-
Valverde, 28
Madrid (Centro)
Gran Vía (Línea 1)
91 308 05 70
40 - 55
Nace un nuevo concepto en Madrid: el restaurante beChic Loft, que no sólo es un restaurante, sino que ofrece a todos sus visitantes un espacio camaleónico que se transforma según las necesidades del cliente. Arropado por grandes firmas internacionales que le confían la organización de sus eventos, ahora abre sus puertas al público de a pie para ofrecerle una carta de lo más chic, basada en una cocina de mercado creativa. Dispone de dos comedores para fumadores con capacidad para 70 comensales. Además de una corta pero exquisita carta, ofrece un Menú Degustación a 40 € +IVA que cambia a diario. Su horario de apertura es de Jueves a Sábado de 19:00h a 00:30h -los Sábados también abre de 13:00h a 16:00h-. Cierra de Lunes a Miércoles durante todo el día.
5,0
Rayo: Amigos y amigas de Cucharete… Tenemos el placer de presentaros… ¡Otro flamante 5 cucharetes en Madrid! ¡Diferente… abstracto… personal… único! Así que… coged asiento, respirad hondo y… ¡Disfrutadlo con nosotros! Os garantizamos que el sabroso paseo de hoy será de lo más reconfortante, pues no hay nada mejor que dejarse llevar de la mano de un espacio elegante, sin perder de vista en ningún momento la sencillez y el buen gusto. Todo lo que os mostraré a continuación, es un derroche de belleza gastronómico-floral que se funden en un abrazo de colores y sabores que Silvia Brandão y Amado García han guiado a la perfección para llevar hasta lo más alto su nueva creación: ¡El Restaurante beChic Loft de la calle Valverde!
Los amplios ventanales a pie de calle de este singular loft madrileño, muestran unos sofás de cuero acabados en negro que incitan a todo viandante a entrar y, como mínimo, preguntar a los allí presentes: “¿Esto qué es? ¿Un restaurante?”
La elaboración de una respuesta puede parecernos complicada en un principio, hasta que te das cuenta de que beChic Loft es un cúmulo de sensaciones… ¡todas ellas agradables! beChic Loft podría definirse como una fusión de conceptos tan bien ejecutada, que embruja a todos los presentes con un plus de espontaneidad y pureza. Algo que, sin duda, experimentaréis a lo largo de la lectura de este artículo, que promete ser uno de los más exclusivos de Cucharete.
La imagen con la que el Restaurante beChic Loft se identifica en su tarjeta de visita, es una atractiva y anaranjada flor fruta del Amazonas, y no cabe duda de que si nos sentimos relacionados con la selva tropical más grande y antigua de nuestro Planeta… ¡Es que somos grandes! Y eso es exactamente lo que le sucede al beChic Loft, un curioso lugar en lo que todo lo pequeño se considera grande desde el mismo momento en que se disfruta de cerca. Pequeñas creaciones con grandes y cuidadas presentaciones, pequeñas raciones con grandes explosiones de sabor, pequeños ramos con grandes y coloridos mensajes… ¡Qué grande es lo pequeño del beChic!
Silvia -Directora del proyecto- y Amado -Chef al frente de sus fogones-, han sido capaces de fusionar magistralmente su amplia experiencia en el mundo del catering para focalizarla en un espacio 5 estrellas en el que los comensales que consiguen mesa -ya sea un jueves, un viernes o un sábado- tienen el placer de degustar platos de creación única, en un ambiente privilegiado y diferente.
En beChic Loft todo luce en armonía, y por supuesto, todo es de lo más “chic”. No hay más que fijarse en los sofás chester de cuero negro de la firma Becara, reconocida por su dedicación a la fabricación de muebles de gran calidad, pensando en una decoración ecléctica, actual y clásica al mismo tiempo. La verdad es que, simplemente con su presencia, consiguen crear un rincón confortable, de buen gusto y con personalidad propia. ¡Algo que no le falta al beChic Loft!
Tras la barra, también luce un armario bajo de la misma firma -en tono ocre viejo- que da cobijo a vistosas botellas de todo tipo y condición, con las que elaboran fabulosos y sugerentes cócteles según el gusto del cliente -ya os podéis imaginar cómo acabamos nuestra velada, ¿verdad? ¡Sí! ¡Con unos cócteles increíbles!-
¿Y las flores frescas? ¿De dónde vienen esas copas repletas de pétalos de colores? ¿Quién es el responsable de la decoración aromática del beChic Loft? ¡Pues el mismo beChic! Siempre con la mano y el buen gusto de Jorge Puig tras las creaciones, un artista floral que matiza su trabajo en hoteles como el Hesperia o en restaurantes tan prestigiosos como el Saltceloni.
Nos encontramos ante un espacio de lo más singular, que nos muestra hasta dónde es posible llegar cuando el catering se transforma en restaurante. ¡Esa es la esencia del beChic Loft! El deseo de complacer siempre con una sonrisa, basando el servicio en un dinamismo elegante y amoldándose siempre a las necesidades de cada cliente y de su cartera, para que todo el mundo pueda disfrutar igualmente de sensaciones que creemos muchas veces reservadas únicamente a los más privilegiados.
La imagen que os muestro a continuación muestra toda la esencia del beChic Loft, el brote que se convierte en flor… la oruga que se transforma en mariposa… ¡Y es que el beChic es Ángel y Demonio! ¡Consigue cautivar a todas las almas! Fijaos en su rudeza: un suelo desenfocado, un tono de luz perdido… ¿Qué restaurante más raro, verdad?
¿Pero qué sucede si traspasamos el recibidor? Pues nada más y nada menos que el patito se transforma en cisne. Los cinco sentidos estimulan un cúmulo de sensaciones agradables difíciles de describir… todavía dudamos sobre “en dónde nos encontramos”, pero sabemos que estamos muy a gusto. El ambiente se torna de lo más agradable y la atmósfera que se respira en el comedor es de lo más romántica y apacible.
El blanco domina el espacio y su pulcritud únicamente se ve interrumpida con un guiño de color que corre a cargo de unas flores frescas perfectamente seleccionadas para la ocasión.
