-
San Vicente Ferrer, 16
Madrid (Centro)
Tribunal (Líneas 1 y 10)
91 446 18 63
20 - 30
Un restaurante en el que uno se encuentra a gusto. Decorado con toques étnicos y con un nivel sonoro de música de fondo que no llega a interrumpir las conversaciones de los comensales, creando un clima romántico y tranquilo. Las bulliciosas noches de viernes y sábados disponen de 2 turnos de cenas: el primero a las 21:30 y el segundo a las 23:15. Durante la semana es más tarnquilo. Sus platos fusionan cocinas de diferentes orígenes, sin dejar de lado los sabores tradicionales. Disponen de menús para grupos y empresas.
3,5
Rayo: Sin duda, un atractivo y recomendado local el restaurante A dos velas (aunque en la mesa sólo había una vela), digno de una buena cena informal con amigos. El servicio resultó rápido, excepto en los postres, que tuvimos que solicitarlos varias veces. Muy curioso el “fino y estilizado” pie de las copas… ¡seguramente irrompible!
Compartimos unos llamativos y adornados primeros: un sabrosísimo Mousse de foie (de pato con gelatina de batata y caramelo de vinagre de módena):
Acompañado de Aro de brandada de bacalao (bacalao, ajo y piñones, con un toque de nuestro aceite de oliva), que a pesar de gozar de la misma y exquisita presentación que el anterior, no triunfó tanto en nuestro paladar.
Le sigueron unos magníficos segundos (regados por un tinto Hoya de Cadenas Reserva para mojar el paladar.
Dos solomillos de novillo argentino (preparado con cebollitas francesas confitadas en vino tinto, torta de El Casar, mezcla de frutas y espárrago verde en tempura) -¡qué íbamos a pedir si no!-
Un pollo indio (taquitos de pollo macerados en yogur y tandoori cocinados en mantequilla y nata, acompañado de arroz basmati con anacardos)
Y una carne argentina (ternera de importación al punto indicado, acompañada de chimichurri, salsa roquefort, fresas y guarnición de mil hojas de patata).
Llegados los postres, de la amplia carta nos quedamos con 2 tiramisús (el cual avisan que no es el clásico) y 2 espumas de chocolate (asegurando la carta que lleva un toque de “polvitos mágicos” que sólo ellos conocen). Ambos excesivamente dulces para mi gusto, pero no podíamos irnos de allí sin probar ese tiramisú que tanta fama tiene en ese local y que no resultó ser algo tan espectacular. Y los “polvitos mágicos”… pues que queréis que os diga… no se le notaban mucho.
FlashBack: Parece interesante el ladrillo visto acicalador de las paredes. Aunque más todavía la creatividad en la presentación de vuestras diferentes elecciones.
Lo que menos se cuida o se descuida nuevamente parecen ser los elementos que sientan la base de nuestros productos. Vasos, copas, cuberteria, vajilla.. son los grandes olvidados en nuestros días auspiciados por una falsa imagen decorativa de retorno a principios del siglo pasado. Claro que todo parece camuflarse bajo el efecto de unos interesantes platos cuadrados.
Recalcar, sin embargo, el diseño con que se mezclan los alimentos y su conjunción de sabores, un lujo.
Ninillas: Tenía ganas de ir, varias veces me lo habían recomendado y ya era hora de que lo probara.
Se trata de un restaurante familiar, pequeño y muy acogedor; tanto la decoración, como la luz, la música, son más que correctas, debo decir que sus propietarios han realizado un buen trabajo. El trato es muy cordial y cercano, y la verdad es que me habría satisfecho completamente. Si no fuera por esos pequeños detalles que, o bien con el tiempo se van obviando, o desde el principio no se tuvieron en cuenta, lo cierto es que no lo sé porque ,como he dicho antes, era mi primera vez.
El restaurante se ve englobado en los denominados urbanos, pero lo siento, que sea urbano no significa que estés apretado, y es que si bien las mesas para dos comensales son más que suficientes, para cuatro quedan bastante justas. Entre el canastillo para el pan, que por cierto no cobran (agradecidos estamos), la botella de vino, las copas, la velita, muy mona ella, pero que llegado un momento no sabes ni dónde meterla, el vasito cuco con las flores, más que mustias, secas… En definitiva demasiada parafernalia y poco espacio.
A la comida no le puedo objetar nada, todo me supo bien, tal vez al aro de brandada de bacalao le habría puesto un poco más de ajo, pero claro, entonces habría sido ajo arriero.
