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Calle de Toledo, 10
Madrid (Centro)
Sol, La Latina, Tirso
91 365 69 39
35 - 50
El Restaurante Basarri -de nueva apertura en Madrid- puede presumir de una privilegiada situación en pleno corazón de la capital, al lado mismo de la Plaza Mayor. Nos brinda la oportunidad de degustar una elaborada oferta gastronómica -basada en la cocina tradicional mediterránea con toques más vanguardistas- que juega con excelentes materias primas, apoyada en todo momento por un atento y cercano servicio de sala. Su comedor -en el que está permitido fumar- se divide en tres estancias que disponen de capacidad para 30 comensales -a los que se añaden 16 más en su terraza de verano- (En un mismo grupo aceptan como máximo 20 personas). Su horario de cocina es de 13:30h a 16:00h y de 20:00h a 23:45h. Cierra los Domigos por la noche y los Lunes todo el día.
4,9
AVISO: Este restaurante ya no existe.
ARTÍCULO ACTUALIZADO: Restaurante Basarri - Nueva Carta
Rayo: Queridos lectores cuchareteros… tengo el placer de informaros de un nuevo punto de encuentro -inamovible desde 1848- en vuestras futuras salidas gastronómicas por la capital: ¡La estatua ecuestre de Felipe III que se encuentra en el centro de la Plaza Mayor! Ya veréis como después de leer este artículo me dais la razón y la próxima quedada con vuestros amigos será allí mismo. Una plaza que remonta sus orígenes al siglo XV, cuando la confluencia de los caminos -a día de hoy calles- de Toledo y Atocha delimitaban el espacio en el que se celebraba el mercado principal de la villa.
Y es una de esas calles -la de Toledo en este caso- la que debemos recordar, prestando especial atención a lo que nos ofrece en su número 10, pues de las nueve puertas que nos sacan de la plaza, sólo una nos guía hacia el Restaurante Basarri, donde el equipo de Cucharete al completo disfrutó de una cena de lujo.
Creedme… Se disfruta mucho escribiendo un capítulo como el que hoy nos ocupa, pues tanta fotografía sugerente despierta irrefrenablemente las ganas de regresar para revivir la experiencia de nuevo en primera persona, pero… ¡no os creáis! ¡también se pasa mal! al pensar que hoy no toca degustar esos riquísimos placeres que parecen poder saborearse observando detenidamente las imágenes. Pero… vayamos por partes, que voy a contaros la historia completa de cómo descubrimos nosotros el Restaurante Basarri.
A finales del verano, paseando por el centro, la terraza que veis en la imagen despertó nuestra curiosidad -¡y a quién no! ¿verdad?-, y claro… ¡foto cucharetera al canto! ¡por si acaso! Mesas elegantemente vestidas, atrezo de plantitas y velas, calle peatonal… ¡Un lujo de sitio! ¡Prometía!
Así que nos acercamos bajo los soportales para indagar un poco en la carta y echar un vistazo a su interior desde la puerta. La entrañable sorpresa fue encontrarse con un escaparate que lucía ¡el Avenencia Vendima Seleccionada 2005! ¿Recordáis ese fantástico tinto de Ribera del Duero? ¡Sí! ¡El mismo! ¡El vino del mítico Chuletón & Blogs que celebramos en Abril! Pues allí estaba, como susurrándonos al oído ¡Chicos, tenéis que probar este sitio! Nos os pienso mentir, y desde que vi ese vino en su cristalera… supe que el Restaurante Basarri, sería una de las próximas incorporaciones de Cucharete. Y pasadas unas semanas… ¡así fue!
Al principio vas con un poco de respeto, pues… como todos tenemos en mente, es una “zona guiri” visitada por miles de turistas al año, por lo que es bastante habitual encontrarse establecimientos hosteleros con precios abultados para servir unos platos que no cumplen nuestras expectativas. ¡Pero eso no ocurre en el Restaurante Basarri! ¡Menuda cocina que tienen! Ya veréis a medida que vayáis avanzando… ¡Qué hambre vais a pasar leyendo esto! ¡Madre mía!
El Restaurante Basarri lleva abierto tan sólo 4 meses, pues la antigua sidrería que ocupaba el espacio, deja luz verde a este nuevo proyecto de cocina mediterránea con toques distinguidos pensada para hacer disfrutar a los paladares más exigentes. Además… como dice siempre Cucharete… ¡Si hay un restaurante nuevo en Madrid… hay que probarlo cuanto antes!
Sobre este texto, apoyada en la elegante barra de madera noble del Basarri, tenéis a Ninillas contándole a Roberto “la experiencia cucharetera del día”: ¡Nos robaron la cámara de fotos en Atocha! Un “tira y corre” de alguien con pocos modales y con mucha prisa… Vaya historia… ¡y vaya cabreo que cogí ese día! Íbamos hacia el restaurante, teníamos la reserva formalizada a las 21:00h y… ¡zas! ¡adiós cámara! Menos mal que tanto Roberto como FlashBack fueron informados a tiempo de que pudiesen aparecer con las suyas… ¿Os imagináis un reportaje cucharetero sin fotos? ¡Eso es como una cena sin comida!
Pero la mala leche de ese día se me curó de golpe durante la degustación, al igual que se me curaron siete males más, porque… ¡No os imagináis lo que disfrutamos de todos y cada uno de sus platos! (Bueno… en un rato os lo cuento…) Fijaos en que, nada más traspasar su fachada, el mensaje es claro: “Arroz caldoso con bogavante. Domingos por encargo”: ¡Buen comienzo! A un gallego como yo… le tira más esa frase que dos carretas… Sobre todo ahora que sé que no es un “guiri-sitio” (como muchos otros que hay por la zona) sino que es de esos lugares de los que guardas su tarjeta de visita.
En su “frigoescaparate” -bajo un ventanal que muestra su cocina- lucen con garbo diferentes quesos artesanos que -todo hay que decirlo- tienen una pintaza que quita el hipo. También observamos -a su izquierda, presidiendo la entrada al comedor- los recomendables magnums de Avenencia Vendimia Seleccionada que acompañan a otros vinos de las Bodegas Federico -mostrados por Ninillas-. Si algo teníamos claro esa noche… ¡era el vino que iba a acompañar nuestra cena! ¡Avenencia Vendimia Seleccionada 2005 para todos! Sin titubear, vamos…
Adentrándonos en el comedor, mientras observamos distintas fotografías del Madrid de antaño, nos vemos envueltos por un clima cálido que consiguen unas paredes anaranjadas acompañadas por unos apliques de luz tenue. Muy acogedor, sin duda. El matiz romántico en las mesas corre a cargo de unas velas sobre grava negra que iluminan una coqueta “planta” de corcho rojo.
Nos sorprende el número de mesas pensadas para parejas y la amplia separación entre ellas. ¡Chapó para el Restaurante Basarri! Hay que ver cuántos locales descuidan este tema, en los que ir a cenar en pareja se convierte en una “comida de empresa”. En el Basarri por lo visto, no sólo quieren que disfrutes de su cocina, sino también de tu compañía.
