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Nuncio, 17
Madrid (Centro)
La Latina (Línea 5)
91 366 57 36
15 - 25
El bajo de uno de los edificios más antiguos de la capital -en la zona de La Latina- da cobijo a una tradicional y castiza taberna madrileña que hará las delicias de todo aquel que descubra su interior: La Taberna Los Austrias. Dispone de dos comedores, uno de mesas altas -barriles- y otro convencional cuidadosamente iluminados, con capacidad para 70 comensales. Es el lugar perfecto para tapear por la zona. Su horario de apertura es de 12:00h a 16:00h -Sábados y Domingos de 13:00h a 17:00h- y por las tardes de 20:30h a 00:00h -Viernes y Sábados hasta la 1:00h-. Cierra los Lunes -siempre que no sea festivo ni víspera de festivo-.
3,9
Rayo: A todos los que estabais esperando encontrar en Cucharete un nuevo restaurante para disfrutar cenando de la noche madrileña sin que el bolsillo se resienta lo más mínimo… ¡Lo habéis encontrado! ¡Está aquí mismo! Más que un restaurante, lo consideraremos una taberna, como su propio nombre indica, pero debéis tener en cuenta que es uno de esos lugares obligados cuando se planifica la noche por la zona de La Latina y la Cava Baja, la ¡zona cañera! -hablando de cañas, claro está-, así que ya sabéis… ¡Calle del Nuncio! ¡Número 17! ¡Taberna Los Austrias!
Quince años dando “guerra tapera” es una prueba de fuego para saber que el local bien merece una visita, y es que formar parte de uno de los 10 edificios más antiguos de Madrid -como es el caso- es un apetitoso aliciente -aunque no sea gastronómico- para conocer lo que ofrece este espacio singular. ¡Ya son años! ¿Eh? Y aunque no descubramos a nadie reflejado en los espejos que recorren las paredes de la zona de mesas altas… seguramente algún que otro fantasma se estará acicalando ante él, ya que no debemos olvidar que este local daba cobijo a una conocida tienda de antigüedades en el pasado.
Las paredes de la Taberna Los Austrias muestran tonos anaranjados y granates, que bañados por la luz cálida de añejos apliques, logran que el espacio consiga una atmósfera de lo más agradable. La vista del comensal se relaja… ¡Y el estómago se revela! ¡Quiere cenar ya!
Las sombras que dibuja la luz cubren el resto de la gama de colores de la taberna, que combinan perfectamente con el comedor rústico plagado de barriles -ya jubilados- que en su tiempo se encargaron de otorgar sutiles matices al vino que protegían en su interior.
Esta “zona barrilera” se encuentra a la entrada, frente a la barra, y es perfecta para tomarse unas cañas acompañadas de buenas tapas, pinchos, brochetas o raciones… ¡O incluso de las Recomendaciones del Chef! Ofrece 35 taburetes altos para disfrutar tapeando con el culete bien reposado, aunque su aforo es muy superior, pues lo que no falta en esta taberna es el espacio. No veo mayor problema en que ponga hasta los topes, pues… ¡Una cañita… bien a gusto se toma de pie!
El viejo reloj que preside la sala, marca el devenir del tiempo de todo lo que allí sucede… donde encontramos multitud de objetos de antaño de todo tipo asociados al campo, no hay más que estudiar detenidamente la fotografía anterior para descubrir un yugo y un trillo. Se respira en todas sus esquinas un aire rústico que engatusa al comensal y lo anima a repetir una y otra vez: ¡Otra ronda de cañas! El lugar te atrapa y no te permite salir fácilmente de allí -¿O serán los fantasmas?-
La barra es amplia, y los grifos se mantienen en plena forma para cumplir su cometido a lo largo del día -incluso sirviendo vermouth-, aunque a medida que avanza la noche… ¡Se queda pequeña! Y es que la Taberna Los Austrias se pone hasta los topes. ¡No me extraña! El lugar es de lo más atractivo y se está muy a gusto, se escapa de lo que a día de hoy encontramos en todas las esquinas: el minimalismo, las luces de neón y el aluminio ionizado.
Todo un detalle los colgadores que permiten deshacerse del abrigo y de los bolsos mientras permanecemos en el local. ¡Deberían ser obligatorios por ley! -Aquí se cumpliría-
Nada más dejar atrás la barra, llegamos directamente al comedor principal. Perfecto para que el cliente pueda barajar varias opciones sin tener que buscar otro local en la zona: tomarse una caña, disfrutar de unos pinchos, o prolongar la velada sentado en una mesa ordenando lo que le apetezca de la extensa carta.
El ladrillo visto -cuidadosamente iluminado- hace acto de presencia y seduce a los comensales uno a uno, que se sienten realmente atraidos ante una decoración de este tipo, que nos traslada en el tiempo a rincones lejanos y secretos. ¿A quién no le gusta?
Zuecos, escudos, sifones, taburetes, cuencos, herramientas… Un minimuseo que confirma la personalidad del espacio.
Las mesas del comedor de la Taberna Los Austrias llevan su propio farolillo -a juego con la imagen del local-, y transmiten al lugar un cierto aire romántico. Afianzan el adjetivo preferido de las parejas los tonos rojos de sus caminos, que realzan el blanco de la vajilla.
Sin lugar a dudas, todo un éxito el poder ofrecer en Madrid un espacio romántico a la vez que económico.
Desde la mesa, observamos como las coquetas bodegas iluminadas no son únicamente decorativas, sino que de ahí llegan los vinos de nuestra comanda que, todo hay que decirlo, están a muy buen precio, nada inflados. Encontramos referencias muy atractivas a un precio razonable, algo que hoy en día se está perdiendo en muchos locales, y que llega a molestar en gran medida, causando incrementos injustificables en la factura.
Podemos elegir diferentes ubicaciones, todo depende de si vamos un grupo de amigos o únicamente con la pareja, pues el espacio es completamente modulable, incluso una gran cena podría lucir una larga mesa acorde al evento. Hasta 35 personas pueden disfrutar de este salón.
