierre en 1955. Ahora le llegó el turno a… ¡Ambos Mundos Madrid 2008!
Un asiento corrido “empapelado” con noticias de prensa, da forma a un “vagón” en el que unos sencillos y elegantes puntos de luz blanca dibujan destellos en una procesión de copas perfectamente alineadas. Los tonos negros de las mesas visten el ambiente, otorgándole unos aires distinguidos a la vez que joviales. ¡Me gusta el Ambos Mundos!
No se olvidan de las servilletas de tela -como por desgracia marca la moda en la capital- y conjugan a la perfección un mantel de camino en varillas de madera con una cuberterÃa de diseño y una cristalerÃa impoluta. ¿Algo más? PodrÃamos intentarlo con una vela… pero no sé hasta que punto desentonarÃa… dejémosla pues para los restaurantes románticos 100%.
Las atractivas cartas son las que realmente ocultan el potencial del restaurante, ¡qué menos! Nos llevó un buen rato estudiarlas detenidamente hasta decantarnos por nuestras elecciones. Mientras tanto, nos dejamos aconsejar con el vino por los camareros y nos aventuramos con un Botani D.O. de Málaga del 2007, un moscatel seco que funciona como sorpresa inicial y que trago a trago se hace cada vez más amigable -lógicamente, y botella a botella no os digo nada-, pero que no considero que sea el acertado para acompañar los platos de una cena en este local, se queda pequeño.
Nos ofrecen un aperitivo mientras nos tragamos -literalmente- el texto de la carta, pues todo se nos antojaba. Tres pinchos de tataki de salmón que estaban… ¡buenÃsimos!, venÃan acompañados de aperitivo PICANTE -con mayúsculas- que os muestra FlashBack en su sección. Al parecer, según el dÃa de semana, sorprenden a los comensales con diversas minicreaciones.
Comenzamos -como empieza a ser habitual- con unos entrantes para compartir, tres esta vez. En la imagen tenéis la Burrata con Kumato, Mango, Menta y Mojama que estaba de vicio. ¡Deliciosa! Imagino que ya sabéis lo que es, pero por si acaso: un queso fresco italiano. Pobres de vosotros como vayáis al Ambos Mundos de nuestra parte y no pidáis este plato… serÃa para cortaros los cataplines… ¡BuenÃsima!
Después cayó un Arroz Meloso de Boletus y Foie que viene decorado con un crujiente de algas, y a pesar de que no era de los que me dejan anonadado, estaba correcto y cumplÃa su función dentro del abanico de calidad que presentaban los patos degustados hasta el momento.
También le dimos al diente con un Carpaccio de Carabineros y Verduritas Baby que os enseñan FlashBack y Ninillas y que no resultó ser mi sabor -”raro, raro, raro”- pero en cambio a FlashBack y a Ninillas les encantó, vamos… que el problema es mÃo. No le cogà el punto, pero como imaginaréis mi parte no quedó en el plato, aunque no llegase a disfrutarlo.
Como plato principal, cada uno se guió por su ojo y por lo que le apetecÃa, que en mi caso fue un Atún Rojo con Tomatitos Asados que resultó ser un auténtico pecado. ¡Madre mÃa cómo estaba el atún! Aderezado con una emulsión de tomate y aceite de sésamo negro… De lo mejorcito que he probado. Puede ser que ese dÃa fuese el ideal para semejante materia prima, puede ser que un aura especial cubrÃa el plato, o pueden ser mil cosas… pero ese plato estaba de auténtico lujo. ¡Impresionante! Me va a dar pena probar otras viandas cuando regrese al Ambos Mundos, porque regresaré y porque ese atún dejó huella en mi paladar.
Y la ración era generosa, aunque quizás no se aprecia en la fotografÃa como deberÃa. ¡Uffff! Vaya recuerdos me trae el atún ese mientras escribo este post…
No os olvidéis de echar un ojo a los segundos de FlashBack y Ninillas, pues tuve la oportunidad de “pasear” mi tenedor por ellos una vez y, aunque no tenÃan nada que envidiar al mÃo, el mÃo era… ¡Sólo mÃo! ¡Mi tesoroooooooo!