Los pétalos -artificiales pero muy conseguidos- que acompañan a las velas en los diferentes soportes de madera que lucen sobre algunas mesas, marcan el enfoque romántico del local. ¿A qué par de tortolitos no le gustaría reservar la mesa que viene a continuación? ¿Estará libre para este finde? ¡No os prometo nada!
El espacio del comedor -para únicamente 30 comensales- está dividido en tres estancias, lo que convierte al Restaurante Basarri en un local muy a tener en cuenta para una comida de negocios -o de amigos-, donde podamos disfrutar de cierta intimidad para nuestras conversaciones, sin que por ello tengamos que sentirnos “encerrados” en un comedor privado.
Los reflejos de las diferentes fuentes de luz en las cálidas paredes, que presumen de madera a media altura, dibujan acogedoras sombras que hacen que la estancia en el Basarri sea de lo más agradable.
Como podéis apreciar en la siguiente imagen, la cristalería luce impecable sobre una mantelería con dibujo en tonos crudos que contrasta perfectamente con un bajo-mantel oscuro. Por su parte, tanto la vajilla como la cubertería, están acorde con la calidad que muestra el resto del espacio.
Más novedoso resulta encontrarnos un atractivo pedestal central, que se utiliza durante la degustación para colocar los platos a compartir, de ese modo, todos los comensales acceden con mayor facilidad a su contenido, y los platos que pudieran amontonarse en la superficie de la mesa no agobian en ningún momento. ¡Nos ha encantado el formato!
No hay más que deleitarse con las fotografías del Restaurante Basarri para darse cuenta de que -desde cualquier ángulo- el comedor engatusa al cliente.
Las vigas de madera que atraviesan longitudinalmente su techo le confieren ese aire rural que tanto gusta encontrase en la gran ciudad y que gran parte de los clientes asocian con “buena cocina y en cantidad suficiente”, y que contrasta con restaurantes más vanguardistas que presumen de paneles de aluminio acompañados de luces de colores. ¡Nos gusta el Basarri!
El último espacio, al fondo, ofrece una mesa para 4 comensales presidida por una colorida vidriera que da forma a una ventana que guardará los secretos de muchas de las conversaciones de las que, a partir de ahora, será testigo el Basarri. ¿Reservamos para cuatro?
Y… ¡Ya estamos en nuestra mesa! A la que nos llega ipso facto un aperitivo que ofrece la casa -que se factura como cubierto/pan- y que está… ¡Buenísimo! Se trata de una Crepineta de rabo de toro con reducción de manzana y vinagre balsámico -Ninillas os lo presenta en primer plano-, un sabrosísimo pastelito de carne que preparó nuestros paladares para todo lo que se nos venía encima. ¡Que no era poco! Porque si en algo destaca el Restaurante Basarri –a parte de en la calidad de sus materias primas y en la elaboración de su cocina- es en la cantidad de comida que presentan sus platos… ¡No pudimos con todo! ¡Como leéis! Los cucharetes que todos conocéis se dejaron comida en el plato debido a la generosidad de las raciones. ¡A ver quién se queda como hambre en el Basarri!
No debemos pasar por alto que ofrecen un “Menú Especial de Carta” a 35 € que realmente es sorprendente, pues una mesa vecina disfrutó de lo lindo con todos los platos que le iban presentando. Por lo que pudimos observar desde nuestra posición, es de lo más recomendable. Nosotros, como prácticamente en todas las aventuras cuchareteras, pedimos a la carta.
Ordenamos 4 entrantes, 5 platos principales y 5 postres para los cinco asistentes cuchareteros y… ¡Reventamos! ¡Literalmente! Por lo que podéis pedir tranquilamente menos cantidad, con 2 entrantes y 3 postres a compartir -acompañando a los platos principales de cada uno- hubiese sido más que suficiente, y el importe final de la factura hubiese sido todavía más atractivo.
Recalco lo de atractivo, porque el Restaurante Basarri maneja una horquilla de precios de lo más llamativa, ofreciendo calidad a precio justo.
Los entrantes los acompañamos con un Kir Royal, os comento que se denominan Kir a los cocteles hechos a base de crema de cassis, y el Royal nos avisa de que está realizado con cava -en lugar de vino, licor o sidra-. En el fondo de la copa flauta, una pizpireta grosella decorando el conjunto. ¡Riquísimo! ¡No os olvidéis de pedir uno!
Fijaos en el Foie caramelizado envuelto en manzana de la siguiente instantánea. ¡Madre mía! ¡Pero si es que apetece cogerlo ahora mismo de la foto y comérselo! Estaba realmente delicioso, creedme, se nota que en el Basarri se hace el foie con mucho cariño -lleva su tiempo-, porque destacaba por su suavidad y por lo bien que conjuntaba con la dulce manzana caramelizada que lo envolvía. Se acompañaba de compota para enfatizar más todavía la mezcla de sabores con la manzana. Todo un lujazo el poder disfrutar de este plato. Apuntadlo… ¡que este cae fijo cuando vayáis!
Bueno, bueno… ¡Atención a sus Croquetas de jamón caseras! ¡Espectaculares! (de tamaño y de lo buenas que estaban). Más que croquetas son… ¡croquetones! Se piden por unidad, por lo que siempre habrá una para cada uno y nadie se quedará sin probarlas como Dios manda. Vienen decoradas con una patata rejilla a modo de peineta y navegan -cual veleros en plena regata- por un mar de crujiente de espinaca, “bebérselo” es todo un placer. ¡Hale! ¡Otro plato para apuntar! ¡Y los que quedan todavía!
Cuando llegaron las Vieiras con boletus a la mesa -un plato que se presentaba como sugerencia fuera de carta-, un gallego como yo desconfía que da gusto. Pero, a pesar de su gran tamaño, estaban… jugosas, ricas, suaves… vamos, en su punto. Les iba genial el acompañamiento de boletus y la decoración del plato invitaba a comérselo con los ojos. ¡Mirad el primer plano en la sección de Ninillas! ¿Entra hambre, eh? ¡No os las perdáis! ¡Y ya van tres!
Aquí estoy yo con cara de pocos amigos, después de que minutos antes me robasen la cámara que tantas aventuras cuchareteras había inmortalizado, con un gran Risoto de hongos y aceite de trufa blanco -también como sugerencia del día fuera de carta- que lo considero de lo más recomendable, muy sabroso y meloso. Gracias a él, iba dándole salida al pan de semillas de la manera más gratificante.
Terminado el Kir Royal -y como os comentaba al principio de este post- pedimos nuestro tinto Avenencia Vendimia Seleccionada 2005 que tantas alegrías nos había dado en el pasado Chuletón & Blogs. Una muy buena añada de la D.O. Ribera del Duero que a 19 € y en un restaurante como el que nos ocupa es de lo más aconsejable. Un gran vino de la zona Pesquera de Duero -¿os suena?- a un precio de lo más ajustado, color cereza intenso con carácter y personalidad: frutas maduras y especias con un elegante fondo de madera noble… Me gusta este vino…
Los platos principales hicieron acto de presencia a buen ritmo -aunque reconozco que estamos bastante “perjudicados” de lo ricos que estaban todos los entrantes-, y como no podía ser de otra manera por mi parte… ¡Solomillo con salsa de moscatel atomillada y patata mortero!