En cambio, una pareja puede optar por la mesa que está próxima a la ventana, donde una enorme vela roja iluminará sus rostros, enrojeciendo todavía más los coloretes de su enamoramiento -madre mía que frase más cursi me acaba de salir-. Continuad leyendo, casi mejor… que yo no he dicho nada…
¡Bueno! ¡Empezamos con la cenita! O cenaza mejor dicho, porque… ¡Madre mía del amor hermoso! ¡Salimos rodando de allí! ¡Pero rodando literalmente! Y es que como siempre… ¡Nos pasamos tres pueblos pidiendo! Tapita por aquí, pinchito por allá, tablita por el este, racioncita por el oeste… ¡Bestial! Ya veréis ya…
Recalco de nuevo el tema del precio de los vinos, porque en la Taberna Los Austrias está muy ajustado, y merece la pena disfrutarlos. Ninguna botella supera los 20 €, y encontramos referencias desde los 12 €. Denominación de Origen Rioja, Ribera del Duero, Navarra, Toro, Grandes Pagos, Somontano, Rueda, Jumilla, Tierra de Castilla… De todo un poco, una carta sencilla pero más que correcta para el local en el que nos encontramos.
Nosotros nos decantamos por dos que no habíamos probado anteriormente y que despertaron nuestra atención: Dominio de Valdelacasa 2006 Roble –de la D.O. Toro- y Dominio de Basconcillos 2005 Roble -de la D.O. Ribera del Duero- Como habéis podido ver… ¡Dos “dominios”! ¿Punto COM o punto ES? Ya parece esto un artículo “internetero-informático” en vez de un post gastronómico… ¡Excelentes los dos! El primero, fresco y elegante -me encantó-, el segundo afrutado y más atrevido -no estaba nada mal-.
Y al fin llegó el momento de darle al “ñam ñam” -que nosotros, ya veréis a lo largo del artículo, le dimos de lo lindo- y nada mejor que dejarnos guiar por la pericia de los camareros quienes nos recomendaron algunos platos, a la vez que elegíamos según nuestras preferencias.
¡Nos juntamos 6 cucharetes esta vez! Ya se sabe… cuando sales por la zona de La Latina de tapas… ¡Mejor en grupito! Así que, disfrutamos de la compañía de Roberto y Mari Luz -a los que ya todos conocéis de anteriores “comilonas”- y de Fidel -un nuevo cucharete que aprendió que cuando se sale con nosotros, ¡hay que venir preparado! ¡Con suficientes agujeros libres en el cinturón!-
Los primeros en llegar a la mesa fueron la Tabla de Torta de la Serena -que os muestra Mari Luz y que podéis ver en un primer plano en la sección de Ninillas-, un queso de Extremadura, a base de leche de oveja cuajada con cardos, que se sirve caliente sobre el pan, y al que le queda de vicio la reducción de vino que le acompaña en su presentación en la Taberna Los Austrias. ¡Riquísimo! ¡No os olvidéis de pedirlo!; y la Suprema de foie de pato, que a pesar de no ser casero, no es un mal paté. Perfecto para untar sobre las rebanadas de pan con un ligero toque de plancha que venían en la cesta rodeados de picos. ¡Otra ración que “desapareció” de la taberna!
Muy sabrosas las Verduras de temporada gratinadas con ali-oli de miel. ¡Todo un tanque con el cañón desafiante preparado a ser desactivado! Espárragos blancos y verdes, tomates, endivias, berenjenas… ¡Pasaditos por la plancha! Muy ricos.
Pedimos también, para refrescar el paladar, una completísima Ensalada “Los Austrias”, a base de tomate, lechuga, huevo, aceitunas, pepinillos, zanahoria y cebolla. Bien aliñada y… ¡pa’ dentro!
Poco duró en la mesa la ración de Pimientos asados con bacalao macerado al ajo y al aceite de oliva. ¡Bien buenos que estaban! Acompañados, como no, de unas anchoas que completaban el toque marino del plato.
Impresiona el enorme plato de madera de Lacón salpimentado al aceite de oliva virgen con cachelos. Como podéis apreciar en la imagen, las lonchas son gigantescas, aunque vienen cortadas muy finas. De sabor bien, con el toque de sal y pimienta de rigor que, acompañado de las patatas cocidas, convierten este plato en obligatorio para los profesionales en tapas y raciones de los fines de semana.
También pedimos una ración de Jamón ibérico, no nos quedaba otra opción, recordad que estamos en la Taberna Los Austrias, un lugar que en su propia tarjeta de visita presume de: Pinchos, Patés, Quesos y Embutidos. ¡Así que… a probar lo que toca!
El jamoncito… pasó la prueba de sobra, sobre todo fijándose en su precio, muy económico. Probablemente un experto extremeño hubiese esperado más, pero claro… también al doble de precio ¡por lo menos!
Teniendo en cuenta la generosidad de las raciones de la Taberna Los Austrias, sorprende la calidad asociada a los precios que barajan. En pocos sitios con el encanto que posee esta taberna se puede cenar a día de hoy por menos de 20 € en Madrid. ¡Aprovechaos!
Por supuesto, cayó otra ración de Cecina de León al estilo Bierzo, de la que, como era de esperar ante los carnívoros que ocupaban la mesa, no quedó ni una sola locha en el plato, lo cual prueba que no estaba nada mal. ¡Además el pan para acompañarla estaba buenísimo!
Quizás flojearon un poco los Pimientos del piquillo rellenos de brandada de bacalao, pero es que hasta ahora íbamos muy, muy bien, por lo que cuando regresemos, descartaremos este plato y aprovecharemos para pedir más pinchos diferentes -como los que vienen a continuación-, que estaban bien buenos.
