Restaurantes en Madrid

• Rocinante, 9
  Madrid (Fuencarral)
  Tres Olivos (Línea 10)
  91 734 50 58
  10 - 20

Rayo: ¡Atención, amantes de las pizzas que estáis en plena crisis económica! ¡Buenas pizzas a muy buen precio en La Reginella de la C/Rocinante! Ésta es la grandeza de un blog como el de Cucharete, el poder aconsejar a nuestros lectores uno de los lugares más exclusivos de Madrid, y del mismo modo, poder otro día indicar dónde elaboran unas buenas y económicas pizzas napolitanas que incluso podéis pedir para que os las sirvan a domicilio. ¡Todo gracias a unos amigos que viven por la zona! Les hicimos una visita y… ¡Nos recomendaron cenar -como buenos cucharetes que somos- las pizzas de La Reginella! Así que… allí que nos fuimos a probarlas… ¡faltaría más!

La Reginella es un restaurante pequeñito pequeñito, con cabida para únicamente 25 comensales, más los que cojan en la barra mientras miran a Marco -napolitano de pro- elaborar la masa que posteriormente degustarán acompañada de un… ¿lambrusco? No hay horno de leña, pero hay mucha “mano” a la hora de hacer la masa…

Muy interesante la posibilidad de pedir estas pizzas desde casa, pues no se pueden comparar a las que elaboran los establecimientos de comida rápida que todos tenemos en mente cuando escuchamos la palabra “pizza”… ¡Éstas merecen la pena! Así que apuntad el teléfono en la nevera: 91 734 50 58 (Servicio a domicilio por la noche en: Fuencarral, Tres Olivos, Montecarmelo, Mirasierra).

¡Vais a cansaros de ver pizzas hoy! Estáis ante el… ¡artículo más pizzero de Cucharete! ¡Ya veréis, ya! Pero de momento, vamos a echar un ojo al interior del restaurante: pequeño, sencillo y limpio; regentado por un napolitano y una peruana, por lo que la “fusión” puede estar muy conseguida si se aventuran con unas pizzas creativas en algún momento.

Las mesas se empapelan con tonos azules en los que la nota de color la ponen unos tulipanes inertes. Pero recalco que lo que más llama la atención es la limpieza que nos encontramos en el comedor, teniendo en cuenta que estamos en un lugar de batalla a unos precios muy comedidos.

El gran televisor plano que preside el espacio, acompañado de la bandera que veis en la imagen que viene a continuación en la pared opuesta, dejan entrever que el sitio es ideal para ir a ver jugar a “La Roja” mientras disfrutamos de unas sabrosas pizzas en Madrid. ¡Una pena que no nos hayamos llevado la Copa Confederaciones! Aunque bueno… la Italia del “Sr. Pizzero” también cayó en el campo de batalla… Así que nadie podrá regocijarse con el otro bando…

Esta vez, formaban el equipo cucharetero nada más y nada menos que 7 personas: Manuel, Rosa, Roberto, Ana, Sara, Rayo y Ninillas… ¡Menuda tropa! Aunque para tropa… ¡la de pizzas que de allí salieron! ¡Nos sobraron trozos y todo! Cuidado chicos que… ¡Son grandes!

Comenzamos pidiendo unos entrantes, cuatro ensaladas diferentes de la carta, y después nos lanzamos directamente a las pizzas, que fue lo que nos aconsejaron nuestros amigos -quienes ya conocían el local-. Dejamos a un lado los platos de pasta: canelones, lasagna y spaguetti , pues al parecer no es “pasta casera” y no merece tanto la pena como las pizzas.

Para empezar, compartimos una Ensalada Caprese, que como podéis observar en la fotografía, consta de unas rodajas de tomate que acompañan a unos generosos trozos de mozzarella sobre los que corre un poquito de aceite de albahaca. Tomate y mozzarella… si te gustan esos dos sabores… ¡Pídela! ¡No hay más!

Continuamos con una Ensalada Contadina en cuya cima lucía un tomatito abierto que tuvimos que sortear, todos probamos esa lechuga acompañada de pera, queso escama Grama Padano y salsa mayonesa con champagne. Para nuestro gusto, se veía superada por el resto.

El Carpaccio di bresaola es para los italianos lo que para nosotros la cecina de León, un embutido de color púrpura consistente en finas lonchas de carne de ternera curada durante dos o tres meses. Una entrada carnívora de lo más interesante que compite con sus ensaladas.

La Ensalada Mediterránea es la que más gustó en la mesa, lechuga abundante acompañada de pequeños daditos de queso feta, sabrosísimas olivas, alcaparrones, y todo ello bañado por una salsa balsámica con orégano. Ésta, no os la perdáis.