¿Apetece, eh? ¡Pues ya sabéis que en el Basarri hay más! El plato viene muy bien presentado y la calidad de la carne es sobresaliente -sin llegar a ser “orgásmica” como me gusta recalcar a veces-. La salsa moscatel atomillada le va perfecta, me encantó, aunque podéis disfrutarlo sin más acompañamiento que las escamitas de sal que lo acompañan, pues es como mejor nos lo pasamos los carnívoros. La patata, muy rica también, a modo de garita que vigilaba al protagonista.
Roberto se pidió un Rapito a la bilbaína sobre patata panadera. Pude probarlo y tengo que deciros que estaba realmente impresionante, también debemos tener en cuenta que estamos ante el plato más exclusivo de toda la carta… Su presentación, a modo de bailarina es de lo más llamativa, su “vestido rojo” es una de las delicias de Ninillas… ¡Le encantan los pimientos! ¡Excelente plato! Y… ¡Excelente materia prima!
La pularda -gallina especialmente criada para uso gastronómico- es muy apreciada en la alta cocina por la delicadeza de su carne, que es muy rica en grasa infiltrada, y de ahí que FlashBack haya optado por ese plato de la manera más optimista. ¡Y no se equivocó en absoluto! Se trata de otra sugerencia fuera de carta que tenían disponible ese día: Pularda rellena de boletus y foie, con pisto de manzana y salsa de oloroso. Tremendísimo plato que hará las delicias de muchos comensales… Porque, hablando claro… ¡está cojonudo! Y la ración… de lo más generosa, por lo que puede llegar a hacerse pesado para algunos comensales.
Ninillas optó por un Bacalao en tempura de azafrán, mahonesa de lima y pimientos asados que por lo que podéis leer en su sección, es de lo más recomendable para los amantes de este pescado.
Ana -siempre sonriente- se decantó por la Merluza gratinada de provolone con parmentier trufada, que acompaña al rape entre las entradas más exclusivas de la carta. Recuerdo que me dijo literalmente: “¡Qué pasada!, está impresionante”. Así que poco puedo añadir… creo que esa frase lo dice todo.
No llego a entender cómo nos animamos a pedir 5 postres estando como estábamos… ¡Reventados! Pero… ¡”Bien” reventados! Es decir, ¡a gusto! Pero es lo que tiene ser un cucharete… ¡Cómo te vas a ir de un restaurante en el que todo ha estado de lujo sin probar sus postres! ¡Imposible! Así que… cogimos aire y… ¡bocas a la obra!
Lo que viene a continuación… ¡apuntadlo con mayúsculas en vuestra agenda cucharetil gastronómica si finalmente visitáis el Restaurante Basarri! ¡Madre mía, qué bueno estaba! ¡Es el mejor Tiramisú que he probado en mi vida! (¡Abuela! ¡Ponte las pilas que el tuyo peligra!). Se trata de un riquísimo tiramisú con crema de café y crujiente de pasta brick dulce que ningún mortal debe perderse, nos lo ofrecieron como sugerencia fuera de carta, pero imagino que en breve lo harán “fijo”, puesto que es una ¡excepcional sobremesa! -Por unanimidad en la mesa-.
La Tarta de queso con coulis de frutos rojos que tan bien presentada luce en la foto, estaba excesivamente dulce para mi gusto a pesar de que daba la talla, pero claro… ¡Es que venía de probar el espectacular tiramisú! ¡Y a ver cuál es el postre que puede con él!
También nos sorprendió a todos el Brownie casero con helado de coco y chocolate caliente. ¡Delicioso! El brownie, que por lo general suele ser un postre pesado, estaba de muerte, y el helado de coco que lo acompañaba era de gran calidad. Sin lugar a dudas, ¡otra de sus sobremesas VIP!
Mención especial para el Arroz con leche asturiano, pues lo hacen como el risoto, así que imaginaos lo bueno que tiene que estar un postre que tarda 2 horas y media en hacerse… Pues divino… como el de mi madre.
La Crema catalana casera fue el postre más suave de la velada, perfecto para aquellos que desean disfrutar de la sobremesa sin que ello le suponga un esfuerzo adicional, y escaso para los que nos gusta descubrir la guinda final de la cocina de un local con algo con más cuerpo. ¡Para gustos!
La casa tuvo el detalle de obsequiarnos con unos fantásticos chupitos de Gin tonic de canela que estaban ¡deliciosos!, y que acompañados de los cafés y tés habituales, resultaron ser un broche perfecto para una cena cucharetera para el recuerdo.
¡Ahí le tenéis reseñado en Cucharete! ¡El Restaurante Basarri! ¡Al ladito mismo de la Plaza Mayor! Un restaurante en el mismo centro de la capital al que le auguramos una larga trayectoria plagada de éxitos. ¡No hay más que ver lo bien que se come! ¿Os animáis? Nosotros… ¡Volveremos pronto con amigos!
Ninillas: Tras muchas andanzas recorriendo mesones y casas de comidas de la Villa y Corte, la ubicación de hoy tal vez sea la más castiza y chulapona de nuestro blog. ¿O acaso hay alguien que le niegue estos atributos a la histórica Calle de Toledo? Lo dudo, pero si por un casual alguno osase relegarla a un segundo plano, háganme un favor, paséense antes por ella y después ya intercambiamos impresiones.
La culpa del restaurante de hoy la tiene un bocadillo de calamares, ni más ni menos. Ésa era la misión que llevábamos cuando a finales de verano fuimos a la Plaza Mayor. Mi problema cuando voy a visitarla siempre es el mismo, mi nula capacidad de orientación. Suelo entrar por la Calle de la Sal, hasta ahí bien, sé por donde entro, admiro la Casa de la Panadería, saludo a Felipe III, pero después… Es como si me quitaran la venda de los ojos tras jugar a la gallinita ciega. ¿Cuál de las nueve puertas debo coger para comerme el “bocata” de calamares en el sitio de siempre? Es misión imposible, nunca he salido por la que corresponde a la primera. Aquella tarde no iba a ser menos y salimos por el Portal de Cofreros, punto de partida de la emblemática Calle de Toledo.
De las numerosas terrazas que había montadas, una llamó poderosamente nuestra atención. Es poco habitual ver una mesa imperial tan bien montada en una zona tan turística como ésta, tal vez precisamente por eso, porque los establecimientos aprovechan el entorno y su obligada visita para hacer negocio y descuidan la imagen. Desde luego, el restaurante encargado de aquella mesa no lo hacía, así que fuimos hasta su puerta para ver su carta y decidir si sería nuestra próxima visita cucharetera. La decisión se tomó ipso facto nada más ver el vino que lucía en su escaparate: el inolvidable Avenencia que regó nuestro Chuletón & Blogs.
Con el otoño recién estrenado allí que fuimos para comprobar de primera mano si las apariencias engañan o si, por el contrario, aún quedan restaurantes donde no sólo cuidan el continente sino también el contenido, gastronómico se entiende. Aquella noche, la terraza de verano se mostraba más discreta. Las mesas estaban separadas, había unas 8 más o menos, pero aún así mantenía su encanto con su velita y su florecilla bien erguida.
Por cierto, se me había pasado, el restaurante se llama Basarri, Restaurante Basarri, acordaos de él porque estoy convencida de que tras ver este post os van a entrar unas ganas horrorosas de visitarlo.