Tenéis disponibles unos 10 pinchos fríos y 20 calientes para elegir según vuestras preferencias. ¡El que no encuentre uno que le atraiga es para matarlo! Como le hice una foto a la carta, os voy a dejar la lista para que babeéis un poquito:
“Crema de roquefort y nueces”, “Anchoas con crema roquefort”, “Boquerones con aguacate”, “Salmón ahumado con queso Philadelphia”, “Jamón de pato de Aranaz”, “Jamón con pan tumaca”, “Bacalao y pimiento de piquillo”, “Atún con gambas y huevo cocido”, “Escalibada con huevo duro y anchoa”, Salmón marinado con chatka”, “Pastel de trigueros y carne picada”, “Gambas con salsa bearnesa”, “Queso brie fundido”, “Tortilla de patata rellena de chatka”, “Pastel de puerros con salmón”, “Gulas al ajillo”, “Sobrasada con brie”, “Setas con gulas guindilla”, “Setas con queso a la crema”, “Queso fontina fundido con jamón”, “Morcilla patatera picante o dulce con queso”, “Langostinos con bacon”, “Pimientos verdes asados con bacalao”, “Lacón salpimentado”, “Pastel de cabracho”, “Pisto con queso”, “Pechuga de pavo con tomate”, “Espárragos con cebolla y bechamel” y “Rollito de bacon con champiñón”.
¿Qué os parece? ¿Os llegan? ¡A por ellos! Son bien grandes y están a 3,30 € cada uno. Nosotros nos decantamos por 6 de ellos como podéis apreciar en la imagen: Boquerones con aguacate, Gambas con salsa bearnesa, Setas con queso a la crema, Queso fontina fundido con jamón, Morcilla patatera (picante o dulce) con queso y Pastel de cabracho.
¡Cómo no! Del apartado “Recomendaciones del Chef” -que muestra 9 entradas- pedimos una Brocheta al horno de solomillo ibérico con guarnición de temporada. Además traía un trocito para cada uno, 6 para 6, perfecta para compartir. Encontrándonos en un espacio en el que se cena por menos de 20 €, la calidad del producto es buena, y se agradece.
Pedimos los postres por puro vicio cucharetil -además, siendo caseros, había que probarlos fuese como fuese-, porque la verdad, es que no nos cogían -ni en el bolsillo-. El primero en llegar a la mesa -todos presentados en platos transparentes- fue la Tarta de yogur y frutas del bosque. ¡Suavísima! Este os gustará, pues es fresco y liviano, perfecto para terminar una cena copiosa y abundante como la nuestra.
Mari Luz y Fidel os enseñan la Tarta de chocolate, una extraña textura que a mí me gustó… Si es que el chocolate… ¡Es lo que tiene! Siempre sabe bien. ¡Qué vicio tengo! Aunque había discrepancias en la mesa…
Las Milhojas de dulce de leche también tienen su aquél. Hay muchos adeptos cuchareteros a este postre, y cuando se descubre en la carta… ¡se pide!
Terminamos con un Strudel de manzana, que se presentaba también con un baño de chocolate líquido marca de la casa. ¡Muy bueno! No sobró ni un trocito…
Una grata experiencia cucharetera cenar en la Taberna Los Austrias, tanto, que nos quedamos un montón de tiempo charlando sobre nuestras cosas mientras disfrutábamos de los cafés y los tés que veis en la sección de Ninillas.
La noche era joven y nos apetecía dar una vuelta por la zona… ¡Ya habría tiempo de regresar a casa! Además era Viernes, una copita tenía que caer, y para vuestra información, saliendo de la Taberna Los Austrias hacia la derecha, tenéis enfrente -a unos 15 metros- El Hechizado -Calle del Nuncio, 12-. Un lugar perfecto para tomarse una copa después de la cena.
En El Hechizado, los miércoles podéis disfrutar de alguna interpretación de teatro, un monólogo o que un humorista amenice vuestra noche -según comprobamos en sus flyers-, nosotros fuimos un viernes y no había nada eso… ¡Habrá que regresar entre semana!
Como veis, un espacio acorde a lo que encontramos por el barrio, cuya decoración corre a cargo de juegos de luces de colores y botelleros colgados en las paredes, que se reflejan una y otra vez en multitud de espejos que recorren el perímetro del local.
Las copas y los cócteles en El Hechizado están a buen precio, y además no te sirven “aguachirri” -como yo lo llamo, que sucede en muchos de locales que todos conocemos-.
Me gusta esta foto en la que todos estamos movidos mientras decidimos qué pedir… ¡Fijo que estamos intentando acelerar la digestión de nuestra cena en la Taberna Los Austrias! Porque quedamos como barriletes… Al final opté por un Mojito, que podéis ver en la sección de Ninillas. Fijaos en la iluminación de las botellas, que dibujan un techo de sombras verdes sobre nuestras cabezas. Simple, pero muy atractivo, y por supuesto, con velitas… ¡Que no falten!
Sobre El Hechizado -por si queréis visitarlo también- os dejo el horario, para que lo tengáis en cuenta para las copas:
Lunes y Martes: Cerrado - Miércoles y Jueves: De 19:00h a 01:00h - Viernes: De 17:00h a 02:00h - Sábados: De 13:00h a 02:00h - Domingos: De 13:00h a 23:00h
La Taberna Los Austrias es un local de visita obligada si has decidido salir por la zona de La Latina en Madrid. ¡Y no sólo los fines de semana! Pues el espacio invita al comensal a disfrutarlo con tranquilidad y aprovechar para respirar con tiempo su esencia, el tiempo que marca el reloj que preside su comedor, segundo a segundo, bocado a bocado… ¡A cenar!
Apuesto lo que queráis a que algún día coincidimos por allí, lectores y cucharetes oficiales. ¡Nos vemos!
Ninillas: De vez en cuando, me gusta pasear por el Madrid de los Austrias, callejear por la zona de La Latina y disfrutar de ese ambiente entre bullicioso y bohemio que en otros tiempos fue casa y despacho de cuchilleros, herreros, tijereteros, cerrajeros y latoneros… A día de hoy, su actividad económica ha cambiado muchísimo, qué os voy a contar yo que no sepáis, y su oferta está centrada en el ocio. Sus callejuelas están repletas de bares, restaurantes, tabernas y tascas de todo tipo, tamaño y condición, pero qué duda cabe que entre todos han conseguido que sea esta parte de Madrid la zona de tapeo por excelencia.