Llegados los postres, fuimos directos ¡al chocolate! -cómo no- y a probar algo nuevo. Asà que comenzamos con el Coulan de Chocolate, con Núcleo de Chocolate Blanco y Cardamomo, que a decir verdad… me defraudó, y creo que les sucedió lo mismo al resto de mis acompañantes cuchareteros. Un sabor que se aleja del placer que debe transmitir un postre, claro que… para gustos colores. ¡No tenéis por qué hacerme caso!
En cambio, el Mousse de Banana con Naranja en Texturas y Peta-Zetas estaba buenÃsimo. La acertada combinación de sabores y sobre todo el cosquilleo explosivo de los Peta-Zetas es genial, y claro, cierras los ojos y ves a tus colegas de la infancia, por lo que el postre todavÃa sabe mejor. Muy recomendado para la sobremesa.
Terminamos la “jornada laboral” con unos cafés que sorprenden por su calidad y… ¡A recomendar el Restaurante Ambos Mundos a todo el mundo! No todos los dÃas encuentras una oferta gastronómica de calidad a buen precio en la que se juegue con aceites tan curiosos como el de trufa, el de pepita de uva, o el de sésamo negro -que elaboran ellos mismos-. ¿Nos vemos allÃ?
FlashBack: Amparado bajo el paraguas del éxito cosechado por la gastronomÃa de fusión en los últimos años, llega a nuestras calles el Restaurante Ambos Mundos hace escasos meses. Una cocina de influencia asiático-mediterránea cuyo propósito consiste en sorprendernos sin escatimar en la calidad de sus materias primas.
Sin embargo, su carácter innovador no desprecia el aspecto sentimental que le concede el hacer uso del nombre del famoso, aunque ya desaparecido, Café Ambos Mundos de Zaragoza. Desde su apertura en 1881 hasta el cierre de sus puertas el 2 de Septiembre de 1955, fue testigo de múltiples y emotivas historias de la capital aragonesa. Un establecimiento que aún se recuerda de forma entrañable por quienes lo conocieron y al cual se realiza un homenaje en las imágenes mostradas en el recogido pero acogedor salón de este establecimiento.
Una original idea de Fernando Vassal’lo y Rafael Montes que consiguen configurar un negocio con intencionado carácter familiar. No únicamente por la inspiración que el singular Café de sus antepasados les ha proporcionado, sino también por la elección realizada para el personal de sala y aquel responsable del buen resultado de las elaboraciones en sus fogones. Una motivación compartida por sus creadores que permite respirar el interés por la superación profesional y la satisfacción de sus clientes dÃa a dÃa. Siendo un local tan joven y, se consigan sus propósitos en mayor o menor medida, no se puede dudar de que la actitud es la correcta.
Su público de diversas edades, en nuestro caso compartimos espacio con un joven grupo y diversas mesas de comensales algo más talludos, suele sorprenderse ante la especial decoración basada en madera negra, asientos tapizados con recortes de periódico y numerosos cuadros que combinan modernos diseños con elementos fotográficos propios de la Zaragoza de los años 30. Una puesta en escena afinada para conjuntar perfectamente con la oferta culinaria que tendremos en breves momentos a nuestro alcance.
A nuestra disposición, se encuentran desplegados unos atractivos manteles de varillas de madera sobre los que se asientan una delicada cuberterÃa y unas estilizadas copas de cristal Schott Zwiesel alemanas totalmente impolutas. Elementos más que suficientes para el disfrute de nuestra cena y con una calidad, que si consigue mantenerse en el tiempo a diferencia de las elecciones tomadas en dirección contraria en otros restaurantes, seguramente sea muy agradecido por asiduos y nuevos visitantes.