Os habréis dado cuenta de que el Restaurante beChic Loft es perfecto para realizar cualquier tipo de evento. Al ser su directiva experta en el mundo del catering, son capaces de llevar a cabo cualquier propuesta que se les presente: una exposición, una muestra, una presentación, un certamen, un bautizo, un cumpleaños… Cualquier reunión que se nos ocurra tiene cabida en beChic Loft, y de ahí viene la explicación del “porqué” de la fotografía anterior -la de la oruga, el brote, o el patito que finalmente se convierten en mariposa, flor y cisne-, y es que embajadas y grandes firmas celebran sus eventos en beChic Loft: Carolina Herrera, Moet, ING, Estée Lauder, Tag Heuer, Bosh, Nintendo Phillips, Vodafone, Panthene, Oracle, American Express, Deloitte… y así hasta más de 60 clientes que año tras año confían en sus servicios. ¡Por algo será! Y es que todavía hay más… por oídas, muchos asistentes a eventos reconocen cuándo el catering de beChic está detrás únicamente al entrar y mirar los arreglos florares de la sala. ¡Increíble! ¡A eso sí que le llamo yo tener personalidad propia! Y por supuesto, cuando prueban sus pequeñas degustaciones ya nadie lo pone en duda… ¡beChic ha organizado todo esto!
beChic Loft se transforma cada día, podemos encontrárnoslo rojo, azul, verde, blanco… Un espacio camaleónico que, según los requisitos de look&feel de sus clientes, muta una y otra vez para conquistar con su presencia a sus visitantes. Un evento de Vodafone teñiría de rojo el beChic Loft, el organizador traería sus propios suelos, focos, paredes, moquetas… ¿Imagináis como sería un evento de Nivea por ejemplo? ¡Pues en un beChic Loft completamente azul! ¡Incluyendo el catering y las flores! Amado se deja la piel en conseguir canapés acordes al producto que la marca desea lanzar en cada momento… ¡Increíble! Resulta tremendamente curioso que una tarde podamos ver desde la calle un salón completamente verde -convenciéndonos de que fue así desde sus inicios- y que unas horas después, 70 comensales puedan disfrutar de su carta en un espacio como el que os presentamos en estas fotografías. ¡Son extremadamente efectivos montando y desmontando un evento! Cuando nosotros paseábamos por la zona, estaban terminando uno de Loreal.
Volvamos a la imagen del Restaurante beChic Loft y observemos detenidamente esta mesa… ¿No os apetece sentaros inmediatamente para descubrir su carta? El ladrillo roto de fondo le da un toque rústico que conjuga magistralmente con el diseño joven y fresco del local. El blanco se adueña de la situación en todo momento, quedando el impoluto mantel flanqueado por unas selectas sillas de metacrilato oscuro de Kartell que parecen haber sido caramelizadas con mimo por Amado, completando un conjunto al que podríamos añadir múltiples etiquetas: romántico, cautivador, hechicero, seductor…
Un primer plano nos muestra en todo su esplendor una elegante cristalería austríaca que acompaña a una fina vajilla firmada por Vista Alegre y Herling Berling. ¡Estamos en beChic Loft queridos lectores! ¡Y no es para menos! Nuestra servilleta de hilo, se presenta a modo de pergamino recogida con un lazo marrón. Un montaje de lo más refinado.
Sorprende que no encontremos cubiertos en la mesa -más adelante descubriremos que son de Comas-, y es que en el Restaurante beChic Loft los colocan una vez que los comensales están en su lugar. Cubiertos pequeñitos, a juego con el nombre que define el local, ¡cubiertos chic!
Una mesa redonda de cuatro perfectamente iluminada, da paso a una emblemática mesa de 10 comensales en mármol rojo que se muestra coqueta al fondo de la imagen como uno de los distintivos de presentación del Restaurante beChic Loft. ¡Vamos a verla con más detalle! ¡Merece la pena!
El flamante piso en madera oscura, el brutal diámetro del disco de mármol, la elegancia de las sillas que lo acorralan, el minimalismo del montaje de la mesa, los destellos de las velitas chic… ¡Espectacular cenar con un grupo de amigos en este espacio! Ni la cámara es capaz de captar la belleza del rincón, mostrándolo desangelado… ¡Hay que ir allí y vivirlo en persona! ¡No hay otra!
Observando la fotografía que os muestro a continuación, os mentiría si no os revelase que ese primerísimo plano me incita a servirme un poco de vino y a ordenar algún que otro plato de la carta de nuevo… ¡Pronto regresaré al Restaurante beChic Loft! ¡Tenedlo por seguro! ¡Tengo mono! (Ya os lo he comentado en otras ocasiones… lo peor de trabajar en Cucharete, es tener que redactar uno de estos extensísimos artículos recordando experiencias tan satisfactorias como la que hemos vivido aquí).
Tras el primer comedor, continuamos avanzando guiados por una distribución en forma de “U” y, bajando unos escalones, llegamos al segundo y brillante espacio que nos ofrece el Restaurante beChic Loft. De nuevo nos saludan las butacas de Becara, en la imagen aparece un diván de cuero negro bajo una nueva barra en la que lucen una vez más los aromas de sus gigantescos y frescos cócteles de flores -de los que tenéis un primer plano en la sección de Ninillas-.
El ambiente romántico se siente de nuevo presente en este espacio del beChic Loft, y el destello de las velitas que marcan las mesas -suficientemente separadas, detalle que se agradece enormemente- es la única distracción hacia la que prestamos atención. Se respira paz y tranquilidad… Todos los objetos están afinados en la misma escala. El beChic Loft “suena” bien, nadie puede negarlo.
Las vistas del comedor del beChic Loft desde cualquier ángulo seducen al comensal una y otra vez, no hay nada que despiste tu atención, únicamente ligeros detalles -como unos montajes fotográficos de gran calidad correctamente iluminados- sellan sus paredes con un toque de color.
El ladrillo visto teñido de blanco regresa para transmitir su toque personal a las mesas de este segundo comedor, una nube que entre sus ventanales muestra un jardín interior que durante el día será el encargado de amenizar las vistas hacia el exterior. Durante las cenas, los estores a media altura se encargan de cubrir la oscuridad de la noche, pintándola de blanco a juego con el local.
Cualquier rincón es perfecto para que una pareja disfrute de los encantos del beChic Loft, un restaurante romántico en pleno centro de Madrid y completamente diferente a los que habitualmente visitamos, más si cabe cuando sabemos de antemano que saldremos encantados de la experiencia. Nosotros… qué queréis que os diga… ¡Es que salimos encantados! ¿Se nota?
Todavía queda un detalle por mostraros del Restaurante beChic Loft. ¡Una atractiva mesa de cristal negro! Este exquisito espacio se sitúa al fondo del segundo comedor, y está presidida por una sugerente fotografía que se refleja a sí misma a la vez que impone sus tonos rojos en el rincón. Un tentador escondite dentro del beChic Loft, que nos permite cierta intimidad ante el resto de comensales.
Siguiendo la línea impecable del local, el montaje de la mesa resulta de lo más detallista. Sin lugar a dudas, estamos ante la mesa más exclusiva y elegante del beChic Loft. ¡La más chic!
¡Vamos con la cena! ¿Ya era hora, no? ¡Imagino que hasta estaréis hambrientos y todo! En esta “chic-aventura”, nos acompañaron Esteban y Vanessa, unos amigos que ya nos escoltaron en algún que otro restaurante que analizamos anteriormente en Cucharete, por lo que seguramente sus caras os resulten familiares.