De entre todas esas tradicionales tabernas madrileñas, hay una que hace muchos años se llevó… no sé si mi corazón entero, pero desde luego sí un trocito. ¡Qué bien lo pasé siempre que cené allí! Sin duda, la percepción que de ella tenía estaba asociada no tanto a su comida, sino más bien a las compañías que por aquellos tiempos frecuentaba y con las que era estadísticamente improbable pasar una mala noche. Por esa razón quería volver a ella, para ver si la taberna había cambiado, para saber si era yo la que había cambiado, o simplemente para constatar que ambas habíamos evolucionado. Ahora que leo lo que he escrito, no sé yo si ponerme a la par de una taberna es buena idea. Puede que no, pero lo cierto es que como buena conquense correspondo a ese gremio de chicas de barra con adolescencia de Mahou en mano, de modo que, tal vez la equiparación no sea tan desacertada.
Pero vamos a ir centrándonos y caminemos hacia la Calle del Nuncio, lindando con Puerta Cerrada, porque es allí, en el bajo de uno de los edificios de viviendas más antiguos de la capital, donde se encuentra la joyita que os presentamos hoy, concretamente en el nº 17. Responde al nombre de Los Austrias, Taberna Los Austrias, y sus paredes rezuman historia por doquier. La corrala del edificio fue residencia de los alabarderos reales, y la propia taberna ha tenido usos de lo más variopinto. Fue un peladero de pollos, una vaquería e incluso un anticuario fijó allí su residencia. Vamos, que el sitio tiene mucha, pero que mucha personalidad. Finalmente, hace 15 años más o menos, volvió a cambiar de rumbo y desde entonces se dedica a calmar la sed y el hambre de todos aquellos que cruzan el quicio de su puerta.
La Taberna Los Austrias está decorada con ese inconfundible sabor de las castizas tabernas madrileñas. Un ambiente acogedor y agradable donde poder disfrutar de un buen vermut de grifo un domingo de rastro, de unas cañitas cualquier día de la semana y ¡cómo no! dar gusto a los hambrientos estómagos con su amplísima propuesta de pinchos, tapas y raciones.
El ladrillo visto recorre todas y cada una de las paredes acompañadas de tonos granates, rojizos y anaranjados. Un espacio rústico y al mismo tiempo con encanto, el que le dan los distintos apliques y farolillos estratégicamente colocados a lo largo y ancho del local.
No pasan desapercibidas tampoco sus vigas vistas de madera, que son las originales del edificio, ni su suelo en cemento pulido un poco deslustrado en algunas zonas, claro que, todo hay que decirlo, le da más solera aún si cabe a la Taberna.
La Taberna Los Austrias cuenta con 70 plazas sentadas y esto hay que matizarlo, pues ni que decir tiene que como buen establecimiento de Latina que se precie, el estar de pie no sólo es un arte sino una seña de identidad del buen tapeo madrileño y por eso, su zona de barra alberga a los más tradicionales o, simplemente a los que no llegaron a tiempo para coger sitio. Para el resto, disponen de dos zonas: la de los barriles y el comedor.
La zona de barriles está nada más entrar al local, son un total de 14. Se disponen a modo de mesas altas, rodeadas por taburetes y es, sin duda, una buena opción para un tapeo informal acompañado de una buena cañita bien tirada, que por cierto es Mahou, o una copita de vino; de comer, que cada cual elija al gusto. Ahora, sea cual sea la elección, no os perdáis entre bocado y bocado el fantástico yugo que cuelga de su pared.
El comedor está separado del resto de una manera bastante original, tanto como que han usado de tabique un antiguo trillo. La ventaja es que divide el espacio, pero visualmente no hay una ruptura del mismo. Lo que sí proporciona es intimidad y si no, fijaos en la mesa de la siguiente fotografía, con la velita y todo, no me negaréis que es un rinconcito de lo más romántico.
Cuentan en esta zona con capacidad para 35 comensales distribuidos en mesas de dos, de cuatro, de seis… y así hasta 35, porque es cuestión de ir juntando mesas. ¡Que estamos en una taberna! Y aquí las posibilidades para cenas y comidas de grupos son más flexibles.
Las mesas son de madera en el tono que marca el local y se visten con caminos rojos y servilletas de papel en el mismo color. El resto no sobresale ni para bien ni para mal, son adecuadas para una taberna y tampoco echas en falta algo más sofisticado. Lo que no recordaba de mis anteriores visitas eran los farolillos con la velita sobre las mesas, que sin duda ponen el puntito romanticón al asunto y convierten a la Taberna Los Austrias en un sitio perfecto para una cena con la pareja apta para todos los bolsillos.
Rodeando el comedor tenemos varias hornacinas que albergan todo tipos de objetos y enseres, pero siempre guardando la línea rústica del local. Zuecos, hoces, candiles, calderos, sifones, antiguas aceiteras, cuadros de la época… Todo lo que de antaño puedas imaginar, pero eso sí, convenientemente iluminado, para que nada pase desapercibido.
Llega la hora de meternos en faena porque hoy la tarea nos va a venir un poco larga y no es plan de dejarnos nada en el tintero. La Taberna Los Austrias ofrece una extensa carta con platos perfectamente reconocibles y que podríamos tildar de ágapes rústicos. Entrantes, Raciones, Pinchos fríos, Pinchos calientes, Ensaladas, Recomendaciones del Chef, Tabla de patés y Tablas de quesos garantizan el tapeo con una buena relación calidad-cantidad-precio. ¿Me seguís y os enseño todo? Pues vamos a ello.
Aquella noche nos reunimos en total 6 personas: los tres cucharetes -el burro delante para que no se espante-, Luz, Roberto y Fidel. Nada más sentarnos, lo primero que llegó a la mesa fue el pan. Dos canastillos con rebanadas de pan tostado y colines. Cada canastillo se factura a 1.50 €, y por lo general con uno por cada cuatro comensales es más que suficiente, sobre todo si pides tostas.