Y es siguiendo esta lÃnea como, tanto en la fachada exterior como en el interior del establecimiento, observamos que la funcionalidad acompañada de la búsqueda por la autenticidad, forman las claves principales del diseño. Un buen trabajo realizado por un arquitecto que muestra el haber conseguido plasmar la voluntad de sus propietarios.
Según nos decidimos a tomar asiento, el personal de sala nos suele obsequiar con aperitivos variados, que suelen ser más elaborados y abundantes los dÃas entre semana. En nuestro caso se trata de diversos frutos secos, profundamente picantes por estar elaboradas con el famoso wasabi, acompañados de unas delicias de salmón bastante suculentas.
En cuanto a las opciones para acompañar nuestros platos, disponemos de tres opciones de panes distintas servidas conservando aún su calor, con lo que hace más agradable su degustación. PodrÃa hacer una distinción entre ellas pero, puesto que sendas piezas son todas de mi agrado, animo a dedicarles a todas ellas al menos un pequeño bocado.
Realizamos una lectura rápida a la carta que, aunque no muy extensa, nos presenta entrantes, pescados y carnes para todos los gustos. Asà como menús de degustación de 4, 6 u 8 platos. Seguramente bastante recomendables en cuanto a cantidad pero, como buen equipo de Cucharete, decidimos ordenar y mostraros los platos en su esencia propia.
En cuanto al vino con que los acompañaremos, se ofrece una cantidad amplia de espumosos, blancos, rosados y tintos escogidos principalmente en las Denominaciones de Origen nacionales. Nos decantamos por un Vino Blanco Botani D.O. de Málaga del 2007, elaborado en su totalidad con uva Moscatel de AlejandrÃa. Un caldo suave, perfumado y afrutado aunque demasiado orientado al aperitivo sin la potencia suficiente para una cena completa. Como factor adicional, se dispone de una selección de aguas que a Ninillas le encanta como podéis ver en su artÃculo.
Dicho lo anterior, nuestra elección encaja perfectamente con uno de los platos estrella del local y que se trata del Carpaccio de Carabineros y Verduritas Baby. ¡Cuidado que el plato viene caliente! Sin duda una creación cuanto menos singular que consigue hacer las delicias de los amantes de este exquisito aunque costoso crustáceo. Sobre su superficie, se ha espolvoreado una cantidad suficiente de uno de los diversos tipos de sal con los que se trabaja en la cocina, además de bañarse con un aceite a base de carabinero y piña. Animo a descubrir todos y cada uno de estos dos aliños especiales o caseros y, si nuestro interés nos obliga a ello, preguntar por su procedencia o forma de preparación en cualquiera de los casos. Ya que se trata de grandes valores añadidos que el Ambos Mundos nos facilita.
A modo de segundo entrante a compartir, el Arroz Meloso de Boletus y Foie responde fielmente a la definición que indica su nombre en carta. En su superficie, se añade un crujiente de algas que le proporciona un toque de personalidad adicional. Algo que se consigue también en la Burrata con Kumato, Mango, Menta y Mojama que examinamos como tercer entrante. Delicioso, más aún si ya conocemos previamente este queso fresco italiano.
Teniendo que optar por un plato protagonista, me lanzo hacia el Solomillo de AntÃlope con Sal Volcánica. Una carne jugosa en su punto perfecto, acompañada de un hilo de arroz que sorprende grata e idealmente, aderezada de una oscura sal volcánica que potencia agradablemente su sabor. Debo reconocer que además degusto una pizca del Atún rojo con Tomatitos Asados de Rayo que recomiendo altamente y un bocado del Bacalao confitado en Aroma de Té Verde y Champagne de Ninillas que me convence por su peculiar gusto a jengibre.
Llegados al aspecto más dulce de la noche, el Coulan de Chocolate, con Núcleo de Chocolate Blanco y Cardamomo no alcanza mis expectativas debido a un bizcocho algo seco y un helado de chocolate blanco en el que no predomina el sabor que se espera de él.