Quedamos para cenar cinco personas: Roberto, Ana y los tres cucharetes. Y, como es habitual, a mí me tocó esperar al resto. Afortunadamente, Roberto y Rayo llegaron enseguida, por lo que mientras Rayo iba haciendo sus fotillos -esta vez con otra cámara, ya habéis leído la historia del robo en la sección de Rayo-, Rober y yo acompañamos la conversación con una cervecita bien fría.
Nada más entrar al Restaurante Basarri, uno se encuentra a la derecha con la zona de barra, a la izquierda con los enseres propios para la atención de la terraza -por cierto, el precio no se ve incrementado en ella como ocurre en otros locales- y justamente enfrente, una selección de quesos artesanos y sin conservantes que, sin duda, pondrán los dientes largos a más de uno.
Como suele ocurrir en casi todos los establecimientos de esta zona, el espacio se distribuye de manera un tanto antojadiza, y el Basarri no iba a ser menos. Por eso, hay que atravesar un pasillo más o menos largo, según como se mire, hasta llegar a su zona de sala, que a su vez está dividido en tres estancias chiquititas, o más bien… acogedoras, porque en realidad no me sentí agobiada con el espacio como puede ocurrir en otros restaurantes de pocos cubiertos.
El Restaurante Basarri tiene capacidad para 30 comensales en sala y otros 16 en terraza, pero por lo visto tienen pensado abrir otro comedor en breve con otras 30 plazas. Tendremos que ir a hacerles otra visita para ver qué tal les queda. A fecha de hoy, ya os digo, 30 dentro y 16 fuera, pero muy bien distribuidas y sin sensación estrecheces, porque además se disponen en tres estancias que se integran dentro de un mismo espacio, como ya os he comentado anteriormente.
Pero si hay algo que destaca en el Restaurante Basarri es su calidez, ésa que transmite el tono de sus paredes acompañado por la madera, la de sus celosías bordeando todo el comedor y la de sus vigas vistas en el techo.
En conjunto, un espacio romántico donde se escapan palabras de amor a la luz de las velas. Claro que, si no vas en pareja y decides hacerlo con un grupo de amigos, como fue nuestro caso, disfrutarás igualmente y gozarás de esa intimidad que las charlas entre amigos precisan.
Nosotros fuimos con la intención de cenar en la terraza, pero lo cierto es que el tiempo no acompañaba demasiado y optamos por hacerlo dentro. En terraza se ofrece la misma carta que en sala -sin sobrecargo de precios- y además puedes optar por distintas raciones por si se desea hacer una comida más liviana. Por lo que pude ver, no son las típicas raciones de la zona, sino que ofrecen propuestas más elaboradas y con presentaciones originales.
Por las paredes del Basarri cuelgan diversas fotografías del Madrid de antaño en blanco y negro, y os pediría que me ayudarais porque de las cuatro que os muestro tres las tengo claras, pero la primera no he sido capaz de descubrir a qué lugar pertenece. Si hay alguna alma caritativa por ahí…
Las mesas visten bajo-mantel y mantel color crudo, acompañados por una elegante cubertería y una adecuada cristalería. La vajilla es de las caprichosas, dependiendo de la vianda que sobre ella se posa se muestra más sobria o ufana. Lo que más llamó mi atención fue el soporte de cristal para platos, doy fe de que resulta tremendamente útil a la hora de compartir entrantes.
El Restaurante Basarri lleva abierto unos 20 años, pero hace 4 meses cambió de gestor y pasó de ser un típico restaurante sidrería a un restaurante de cocina mediterránea. Por supuesto, el cambio ha sido radical, pues no sólo ha variado su propuesta gastronómica sino que se ha renovado también la plantilla tanto en cocina como en sala.
Comandando los fogones está el jovencísimo Eduardo Maine. Digo lo de jovencísimo porque “pa’ mí” que de los 23 no pasaba, o eso, o se conserva en formol durante la noche. Le acompañan en el barco, Paco -los apellidos no nos los indicó- como encargado de sala- y Nacho como camarero. Y, gracias a ellos, pudimos disfrutar de una velada digna de recordar.
Yo creo que ya va siendo hora de meternos en faena, de ir al quid de la cuestión, porque os puedo asegurar que nuestra visita al Restaurante Basarri es de las que nos dejó huella. Su carta ofrece cocina mediterránea y yo añadiría que con toques muy personales, en concreto los que les da su chef -no podía ser de otro modo-.
Empiezan con una selección de lo que han llamado “Buenos comienzos”, continúan con su “Especialidad en guisos y cremas”, “Pescados”, “Carnes” y una serie de “Sugerencias” que se cantan al comensal al hacer la comanda, consistente en productos de temporada. ¡Ah sí! Y el domingo, siempre por encargo, Arroz caldoso con bogavante.
Pero si hay algo que resaltar, es el espectacular precio de 35 €/persona -IVA incluido- de su Menú Especial de Carta. Completo no es la palabra, lo siguiente. Y si no, ¡atención! porque incluye: una Copa de bienvenida, un Plato de cecina con almendras fritas, Croquetas de jamón, Foie con manzanas caramelizadas, esto para los entrantes. El principal a elegir entre: Bacalao en tempura de azafrán con pimientos asados y alioli de romero o Presa Ibérica a la parrilla con salsa de cebolla y ravioli relleno de torta del Casar. Se riega todo ello con copa de vino (Rioja o Ribera) y se finaliza con un Chupito de Moscatel y un postre casero -Brownie- al centro para compartir-. Sin olvidarse de que también incluye el agua y el café. En fin, como ya os he dicho antes, completo no… ¡completísimo!, además no hay mínimo de comensales y está disponible tanto al mediodía como por la noche.
En lo que respecta a su carta de vinos, los tintos ganan por mayoría y se me antojó demasiado clásica. Precios adecuados pero sin demasiadas referencias, algo que no me extrañó, pues lo cierto es que el restaurante lleva apenas cuatro meses abierto y la bodega siempre tarda más en completarse. Para los entrantes, en lugar de vino preferimos acompañarlos con un Kir Royal -crema de cassis, cava y grosellas-, más que nada por esa afición que nos ha dado últimamente por los cócteles. Debo decir que estaba buenísimo.
Comenzamos el desfile, que para esta colección viene llena de color y sabores intensos. Abrimos con el aperitivo, una Crepineta de rabo de toro con reducción de manzana y vinagre balsámico, que viene a ser como un pastel de carne -en esta ocasión de rabo de toro-. Estaba bien rico, meloso y con los sabores bien contrastados, además la presentación era una “cucada”, ¡no me lo podéis negar!
Pedimos cuatro entrantes para compartir y un principal para cada uno, y ya os adelanto que nos pasamos. El primero en llegar fue este Foie caramelizado envuelto en manzana. Vaya por delante que a mí el foie no me apasiona, me cansa, y que no soy yo quien lo reclama en las cenas. Lo suelo probar y punto. Pues bien, éste lo probé, lo “reprobé” y lo seguí “reprobando” hasta que no dejamos nada en el plato. Estaba riquísimo, no me empalagaba en absoluto y la compota de manzana que le acompañaba… ¡Le sentaba tan bien! Se notaba que era casero. ¡Desde ya! ¡Uno de los imprescindibles del Basarri!