De sus Tablas de Patés nos decantamos por la Suprema de foie de pato. El foie no era casero, pero estaba bueno, además me pareció bastante correcta su relación calidad-precio. Se servía con unos hilillos de reducción de vino por encima lo que le daba un puntillo interesante.
Dentro de su sección Tablas de quesos con varias D. O nos decidimos por la extremeña Torta de la Serena. La ración constaba de dos generosas tostas calentitas cubiertas por el queso y acompañada de una reducción de vino con clavo. A mí la Torta de la Serena me encanta, pero no la había probado regada con un chorrito de vino y debo admitir que me convenció.
Y para aligerar la contundente cena que nos avecinaba, qué mejor que unas ricas Verduras de temporada gratinadas con ali-oli de miel -calabacín, espárragos blancos y trigueros, tomate y endivias- y una Ensalada “Los Austrias” -lechuga, tomate, cebolla, huevo, aceitunas, zanahoria y pepinillos- que os muestran Roberto y FlashBack.
Esta ensalada de Pimientos asados con bacalao macerado al ajo y al aceite de oliva, me encargué yo personalmente de que llegara a la mesa. Con lo que a mí me gustan los pimientos y el bacalao… ¡Cómo para perdérsela! El puntito de sal no procedía del bacalao sino de unas anchoas que iban acompañando al resto de ingredientes.
Más que generosa, generosísima fue la ración de Lacón salpimentado al aceite de liva virgen con cachelos. No era el plato de mayor calidad, pero sí guardaba la línea de buena relación calidad-cantidad-precio tan característica de la Taberna Los Austrias.
Luz y Fidel os muestran sendas raciones de Cecina de León al estilo Bierzo -regada por encima con un poquito de aceite y piñones- y de Jamón ibérico. Ambas eran abundantes, pero aquí quizás me gustó más la de cecina que la de jamón, aunque Fidel no creo que opine lo mismo.
Los Pimientos del piquillo rellenos de bandada de bacalao tampoco defraudaron, y menos a mí, que me encantan, aunque tal vez la brandada estaba demasiado suave. Personalmente me gusta con un sabor un poco más potente, pero ya sabéis que para gustos se hicieron los colores.
Ahora vienen las tostas, o mejor dicho… los pinchos, o más bien, os explico cómo mirar la carta para que os aclaréis. Dos de las secciones de sus carta son Pinchos fríos y Pinchos calientes, a 3.30 € cada uno, pero en realidad no son pinchos como tal sino tostas, y puedes optar por pedirlas en tablas de 4 variedades -a elegir- a 12 € o en tablas de 6 variedades a 17 €, lo que supone el ahorro de unos eurillos. Nosotros optamos por la segunda opción.
Y ahí los/as tenéis, 6 pinchos/tostas bien surtiditos: de Pastel de cabracho, de Boquerones con aguacate, de Gambas con salsa Bearnesa, de Queso fontina fundido con jamón, de Morcilla patatera picante con queso y de Setas con queso a la crema. Si os soy sincera, no sabría decir con cuál quedarme, todos me supieron sabrosos, pero tal vez me inclinaría por el de morcilla, por el de setas y por el boquerones con aguacate -muy original de sabor-.
En la carta también ofrecen varios revueltos, todos a 7 €, y nosotros pedimos el que os muestro a continuación: Revuelto de pisto. El plato en sí no es nada del otro mundo sino fuera porque el revuelto se acompañaba con queso, lo que lo convertía en una opción más interesante que la tradicional. A mí me encantó.
Rayo fue el responsable directo de esta Recomendación del Chef: una Brocheta al horno de solomillo ibérico con guarnición de temporada. En un principio, no estuve muy de acuerdo con la elección, no sé, me parecía a mí que la Taberna los Austrias como que no era sitio para un solomillo, pero debo decir que me sorprendió la calidad de la carne, así como la cantidad, muy generosa.
Regamos las viandas con dos tintos: un Dominio de Valdelacasa 2006 Roble de la D. O Toro y un Dominio de Basconcillos 2005 Roble de la D. O Ribera del Duero. Ambos cumplieron sobradamente y decidirse por uno u otro no es tarea fácil, tampoco el precio hace inclinar la balanza pues los dos estaban a 18 €, de modo que…
En este punto, desabroché el cinturón porque como siempre nos pasamos pidiendo, pero eso no quiere decir que nos quedásemos sin pedir postre. ¡Faltaría más! Además ¡eran caseros! La Taberna Los Austrias ofrece una carta de postres con 7 entradas, todas ellas a 4.30 €. ¡Cayeron cuatro! Si es que para un postre siempre hay sitio.
Comenzamos con esta Tarta de chocolate que hizo las delicias de los chocolateros, pero que a mí no terminó por convencerme, no por sabor sino más bien por la textura. No era una mouse, ni una tarta, ni un flan, ni un yogur… Ya os digo, era una textura rara.
La que os muestro a continuación es una Tarta de yogur y frutas del bosque, fue una de las dos que más me gustaron. Es un postre imprescindible en la Taberna Los Austrias. Ligera, al tiempo que sabrosa.
El otro postre que me encantó fue este poco ortodoxo Strudel de manzana, que me recordó más a una empanada de hojaldre de manzana que a un strudel, pero que la verdad estaba riquísimo. Otro imprescindible para los postres.
Las Milhojas de dulce de leche a puntito estuve de no probarlas pues el dulce de leche no es mi sabor, pero reconozco que no estaban mal, pues estaban suavecitas y su sabor me recordaba a los caramelos de toffee.
Acompañamos la sobremesa con unos cafés con leche y unos tés, todos al módico precio de 1.30 €, cosa que agradezco porque dan cada sablazo por ahí… que te resulta raro cuando te cobran un importe decente.
Parecía que la noche se había acabado, pero no, entre el personal había ganas de alargar la velada y yo me encargué de dirigir al equipo hacia el nuevo emplazamiento.
A muy pocos metros de la Taberna Los Austrias, en la esquina de la calle del Nuncio con la escalinata que da a la Calle Segovia, se encuentra el Café-Lounge El Hechizado. Es un local muy propio de la zona y se podría decir que polivalente. Vale un poquito “pa to”, para tomar un aperitivo en el fin de semana, un café a media tarde, una cenita ligera a base de tostas por la noche o una copita por la noche.
