Schinkel-Klause (BerlÃn)
26 Diciembre 2007 por Cucharete - Este artículo ha sido leído 23,893 veces
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Unter den Linden, 5
BerlÃn (Alemania)
+49 (0)30 202 68 450
20 - 35
Céntrico y elegante restaurante de cocina tÃpica alemana situado en el barrio del Mitte a escasa distancia del nudo de comunicaciones de la cercana Alexanderplatz. CaracterÃstico por sus precios contenidos, según sus propietarios, en las inmediaciones de la exclusiva zona adyacente al Palacio de la Ópera (Opernpalais). Ofrece un salón con capacidad para 24 mesas con un aforo de hasta 120 comensales. Disponible para celebraciones y eventos. Abierto todos los dÃas de 11:00 a 1:00 horas, encontrándose en funcionamiento su cocina de 11:30 a 24:00 horas.
2,5
FlashBack: Siempre existe una buena excusa para realizar una visita a una de las más apasionantes y cosmopolitas capitales de Europa: BerlÃn. Con más rázon incluso en estas fechas cercanas a la llegada del final de año en la que la ciudad se ve conquistada por numerosos y llamativos Mercados de Navidad o Weihnachtmärkte.
Es ésta precisamente la razón que interrumpe nuestro paseo, en el que hemos decidido realizar un recorrido, desde la Postdamerplatz a la Alexanderplatz, disfrutando de los grandes atractivos turÃsticos que en su camino nos encontramos. Este tipo de concentración de puestos navideños a lo largo y ancho de Bebelplatz no hace más que despertar nuestro interés por la artesanÃa y productos que se ofrecen en esta época estival. Entre los que se encuentran, por supuesto, los gastronómicos.
Y es que en esta temporada, no sólo nos dispondremos de los archiconocidos Brezel salados o recubiertos de queso, sino que el aroma del vino caliente con especias o Glühwein nos incita a probarlo para experimentar la sensación reconfortante que produce al compensar el frÃo propio de estos dÃas. Sin olvidarnos, obviamente, de los Lebkuchen, unas galletas propias de la región de Nuremberg realizadas con canela, jengibre, anÃs, cardamomo, miel, frutas y frutos secos entre otros de sus múltiples ingredientes.
Asà pues y, debido al apetito que toda esta variedad de alimentos nos ha producido, decidimos emprender la búsqueda de un restaurante cercano cuyo precio se ajuste a un presupuesto comedido ya que nos encontramos en el mismÃsimo Mitte, ¡a los pies de la Opernpalais! Y claro está, esto implica que aquello que perseguimos no se presente como una sencilla labor.
Es asà como topamos con el restaurante Schinkel-Klause cuya tarjeta de visita reza “In der Mitte große Essecken, am Rande komfortable Tische mit luxuriösen Stühlen - schicke Urigkeit zu Preisen, die den Geldbeutel nicht allzusehr strapazieren.” o, lo que resulta una traducción aproximada, “En el mismo centro, grandes comedores compuestos de cómodas mesas y lujosas sillas, a unos precios que no exprimen el monedero en demasÃa”.
Como si fuera una de esas grandes coincidencias de la vida, al parecer haber encontrado precisamente lo que deseábamos, decidimos cruzar la fachada de letras verdes del restaurante y acceder al mismo a través de la escalerilla que nos conduce hacia el sótano del edificio. Una vez allÃ, nos recibe una barra realizada en mármol y decorada con distintos motivos vegetales artificiales. Allà preguntamos por nuestra mesa y se nos invita amablemente a acceder al salón principal.
Una vez nos introducimos en la búsqueda de la situación que nos parezca más cómoda para nuestra velada, observamos una decoración realmente clásica en los espacios verticales de sus paredes que aparecen completados con diversas láminas antiguas y cuadros paisajÃsticos iluminados por esbeltos candelabros que, sin duda, dan ese toque romántico al establecimiento a pesar de la frialdad que los revestimientos de piedra producen en un primer momento.
La sala se divide en diferentes estancias según el grado de intimidad que deseemos. Desde unas mesas para grupos en la zona central, otras orientadas hacia parejas en los espacios intermedios y finalmente diversas tablas más recogidas a lo largo del perÃmetro del establecimiento. En las primeras es posible hacer uso, además, de unos asientos más cómodos ofrecidos en forma de sofá corrido con piel simulada.
No se ha desaprovechado la oportunidad de separar cada una de ellas haciendo uso de columnas, frontones y cerámicas. Todo ello en un intento por no causarnos un gran cambio decorativo si procedemos de un espectáculo de ópera o una obra de teatro de las ofrecidas en las inmediaciones.
La iluminación se logra principalmente con lámparas verticales que cuelgan desde el techo sobre las mesas -como la que vemos en la siguiente instantánea de la derecha-, y se ve completada por diversos farolillos de pared -presentados en la fotografÃa de la izquierda-, que apoyan a la consecución de una atmósfera más cálida.
No faltan tampoco numerosas ventanas decoradas a modo de vidriera donde los protagonistas son las altas clases del paÃs en siglos pasados, sobre todo en escenarios marÃtimos. Resulta muy curioso echar un vistazo a las vestimentas que se lucÃan por aquella época. ¿Volverán a ponerse de moda algún dÃa?
Vemos a continuación aquello que se nos habÃa quedado en el tintero en cuanto a la frase de presentación del restaurante. Como acertadamente nos informaba, posee “lujosas sillas” de madera y piel, aunque resulta chocante que se mezcle con estridencia tanto lujo neo-clásico o restaurado con los diferentes elementos que conforman la puesta a punto en cada una de las mesas.