No se quedaron atrás, ni mucho menos, estas enormes Croquetas de jamón caseras. Lo de enormes no es que yo me lo invente, porque ¡ahí las tenéis! ¡Eran como puños! Pero es que además estaban cremosas, bien fritas y nada aceitosas y ¡sabían a jamón! Se presentaban de una manera muy original: sobre una cama de crujiente de espinacas y coronadas con una patata rejilla. Como curiosidad, deciros que se sirven por unidades, a 2 € cada una, y os garantizo que con una por persona llega de sobra.
A continuación llegó una sugerencia de temporada: Vieiras con boletus. Sinceramente, unas vieiras para recordar. No sé si siempre ofrecen esta calidad, pero desde luego las vieiras que nosotros comimos eran deliciosas. Venían sobre una cama de boletus, que estaba muy rico, pero la verdad es que con la calidad de esas vieiras yo me atrevería a decir que incluso sobraba. Sin dudarlo, otro imprescindible en nuestra cena.
¡Y qué os puedo contar de este Risoto de hongos y aceite de trufa blanca! Se notaba que era un risoto trabajado, perfecto de punto, de los que te hacen sentir la potencia de los sabores otoñales a cada bocado. Sé que voy a por el tercero, pero… ¡Sí! ¡Otro para la lista de imprescindibles!
Tras los entrantes, nos pasamos al vino tinto y como no era noche de cambios, apostamos por un valor seguro: un Avenencia Vendimia Seleccionada 2005. Un Ribera del Duero conocido de sobra por los cucharetes, pues con él tuvimos el honor de acompañar el Chuletón & Blogs.
Como plato principal yo me decanté, como no podía ser de otro modo, por el Bacalao en tempura de azafrán, mahonesa de lima y pimientos asados.
Para mí, las palabras claves fueron bacalao y pimientos, tal vez las dos cosas que más me gustan. El bacalao era de gran calidad y en tempura estaba muy bueno, lo que no me terminó de cuadrar mucho fue la mahonesa de lima, demasiado ácida para el bacalao. El conjunto me resultaba demasiado fuerte, pero como siempre digo, para mi gusto, a otra persona puede que la combinación le resulte perfecta.
FlashBack optó por una sugerencia de la casa: Pularda rellena de boletus y foie con pisto de manzana y salsa de oloroso. Que el plato era colorido, no hace falta que yo lo diga, ahora bien ¿vosotros sabéis cómo estaba la pularda? Buenísima, ¡estaba buenísima! Y mira que desconfié de ella al principio cuando nos dijeron tanto ingrediente de Dios. Pero reconozco que todos estaban adecuadamente integrados y daban como resultado un plato tremendamente sabroso y lleno de matices. Y ya de paso, añadiré que es otro imprescindible.
Roberto os muestra el Rapito a la bilbaína sobre patata panadera. Antes de nada, debo decir que un rapito a la bilbaína es un verdadero regalo para el paladar de aquellos que, como a mí, les gusta el pescado. Pues dicho esto, añadiré que éste también lo fue, y que pasó también a mi lista de imprescindibles. ¿Cuántos llevo ya? Da igual, lleve los que lleve, éste ya está apuntado también. Aunque le voy a poner una pequeña pega, para mi gusto estaba un pelín pasado de punto, sólo un pelín. Alguna pega tengo que poner que va todo de lujo.
Por supuesto, también metí el tenedor en la Merluza gratinada de provolone con parmentier trufada de Ana. El conjunto se comía divinamente, la merluza era de una gran calidad y estaba perfecta de punto. El único pero que le puedo poner es que me la probé después del rapito y en la puja por el primer puesto ganó el segundo.
Vamos con los postres, por supuesto caseros. Sus precios oscilan entre los 5 y los 6,50 €. Comenzamos con el Tiramisú con crema de café y crujiente de pasta brick dulce. Si se va al Restaurante Basarri, uno no puede marcharse de allí sin probarlo, porque está en el Top 3 de los mejores tiramisús que he comido. ¡Qué rico estaba! y qué delicia mojarlo en la crema de café.
FlashBack os muestra la Tarta de queso con coulis de frutos rojos. ¿Qué os puedo contar? Estaba rica, pero no deja de ser la típica tarta de queso que se sirve en multitud de restaurantes. Eso sí, ésta es casera y no sabe a “polvos” como en otros muchos sitios.
Con el Brownie casero con helado de coco me pasó lo mismo que con el foie, siempre hay alguien que lo pide, pero a mí no me apasiona, me resulta demasiado contundente. Pero aquí… Pues nada, que me pasó lo mismo que con el foie, que un poco más y no dejo probarlo a los demás. Conclusión: Tiramisú y Brownie para la lista bendita.
Del Arroz con leche asturiano y la Crema catalana casera, poco os puedo aportar. El arroz con leche sencillamente no me gusta y otro tanto de la crema catalana, sé que la crema estaba muy suave, y que ambos agradaron al personal, pero yo no puedo opinar sobre sabores que desde niña nunca lograron convencerme.
Tras la cena, vino la sobremesa acompañada por unos cafés con leche, cortados y un té -disponen de una variada y extensa carta de tés- todos ellos a 2 €. Y a continuación Paco, el metre, nos obsequió con un chupito de Gin-tonic de canela receta de la casa. La verdad es que estaba bueno, tenía un sabor muy particular y sobre todo, ayudó a la digestión.
Me quedan algunos precios de referencia por daros. Por ejemplo, la botella de agua a 2.5 €, pan y aperitivo a 2.5 € y el cóctel Kir Royal a 3.5 €. Todos son precios finales, con IVA incluido, cosa que agradezco, ya va siendo hora de que las cartas no vengan con la coletilla de “IVA no incluido”. Y, ahora, vamos con los detallitos que, como podéis imaginar hoy son poco puntillosos, sólo hay que ver su elevada puntuación.
En primer lugar, el servicio. Ofrecen profesionalidad, simpatía y cordialidad, algo poco habitual en hostelería en los tiempos que corren. En lo que respecta al local, cierto es que el sitio tiene su encanto, pero está muy alejado de los espacios diseñados a día de hoy donde, la mayor parte de las veces, prima la estética por encima de la cocina. Y, por último, su propuesta gastronómica. ¡Qué os puedo contar a estas alturas! A poco que hayáis leído entre líneas, os habréis dado cuenta de las excelencias de su cocina mediterránea, donde destacan sus coloridas y vistosas presentaciones, sus generosas raciones, la buena técnica en la elaboración de sus platos y, por supuesto, las materias primas -trabajan con productos de primera calidad-. ¿Se puede pedir algo más? Pues mira… sí, que espero que continúen en la misma línea para poder disfrutarlo la próxima vez que vuelva a perderme por una de las puertas de la Plaza Mayor. Estoy convencida de que salgo por la correcta a la primera.