La carta del Restaurante beChic Loft es pequeñita -como no podía ser de otro modo en un espacio tan chic como el que nos ocupa-, ofreciendo calidad y nombres de lo más sugerente en cada una de sus anotaciones -en español e inglés-. Como íbamos cuatro personas, prácticamente tuvimos la oportunidad de probar todas sus propuestas: ¡Un lujo! Tenemos a nuestra disposición 4 entrantes fríos y otros 4 calientes, 3 pescados y 3 carnes, y para la sobremesa, 3 postres.
Destaca un Menú Degustación a 40 € +IVA que cambian ¡a diario! Su equipo de cocina lo elabora en cada momento con los mejores productos de temporada. Consta de un entrante frío y otro caliente, un pescado y una carne, un postre… e incluye también el servicio de agua y café. Como os podéis imaginar, es una de las opciones más recomendables para recorrer la carta del Restaurante beChic Loft dejando nuestras elecciones en manos de su Chef.
Uno de los detalles que llama la atención en beChic Loft es el precio de su cubierto -3 €-, ya que incluye un montón de cosas: Un sabrosísimo aperitivo, servicio de agua mineral y de pan durante toda la cena -reponiéndolos ilimitadamente-, y unos curiosos mignardises -los famosos petit fours- para que acompañemos nuestra sobremesa. ¡Más por menos sería imposible!
Como podéis ver en la siguiente imagen, el agua mineral llega a la mesa en una elegante jarrita cilíndrica, y a medida que la vamos consumiendo, su equipo de camareros nos rellena los vasos.
El pan del Restaurante beChic Loft es… ¡Un lujazo! Está… ¡riquísimo! Para comenzar, todos pedimos un panecillo de cada (de izquierda a derecha): pan de aceite, pan blanco, pan de tomate y pan integral. Pero continuamos la cena prácticamente en su totalidad con el pan de tomate… ¡Madre mía, qué rico estaba ese pan! Cada vez que la bandeja de panecillos visitaba nuestra mesa… “Otro de tomate, por favor” ¡Si es que estaba de muerte! No me extraña que una de las mejores panaderías de Madrid -que sirve pan a restaurantes de prestigio- esté detrás de estos deliciosos bocaditos.
El coqueto aperitivo nos dio una pista de lo más fiable sobre cómo sería nuestra cena en el beChic Loft esa noche… ¡Exquisita! ¡De 5 cucharetes! Y es que no hay más que ver el primer plano de la fabulosa Samosa de jamón ibérico rellena de pan tumaca, acompañada de germinado de alfalfa. ¡Una delicia! Un pequeño bocadito con un gran resultado: Todos lo confirmamos en la mesa: ¡delicioso!
La carta de vinos del Restaurante beChic Loft no sobrepasa la docena de referencias, podría considerarse excesivamente escasa, pero todas ellas lucen bajo un motivador denominador común: apuestas arriesgadas y poco habituales en espacios similares. Sin duda, una gran oportunidad para probar cosas nuevas que probablemente no hubiésemos disfrutado de otro modo sin que nos volvamos locos en nuestra elección. ¡Un gran acierto! Porque, gracias a esa metodología, tuvimos la oportunidad de descubrir un exquisito blanco de la D.O. Penedés de la finca Can Ràfols dels Caus: La Calma 2006. De este peculiar objeto de deseo, únicamente existen unas 4.000 botellas en el mercado, y las peculiaridades de su suelo -extremadamente calcáreo con fósiles de conchas marinas- acompañadas de sus 4 meses en barricas de roble francés -más 30 meses en botella- consiguen que el jugo que sale de su variedad Chenin Blanc sea realmente redondo. Un dorado brillante con un destacable e intenso aroma a fruta madura que se hace largo en boca. ¡Me enamoró este vino! ¡Buenísimo! Si tenéis la oportunidad de disfrutarlo… ¡A por él! Pues aunque es el blanco más exclusivo de la carta de vinos del beChic Loft, lo tenemos a 30 € +IVA , es un precio de lo más ajustado.
Para los cursos principales, optamos por un tinto garnacha de Bernabeleva de la D.O Madrid: Navaherreros 2007 que podéis ver en primer plano en la sección de Ninillas. Aromas agradables aunque con poca intensidad, y que a pesar de que no resulta indiferente para mí, pues hace gala de su calidad, lo eclipsa totalmente el blanco que habíamos disfrutado anteriormente. El precio de la botella… francamente ejemplar en un local como el beChic Loft -19 € +IVA nada más-.
En el Restaurante beChic Loft todo es pequeñito, las raciones que encontramos en su carta son medias raciones -al igual que los precios-, y eso nos permite disfrutar de varios platos en una misma degustación, por ejemplo… dos entrantes y un plato principal, o… un entrante y dos segundos, o tres entrantes y un curso principal. ¡Somos nosotros los que elaboramos nuestra propia degustación! Como si deseamos únicamente un entrante y un principal para mantener la línea ¡A lo más chic!
El equipo de cucharetes -cuatro esta vez- que visitábamos por primera vez el beChic Loft, no pudimos resistirnos a pedir un poquito de todo, y así cayeron 4 entrantes fríos, 4 calientes, 2 pescados y 2 carnes, terminando con los postres, claro está. Y salimos muy satisfechos, es más, salimos encantados con la velada… ¡Con muchas ganas de contárosla a todos vosotros!
En la siguiente fotografía os muestro los Raviolis de Manzana Caramelizados Rellenos de Foie. Venían acompañados de una reducción de vino blanco y ensalada. Y estaban… ¡Deliciosos! Repito… ¡Deliciosos! La combinación ácido/dulce estaba logradísima, esa especie de mousse de foie se deshacía en el paladar y se mezclaba con el sabor de unas finísimas lonchas de Granny Smith caramelizadas. ¡Apuntad este plato en vuestra agenda y subrayarlo con fluorescente amarillo! ¡Está impresionante!
Nada que envidiar al plato anterior, el que os muestra Vanessa: Carpaccio de Gambas con Ensalada de Vainas. Se aderezaba con una vinagreta de mango al toque de Cayena, consiguiendo que el plato resultase de lo más sorprendente. ¡Riquísimo! Un plato fresco y de lo más recomendable para probar un carpaccio de gambas, que probablemente no lo hayáis hecho hasta la fecha.
También pedimos una ración de Jamón Ibérico de Bellota con Mermelada de Tomate y sus Tostas. Cien gramos de un producto de primera calidad que acompañado de los panecillos tan sabrosos del beChic Loft se convierten en un “Mmmmmm” continuo. Esta ración es perfecta para compartir, ¡hacedle un hueco!
La Ensalada de Remolacha a la Sal, Anchoas del Cantábrico y Queso Idiazábal es un plato menos sorprendente en cuanto a sofisticación, pero sus sabores conjugan a la perfección -con el predominio en todo momento de la anchoa- . Si de algo puede sentirse orgullosa la cocina del restaurante beChic Loft es de sus magistrales combinaciones de sabores. ¡Perfectas!