Y… ¡Vamos ya con lo que realmente interesa del pequeño Restaurante La Reginella! ¡Sus pizzas! ¡Aquí se viene a por pizzas! ¡O se piden a domicilio!

Cada una de las masas es elaborada allí mismo por Marco, y eso se nota cuando le hincas el diente… ¡Vais a ver pizzas a partir de ahora hasta en sueños! Porque viene una buena lista de ellas más abajo… ¡Recordad que éramos 7 personas!

Lo regamos todo con 3 botellas de Lambrusco Rose Valmarone Emilia de lo más normalito, por supuesto, a 7,50 € nada más, no nos podemos quejar en ese sentido, aunque no está pensado para los paladares más exquisitos… que tampoco es lo que buscamos aquí.

Para empezar… la Pizza Quattro Stagioni. La masa de Marco… con mozzarella, tomate y… alcachofas, champiñones, jamón york y pimientos. Todo un clásico que habréis degustado en mil y una ocasiones, pero sin la mano de Marco detrás.

Se sale un poquito de la norma habitual la Pizza Calzone Ripieno, que viene doblada guardando en su interior el tomate, el jamón york y los champiñones que nadan en una abundante mozzarella. ¡Muy rica! ¡Obligada en La Reginella!

En la siguiente fotografía vemos a Rosa con la Pizza Valtellina, en la que su ingrediente principal es la bresaola que degustamos como entrante minutos atrás. Lleva también escama de grana, rúcula, y por supuesto tomate y mozzarella.

Como podéis ver, las pizzas son enormes… ¡Las individuales! ¡Como las de la foto! Y están entre 7,50 € y 10 €, dependiendo de los ingredientes. ¡Muy económicas!

¡Fijaos qué buena pinta tiene la Pizza Vesuvio! Con el huevo marcando el centro a modo de volcán en erupción. Los ríos de lava ardiendo son protagonizados por las tiras de pimiento, y el resto del abrupto paisaje corre a cargo del tomate y la mozzarella.

La Pizza Media Luna que tengo entre manos es una combinación de la Pizza Margherita y la Calzone Ripieno que vimos más arriba. En cuanto a presentación, es sin duda la más llamativa; en cuanto a sabor, de las más recomendables.

Ana, que se nos quería escapar de salir en Cucharete… ¡no quería hacerse famosa!, os muestra una enorme Pizza Alla Carbonara… ¡Lo que veis es para una persona! ¡Menudo tamaño! ¿Eh? Mozzarella, nata, huevo, bacon, queso rallado y perejil. ¡Muy sabrosa!

Finalizamos el “repertorio pizzeriano” con la Pizza Cannibal… Tomate, mozzarella y cebolla acompañando a su ingrediente principal: ternera a la bolognesa. Otra de las que debéis apuntar por si visitáis La Reginella. Sara eligió esta pizza, y a ella sí que no la convencimos para salir en Cucharete… ¡Nunca nos deja!

Estábamos -como os podréis imaginar después de tanta pizza- a punto de explotar, por lo que pedimos cuatro postres para los siete, por probarlos más que nada. Además, sólo había dos en la carta, así que… perfecto: dos y dos. Pannacotta y Bomba de Chocolate, que a pesar de no ser caseros estaban bien buenos, pues no dejamos nada en los platitos… por algo sería.

Resumiendo, que el Restaurante Pizzería La Reginella es un espacio de lo más económico en el barrio de Valverde (distrito de Fuencarral), y su situación es muy cercana a la parada de Metro de Tres Olivos. Destacándolo para tomar unas pizzas en solitario, con amigos, o disfrutando de algún evento deportivo.

Y por supuesto… ¡Para pedir sus pizzas a domicilio! Individuales -como las de las fotos- a 10 €, las medianas a 13 € y las grandes a 16 € (pedido mínimo 15 €). Una llamadita al 91 734 50 58 y llegan calentitas a casa. Sin olvidar que sólo reparten por la noche en las zonas de Fuencarral, Tres Olivos, Montecarmelo y Mirasierra, como os comentaba al principio de este artículo.

¡Pizza power!

Ninillas: A veces, la suma de diferentes factores dan como resultado el descubrimiento de pequeños restaurantes, que de otra forma nunca llegaríamos ni tan siquiera a situar en nuestro mapa de restaurantes de Madrid. Pero claro, es que esta capital se va extentiendo cada vez más, y donde antes había descampados ahora hay urbanizaciones, en las que viven personas que para no quitarse las buenas costumbres adquiridas, comen al menos tres veces al día. Y para que no siempre lo hagan en sus casas, nacen cafeterías, bares y restaurantes… que al tiempo que animan el paseo por estos nuevos barrios, cumplen una labor social importante: la de darte de comer cuando no hay ganas de cocinar o cuando la nevera se encuentra bajo mínimos.