Cucharete: ¡Genial espacio gastronómico mediterráneo en pleno centro de Madrid! El Restaurante Basarri es ideal tanto para una cena romántica como para un reunión de amigos o de trabajo, con el aliciente de estar al lado de la Plaza Mayor. Los cucharetes disfrutaron de una gran cena en la que casi revientan… ¿Sabéis que dejaron comida en el plato? ¡Madre mía! ¡Había que verles por un agujero! Mi equipo cenó por 45 €/persona, cinco personas con 4 entrantes, 5 platos principales, 5 postres, 2 botellas de agua, 4 cafés y un té. A Lo que tendríamos que añadir un cóctel de 3,50 €/persona y una botella de vino de 19 €. Claro está, que debemos tener en cuenta todo lo que pedimos, 2 entrantes y 3 postres hubiesen bastado para una copiosa cena de cinco comensales -bajando considerablemente la factura final-, pues ¡las raciones son muy generosas!
Su privilegiada situación, al lado de la Plaza Mayor. Su cálido comedor gracias a la agradable iluminación que recorre el espacio. La amplia separación entre mesas. La ausencia de suplemento por comer/cenar en la terraza. El amable trato del servicio en todo momento. La calidad de sus materias primas. La cuidada elaboración de su cocina. La presentación de los platos. La generosidad de sus raciones. Su destacable relación calidad/cantidad/precio.
Detalles tan insignificantes que no merece la pena ni mencionarlos.
4,9
ARTÍCULO ACTUALIZADO: Restaurante Basarri - Nueva Carta
AVISO: Este restaurante ya no existe.
29 comentarios a “Basarri”
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Es precioso y está cuidado hasta el más mínimo detalle, y si encima la comida es buena es PERFECTO, nos vas a hacer trabajar duro!!!
El chupitin de gintonic tiene una pinta buenísima… y todo en general. Los precios parecen asequibles…nos lo apuntamos!
Bueno, bueno, pedazo restaurante.
Doy fe je je !!!!
Muy céntrico y muy buenos platos.
Ciao
acabo de enseñarselo a mi mujer y ya me ha obligado a reservar para el viernes!!!! cucharete me vais a arruinar!!! jajajaj
por cierto, os acordais de un restaurante que no os dejo hacer fotos? Wagaboo! estuve cenando el sabado y me dispuse a hacer una foto a la cocina… me increparon, incluso me pidieron que borrara la foto, la excusa que ponian era que los cocineros no son gorilas del zoo… (ya ves tu)…. unicamente lo comento para que veais que no solo a vosotros!!!
enhorabuena por vuestro trabajo!!
Un sitio muy recomendable para comer de lujo! Se puede estar con un amigo tomando unos pinchitos que estan riquisimos, o cenar como dios en el restaurante. Esta bien de precio, y tienes una cosa que me gusta, esque las mesas estan bastante separadas. Tienes tu privacidad. Tienes que probarlo!
Voy este sábado día 10 de octubre a celebrar mi cumple porque pasé por allí hace 2 semanas y me llamó la atención y ahora que os he leído no puedo evitar caer en la tentación. Mi novio no sabe a donde vamos pero se va a llevar una agradable sorpresa… ya os cuento que tal!!!
Hola.
Estuve el sabado dia 10 cenando aquí, dejandome llevar por vuestros comentarios.
En general estuvo todo muy bien. El sitio, la comida, la cantidad.
Comimos para dos personas, de entrantes foie y una croqueta cada uno. Muy rico todo, y muy bien de cantidad.
Mi mujer pidió un solomillo y estaba excepcional.
Yo pedi el rapito a la bilbaina, y también muy bien.
De postre un tiramisu para compartir, ya que estabamos muy llenos.
Para beber, una caña, agua, y una botella de vino, el que recomendabais aquí, 19 euros.
En total cenamos por 50 euros por persona.
Yo acaba muy bien y me parecio todo genial salvo por dos detalles.
1- Decis que admiten cheques restaurante, pero a mi no me dejaron pagar con ellos, me dijeron que no los admitian.
2-. Uno de los camareros en teoria te recomendaba los platos, pero a una velocidad que no te enterabas de nada. Vamos, que porque habíamos leido vuestros comentarios y sabiamos que queriamos pedir, que sino hubiese sido de poca ayuda.
Este restaurante es increible está todo buenísimo, la atención es impecable y es BARATO!! para la zona donde está, agradezco vuestro relato que me hizo reservar y acerté de lleno.
volveré 100%.
Hola cucharetes, hacía tiempo que no escribía en estas páginas, pero no por ello he dejado de leeros y visitar alguno de los sitios que recomendáis.
Esta vez le ha tocado al Basarri, y me animo a escribir porque creo que los restaurantes que comienzan con la ilusión que este parece aportar son merecedores de “populear” de boca en boca, así que aquí os dejo mi opinión al respecto.
Reserva sin mayor trámite del habitual y acogida cordial.
El restaurante es cálido, de mesas generosas y bien distribuidas salpicados de ligeras pinceladas rojas que dan un toque de contraste. Iluminación ténue y agradable pero que dependiendo de la mesa puede hacerte perder impacto visual de la presentación de los platos, bien trabajados por otra parte.
La carta, sin ser abundante, ofrece una gama variada de productos. La carta de vinos en el mismo tono. Corta pero ajustada y con agradables referencias.
Nos ofrecieron dos tipos de pan a elegir y unos raviolis crujientes - pasta brie - rellenos de queso y con un punto dulce bastante agradable.
Pedimos:
Foie -> Bien presentado y de sabor, a mi mujer le encantó, yo particularmente lo encontré ligeramente frío y quizás demasiado goloso
Croquetas -> Exquisitas. Curiosas las “chips de espinaca” de acompañamiento.
Bacalao en tempura de azafrán -> En su punto de sal y cocción, jugoso. Los pimientos del acompañamiento riquísimos. Pienso que le iría mejor otra mayonesa.
Presa con raviolis de torta del casar -> La Presa al punto con escamas de sal. Correcta. Los raviolis buenos con el toque “casar” suave, lo que se agradece y un puntito dulce de la salsa por la cebolla confitada. Sólo comentar que estando bien, es como si comieras dos platos distintos. no hay empaque entre principal y guarnición.
Postre exquisito para los chocolateros - una variación del brownie de la casa - que incorporaba unos chupitos de tiramisú muy suaves donde se intuía el mascarpone sin que se impusiera.
Vino -> Beronia reserva 2003, una buena añada para un vino suave pero con una salida persistente.
Nos convidaron a un licor.
Paco, el Maitre muy agradable y atento.
Bien de precio, unos 44€/persona
Para volver.
Hasta otra.
hola, mi opinión sobre este restaurante es la siguiente:
reservé un martes para ir un domingo. cuando llegué, antes de decir que teníamos una reserva, lo primero que nos dijeron fue: estamos completos… Claro está, con la reserva hecha ya era diferente.
cuando reservé me hablaron del menú especial, una vez en la mesa tuve que preguntar yo por él.
pedimos un entrante y dos platos. mi acompañante pidió una presa con raviolis del casar…, cuando el plato llegó a la mesa la presa iba acompañada de un sofrito y nada más, tuvimos que preguntar si era el plato solicitado y nos dijeron que sí, al preguntar por la torta del casar, la respuesta fue: ah, sí, es verdad, la torta, pues se ha debido de acabar… personalmente, creo que este pequeño detalle hay que avisarlo antes, pero como a mi acompañante no le importó la cosa no fue a más. los postres muy ricos. el café normal. el servicio amable a pesar del desafortunado comentario de la entrada.
resumen final, para mi fue bastante decepcionante.
me hubiera gustado decir lo contrario.