Comenzamos con los entrantes calientes, y el primero en llegar a la mesa es un curioso recipiente esférico de cristal que guarda en su interior una llamativa Ensalada Templada de Vieiras, Alcachofas Baby y Salsifís. Muy ricas las vieiras y las alcachofas -sin hebras que entorpezcan la degustación-, y el aliño, a base de aceite, vinagre balsámico y reducciones, de lo más acertado para este plato.
Vanessa está a punto de saborear de cerca el Gnocci de Patata. Venía presentado en un curioso vasito de cristal y regado por una riquísima salsa de boletus y espárragos trigueros al parmesano. Puede llegar a parecer un plato empalagoso por su presencia sobre salsa espesa, pero podéis estar tranquilos. ¡Merece la pena probarlo!
Muy satisfactoria la Tempura Picante de Verduritas con Salsa Dulce de Soja. La tempura estaba en su punto justo, muy bien terminada para mi gusto. Entre las verduritas podíamos encontrar puerro, tomate cherry, pimiento, calabacín… Respecto a la salsa de soja, que se acompaña en una tacita aparte, es elaborada allí mismo y es tan dulce como espesa, diferente a otras que hayáis probado pero más cercana a la que realmente consumen en Japón. ¡Muy rica!
Yo estoy preparado para deshacer la apetitosa flor de Berenjena Asada y Queso de Cabra, Compota de Cebolla al Pesto Roso y Galleta de Albahaca que viene a continuación. Otro plato que conjuga perfectamente los mundos de lo dulce -al principio- y lo salado -al final-. El crujiente… ¡perfecto!
A modo de aviso divertido, os informo de que tengáis mucho cuidado con los platos en los que se presentan las raciones, ¡a ver si se os va a romper alguno!, pues su valor ronda los 120 €/unidad en el mercado. ¡A ver si vais a salir del beChic Loft fregando platos durante meses! Bromas aparte, observamos que en beChic todo está cuidado al detalle, y la exclusividad está presente en todo momento. ¡Disfrutadla!
Los cursos principales comenzaron a hacer acto de presencia en nuestra mesa. A continuación un Salmonete de Roca Acompañado de Risotto con un Toque de Cebollino. ¡Qué rico estaba el risotto!, además elaborado sin queso, para no eclipsar el sabor del pescado. El salmonete, muy bueno, además no es tan habitual encontrarlo en las cartas de los restaurantes de Madrid como otros pescados.
El Rodaballo a la Plancha viene servido con diferentes texturas de puerro (crema, crujiente y confitado) y crujiente de rúcula. Excelente materia prima en este bocadito, que a pesar de ser un plato más convencional que el anterior, da la talla. ¡Y de qué manera!
Vanessa os presenta el tamaño de la ración de este plato en forma de “X”, sobre el que fue vertida la crema de puerros en la operación que os muestra Ninillas en su sección. Instantes después de tomar la fotografía… ¡Ya no quedaba nada en el plato!
Fijaos en el siguiente nombre: Lomito de Corzo Marinado Envuelto en Frutos Secos con Gnochhi de Kalamata y Salsa Fina de Naranja. ¡Sólo con su lectura ya apetece ir a probarlo de inmediato! ¿Verdad? Para mi gusto -un carnívoro de pro- el sabor del corzo quedaba esta vez excesivamente redondeado con el resto de ingredientes, aunque el resultado era muy sabroso. La presentación… de lo más chic.
Aunque no soy simpatizante del mundo del foie, he de reconocer -después de haber probado muchos- que el Taco de Foie Asado sobre Guiso de Boletus con Tosta de Pan de Especias del Restaurante beChic Loft está… ¡buenísimo!, y… ¡tremendamente suave! Le va perfecto el foie asado a los boletus. Otra vez el beChic Loft sorprende con la fusión de sabores.
Llegamos a los postres sin apenas darnos cuenta, y… ¡por supuesto que pedimos postres! ¡Teníamos ganas de probarlo todo! ¡Estábamos ante un indiscutible 5 cucharetes! De modo que… como únicamente había tres diferentes, pedimos cuatro, repitiendo uno de ellos. Pues gracias a que todas las raciones son pequeñas en beChic Loft, siempre queda un hueco para las sobremesas. ¡Así que a por ellas!
A continuación, una Sopa Ligera de Hinojo con Piña Templada, un toque de Mascarpone y Frutos Rojos. ¡Delicioso y gozoso! La sopita se servía directamente en la mesa a la vista del comensal, y el toque que le daba la piña caramelizada… ¡Genial!
Esteban y yo no dejamos pasar el momento chocolatero que se nos presentó en beChic Loft. ¡Ése fue el postre que pedimos por duplicado! Como podéis apreciar en la fotografía, el nombre resulta de lo más descriptivo: Chocolate en 4 Texturas. Lleva chocolate negro, blanco y toffee. Aunque parezca un vasito pequeñito… ¡este poste es pequeño pero matón!
También disfrutamos de lo lindo con una Selección de Quesos y Macadamias Dulces mientras apurábamos lo que nos quedaba de vino tinto. Uno de vaca gallego de Arzúa, otro de cabra catalán de Garroxta, otro de oveja catalán de Serrat, y un asturiano de vaca de La Peral. ¡Muy recomendables! Además… ¡es una buena ración!
¡Qué ganas teníamos de ver las teteras del beChic Loft! Recordad que… si había platos de 120 €/unidad, salseras de 60 €/unidad, y una cristalería de lujo… ¡Teníamos que pedir unos tés! Y ahí tenéis el resultado… una bonita combinación en la mesa -de canela, de frutos rojos, verde…- para terminar nuestra fabulosa velada de 5 cucharetes.
Por supuesto -incluido en el precio del cubierto- el Restaurante beChic Loft seduce a sus comensales acompañando el servicio de café con unos llamativos Mignardises -los conocidos Petit Fours- presentados en una atractiva y brillante bandeja negra invertida. Y así podemos disfrutar de unas trufitas, de unas nueces de Macadamia y también de unas curiosas y sorprendentes “rayitas” de chocolate blanco con coco.
¡Espectacular la cena en el Restaurante beChic Loft! ¿O acaso alguien opina lo contrario? Pero… ¡Atención! Que no termina aquí la chic-experiencia… ¡También hay cócteles! -A 9 €- ¡O cocktails! Que suena más chic. Así que, los cucharetes nos dejamos seducir por la mano de Ricardo Ferreiro -recién llegado de Washington- y aprovechamos para pedir unos cócteles, y de ese modo poner el broche final que se merece un local de esta categoría. ¡Un broche de 5 estrellas para un local de 5 cucharetes!
¡Riquísimo el Martini de Granada con Hojas de Plata! Ahí tenéis en la imagen las escamitas de plata a la deriva en un inmenso mar rojo circular. Teníais que ver cómo rotábamos las copas, pues… aunque cada uno pidió el suyo, ¡queríamos probarlos todos!
También estaba espectacular el Martini de Pepino, un delicioso y sedoso líquido verde, que por suavidad, resulta un cóctel de lo más liviano. Y a todo esto… ¡no llevan Martini! ¡Ninguno! El nombre se lo otorga la copa sobre la que se sirven -curioso-.