El caso es que, si bien la presentación es buena y el sabor aún mejor, la cosa desmerece cuando dos de los cuatro platos que hay en la mesa están picados, y ni qué decir cuando vas a limpiarte y descubres que la servilleta que te pusieron en principio casi ni existe, porque claro, aunque es de un amarillo muy a tono con el local y con el mantelito individual, no deja de ser de papel y ya sabemos que éste no es eterno.
De cualquier forma, no lamento la elección, salvando los pequeños inconvientes citados, el restaurante merece la pena, tanto para ir con tu pareja como con amigos, la conversación allí se hace amena y el precio (en torno a 25 euros) es asequible.
Cucharete: Un lugar muy acogedor, sin duda. Aunque, para la categoría que se supone que se le otorga, debería cuidar un poquito más detalles como el mantel, las mesas, la vajilla, el cambio de cubiertos… De todos modos lo recomiendo a los lectores, no creo que satisfaga a paladares exquisitos, pero sí merece la pena probarlo. Mi equipo cenó por 25 €/persona.
Muy céntrico y, aunque repleto de gente los findes de semana, la luminosidad del local consigue transmitir tranquilidad durante la cena. La presentación de los platos está muy mimada.
No hay mantel para el precio de cubierto que tiene, ya que hablamos de un gasto de 25 €/persona. Servilletas de papel, vajilla llena de golpes… (aunque mantener una vajilla cuadrada impecable en un local público lo veo tremendamente difícil)
3,5
16 comentarios a “A dos velas”
Escribe un comentario
IMPORTANTE: Por favor, intenta que tu comentario tenga que ver directamente con el restaurante analizado. Para cualquier otra comunicación tienes disponible la sección de contacto.
Debes estar identificado para escribir un comentario.
La verdad no se me ocurren otras cosas para comentar sobre este restaurante, a mayores de las que Rayo y Ninillas ya han dicho.
Yo no soy mucho de los que valoran un mantel y servilletas de tela, pero siempre es más agradable el tenerlas, y sobre todo si el tipo de restaurante así lo requiere. La mesa evidentemente se queda un poco pequeña para 4 comensales (pedimos bastantes cosas… pero el espacio era reducido), pero la decoración del local, la agradable música de fondo, y por supuesto la comida, lo hacen merecedor de ser probado. La cola de espera que había para el segundo turno de cena así lo demuestra. Sobre los “polvos mágicos”, opino igual que Rayo: no hemos conseguido saborearlos ni verlos; pero el postre estaba bien.
En resumen: un sitio muy agradable para cenar, reservando previamente.
Muy recomendable:
Decoración muy acogedora, ladrillo visto iluminado, colores vivos, mesas muy creativas (uno se entretiene mirando los montajes mientras espera los platos). Yo tambien votaria por algo mas de tela y menos papel, pero me parece un detalle sin demasiada importancia.
Nosotros eramos dos y los 2 platos, no sabria decir cual mas rico… una carta muy creativa, cantidad suficiente en cada plato que para este tipo de cocina (se agradece) y los precios para la relación calidad/cantidad, muy bien.
En definitiva, volveremos….
Probad el pastel de chocolate con helado de dulce de leche… es pensarlo y me entran sudores frios.
Yo celebré el año pasado mi cumpleaños en este restaurante con cinco amigas y fue estupendo. Cenamos bien, nos atendieron con sencillez y simpatía y pudimos estar de tertulia hasta las tantas. Me gustó la iluminación y la decoración tan acogedora. Además, está en una zona estupenda para poder ir luego a otro sitio a tomar una copa.
Paseando por la noche por la zona reparé en la carta expuesta en la fachada y, tras ver el aspecto del local desde el exterior, anoté mentalmente que tendría que probarlo algún día.
El primer intento resultó fallido por no reservar con antelación, y el segundo intento fue debido a la celebración de la no-boda de una amiga (era para celebrar la fecha en que iba a casarse antes de que todo el asunto se cancelara… aunque eso es otra historia).
En resumen, confirmo que me pareció un lugar muy acogedor y agradable aunque un tanto estrecho y apretado. Y que las viandas nos gustaron mucho a todos/todas. Y que como me quedé con ganas de probar algunos de los platos, tengo pendiente repetir la visita.
Yo lo recomendaría (y, de hecho, lo he recomendado) a mis amigos.
Yo he estado varias veces y me ha gustado mucho. No es para tirar cohetes, pero se cena bastante bien a un precio razonable, sobre todo teniendo en cuenta que está en pleno centro de Madrid. Las ensaladas como entrante para compartir son una buena idea y los platos son todos muy apetecibles. Lo único que no me gustó fue el postre de la primera vez que fui: pedí un carpaccio de frutas y eran un par de fresas, medio kiwi y un poco de manzana cortado a trozos, me decepcionó.