Obtengo muchÃsima mejor impresión con la Mousse de Banana con Naranja en Texturas y Peta-Zetas. Realmente un auténtico abanico de sensaciones, comenzando por pequeñas explosiones en el paladar, continuando por una mousse ligera y sugerente, y terminando con un excelente helado de violeta.
Como buen final, cerramos la velada con tres cafés de una calidad considerable. En este caso, decidimos dedicarles mención especial en nuestro texto. Ya que no suele ser habitual en todas nuestras visitas que, después de una interesante cena, el café se mantenga en la misma lÃnea del resto de la noche.
A estas alturas, no me queda más que agradecer a Jonathan, el camarero que nos ha atendido durante nuestra cena por su atento servicio. Sin duda, deberemos de volver para seguir de cerca la evolución de un recién llegado establecimiento con un gran potencial, dirigido a todo tipo de público y con una serie de elementos extraordinarios no habituales en su franja de precios. Perfecto para disfrutar de un tiempo de descubrimientos en un entorno estimulante.
Ninillas: El de hoy es un restaurante chiquitito, nada pretencioso, de ésos que con el tiempo y sin hacer ruido se van situando como visitas obligadas. Cuando se le llama responde con un nombre rotundo: Restaurante Ambos Mundos y en él cenamos, mejor dicho, disfrutamos de la cena, porque aquà se disfruta y mucho.
Está ubicado en la zona de Goya y lleva abierto pocos meses, en concreto desde el pasado 3 de Diciembre, no es mucho tiempo, pero sà el suficiente como para que el restaurante vaya fijando conceptos y empiece a mostrar su auténtica personalidad, y creedme, la tiene.
El local amplio, lo que se dice amplio… no es, más bien al contrario, es pequeño, aunque eso sÃ, han sabido sacarle el máximo partido. Jugando con el blanco y negro han conseguido un ambiente Ãntimo pero bien iluminado donde uno se encuentra a gusto.
El local se ha organizado haciendo uso de bancos corridos, no muy cómodos cuando llevas un rato sentada la verdad, por eso un buen consejo serÃa agenciarse una silla a la llegada, cada cuál que cuide de su culo, que sólo tenemos uno.
El restaurante cuenta con 28 cubiertos en una única sala apta para fumadores, tal cual, la cosa no da para más, distribuidos en mesas modulares de dos que se van recomponiendo dependiendo del número de comensales. Las mesas no cuentan con mantel, en su lugar se ha optado por una esterilla negra acompañada, eso sÃ, por una servilleta blanca de tela. El resto… pues cristalerÃa elegante, cuberterÃa original y una vajilla blanca que sin ser nada espectacular se amolda a la perfección a las diferentes viandas que sobre ella se posan.
Bien, vamos al asunto, comenzamos con los caldos, además de la tÃpicas denominaciones de origen cuentan con otros menos comerciales, eso sÃ… todos a precios razonables. Me llamó mucho la atención el clarÃsimo predominio de tintos, por supuesto una simple apreciación personal ya que a mà con este tipo de cocina me tiran más blancos y rosados.
Y si el vino te perjudica, o simplemente te quieres salir de las clásicas marcas de agua, aquà cuentan con una selección de aguas, que lo cierto es que encarecerán notablemente la cuenta, pero oye, para gustos se hicieron los colores. Podemos encontrar Voss -el agua “0″-, Hildon -elegancia británica-, Finé -exclusividad oriental-, 420 -agua volcánica- y Bling (la de la foto), lujo en H2O, nunca mejor dicho pues la botellita, vale que es preciosa y lleva cristales Swarovski, pero sale a 70 € los 750 ml. Como comentó Rayo en la mesa, quizás no la pedirÃa para beberla, aunque para mezclarla con un whisky exclusivo… quién sabe. De todos modos, hoy no era el dÃa.
Tras los fogones se encuentran dos de sus socios: Rafael Montes y Fernando Vassallo, elaborando una cocina de fusión japo-mediterránea, de ahà también el nombre del restaurante. Su carta no es extensa: 8 entrantes, 3 pescados y 3 carnes y punto, no busquen porque no hay más. Ahora bien, aunque escueta, está llena de sabores, originalidad y buen hacer.