En la sección de Ninillas, podéis ver otro imprescindible: ¡El Martini de Chocolate! Que también disfrutamos enormemente.
Aunque yo me quedo con esta romántica poción para finalizar la noche: ¡La CaipiSake! ¿Una caipiriña de sake? Delicioso líquido rosado coronado con un litchie. ¡Increíble! Creo que me pasaré muchas veces por el beChic Loft sólo por volver a disfrutar de una CaipiSake. ¡Probadla y hablamos! ¡A mí me ha eclipsado!
Ahí le tenéis… ¡Todo un flamante 5 cucharetes! El Restaurante beChic Loft se transforma cada día para ofrecer todo su potencial a las marcas y firmas más prestigiosas del panorama Internacional, que confían ciegamente en sus exclusivos servicios al igual que pronto lo harán sus comensales. Porque, a partir de ahora… la esencia que desprende beChic puede disfrutarse en primera persona en su impecable restaurante en pleno centro de Madrid: Nace… ¡beChic Loft!
Ninillas: Escribiendo el post de hoy voy a disfrutar mucho… ¡muchísimo! Hacía demasiado tiempo que no encontrábamos un 5 Cucharetes en toda regla, y hoy ¡por fin!, tenemos uno. ¡Pero qué 5 Cucharetes, oigan! Toda una perita en dulce para verla, admirarla, comerla y saborearla. Sólo espero que os guste tanto como a mí, porque viene con “truco” y hay que saber asimilarlo. Los nuevos conceptos es lo que tienen… De cualquier forma, la visita es bonita para ver y más aún para vivir. Lo digo con conocimiento de causa.
Situado en pleno corazón de Madrid, justamente detrás del Mercado de Fuencarral, en el número 28 de la Calle Valverde, nació hace dos meses el Restaurante beChic Loft. Un restaurante que no es tal, o mejor dicho, sí lo es, pero su nombre: beChic Loft es algo más, es un nuevo concepto que engloba decoración floral, música y cocina, esta última materializada no sólo a través de su restaurante, sino también mediante la organización de eventos y catering. Y todo ello con una firma muy personal, el cuidado del detalle en todos y cada uno de los trabajos realizados.
Con estas tres ideas en la cabeza: música, flores y cocina, no se hace tan extraño la razón por la que beChic Loft es así. ¡Ah, claro! Si es que ni siquiera os he dicho cómo es. Pues bien, si hay un adjetivo que lo defina, ése es… “camaleónico”, porque beChic Loft es todo lo que uno quiera que sea en el momento que uno desee. ¿Se puede pedir más?
De cualquier forma, lo mejor es recorrerlo para entenderlo y ver todas sus posibilidades. Lo primero que encontramos cuando entramos en el Restaurante beChic Loft es una zona lounge donde a la izquierda se han dispuesto unos magníficos sofás chester de cuero negro, ¡Ah! ¡Y un diván! ¡Os imagináis lo bien que se tiene que estar tumbado sobre él? Con la mirada puesta en el infinito mientras te tomas un delicioso cóctel…
En el lado izquierdo del lounge tenemos el templo de Ricardo Ferreiro, un joven coctelero recién llegado de Washington que, con sus licores premium, es capaz de elaborar todo aquello que puedas imaginar, desde una caipiriña clásica hasta un martini de chocolate. ¡Uhmmmm! Este último lo probamos y, desde luego, irse del Restaurante beChic Loft sin probarlo puede considerarse pecado. Pero eso ya lo veréis después de la cena.
En ese fantástico templo espirituoso también llaman la atención dos espléndidos arreglos florales, diseñados por Jorge Puig, que dejan claro la marca personal de la casa, ese cuidado por el detalle del que os hablaba anteriormente en el que se entremezclan la discreción y el buen gusto.
Superado el primer tramo, nos encontramos con el beChic Loft en estado puro, un espacio con forma de U invertida que cuenta con dos grandes salas. El interiorismo bien podría ser el de cualquier loft neoyorquino, con amplias dimensiones y techos altos. Las paredes son de un blanco inusualmente inmaculado que me recordó al manto de nubes que divisas desde la ventanilla de un avión en pleno vuelo, ese momento mágico en el que todos los colores del universo parecen concentrarse y hacen que esas nubes sean lo que tú deseas. Porque no hay que olvidar que beChic Loft no es sólo un restaurante, eso es sólo parte de su encanto. En realidad, está pensado para poder hacer de él lo que se desee, ya sean cenas informales, comidas familiares, desayunos de empresa, desfiles y, por supuesto, cualquier tipo de evento que uno se pueda imaginar. De hecho, son muchas las firmas que confían en este nuevo concepto que es el beChic Loft. Y digo yo que si Carolina Herrera, Loreal, Agatha Ruiz de la Prada, Tag Heuer o Nina Ricci confían en ellos… Por algo será.
Es este aspecto camaleónico del beChic el que le permite ser un día azul, otro rosa fucsia y al siguiente rojo intenso, dependiendo de la marca que utilice el espacio. Pero siempre, al llegar la noche, se desnuda y vuelve a mostrarse tal cual, blanco y puro. Es entonces, cuando en sus dos salas se empiezan a montar mesas y aparece el restaurante, el Restaurante beChic Loft.
La iluminación está muy cuidada y, aunque en un primer momento puede parecer demasiado intensa, esta sensación desaparece por completo en cuanto te sientas a la mesa y ves desde allí la perspectiva de luces y sombras que sobre sus paredes se dibujan. En realidad, sorprende cómo un espacio aparentemente vacío puede albergar esa sensación de integridad.
Si vas recorriendo el local, te das cuenta de que absolutamente “todo” lo que hay en él desprende elegancia y buen gusto. Sillas de metacrilato de Kartell, muebles de Becara… Eso sin contar con la atmósfera “chic” que én el se respira, pero es que claro ¡Estamos en el Restaurante beChic Loft! Y tal vez por eso, recomiendo que os pongáis monas, que os subáis a un buen tacón y, al sonido maravilloso que produce el zapato al pisar sobre el fantástico suelo de madera rústica os deis un paseíto por el restaurante porque, desde luego, es un restaurante para ver y ser visto.
En el primer comedor, con capacidad para 35 comensales, todas las mesas son redondas y, sobre todas ellas, llama la atención esta espléndida mesa de mármol rojo para 10 comensales. Soy amiga del mantel, pero reconozco que cubrir esta fantástica pieza con uno… Sería -como poco- motivo de excomunión. Es perfecta para no perder de vista a ninguno de los comensales en una cena de grupo.
El resto de mesas, aunque están montadas para 4 comensales, en realidad son de 6, de modo que no hay problema. Además, la distancia entre ellas es más que considerable y se pueden mantener conversaciones íntimas sin temor a que los de la mesa de al lado participen en ellas. Esto puede parece un tema baladí, pero últimamente parece que los restauradores están empeñados en hacinarnos, debe ser para que hagamos amigos.