La decoración es un tanto bohemia y con encanto, con mezclas un tanto extrañas, pero armónicas. Mesas altas con taburetes que se alternan con algún que otro sillón, lámparas con flecos del estilo años 20, botellas incrustadas en la pared que proporcionan sombras antojadizas… Todo como “a su bola”, pero guardando una línea muy de “La Latina”. A mí siempre me gustó mucho El Hechizado. Por lo que nos dijeron ahora, entre semana están empezando a hacer diversas actividades. Por ejemplo, todos los miércoles a las 9:30 PM tienen monólogos, humoristas o cuentacuentos, dependiendo de la noche y no cobran entrada, tan sólo pagas un euro más por la consumición.
Nos pedimos un poquito de todo: dos mojitos, una caipiroska, una caipiriña, un daiquiri y un White Label limón. Todos a 6 €, excepto la copa que era a 5.50 €. Y allí estuvimos un buen rato disfrutando de la velada acompañados por la suave música y la animada conversación.
Así fue aquel viernes noche y así os lo he contado, pero como siempre me quedan los detalles, o mejor dicho “mis detalles”, que en esta ocasión no van acompañados de ninguna nota negativa o discordante. Empezamos por el servicio: numeroso, ágil y agradable, con mención especial a Yago y Juliana que fueron quienes nos atendieron y dieron muestra de una infinita paciencia -anda que no les dimos guerra “ni na”-. Continuamos con el local, muy agradable y apto lo mismo para una cena de grupo como para una cena romántica a la luz de las velas. Y finalizamos por su cocina, compuesta por platos sencillos y sin grandes artificios, pero con buenas materias primas y, por supuesto, haciendo gala siempre de una excelente relación calidad-cantidad-precio. En definitiva, la Taberna Los Austrias es, bajo mi punto de vista, uno de los sitios de tapeo de referencia en La Latina. Y, sin duda, esta vez no pienso dejar pasar tanto tiempo hasta mi próxima visita, porque con ésta me demostré que no sólo son las compañías las que te hacen pasar una noche inolvidable sino que también hay ciertos locales con encanto que contribuyen a ello y, desde luego, la Taberna Los Austrias lo tiene.
Cucharete: ¡Un lugar perfecto para tapear por Madrid por la zona de La Latina! ¡Se lo pasaron pipa los cucharetes! Incluso se tomaron luego una copita en “El Hechizado”, que está al lado mismo de la “Taberna Los Austrias”. Un espacio bohemio, rústico, cuidado y con historia… ¡No olvidéis que estáis en el bajo de uno de los edificios más antiguos de todo Madrid! Mi equipo cenó por 22 €/persona, seis personas con 12 platos, 4 postres, 4 aguas, 4 cafés y 2 tés. A lo que tendríamos que añadir 3 botellas de vino a 18 € cada una.
Su decoración, rústica, agradable, íntima y cargada de historia. Su cuidada y cálida iluminación, reforzada con los farolillos de sus mesas. La generosidad de sus raciones. El ajustado precio de sus referencias de vino. Su destacable relación calidad/cantidad/precio en sus pinchos, tapas y raciones. El amable y ágil trato del servicio en todo momento. Su separación entre mesas. El vecino Café Lounge “El Hechizado” en el que poder disfrutar de un cóctel o una copa.
No admiten pago con tarjeta de crédito.
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que va, que va, esto no puede seguir así, me niego rotundamente a seguir viendo estos reportajes a las 2 de la tarde, jejej, saludos, y a seguir así, saludos de gran canaria.
Cada dia que pasa me gusta mas vuestra web, me encantaría poder visitar todos los sitios que recomendais, espero que poco a poco pueda hacerlo.
Enhorabuena!
Estuve tomando mojitos un miercoles en EL HECHIZADO ,como ustedes lo habiais mencionado y la verdad es que son los mejores de toda la Latina y he probado muchos!!!!! ademas el show fue increible y no pagamos entrada ni nada. Os lo recomiendo
Fuimos el sabado a la salida del teatro, eran las 12.30 y nos dijeron que ya estaban cerrando. Con que hasta las 2 nada de nada.
Intenté ir a comer a La Taberna de los Austrias un domingo después de haber hecho una reserva previa. Cuando llegué al restaurante, a la hora que yo había reservado y habiéndome segurado previamente de que la reserva estaba hecha, me dijeron los camareros que no tenían mis datos anotados y que, por tanto, no tenía mesa para comer. No sólo no intenteron darme una solución sino que (sobretodo la camarera de la barra) me trataron con muy malas formas y, prácticamente me invitaron a irme. No he tenido la oportunidad de probar sus tapas pero por mi corta y muy mala experiencia con este sitio no puedo más que decir que no es nada recomendable, creo que por esa misma zona hay sitios mucho mejores en cuanto a trato.
He llamado ahora mismo para reservar, muy amable…
P: para que dia quiere?
R(yo): para el dia 12 de febrero para 10 personas.
P: para qué hora?
R(yo): para las 21′30
P: lo siento tiene que ser para las 21.
R(yo): pues si no puede ser a otra hora..
P:Para cuantas personas?
R(yo): para 10 (cinco parejas)
P(yo): si le digo que llamo de parte de cucharete?
R: nada
P(yo): es que he visto la promocion de la botella de cava
R: Solo es para parejas
P(yo): somos 5 parejas y vamos a celebrar un cumpleaños, ylas fechas de la promocion son durante esa semana.
R:solo es para parejas..
La proxima vez, reservaré pareja a pareja!!!y nos juntaremos en el garito!!! juerrrrr
Al ataqueeeee ñam ñam ñam!!!
Hasta otra cuchareteros ya os contaré lo genial que vamos a cenar el dia 12..lalalalalalalalalaa
Ekhi
Ayer fuimos a cenar veinte personas, ya me parecieron algo desagradables por teléfono….pero al llegar…el trato en general dejó bastante que desear….una pena,la verdad, porque la comida está muy buena.