De todas formas, he vuelto varias veces y seguiré yendo, pues me parece que merece la pena.
No he estado en el A 2 velas. Tengo muchas ganas de ir después de lo leído. El escribir esta nota aquí es porque quería comentaros que los dueños (o la cadena o lo que sea…), tienen otro restaurante del mismo estilo en la calle San Bernardino (metro Plaza de España) llamado “Con 2 fogones”. Estuve hace un par de semanas y me encantó. El trato muy amable, la decoración, la música… Todo!!! Y la comida estupenda!!! Tienen un menú muy económico con tres primeros, tres segundos y tres postres a elegir. Nosotros comimos a la carta y salimos más que satisfechos. Raciones generosas, platos originales y bien conseguidos. Algunas sugerencias: la hamburguesa de merluza con puré de calabaza, la tarta de puerros y queso acompañada de ensalada con frutos secos al aceite de módena y las ensaladas. Os lo recomiendo!!!
El viernes noche estuve. Fuimos al primer turno: de 21.15 a 23.30.
Decoración bastante cálida, pero a mi pareja y a mi nos tocó sentarnos en un banco demasiado mullido con un cabecero de cama a nuestras espaldas…muy original.
Fuimos 5 personas, pedimos el foie de pato y tempura variada de aperitivo, estaba muy bueno.
De segundos la cosa flaqueo muy mucho. Mi bacalao confitado se notaba que era congelado, no estaba bien hecho y las verduras que lo acompañaban estaban pochas.
Mi pareja pidio novillo argentino rosado, medio hecho, y se lo llevaron muy hecho. Lo curioso, es que todos los platos, incluidos aperitivos, los presentaban con un chorreo marrón, como de caramelo, en plan “cocina creativa”.
Unos 20€ por cabeza, sin postres, muy bien, pero no volveré por el siguiente motivo: Nos quitaban los platos antes de acabar de comer, nos vigilaban como nerviosos en todo momento, teníamos a una chica al lado de nuestra mesa que parecia un policia, venga a moverse y casi no nos dejaba digerir que ya estaba preguntando: “y de postre?”.
Lo mas gracioso es que no eran ni las 23 horas, comimos en media hora!! y de verdad, incómodos.
Cucharete, esta es la segunda vez que me fio de vuestras recomendaciones…y última. Desde luego, aquí algo falla.
Hola Sibarita,
nuestro análisis a este local data de Febrero de 2007 (hace 15 meses), tiempo más que suficiente para que haya habido variaciones, tanto para bien como para mal. Esa es la razón por la que vuestra opinión es importante: Cucharete lo hacemos entre todos.
Un saludo.
Hola,
Seguí vuestra recomendación y fui a cenar a “2 Velas”.
Me encantó, la comida estaba buenísima y el resaurante es muy agradable. Puede decirse que es un buen sitio para una primera cita; es pequeño, acogedor, y con detalles cuidados. Y sobre todas las cosas, uno va a comer, y la comida está muy rica además de no hacer daño al bolsillo!.
Yo pienso volver, peor ojo, se lo recomnedé a una amiga, ésta reservó para el fi de semana y aun con reserva les hicieron esperar más de media hora para sentarse. Yo fui entre semana pero cuidado si está muy lleno.
Hola,
Yo también lo he visitado y la verdad es que está muy bien. Os recomiendo el plato “Mañana me pongo a dieta”, una exquisita mezcla de huevo, patatas fritas, taquitos de jamón y una buena pieza de carne argentina.
Buenas.
Ayer descubrí vuestra web buscando un sitio un poco distinto a lo habitual y tuve la oportunidad de comer en “A dos velas”.
Nada negativo al respecto, al menos entre semana y llegando sobre las 15:30 (trabajo obliga), el ambiente era muy trankilo, relajado y con una decoración bastante discreta pero agradable. Nada demasiado chic ni fashion q tampoco me entusiasma.
En cuanto a la comida pues también distinta a lo de todos los días, probamos una ensalada de berros, frutas tropicales y cilantro de primero q estaba muy buena y de segundo carne estilo argentino a la parrilla con salsa chimichurri q estaba gloriosa (lo siento, soy carnivoro). De postre helado de chocolate aunq x lo q ví al resto eran bastante copiosos y con muy buena pinta. Todo ello x el módico precio de 10€ menú laborable. Imagino x la noche y en fin de semana la cosa cambie bastante y haya q reservar. El personal bastante amable y pendiente de tí, al menos en las horas en q yo estuve.