El segundo comedor está presidido por otra barra, más grande que la de la entrada, en la que tampoco faltan dos originales y singulares centros flores, donde los jarrones son enormes copas de martini rellenos de exóticas flores. Un toque exquisito y chic como todo lo que rodea a este restaurante.
Por supuesto, en esta zona también hay un espacio de relax. De nuevo, un sofá chester y un diván, ambos de cuero negro, toman protagonismo aunque no tanto como para robárselo a la fotografía que cuelga de la pared. Pertenecen a Emilia Brandão y, desde luego, combinan a la perfección con el estilo y el ambiente creado en el Restaurante beChic Loft.
Y si en el anterior comedor las mesas eran redondas, en éste han optado por las cuadradas de 4 comensales aunque, por supuesto, están montadas también para 3 y 2. Vamos, que el beChic Loft no sólo es perfecto para una reunión más o menos amplia de amigos, sino también para una cena romántica a la luz de las velas. No podéis negarme que al sitio le sobra encanto para eso y mucho más.
Pero si hay algo que llama la atención en todas y cada una de sus mesas, es la excelente calidad del menaje utilizado. Una magnífica cristalería austriaca, elegantes vajillas de porcelana de Vista Alegre y de Herling Berling, y una original cubertería de Comas. Todo de lo bueno, lo mejor y de lo mejor lo superior. En realidad, todo está montado buscando el detalle. Y, claro está, como esa búsqueda del detalle se nota y se siente, no podía faltar como acompañamiento una velita marcando cada una de las mesas y un jarroncito con dos flores naturales -sencillo, pero con mucha clase-.
En este comedor también hay una imponente mesa que roba todas las miradas. De cristal negro y con una línea elegante no puede pasar desapercibida aunque se intente. Es para 8 comensales y, desde luego, invita a cualquiera a sentarse para no levantarse jamás de ella. Además, desde este rincón tienes una magnífica vista panorámica de toda la sala.
Detrás del concepto beChic Loft están Silvia Brandão -Directora- y Amado García -Chef-, quienes hace unos años empezaron su andadura juntos ofreciendo caterings. Hasta que decidieron abrir un espacio propio que reuniera todo lo necesario para organizar eventos donde primase la calidad, el detalle y la personalización. Un espacio diáfano que fuera capaz de transformarse atendiendo a las necesidades de cada cliente. Por eso nació beChic Loft.
El restaurante es su apuesta para el público de a pie, pero con igual nivel de exigencia que muestran en cada uno de sus eventos. De hecho, cada uno de los platos de su carta se preparan tanto para un evento de 150 personas como para un catering externo de 1000. Ésa es su carta de presentación, ser capaces de llegar a unos pocos o a muchos, pero siempre ofreciendo la máxima calidad.
Una vez que nos sentamos a la mesa, me llamó la atención el hecho de que ésta estuviera a medio montar. No me había dado cuenta hasta entonces. No había cubiertos ni platos, sólo el platito del pan con la servilleta encima y la cristalería. Fue a partir de ese momento cuando todo empezó a completarse. Nos trajeron las cartas, nos sirvieron el agua que venía en una bonita jarra. Por cierto, el agua es mineral y no te la dejan en la mesa, se la llevan. Puede parecer que vas a pasar toda la cena pidiendo que te rellenen el vaso, pero no, el servicio es súper eficiente y te va sirviendo antes de demandarlo. Lo mismo ocurre con el pan y el vino, te lo sirven y lo retiran, pero van reponiendo continuamente. A continuación, colocan los cubiertos, que como nota curiosa… son de postre. Fue entonces cuando su metre, Carla Heras, un auténtico cielo de persona que “sólo” habla 5 idiomas, nos explicó que todos y cada uno de los platos de su carta eran medias raciones pequeñas, y que aconsejaba pedir dos entrantes, principal y postre o bien el menú degustación.
En su carta nos presentan una cocina de mercado creativa pensada para ir variando según las estaciones. No es demasiado extensa, aunque las entradas que ofrece son más que suficientes. Tomad nota: 4 entrantes fríos, 4 entrantes calientes, 3 pescados y 3 carnes. Además, disponen de un Menú Degustación muy completo a 40 € +IVA que cambia todos los días y que incluye un entrante frío, un entrante caliente, un pescado, una carne, un postre, servicio de agua y café.
Comenzamos con nuestra cena cucharetera en la pedimos prácticamente todos los platos de la carta, con lo que conseguimos confeccionar un menú degustación de lo más interesante: 4 entrantes fríos, 4 entrantes calientes, 2 pescados y 2 carnes. Todo ello para 4 personas. Pero antes de nada, os muestro el pan, chiquitito y de gran calidad, que nos lo presentan en 4 variedades: blanco, integral, de aceite y de tomate. Mucha atención con el de tomate porque está “pa morirse”.
El primer bocadito que llegó a la mesa fue el aperitivo: Samosa de jamón ibérico relleno de pan tumaca acompañado de germinado de alfalfa. La gracia de la samosa era precisamente que la masa se había sustituido por un ingrediente mucho más interesante: el jamón. ¡Dónde va parar! Una masa de harina frente a una lonchita de excelente jamón. El resultado fue breve -por lo chiquitito- pero intensamente delicioso.
Comenzamos la cena propiamente dicha con los entrantes fríos. De ellos, el primero en llegar fue este Carpaccio de gambas con ensalada de vainas. Recuerdo que cuando leí lo de carpaccio de gambas pensé que aquello debía ser poco más o menos que un trabajo de chinos, mi sospecha se confirmó al ver el plato sobre la mesa. Las gambas iban marinadas en limón, cayena, sal y aceite de oliva virgen, lo que las convertían en unas gambas jugosas con temperamento. Por encima venían regadas por unos trocitos de mango y una vinagreta también de mango al toque de cayena. Como acompañamiento una ensalada de vainas. El resultado del conjunto… Textura suave, sabores frescos e intensos perfectamente combinados y, en definitiva, un plato imprescindible en el Restaurante beChic Loft. ¡Qué rico estaba!
Esteban os muestra una media ración -no os olvidéis de que en el Restaurante beChic Loft todo son medias raciones- de Jamón ibérico de bellota. El jamón por sí sólo ya habría sido por sí solo un auténtico manjar, pero además se acompañaba con una mermelada de tomate y unas tostas, con lo que plato aún ganaba más alegría, si es que eso era posible. Ese juego de contrastes dulce-salado a mí me vuelve loca.
La Ensalada de remolacha a la sal no defraudó tampoco. Se trataba de remolacha en salazón con un aliño convencional que venía acompañada de un mézclum de lechugas, queso Idiazábal y anchoas del Cantábrico. Con cada bocado era como si se compensasen los sabores, aunque había un evocación omnipresente al mar cada vez que te metías una anchoa en la boca.