Me entristecen estas cosas, porque en vez de tener una velada estupenda, le ponen el toque desagradable a la hora de pedir, a la hora de pagar….una pena.
El restaurante es muy normalito, y el servicio deja bastante que desear. Los aperitivos calientes te los sirven más bien fríos lo mismo que los platos principales. El vino se equivocaron y cobraron otro que no era el que habíamos pedido. Y algo que me molestaba bastante, era que demostraban tener mucha prisa para que se desalojara la mesa lo antes posible. Por cierto uno de los camareros tenía un bozarrón para anunciar que los platos estaban listos, pero te mete unos sustos que por poco me atraganto en alguna ocasión. Bueno eso sí, la torta de la Serena estaba excelente.
En cuanto al café El Hechizado, decir que los mojitos valían 7 euros, y no 6 como ponéis, (y era sábado), aunque estaban deliciosos.
Seguid en esta línea y gracias por vuestros comentarios, aunque sed un poco más críticos con los sitios.
4 castellanos.
Parece más grande en las fotos. Más bien es un bar de tapas que un restaurante.
nanci
La zona de Latina la trabajo bastante y por vuestra crítica estaba dispuesto a visitar este local, pero los comentarios que leo me están echando un poco para atrás.
Hoy jueves de semana santa, con la calle llena de vallas para las procesiones, decimos entrar en la taberna. La zona del restaurante estaba vacía pero la parte del bar, toda la zona de barriles, se llenó completamente, no sé si con motivo de la procesión, o porque suele ser así.
El camarero ha sido super educado y agradable. Las tapas han estado muy bien. Nada mas entrar, sin pedir aun nada, te ponen un platito con aceitunas y pepinillos. Tendremos que volver a probar alguna cosilla mas, no hemos tomado mucho porque íbamos de ruta por la zona tapeando. gracias cucharete por vuestras opiniones.
Me encantó cenar en Los Austrias. Los pinchos están muy ricos, y las raciones son muy abundantes (que viene a ser lo mismo que decir que mi choco se quedó bien servido). Nos salió por 13 €/persona y nos pusimos las botas, muchas gracias cucharetes por descubrirnos sitios como este.
Os sigo desde hace muuuuuuuucho!!
No me podía creer que cada vez que pedíamos una botella de vino no la pagaríamos al final. El vino buenísimo! Muchas gracias cucharetes. Comimos de lujo y salimos a unos 16 por persona, me pareció una relación calidad-precio sobresaliente.
Realmente las tres Bs: Bueno, Bonito y Barato. Aunque no nos regalen el vino (que lo hicieron), volveremos seguro. Muchas gracias por darnos a conocer estos grandes sitios!!
Estuvimos el viernes pasado dos personas cenando con la oferta del vino. La verdad es que el vino lo pusieron un poco calietne, pero los platos eran generosos y de cierta calidad. Comimos la cecina de León (muy bueno el aceite que la acompañaba), las verduras con miel (muy ricas), los pimientos rellenos de branda de bacalao (bastante buenos) y el solomillo (beuno pero peor que los anteriores). De postre tarta de yogur, que también estuvo buena. El trato fue correcto. En líneas generales, un restaurante que con oferta repetiría, pero sin ella me lo pensaría.
Hace unos días encontré este post por casualidad. Anoche estuvimos cenando 4 personas, no soy de los que se creen mucho este tipo de anuncios, pero tenía buena pinta y decidimos probar.
Buah, SENSACIONAL, todo lo que pone más arriba es completamente cierto y se ajusta perfectamente a la realidad.
El trato del camarero (Juan creo que se llamaba) correctísimo y muy profesional, hasta nos sugirió cambiar uno de los platos por no ser mucho de su agrado; incluso aconsejó sobre la cantidad de lo que habíamos pedido para que no sobrara.
La comida, de foto en cuanto a presencia (igual o mejor que las imágenes de arriba), y de gusto sabrosísima.
De precio nos salió por 64€ los 4, a unos 16 por persona (un regalo a mi entender), con cerveza y agua, además una botella de Ribera gratis (GRACIAS CUCHARETE) lástima que se acabe hoy la oferta.
El ambiente muy cálido y tranquilo (sólo estábamos 2 mesas cenando).
Lo dicho, no soy mucho de postear por estos sitios, pero he creido conveniente comentarlo porque merece mucho la pena.
Han ganado un cliente.
Lamento no compartir el ultimo comentario de Fran. Nosotros tambien encontramos ayer el post de esta taberna y nos decidimos a ir. El lugar parece como abandonado. Llegamos sobre las 22:30 y la taberna estaba totalmente vacia. Solo habia 4 personas en una mesa. La limpieza deja bastante que desear, nos ubicaron en la mesa de la “vela roja”, tal como dice vuestro critico, pero la vela roja brillaba por su ausencia. Cuando mencionamos la oferta del Cucharete, la camarera, de no muy buenas maneras, nos dijo que la consumicion debia ser superior a 30 euros. Como nuestra idea era cenar, aceptamos. Pedimos el revuelto de espinacas (bien) y los pimientos rellenos con bacaloa (al bacalao aun lo estamos buscando). De segundo la brocheta de rape (no sabia a nada, ni siquiera a pescado…) y la de solomillo iberico (jamas habia probado un solomillo tan seco y soso). Lo unico rescatable de este sitio, el postre (milhojas de dulce de leche). A la hora de pagar, como no reciben tarjetas, tampoco tenian cambio de billetes grandes. El camarero se quedaba de pie al lado de nuestra mesa esperando a que nosotros solucionemos el inconveniente, en vez de salir a buscar cambio (al final ellos son los interesados en cobrar no?). Para finalizar el comentario, habia una pareja sentada en la taberna, cenando, y a las 12:30 pidieron una segunda ronda de cerveza para terminar de cenar. La camarera, que pobrecilla no tiene la minima educacion para atender al publico, les dijo que ya estaban cerrando!!! La verdad que nos quedamos de piedra, la pobre pareja casi se queda atragantada por querer terminar de cenar “en condiciones”. En fin, creo que el critico de Cucharete deberia volver y volver a redactar su “critica”, ya que considero que alguien que se dedique a este trabajo, debe tener sentido comun como minimo. De verdad, os recomiendo no ir a este sitio con tu pareja o con amigos, ya que la atencion es de pena.