Además cuentan con 3 menús degustación que se sirven para la mesa completa de 4 platos -24 € +IVA-, 6 platos -34 € +IVA- y 8 platos -44 € +IVA-, aunque están pensando en hacer modificaciones y presentar un menú degustación maridaje elegido por los cocineros.
Como ya sabéis, a nosotros los menús degustación… como que no, pero debo reconocer que los de la mesa de al lado lo pidieron y no me disgustó.
Empezamos con el duro trabajo: 3 entrantes para compartir, 3 principales y 2 postres. Antes os muestro el aperitivo: Tataki de salmón, rico, rico.
En la foto: Burrata con kumato, mango, menta y mojama. Un plato muy original, donde la burrata -queso fresco italiano- reposa sobre una base de kumato -otra variedad gourmet del tomate- picado, además, claro está, lleva mango, menta y para rematar la faena un toquecito de mojama rallada. Es un plato al que tardas un bocado en cogerle el punto, ahora bien, cuando se lo has cogido no dejas nada.
Del Arroz meloso de boletus y foie -mostrado por mis compañeros- poco puedo decir, estaba correcto sin más. Más interesante y sabroso estuvo el Carpaccio de Carabineros y verduritas baby. El plato se sirve caliente y va regado con una emulsión de piña y aceite de carabineros. Una mezcla resultona y llena de sabor.
Vamos a por los segundos, Rayo pidió Atún rojo con tomatitos asados, sin duda alguna fue el espectáculo de la noche y desde luego sólo probarlo justifica una visita al restaurante. El toque exótico lo puso el Solomillo de antÃlope con sal volcánica que comió FlashBack, tenÃa un sabor caracterÃstico y a mà me gustó, pero al margen de gustos el punto era bueno.
Yo me quedé con el Bacalao confitado en aroma de té verde y champagne, no podÃa ser de otra manera, habiendo bacalao me cuesta mucho decidirme por otro plato.
El bacalao se macera en té verde y champagne para posteriormente confitarlo en aceite de pepitas de uva. El toque final lo ponen el jengibre rosa y varias especias japonesas. El resultado… un bacalao con el punto justo de cocción que deja un sabor dulzón y que a mà desde luego me encantó. Debo reconocer que no es un plato que vaya agradar a todo el mundo, el contraste de sabores es grande y eso no siempre gusta, pero como ya he dicho a mà me entusiasmó.
Llegamos a los postres, y en este apartado cuentan en concreto con cinco. Nosotros elegimos dos para compartir: Coulan de Chocolate con núcleo de chocolate blanco y cardamomo y Mousse de banana con naranja en texturas y peta-zetas. El Coulan -mostrado por mis compañeros- me decepcionó por varias raciones: bizcocho demasiado seco, chocolate negro demasiado espeso y con falta de potencia, y el blanco carente de sabor a chocolate, vamos… que no me entró. El Mousse de banana en cambio estuvo mejor, no era nada extraordinario, pero mejor que el otro sin lugar a dudas, al menos para mÃ. Era un postre divertido, los peta-zetas es lo que tienen, y el helado de violeta al fondo ponÃa su puntito.
Regamos la cena con un Botani D.O. de Málaga del 2007, un vino blanco elaborado con uva Moscatel de AlejandrÃa. No lo conocÃa y nos dejamos guiar por el camarero, quien nos dijo que gozaba de una gran aceptación, pero por mi parte una y no más. No voy a entrar en si era seco, si era afrutado, si nada… Sencillamente no me gustó, no me iba bien ni con carne ni con pescado, y de hecho sobró vino. Añadiré que los de la mesa de al lado también lo pidieron siguiendo el mismo consejo, y al terminar la cena y venir a pedirme un cigarro, nos comentaron también que el vino les habÃa parecido un despropósito. Me consoló el saber que no era sólo yo.