Absolutamente todos y cada uno de los platos que aquella noche probé en el Restaurante beChic Loft me gustaron, la gran mayoría son imprescindibles en mi personal bitácora cucharetera, pero hubo tres que además se ganaron un hueco especial en la memoria gastronómica, porque no sólo me parecieron exquisitos, sino que me sorprendieron. El primero de ellos fue el Carpaccio de gambas, el segundo, el que os muestro a continuación: Raviolis de manzana caramelizados rellenos de foie. La sorpresa viene porque los raviolis no son de pasta, sino de manzana -Granny Smith- muy finamente cortada que se rellena con una mousse de foie. Posteriormente se carameliza el ravioli y se dispone sobre la ensalada que va aliñada con una reducción de vino blanco. Cada bocado es delicado, de una finura inusual, jugando de nuevo al contraste de sabores, esta vez ácido-dulce. De verdad, este plato justifica por sí sólo la visita.
De los entrantes fríos pasamos a los calientes, abriendo esta sección con unos Gnocci de Patata. Deliciosos, untuosos, armoniosos con esos sabores que nos proporciona la tierra gracias a la suave salsa de boletus, los espárragos trigueros y el leve toque de la trufa. El parmesano era sencillamente… la guinda del pastel.
La Ensalada templada de vieiras se presentaba en una especie de bombonera de cristal que al destaparla liberaba todos los aromas de la mar. Jugosas vieiras que se disponían sobre una cama de lechuga acompañada por unas tiernas alcachofas baby y salsifís -tubérculo de invierno-. Todo ello aderezado con sal, aceite de oliva virgen y reducción de vinagre balsámico. Una delicia.
Muy original la presentación de la Berenjena asada y queso de cabra envuelta en un saquito de pasta filo. En el interior, además de la berenjena y el queso, se hacía notar una compota de cebolla caramelizada al pesto roso y la galleta de albahaca. Con cada bocado la sorpresa estaba garantizada, pues en un principio parecía ser dulzón pero al final el toque salado salía a luz. Sin duda, una apuesta sabrosa y divertida.
Esteban os muestra la Tempura picante de verduritas con salsa dulce de soja. Puerro, tomate cherry, calabacín y pimientos en tempura, excelente por cierto, que picaba lo justo para guardar armonía con una salsa de soja dulce, tremendamente especial, me encantó. La metre nos indicó que la elaboran ellos mismos y que es la que realmente se sirve en Japón.
Dejamos los entrantes y con muy, pero que muy buen ritmo, nos vamos a por los pescados. Abrimos con este Rodaballo a la plancha en el que, ya en la mesa, se vertía sobre él una crema ligera de puerro. Magnífico rodaballo acompañado por el puerro en diferentes texturas: crujiente, crema y confitura, además de un crujiente de rúcula. Plato tremendamente delicado sobre el que, sin duda, sobresalía la excelente calidad del pescado.
La carta de vinos del Restaurante beChic Loft se me hizo demasiado breve, tan sólo 3 blancos, 5 tintos, 2 champagnes y 4 cavas. Tiene a su favor que han optado por incluir referencias poco habituales y a unos precios muy competitivos. Además, casi todos los vinos se sirven por copas, lo que te permite hacer tu propio menú maridaje. Nosotros optamos por un vino blanco D.O. Penedés de la finca Can Ràfols dels Caus: La Calma 2006 para los entrantes y los pescados. Fue, sin duda, un gran descubrimiento. Un blanco con cuerpo que superó todas nuestras expectativas. Me encantó.
Para las carnes nos decidimos por un tinto garnacha de Bernabeleva de la D.O Madrid: Navaherreros 2007. Me gustó, pero la verdad es que el blanco dejó el listón demasiado alto y éste se me quedó corto.
El tercer plato que me sorprendió y que conservaré dentro de los sabores de la memoria fue este Salmonete de roca. Se servía sobre un risotto con toque de cebollino. Bueno, risotto… en realidad no era un risotto como tal, el grano estaba más al dente y suelto, y no llevaba parmesano, con lo que el intenso sabor del salmonete no se ocultaba, sino que se resaltaba. Era un plato sencillo, sin embargo era intenso y lleno de sabor y, ya os digo, me sorprendió.
Del pescado a la carne y, encabezando este apartado, os muestro este Taco de foie asado. Soy poco amiga del foie, lo reconozco, pero debo admitir que éste estaba delicioso. Era muy suave, lo que contrastaba y armonizaba con el potente sabor de la salsa de boletus sobre la que reposaba.
Rico… Riquísimo nos estuvo también este Lomito de corzo marinado que os muestra Esteban. La carne estaba tremendamente tierna y jugosa y venía envuelta en frutos secos. Como guarnición, traía unos gnocchi de Kalamata que le aportaban ese dulzor característico que contrastaba perfectamente con los frutos secos y también con el ácido de la salsa fina de naranja. En definitiva, un plato muy completo y lleno de matices.
Tras unos entrantes y unos cursos principales de sobresaliente, e incluso de varias matrículas, llegaba el momento de los postres. Cuentan con 3 postres a un precio de 5 € +IVA. Como éramos 4… repetimos uno, en concreto de este Chocolate en 4 texturas. En realidad más que 4 texturas era más bien 4 capas de chocolate en diferentes proporciones de cacao. En la parte de abajo chocolate negro, a continuación otra capa de chocolate con menos cacao, continuaba con otra capa de toffee y finalmente una capa de chocolate blanco. Si sois chocolateros… No lo dudéis, éste es vuestro postre. Meter la cucharilla para coger un poquito de cada capa y ver cómo se funden en la boca… Eso es un auténtico placer.
Si bien el postre de chocolate era una delicia, la Sopa ligera de hinojo con piña templada robó mi corazón. La piña estaba pasada por el horno y caramelizada posteriormente. Sobre ella ponían la guinda el mascarpone y los frutos rojos, para finalmente ser todo el conjunto regado por una sopa ligera de hinojo. Este postre entraba sin sentir y te dejaba ese frescor en la boca tan propio de la piña acompañado por el aromático y digestivo hinojo. Me encantó.
Aquí os dejo con un primer plano de la Sopa ligera de hinojo con piña templada. Una maravilla de postre.
El último postre fue esta Selección de quesos y macadamias dulces. Una ración más que generosa, teniendo en cuenta que en el Restaurante beChic Loft todo son medias raciones. Llevaba porciones de queso Arzúa Ulloa, Garroxta, Serrat y La Peral.
Con lo “agustito” que allí estábamos, no podíamos irnos del Restaurante beChic Loft sin disfrutar de una agradable sobremesa que acompañamos de unas infusiones -té de canela, té verde y poleo menta- y un café con leche. Tanto las infusiones como el café con leche a 2 € +IVA. Por cierto, el servicio de café lo acompañan con unos Petit Fours -trufas, “rayitas” de chocolate blanco con coco y nueces de macadamia- presentados en un original plato.