Y es que, sobre las tablas en las que vamos a cenar, el despliegue consiste en un manteles y servilletas de papel, cubiertos y copas de cristal adecuados pero no impactantes, asà como los habituales recipientes para la sal y la pimienta o un cenicero estándar de los de toda la vida. Eso sÃ, no nos olvidaremos de la dirección y situación del restaurante puesto que cada vez que hagamos uso de la servilleta podremos recordarla.
Un buen detalle es, sin embargo, el poseer cartas en diversos idiomas para quienes podamos no estar muy duchos en la lengua germana que nos absorbe. Y como no, aquà tenemos la nuestra en castellano, en spanisch, con unas descripciones de los platos bastante extensas. Vamos que si algo queda claro es que, al menos, sabremos los ingredientes de los platos que vamos a degustar.
Incluso la mesa adquiere un carácter diferente cuando nuestro camarero enciende la alargada vela situada en su centro a la que acompaña una elegante rosa flotante sobre un recipiente cubierto casi completamente de agua. Encaje o no encaje en el resto del conjunto podrÃa considerarse cuestión de gustos.
La carta, traducida a nuestro idioma, nos ofrece una serie de opciones en cuanto a Especialidades berlinesas -diversas carnes, principalmente boulettes-, Entrantes y sopas como la húngara o la de patata berlinesa con salchichas wiener, Platos vegetarianos -fundamentados en puerro, espicanas, champiñones o patatas-, Ensaladas frescas de mercado, Platos de pescado -principalmente lucio y arenque-, Platos frÃos y una selección “Para nuestros pequeños invitados” basada en escalopes, patatas fritas o pasta.
Optamos por compartir una ligera ensalada entre los cuatro comensales y seguirla con un plato principal por persona. La elegida por mayorÃa es la Gemischter Salatteller, una ensalada mixta compuesta por tomate, zanahoria, cebolla, pepino y hojas de rucola. Un plato sin excesiva sofisticación.
Como segundos cursos nos decidimos por una variedad de carnes -los pescados se resumÃan en tres y no nos llegan a convencer-, de las que la que nos resulta más sabrosa es el Berliner Eisbein que consiste en diversas porciones de carne de cerdo en salsa, acompañadas de espárragos trigueros envueltos en bacón frito y unas graciosas bolas rellenas de puré de verduras. El más recomendable de los que probamos por decisión unánime de la mesa.
Es casi obligatorio probar unos bocados de las famosas boulette berlinesas que como su nombre indica son unas elaboraciones en forma esférica de carne picada, normalmente cerdo, a las que se añaden diversas especias además de leche o agua y posteriormente se frÃen. ¿Seguro que a alguien le recuerda esta receta a cierto plato realizado en nuestras tierras? De cualquier forma, como en todos los sitios se impregna a los platos de un toque especial, nos encontramos decididos a hincarles los dientes.
Como consecuencia de ello, la elegida es una Berliner Boulette mit feinürzigem Mischgemüse und Salzkartoffeln, o boulette con verduras variadas y patatas con sal. Según la comensal que se inclinó por ellas, no estaban del todo mal pero en cuanto a sabor resultan algo más sosas que otras que habÃamos probado previamente.
En el otro extremo de la escala creada por nuestros paladares queda la desafortunada elección del Magere Berliner Eisbeinsülze, una carne de magro en gelatina berlinesa bañada por una salsa tártara casera y acompañada de patatas doradas en su punto. No podrÃamos acertar a decir si la razón más influyente para nuesta opinión serÃa la salsa que lo acompaña, la carne excesivamente veteada en grasa o una unión de ambas cosas.
Entre medias de todas ellas y, a mi parecer en un segundo puesto, quedarÃa el plato de Hausgemachte Berliner Kohlroulade, una carne rellena y cortada en rodajas servida con col bañada en salsa de comino y acompañada de patatas con sal. Aunque no espectacular, debo de mencionar que acabo con todo lo que se encuentra en el interior de la pieza de cerámica.
No muy convencidos con como esta resultando la cosa hasta este momento, investigamos la carta de postres en la que figuran helados, helados de oferta y el que parece más casero de todos, el Berliner Rote Grütze, compuesto por helado de vainilla coronado con nata. Sobre él se vierte una jalea de frutas servida de forma separada en un recipiente de metal. Una combinación de sabores ácidos y suaves que sin sobresalir especialmente, se degustan con satisfacción.
Schinkel-Klause supone una opción a considerar si lo que deseamos es un entorno clásico con opciones representativas de la cocina alemana, sobre todo berlinesa, a un precio comedido para su zona, aunque como hemos visto en previos artÃculos existen otras posibilidades a tener en cuenta en la ciudad de los rÃos Spree y Havel.
Cucharete: Uno de los restaurantes más céntricos de BerlÃn, con un salón que posee ciertos aires elitistas aunque no se encuentre al mismo nivel su gastronomÃa. Llevadero gracias a sus sostenidos precios en comparación con la oferta de la zona a la que pertenece. Mi equipo cenó por 16 €/persona, teniendo en cuenta que sólo se compartÃa un entrante y un postre entre cuatro comensales.
Un servicio muy atento y esmerado. Especialmente con clientes no propios del paÃs que se acercan a disfrutar de un momento de relajación en sus paseos turÃsticos. Las cartas preparadas en diversos idiomas.
La decoración, según gustos, podrÃa considerarse algo “pasada de moda”. La calidad de algunas de las carnes y su preparación puede no ser la óptima para nuestros paladares.
2,5
Un comentario a “Schinkel-Klause (BerlÃn)”
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Te felicito por la página !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
El año pasado estuve en Madrid en el mes de mayo y
pude disfrutar de alguno de los restaurantes incluidos
en tus comentarios.
Felicitaciones !!!!!!!!!
Eduardo Rojo
Buenos Aires
Argentina