Estuve hace un par de semanas celebrando mi cumpleaños y he de deciros que muchas gracias. Todo salió a pedir de boca, el trato perfecto y todos los platos realmente buenos y generosos. Fuimos 5 personas, 3 entrantes, 5 segundos y 3 postres, con Ribera del Duero, y cafés,total 220 Euros. El Foia con manzana caramelizada fue una sensación. Probamos pescados y carnes y todos muy bueno. Muchas gracias Cucharete por vuestros consejos, seguid así majetes.
Cenamos cinco comensales y estaba todo muy bueno. Servicio más que atento y de precio, muy recomendable. Muy buena elección. Todo perfecto. Gracias por la recomendación.
El sitio promete y fijo que no defrauda a nadie…
cocina moderna, raciones abundantes junto con un servicio bueno…no necesito darle mas vueltas…
yo soi hostelero, y muy crítico con todo lo que veo a menudo…
y en este caso veo dos grandes fallos al restaurante:
1º- La decoración tiene encanto, pero no nos engañemos, es un local antiguo por muy bien cuidado que estea…
2º- Este es el fallo garrafal del que decís que es el maître del establecimiento, por su gracia tendrá que invitarnos a todos los que vallamos allí una vez leído vuestro reportaje a los chupitos esos de gin tonic a la canela, puesto que como no lo haga…(COSA QUE SERÍA NORMAL, YA QUE NADIE LE OBLIGA A INVITARNOS) automaticamente no cubrirá nuestras espectativas, y no nos fidelizará ni a nosotros, y dejaran de ir las diez personas a las que yo le comentaré este detalle del susodicho maître de media en el famoso boca-oreja.
un saludo
Eukesei
Estimado Eukesei,
a nosotros lo que nos parece un fallo garrafal es comentar con esa prepotencia -y más, siendo hostelero- un “fallo garrafal” de un restaurante sin ni siquiera haberlo visitado, dudando de lo que hemos comentado sobre nuestra experiencia, y sin haber comprobado que el restaurante siempre tiene un detalle con sus clientes al final de la velada.
Un cordial saludo
Cucharete Team
No se trata de prepotencia, se trata de estandarización y sistemática del trabajo en la hostelería, ya que estas dos consignas son claves para ofrecer siempre un servicio de calidad, y el hecho de tener un detalle del estilo de regalar un cocktail, significa que cuando tu vuelvas, si no te regalan ese cocktail tu pensarás “ya no son tan atentos como antes, han bajado la calidad de su servicio”; con lo que te marcharás siendo un cliente que ya no estará fidelizado, factor clave desde mi punto de vista en este sector.
Espero que no os hayan molestado mis comentarios, simplemente doi mi punto de vista, no pretendo nada mas que expresar lo que pienso, e intentando verlo desde el punto de vista del empresario hostelero, y esta es mi forma de ver las cosas.
De todas formas, hayer os pude ver en TV, pienso que habeis tenido una gran idea. Os deseo mucha suerte.
Un saludo
Eukesei
Estimado Eukesei,
efectivamente, tienes toda la razón, si futuros comensales que lean nuestra crónica no obtienen el mismo trato es que ya “no serían tan atentos como antes, y han bajado la calidad de su servicio”, pero como no es el caso, pues no tenemos ninguna noticia de ello, no tiene ningún sentido que publiques un comentario de ese tipo cuando ni tan siquiera has visitado el restaurante para comprobarlo por ti mismo, pues puede confundir a los lectores. A eso nos referíamos.
Un cordial saludo
Cucharete Team
estimados cocineros/dueños de Bassari
Voy a Madrid con un grupo de australianos (12 en total) y estamos buscando un lugar para comer el 31 de diciembre. Llegamos de australia sobre el mediodia y asi tenemos ganas de comer acerca de la diez. El plan es ir a La plaza mayor ..por eso necesitamos el cotillon ni, me parece un montón de comida pero comida rica sí.
He visto los precios y los comentarios y Bassari, me parece estupendo con su ambiente y atención a detalles.
¿puedes responder a
1. si puedo hacer una reserva para 12
2. un ejemplo del menú?
Os agradezco de antemano
Maurene
Creo que Eukesii tiene el mismo derecho de opinar que todos lo demás, o es que acaso no exoste la libertad de expresión en este medio?
La verdad es que el restaurante está muy bien. COmo decíais, las cantidades son importantes y es mejor no pasarse con los entrantes. Nosotros éramos dos parejas y pedimos tres entrantes y el plato principal, no llegamos al postre. En contreto, pedimos las croquetas ( o croquetonas …. ) el foie y un revuelto de boletos.
De platos principales, una presa ibérica, un solomillo y los sapitos. La presa y el solomillo se terminaron con dificultad pero los sapitos se quedaron a la mitad porque nuestras respectivas no pudieron con ellos … Postre no pedimos. Con dos entrantes, hubiera bastado
Tuvieron el detalle de ponernos por parte de la casa un apeitivo y un acompañamiento para los cafés ( una crema catalana ) Y nos invitaron a un licor en nuestro caso de café.
La factura nos salío un poco cara pero por el tema del vino. SI no, hubiera sido un precio verdaderamente bueno para la comida.
Aunque tienen detalles que pulir es un buen sitio para ir.
Bueno ayer estuve con mi pareja en este maginifico restaurante y no tengo palabras para describirlo, un sitio estupendo, un trato magnifco, una comida impresionante, un ambiente agradable y acogedor…..y el precio bastante bien.
Estuve alli gracias a vosotros porque queria una noche especial y lo consegui!
Y lo que esta clarisimo es que volvere!
Un saludo
Hola, como estamos??
bueno lo primero enhorawena por ese trabajo realizado a los cucharetes y gracias de antemano porque el sabado 30-1-2010 hacemos mi pareja y yo nuestro primer aniversario y bueno gracias a esta maravillosa crisis… pues los presupuestos se ajustan y siendo encima fin de mes….
bueno al tema…. gracias a vosotros, tras una larga y dura selección de restaurantes dentro de mi presupuesto… este es el que mas miel me a dejado en los labios jeje y bueno acabo de llamar para reservar y me a atendido un tal Paco (he de suponer el meitre) con muy buena conducta resolviendome unas dudillas con mucho agrado.
Bueno el Domingo ya os contare que tal a ido, pero esto pinta muyyy bien lo que aun no tengo claro es donde ir despues, pero bueno…. aun tengo un par de dias
un saludo. Rafa
INMEJORABLE !!!!
Acabamos de llegar de cenar la suculenta CENA DEGUSTACION, de entrada Paco el maitre, nos aviso de que era exagerada, y no fallo.
La cena … UN 11, el servicio un .. 12, vamos , mi mujer y yo que somos asiduos buenos comensales , salimos de BASARRI superando con creces las espectativas puestas en este blog.
Gracias Paco, El otro camarero ( perdon por no preguntarle el nombre ), cocineros y demas equipo, como bien os dije al salir , he comido en muchos restaurantes con estrellas michelin, y calidad-precio los superais a todos.