Pues bien, en este marco de expansión urbanística, hoy nos dirigimos hacia el Norte, concretamente al distrito de Fuencarral, muy cerquita de la estación de metro Tres Olivos. La intención era la de una visita rutinaria a unos amigos que viven por allí, pero llegada la hora de la cena los estómagos empezaron a hacerse notar y los residentes sugirieron ir a comer a un localito cercano donde las pizzas estaban de vicio. Dicho y hecho, “pallí” que fuimos y, por supuesto, aquí os lo enseñamos, porque creemos que merece la pena descubrirlo. Su nombre: Pizzería La Reginella.

El Restaurante Pizzería La Reginella abrió sus puertas hace dos años. Se trata de un local pequeño, pero con el encanto que ofrecen aquellos establecimientos de gestión familiar. Un italiano, Marco Iovino, se encarga de amasar y de dar forma a las pizzas que posteriormente llegarán a la mesa, mientras tanto su esposa, Patricia Tapia, acomoda y atiende a todos los clientes siempre con una sonrisa.

Nada más entrar, te encuentras con una pequeña barra y, justamente enfrente, el horno. Con dos o tres pasos más, dependiendo de la zancada, llegas al comedor, chiquitito pero coqueto. El azul y el amarillo ponen el toque de color a la estancia, con una capacidad de 25 comensales y toda ella para fumadores. No es un sitio pretencioso, tampoco es ése su objetivo. Es, sencillamente, una pizzería que intenta -y lo consigue- ofrecer al cliente lo que mejor saben hacer: pizzas napolitanas. Puede que sobre algún que otro elemento decorativo, esa bandera de España con el torito… muy italiana no la veo, pero en fin, supongo que debió quedar allí tras acompañar a algún encuentro de la nuestra Selección.

Sus mesas se visten con un mantelito de papel a cuadros blancos y azules y una servilleta azul a juego. Evidentemente, no es el “recopetín”, pero oye, que estamos donde estamos, no le voy a pedir manteles de lino. Lo que sí llamó mi atención fueron su vajilla y cubertería, no es que sean lo más de lo más, pero son resultones en un local de esta categoría. Ahora os dejo con dos fotografías antiguas de Nápoles -tierra natal del pizzero Marco-: la Iglesia de Santa Anna y la Puerta Capuana.

Pero vamos a meternos en faena, que es de lo que aquí se trata. El Restaurante Pizzería La Reginella está especializado, como no podía ser de otro modo, en pizzas… sí, pero elaboradas de manera artesanal al estilo napolitano, lo que implica que su masa, una vez reposada y trabajada convenientemente, quede fina, muy fina. De esta tarea se encarga su propietario Marco, bueno… de esto, y de ponerles por encima los ingredientes necesarios que hacen que cada bocado te lleve al siguiente, hasta que… la pizza se acaba.

Ofrecen más de 20 tipos distintos de pizzas cuyo precio en el restaurante va desde los 7,50 € hasta los 10 €. Ahora bien, también las puedes pedir a domicilio, siempre y cuando tu pedido sea superior a 15 € y, por supuesto, te encuentres en su radio de acción que es la zona de Tres Olivos, Montecarmelo, Fuencarral y Mirasierra -una pena que no me pille cerca-. Cuentan con tres tamaños: individuales -10 €-, medianas -13 €- y grandes -16 €- y, claro está, también te dan la opción de hacer tu propia creación pizzera: 0,50 € cada ingrediente o ponerle un extra de mozzarella a 1,50 €. El resto de su carta -también disponible para llevar a domicilio- se completa con 3 raciones, 6 ensaladas y 5 pastas. Soy consciente de que no es una oferta amplísima, pero aún a riesgo de repetirme os diré que: ¡Estamos en una pizzería!

Aquella noche nos sentamos a la mesa 7 personas, por lo que pudimos degustar muchas de sus especialidades pizzeras. No obstante, dadas las fechas estivales en las que nos encontramos, empezamos nuestra cena con 3 ensaladas y un carpaccio. En la siguiente fotografía, os enseño la Ensalada Caprese, una sencilla ensalada a base de tomate, mozzarella y aceite de albahaca que me resultó muy refrescante.

La Ensalada Contadina me tenía un tanto despistada a la hora de pedirla. Al final, resultó ser una cama de lechuga, sobre la que se disponían unas rodajas de pera y queso escama Grana Padano. Bañando todo el conjunto, una suave salsa mayonesa con champagne.

Pero, sin duda, la que más me gustó fue la Ensalada Mediterránea. Era muy sencilla, pero estaba rica. Pocos ingredientes para un resultado sabroso. Lechuga, queso feta, olivas y alcaparrones, y todo ello regado con una salsa balsámica y espolvoreado con orégano.