De momento, totalmente recomendable.
Saludetes a todos los cuchateressss
El sabado pasado, y siguiendo vuestras recomendaciones, y tambien despues de haber reservado, me dispuse a disfrutar de una agrable velada en “a dos velas”, siempre con una compañia fantastica, mi chica.
Habia reservado para el 2º turno, llegamos un poquito antes, sobre las 23:10, nos sentaron enseguida y en una mesa bastante acojedora, en la primera parte del salon de arriba, junto a la pared.
Nos pusieron los tan comentados mantelillos de papel y servilletas, detalle que yo no le doy mayor importancia, lo que si me sorprendio mucho fueron las mesas, con ese collage de cosas, personajes y dioses de otras cultura, muy original y simpatico.
Nos decidimos enseguida, fueron 3 platos, todos a compartir:
1º…..Ensalada brie, muy deliciosa y con mucha variedad
2º……huevos estrellados con patatas jamon y pimientos, buenismas las patatas¡¡¡¡cortadas como las d bolsa, pero naturales….aconsejable
3º……carne argentina, buena porcion de carne 3 trozos, una buena salsa de queso, y chimichurri……bastante bueno y en su punto
El vino elegido fue el 1º de la carta, un rioja, pero del nombre completo no me acuerdo…..muy rico, y a muy buen precio.
Lo mejor de la cena, aparte de la excelente compañia de mi chica, fue el trato recibido por todo el personal, el buen rollo que tuvimos con silvia, que nos estuvimos riendo un buen rato.
Pues nada, recomendable 100%, buen precio, buen sitio y buen vinoo¡¡¡
hasta la proxima
salu2
SERVICIO PESIMO MUY MAL EDUCADOS
Fuimos un martes por la noche a celebrar mi cumpleaños y bueno la comida excelente a todo el mundo gusto, el servicio muy lento y la profesionalidad dudosa (un consejo el vino blanco se sirve frío), comimos el menú de 17 euros todo incluido menos las bebidas, pero a la hora del postre 8 de las 15 personas q íbamos decidieron cambiarlo por un café o en su defecto una manzanilla ( cosa bastante común en los restaurantes de este país), nuestra sorpresa fue cuando en la factura vimos reflejada la cantidad de los cafés, cuando preguntamos si era un error o que pasaba allí, todo el mundo se desentendía de dar la cara, el encargado se había ido, la chica que nos atendía estaba cenando y no se le podía molestar y las hojas de reclamaciones no las encontraban y con una falta de educación insultante. Nos fuimos bastante decepcionados y ni se dignaron ni a despedirnos. NO LO RECOMIENDO.
En mi caso fue justo al contrario, lo único destacable de este restaurante fue precisamente el servicio, nos atendieron muy bien, mientras que el resto de cosas…
Nos sentaron en el sótano, donde hay techo en forma de bóveda que consigue amplificar los ruidos, así que los del cumpleaños de enfrente casi nos dejan sordos. En los laterales en lugar de sillas para sentarse había un incómodo banco corrido, que aunque tenía cojines eran insuficientes. En la pared había un hueco mal sellado por el que entraba bastante frío justo encima de donde estabamos sentadas dos personas. De cenar pedí carne de entraña al punto que llegó demasiado hecha, fría y no había manera de cortarla entre otras cosas porque estaba dura, servida en un plato sopero y con unos cuchillos de untar mantequilla.
En resumen, la relación calidad-precio es horrible
Una pésima experiencia, vamos, que no repito.
Fuimos 4 amigos, y desde los asientos, que son incomodísimos, al trato.
La comida, pasable tirando a mala, pero el servicio, sin duda lo peor que he visto en mi vida.
Pasaron de nosotros toda la noche, será por estar un poco apartados del centro”, pensé yo”, pero eso sí, al llegar la hora del segundo turno, vaya si se acordaron de nosotros!, es de esas veces, que sin haber pedido postre, “te invitan a que te vayas”, además, caras largas, se ve que tenían movidas entre ellos.
No lo puedo aconsejar, lo siento
La comida buena pero de romántico poco. El ambiente es como de bar y entre la excesiva rapidez de los camareros que no te dejan tiempo para digerir y la música frenética en menos de una hora te han largado. Vamos que no merece la pena pagar ese precio por el poco tiempo que lo disfrutas. Esa filosofía es de restaurante de fast food, hay algo que no cuadra.