En fin, que mientras comentábamos el vino, nos tomamos un café, muy rico por cierto, y yo aproveché para hacer mi obligada visita a los baños, chiquititos, pero muy apañados y limpios. Parece una obviedad, aunque por desgracia los aseos suelen dejar bastante que desear si de higiene hablamos en otros locales.
Ahora sÃ, ya hemos cenado y como siempre vienen mis detalles. Empiezo por las mesas, están juntas, aunque para el espacio del que disponen la verdad es que no está saturado. El servicio bien, el restaurante estaba medio lleno y en esas condiciones la verdad es que no hubo demoras. Respecto a su cocina, pues todo un acierto, fusionan sÃ, pero en la justa medida, sin excentricidades y haciendo que sus platos resulten divertidos al tiempo que juegan con sales y aceites para potenciar sabores y no para enmascarar. El único pero, tal y como yo lo vivÃ, fueron sus postres, les queda bastante hasta llegar al nivel de su carta, por lo demás creo que lo dejado escrito: buena comida en un ambiente desenfadado y a un precio que yo considero razonable para la calidad y cantidad que ofrecen.
Cucharete: El Restaurante Ambos Mundos es, sin duda, un Pequeño Mundo de sensaciones -agradables, claro está- que conviene visitar. Vamos, como para perderse el Atún Rojo de Rayo, el Solomillo de AntÃlope de FlashBack o el Bacalao Confitado de Ninillas. Todo ello en un espacio moderno, sin excentricidades y sin agobios. ¡Disfruta de la cena (o de la comida)! Mi equipo cenó por 44 €/persona, tres personas con 3 primeros, 3 segundos, 2 postres, agua, vino y cafés.
El ambiente informal y relajado que transmite un comedor pequeño y acogedor. La calidad de sus materias primas. La original elaboración de sus platos. Sus aceites variados y curiosos.
Únicamente para fumadores. Los postres necesitan madurar. No aceptan cheques restaurante.
4,5
5 comentarios a “Ambos Mundos”
Escribe un comentario
IMPORTANTE: Por favor, intenta que tu comentario tenga que ver directamente con el restaurante analizado. Para cualquier otra comunicación tienes disponible la sección de contacto.
Debes estar identificado para escribir un comentario.
Jopetas. La verdad es que leyendo notas como estas dan ganas de ir a Madrid a darse un homenaje.
HarÃa falta un cucharete Barcelonés O:-)
Un saludo!
Hola Cucharetes,
Curiosa la fusión de cocinas. El restaurante resulta apetecible después de vuestro paso por allá..
Me presento como fan vuestro con este comentario! Un saludo.
Hola Cucharetes…
El viernes pasado estuvimos en Ambos Mundos. Todo se adapta a la perfección a lo comentado por vosotros.
Para mi mujer y yo pedimos un menu degustación de 6 platos (36 € por persona) y realmente bien. Todo estaba muy bueno y se experimentan muchos sabores. Se compone de 3 primeros, 2 segundos y el postre, para cada uno. Los platos no son muy abundantes, pero hay que tener en cuenta que son 6 platos. Al final acabas realmente bien.
En cada plato te cambian cubiertos y cuidan mucho la presentación de los platos.
Para beber pedimos una botella de vino blanco ( la carta tiene gran variedad y los precios pasan de 12€ el mas barato hasta lo normal entre 12-24 €).
El trato muy atento, explicándote cada uno de los platos.
En definitiva, muy buena experiencia y muy recomendable.
Fui, por el reportaje vuestro, y qué decepción, me encanta la burrata, y aquÃ, desmerece totalmente, debido al mejunje que la acompaña, y que conste, que me gusta mucho la fusión, pero ésta no era proporcionada. No me gustó nada, y sólo habÃan dos mesas ocupadas, y para colmo, te cobran los aperitivos, en este caso, los garbanzos con wasabi, que si me gustaron, pero yo no los pedÃ. Desde luego, no pienso volver.
excelente definitivamente es para sibaritas,en cuanto a los postres si es verdad que tienen que madurar