Por expresa petición de Ana, decidimos incluir en la comanda el Carpaccio de Bresaola, pues no lo había probado antes. Rayo le explicó que era un embutido típico de la región de Lombardía consistente en una pieza de redondo de ternera que se cura entre dos y tres meses. A nuestra mesa llegó como Ana os lo muestra, era una ración generosa, pero eché en falta que me la sirvieran rociada con un buen aceite de oliva, pimienta y unas lascas de parmesano, aunque claro, es como a mí me gusta.

Tras las ensaladas, vinieron los verdaderos platos fuertes de La Reginella: ¡Sus pizzas! Roberto sostiene una Pizza Quattro Stagioni, o lo que es lo mismo, una Cuatro Estaciones. Sobre una fina y crujiente masa artesana reposaban tomate, mozzarella, alcachofas, champiñones, jamón york y pimientos. Se troceó y allí no quedaron más que las migajas.

La misma suerte corrió esta Pizza Calzone Rieno que os muestra Manu. Tomate, mozzarella, jamón york y champiñones envueltos en esa rica masa trabajada al estilo napolitano.

Pero, aunque todas me estuvieron ricas, sin duda alguna la Pizza Valtellina que viene a continuación fue una de mis preferidas. Llevaba tomate, mozzarella, bresaola, escamas de Grana Padano y, para mí, el ingrediente definitivo, la rúcula que aportaba frescor en cada bocado.

El premio a la originalidad fue para la Pizza Vesuvio. Creo que no hace falta decir por qué. El caso es que, el huevo bañando el tomate, la mozzarella y las tiras de pimiento tenía su gracia.

También disfrutamos de esta Pizza Media Luna, a medio camino entre una Margherita y una Calzone, que contaba entre sus ingredientes con tomate, mozzarella, albahaca, jamón york y champiñones.

Otra de mis favoritas fue la Pizza Alla Carbonara. Clásica, pero riquísima con su mozzarella, su nata, su huevo, su bacon, su queso rallado y su perejil. Sí, definitivamente, ésta y la Valtellina fueron las que más me gustaron, y eso que las demás estaban de pan y moja, pero supongo que los gustos de cada uno influyen.

Por último, que no por ello menos importante, llegó la Pizza Cannibal. Con semejante nombre supondréis que de carne va la cosa… y no os equivocáis, pues en este caso una ternera a la bolognesa se acompañaba con tomate, mozzarella y cebolla. Muy buena también, y eso que a estas alturas el estómago ya estaba lleno.

Los postres, dudamos en pedirlos, porque francamente no había sitio, pero parece que sin postre… como que falta algo, así que pedimos 4 para compartir. En su carta ofrecen dos: Pannacotta y Bomba de chocolate -a 4 € cada uno-, de modo que pedimos dos de cada y las cucharillas empezaron a bailar de uno a otro.

De bebida, pedimos un Lambrusco -pues no había otro vino- y agua. También tenían refrescos, tinto de verano, sangría y cerveza, así que nos decantamos por la opción más convencional. Lo mismo nos ocurrió llegada la hora de la sobremesa, que se solventó con cafés con leche, poleos y solos, todos ellos a 1,20 €.

Para terminar, sólo quiero recalcar tres cositas. La primera, la sorpresa que supuso para mí encontrar el Restaurante Pizzería La Reginella. No esperaba que un local así ofreciera esas pizzas. La segunda, la pena que me produce no vivir en sus zonas de reparto para poder pedirlas a domicilio, lo que me lleva a la tercera, decirles a mis amigos que en breve les haremos otra visita para disfrutarlas in situ, pues es la única solución que me queda.

Cucharete: ¡Pizzas! ¡Pizzas! Las auténticas protagonistas de esta nueva experiencia cucharetera, que dejó a todo mi equipo y a sus acompañantes listos para una buena sesión de gimnasio al día siguiente si querían de nuevo poder abrocharse los cinturones. Mi equipo cenó por 16 €/persona, siete personas con 4 ensaladas, 7 pizzas individuales, 4 postres, 3 botellas de agua y 7 cafés, a lo que habría que añadir 3 botellas de lambrusco a 7,50 € cada una. Más económico… ¡Difícil! ¡Muy difícil!

La elaboración de la masa de sus pizzas, totalmente artesanal al estilo napolitano. El encanto que ofrece un negocio familiar. La relación calidad/cantidad/precio. El servicio a domicilio por la noche en sus zonas de reparto: Fuencarral, Tres Olivos, Montecarmelo y Mirasierra.

La elaboración de la pasta, que no es casera.

2,9