Teneis unos clientes nuevos, gracias tambien al equipo de cuchareteros por vuestros consejos, a partir de ahora os seguiremos en este ardua camino de la buena mesa…
Saludos
Nosotros fuimos a comer el domingo y la verdad que fue toda una decepción. Nos dijeron primeramente que no podíamos elegir unos menú y otros a la carta porque para la cocina sería una locura. No puedo entender que un restaurante diga eso y tenga tales problemas. Después ya no quedaban croquetas ni tampoco los boletus que debían entrar en el menú. Nos pusieron unas ensaladas, que no fue lo mismo. Al final tampoco nos ofrecieron un chupito, algo habitual en cualquier restaurante que se precie. Vamos que salimos bastante descontentos, creo que un buen restaurante tiene que tener suficiente comida para los comensales que previamente han reservado. Desde luego Basarri no va a ser un sitio al que vuelva ni un restaurante que yo recomiende a mis amigos.
Estuvimos el día del Padre comiendo en este restaurante. La sensación general ha sido estupenda.
Primero hicimos la reserva a través de una página web, y nos llamaron inmediatamente para confirmar. Pedimos zona de fumadores, y nos pusieron en una salita muy pequeña que hay nada más entrar a la izquierda, súper tranquila y muy cómodos. Los camareros súper atentos y amables, no podemos quejarnos de nada.
La comida, buenísima: de entrantes pedimos el foie, tres croquetas para compartir y el jamón de Guijuelo. 3 aciertos, jejejeje.
De segundo hubo mucha variedad en la mesa: solomillo, presa ibérica, magret de pato, secreto ibérico y dos rapitos. Por lo visto el rapito estaba espectacular y del resto, pues el solomillo estaba buenísimo, igual que el pato, pero me quedo con el secreto, que estaba exquisito. La presentación de los platos muy cuidada y las cantidades tirando a grandes. Para los diabéticos y la gente a la que no le gusten mucho las salsas no hay problemas, porque la ponen en un lateral del plato, así que si quieres mezclas, y si no, te comes tu carne tan tranquilo.
Los postres también se compartieron, y a todo el mundo le encantaron. El Brownie buenísimo y la tarta de queso con coulis no estaba nada dulce y muy cremosita, la verdad que muy buena.
Y en cuanto al precio, todo esto más 3 sorbetes de cava, dos cafés, dos botellas de vino, más dos de agua, una copa de Cardhu y un Cohiba, 45 euros por persona.
Salimos muy contentos, por lo bien que comimos y sobre todo porque pensábamos que nos iba a salir más caro.
En resumen, un restaurante con una estupenda relación calidad precio que le recomendaría a cualquiera.
Gracias Cucharete por vuestra recomendación, jejejeje
Ah, se me olvidaba, con nosotros tampoco tuvieron el detalle del chupito, pero la verdad es que no nos dimos ni cuenta.
Fuimos hace ya meses a comer al basarri y fue una total decepción.
Las carnes, de calidad muy bien, pero te las sirven medio templadas, no porque no estén echas al momento o tarden en traértelas, sino porque los platos están congelados y enfrían la carne casi al instante (hasta los propios camareros nos dijeron que se lo había dicho más gente pero que no podían hacer nada al respecto porque no tenían manera de calentar los platos previamente).
Con lo cual a los dos minutos ya estás comiendo la carne fría y como que no. Les puedes pedir que te la recalienten pero se enfría al poco otra vez. El paté se enfría mucho más rápido como es de esperar.
Una pena porque el sitio está muy bien pero por chorradas así lo estropean todo completamente. Sales con cara de “¡¿he pagado por comer así?!”
Da un poco de rabia que ellos ya saben lo que pasa pero no hacen nada para remediarlo con lo cual te sientes engañado.
Una máquina calientaplatos ya!!!
hola fuimos a comer a basarri arroz con bogabante, una autentica pena, lo recomendé yo dado que habiamos ido a comer mi familia y yo a algunos recomendados por vosotros y de los que salimos encantados, esta vez fui un autentico fiasco, el bogabante de momento estaba vacio, vergonzoso
Bueno primero hola a todos.
Mi mujer y yo estuvimos ayer comiendo el menú degustación y deciros que sin ser una cosa exagerada, en otros restaurante como
referencia a otro restauranteel menú degustación es muchísimo más abundante (también más caro), comes perfectamente y desde luego no te quedas con hambre.Me sorprendió muchísimo que estuviésemos sólo nosotros dos comiendo, fue como cerrar un restaurante para una pareja. En cierto modo lo agradecimos, celebrábamos nuestro aniversario de boda y fue más romántico si cabe.
Nada más llegar pedimos una cerveza y un rebujito con sprite y hielo picado, refrescante y buenísimo. En cuanto a los entrantes, exquisitos, la cecina abundante y con buen sabor al paladar, el foie con manzana caramelizada notable y las croquetas de jamón, tamaño pelota de tenis, suaves y sabrosas. Una vez acabados los entrantes nos sirvieron el Kir Royal, toque refrescante que prepara el estómago para el plato a elegir como segundo. En nuestro caso fue la Presa ibérica con raviolis de torta del casar y salsa de cebolla, simplemente espectacular, se deshacía en la boca y todo regado con el famoso Avenecia. Por último el postre, Brownie casero con helado de vainilla y chocolate caliente a compartir. Ración generosa y suficiente para dos personas. Por supuesto, como colofón café y chupito.
He de decir que el trato fue bastante bueno, como he mencionado al principio estábamos solos en el restaurante (quizá por las fechas que son) y únicamente se tenían que preocupar de nuestra mesa, pero quiero reiterar el trato que diferencia a unos restaurantes de otros y en este caso es palpable. Atención cuidadosa, pendientes de las copas que no estuviesen vacías, cambio de cubiertos con cada plato incluidos los entrantes, etc.
Bueno pues nada más, espero haber sido claro y poder ayudaros a los que tengáis dudas con este restaurante. Mi valoración muy buena y perfectamente recomendable, relación calidad, precio, servicio (que muchas veces se obvia) muy buenas.
Un saludo.
Nosotros estuvimos en junio de este año. Andábamos buscando un restaurante romántico y gracias al Cucharete lo encontramos en el Basarri.
La cena estuvo bien, culinariamente hablando, pero la verdad es que el servicio en nuestro caso si no dejó mucho que desear si que fué realmente extraño: el camarero nos retiró varias veces las copas (de agua, del tinto, del cava, etc.) sin preguntar si podía (en varias ocasiones la copa estaba medio llena..), y para colmo, el maitre nos preguntó en un par de ocasiones: “¿Que tal todo?”, pero en ninguna ocasión se entretuvo a esperar la respuesta… se le notó demasiado que le importaba poco nuestra opinión.
Sinceramente creemos que hay cosas que se deberían cuidar más, sobretodo la atención al cliente…
Hemos ido hoy por el cumpleaños de mi madre y nos ha encantado, la decoración impecable, muy acogedor, trato estupendo y la comida deliciosa, desde el Kir Royal hasta brownie casero pasando por todos y cada uno de los platos.
En resumen, gracias Cucharete por darnos a conocer este restaurante al que seguro volveremos.