….el fotógrafo, es todo un profesional ya que le hace un gran merito al local. Por lo demás………bueeeeeno, vaaaaya !!!
es el unico sitio en madrid, donde sentado en la terraza, puedes oir como cantan los pajaros, os aseguro que despues de comer te tomas un cafe en la terraza…. y solo escuchas eso, nada de coches etc etc…..el trato normal,las tapas generosas y de pasta genial
Hola, este sitio es genial. He estado cenando varias veces este verano en la terraza y os puedo a segurar que se está de lujo , es cómodo, tranquilo y se come muy bien. LA raciones son grandes, los pinchos son voluminosos y la atención de los camareros es buena. Comparto opinión con LULO, estando en el centro de Madrid, como está esta Taberna, ¿encontrais algún sitio más cómodo y sin ruidos de coches? . También entiendo que en alguna ocasión a alguien algún detalle le haya disgustado, pero qué sitio es perfecto, somos humanos…OS ACONSEJO QUE VAYAIS.
El lugar no está tan mal, lo peor, fuimos mi esposo y yo un lunes, no quiero ver eso en un fin de semana, por un cupón de groupalia.
Una recomendación si deciden poner una promoción es para crear una campaña publicitaria y la gente quiera ir, no una campaña de desprestigio patrocinada por ellos mismos, el servicio puede ser desde 45 minutos a 1hora 15, los camareros son muy lentos, cuando entras hay muchas mesas vacías con lugar disponible y dejan en espera por lo menos 20 minutos parados, la comida no era tan mala, pero relación precio-calidad hay lugares mucho mejores.
Les digo si pueden ir a otros lugares vayan aunque paguen un poco más y por el mismo precio hay gran variedad de lugares mucho mejores por Madrid!!! No volvemos a ir a este sitio, si tienen mucha paciencia para poder esperar todo lo necesario, vayan!!!
Con motivo de mi vuelta a España durante vacaciones (al estar trabajando fuera del país), decidí montar una cena con unos amigos.
Dado que la zona de La Latina siempre ha sido una de nuestras favoritas a la hora de pasar las noches de los fines de semana, decidí elegir entre los restaurantes existentes por esos lares.
Tras unas cuantas visitas in situ a distintos locales, mi buena amiga Mónica me recomendó este lugar como uno de los mejores de la zona. Como podréis comprender, ya no es mi amiga…
Tras reservar por teléfono (dado que estaba cerrado en el momento de ir a verlo con mi antigua amiga), la sensación de agobio comenzó a tomar cuerpo en mí. El hecho de comentarle a la chica al otro lado del teléfono que había un vegetariano y que me respondiera “perfecto, tenemos carne”, provocó en mí una sensación cuando menos curiosa.
A pesar de esto, decidí tirar para adelante y confiar en el buen criterio de mi ex amiga.
El día D llegó. Todo estaba preparado para un festín sin igual y para disfrutar de los buenos amigos acompañado por un magnífico manjar.
Pues la primera en la frente: al llegar mi novia y yo antes que los demás (otras 12 personas), preguntamos si podíamos ir a la terraza, dado que había mesas sin ocupar. La respuesta de la camarera, que estaba tirando una cerveza, fue clara: “No, porque habéis reservado por teléfono”, y siguió tirando la caña.
Yo miré a mi novia, mi novia me miró a mí, yo miré a la camarera, la camarera me miró a mí, y pensando que quizás no lo había entendido, repetí: “Esto, vamos a ver…si yo he reservado, ¿no puedo ponerme en la terraza?”. La respuesta, con un tono poco amable, fue otra vez tajante: “¡Os estoy diciendo que no!”.
En esos momentos, pensé en anular la reserva, llegar con el resto del grupo de amigos y decir: “Hola, buenas, que somos 14 personas, nos ponemos en la terraza, ¿ok?”. Pero decidimos quedarnos dentro y no liarla…
Si el trato de la primera camarera fue poco agradable, no más lo fue el de las otras. Tras pedir unas cañas en la barra y preguntar si las podíamos llevar a la terraza (a lo cual nos dijeron que sí, que ningún problema), nos sentamos en las mesas de fuera esperando a l resto del grupo. Un amigo llegó y se sentó con nosotros. Pidió una caña, a lo cual, una camarear con gracejo andaluz respondió: “en terraza tiene que ser una jarra, no una caña. Es que tus amigos son unos indepentistas (sic), pero aquí en terraza se piden jarras”. Mi amigo puso más mala cara que Rajoy cenando con Artur Mas, pero aún así pidió la jarra.
La cena pintaba bien…
Con la llegada de más amigos, decidimos meternos dentro del restaurante y ocupar las mesas reservadas. Una vez llegados todos, comenzó el espectáculo.
“Sí, hola, nos vas poniendo unas croquetitas, unos pimientos rellenos, unas verduritas (para el vegetariano)…”. Vista la carta, la cosa parecía que tenía cierto nivel.
Cuando llegaron los platos, comencé a pensar que la amiga que me recomendó el sitio tenía algo en contra de mí. Seis croquetas congeladas por dentro en un plato, cuatro pimientos rellenos de una anchoa (y ya está, no le pidas más), verduras fromadas por un pimiento y un tomate, harían explotar de ira a Chicote. Y con razón.
Anécdotas como el agua del aire acondicionado cayendo encima de mi novia fueron menores al lado de esta desgracia de comida.
Tras pagar la cuenta (y dejar cero euros de propina), salimos todos con más mala cara que el Rey en una cena de familia en la Zarzuela.
Recomiendo encarecidamente NO ir a este antro. Mal servicio, escasa y pésima calidad de la comida, precios excesivos para los platos que ponen, hacen de este sitio uno de los peores, sino el peor, de los que he visto en toda mi vida.