Tras la sobremesa… ¡Qué mejor que un buen cóctel! En un principio, la idea ira irnos a los magníficos sofás del lounge, pero… otros más rápidos que nosotros se nos adelantaron y, finalmente, nos quedamos en nuestra mesa a disfrutar de los combinados preparados por Ricardo Ferreiro. Los cócteles son todos a 9 €, a 8 € las copas clásicas y a 12 € las copas premium.
Como ya he comentado al principio, me parece poco menos que un pecado marcharse del beChic Loft sin probar este Martini de chocolate. Lo de “martini” viene más bien por el concepto, porque martini no lleva. En realidad, es Licor Pancracio -vodka de chocolate-, un chorrito de vainilla y algún que otro secretillo del coctelero. Imprescindible. Podría también considerarse un postre bebida.
La Caipiriña de sake con litchies, llamada popularmente Caipisake, también estaba riquísima. Tenía un sabor seco muy especial y me sorprendió que me gustase, porque no soy muy amiga del sake. A Rayo le entusiasmó, como podéis ver en su sección.
Vanesa os muestra un delicioso Martini de pepino y yo un original y sorprendente Martini de granada sobre el que nadaban, como si de un barquito de papel se tratara, unas hojitas de plata. El Martini de granada -que, por cierto, tampoco llevaba martini- fue el que más me gustó junto con el de chocolate.
Mientras disfrutábamos del beChic Loft, sin prisa por irnos y disfrutando cada sorbito de los cócteles que nos habían servido, me fui a hacer mi visita obligada a los aseos. Corbatita para ellos, taconazo para ellas.
Los baños comparten una zona común para caballeros y señoras y tiene un estilismo marcadamente industrial, con un lavabo enorme y los suelos en cemento pulido. Tampoco aquí faltan las flores frescas.
Me queda por daros un último apunte, antes de fijar conceptos. Se trata del precio del cubierto, creo que pocas veces me he alegrado tanto de que me lo cobren. Veréis, aquí te cobran 3 € por persona, pero al contrario de lo que pueda parecer, no se hace caro ni mucho menos, pues incluye el aperitivo, todo el pan y agua mineral consumido a lo largo de la cena -y que van reponiendo continuamente- y los Petit Fours. Vamos, que si hacemos cuentas, sale bastante más económico que en la inmensa mayoría de los restaurantes.
Salí del Restaurante beChic Loft satisfecha, feliz y un tanto achispada -cayeron 3 botellas de vino y 1 cóctel- y con una idea bastante clara. Si el restaurante se llamaba así, no era sólo porque su espacio fuera elegante, distinguido… En definitiva, “chic”. Sino porque además en el beChic Loft todo es “chiquitito”: el pan, los cubiertos, los platos, las raciones -que en realidad son medias raciones-… Pero… eso sí, “todo”, absolutamente todo, está cuidado con mimo, mirando hasta el último detalle. El Restaurante beChic Loft no es un sitio para pensar en cantidad sino en calidad -en todos los aspectos- y en el buen gusto. Su cocina sorprende… no sólo por las excelentes materias primas que trabaja, sino también por la elaboración que reciben. Platos originales, sabrosos y divertidos, que juegan con las texturas y con el contraste de sabores, pero con las extravagancias justas. Me repito, lo sé, pero en le beChic Loft, todo es chiquitito y exquisito. Y, sin embargo, a pesar de las cantidades no penséis que uno se va a medio cenar. Nada de eso, sencillamente hay que hacer una comanda como aconsejan y pensar que todos los platos van en medias raciones. Está pensado para hacer un viaje por los distintos sabores y culminar la travesía con un postre.
No hay mejor cosa que no haber nacido en un palacio, para que cuando llegas a un restaurante como el beChic Loft, sorprenderte. Me encanta no estar de vuelta de todo y mantenerme siempre en el camino de ida. Yo, sencillamente, disfruto haciendo mi propio camino, y tened claro que el beChic Loft ya lo tengo incluido en el gastronómico.
Cucharete: ¡Menuda cena se pegó mi equipo en el Restaurante beChic Loft que acaba de abrir sus puertas en pleno centro de Madrid! No hay más que leer detenidamente el reportaje de Rayo y Ninillas para ver cómo disfrutaron de lo lindo recorriendo prácticamente todas las entradas de su carta. Auguro que no será tarea fácil conseguir mesa en el beChic Loft en los próximos meses, porque las noticias vuelan, y si alguien quiere sorprender a sus acompañantes en un espacio nuevo y diferente a todo lo que estamos acostumbrados a ver… ¡irá al beChic Loft a descubrir nuevas sensaciones! Mi equipo cenó por 39 €/persona, cuatro personas con 4 entrantes fríos, 4 entrantes calientes, 2 pescados, 2 carnes, 4 postres, tés y cafés. A lo que habría que añadir 2 botellas de vino blanco -a 30 € +IVA cada una- y una de vino tinto -a 19 € +IVA-, así como 4 cócteles -a 9 € cada uno-.
Su impecable, cómodo y moderno comedor. Sus atractivas mesas para grupos. La amplia separación entre mesas. Su ambiente chic. Su capacidad de transformación. Su reconocido servicio de catering, alabado por grandes firmas internacionales. El atento y amable trato del servicio en todo momento, destacando a la metre que habla 5 idiomas. La indiscutible calidad de sus materias primas y la elaboración de las mismas. Un cubierto a 3 € que incluye la reposición continua de panecillos y agua mineral, así como el aperitivo y los Petit Fours. Sus raviolis de manzana caramelizados rellenos de foie. Su relación calidad/precio. El ajustado precio de las referencias de su carta de vinos. Sus fantásticos cócteles. El exquisito gusto por el detalle.
Nada.
5,0
21 comentarios a “beChic Loft”
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Muchas Gracias por el artículo. Hace poco que me hablaron de este lugar y tengo ganas de conocerlo y siempre es bueno que las recomendaciones sean tan positivas.
Un saludo
Tiene muuuy buena pinta, apuntado queda para una d las muchas ocasiones especiales q se acercan..
Un saludo!
Qué gran descubrimiento “beChic Loft”!!! Consiguen una mezcla de ingredientes y sabores alucinantes que en el paladar se convierten en una sensación de lo más placentera. Si tuviera que elegir una sola cosa de “beChic Loft” serían los ravioli de manzana rellenos de mousse de foie, pero como me puedo extender lo que quiera aprovecho…
Para los amantes del chocolate y los que, a la vez, no lo son tanto del alcohol, entre los que me encuentro, han creado el cocktail idóneo: el martini de chocolate (que no lleva martini, por cierto).
Y para los que no estén a dieta y puedan acompañar la comida o la cena con pan aquí podrán disfrutar de una variedad de mini-bollitos de pan, todos ellos exquisitos, entre los que destaca el pan de tomate; realmente no sé si es bueno o malo que lo estén reponiendo continuamente… lo digo por los que tenemos algún kilito de más!
No le falta originalidad: el aperitivo, que comúnmente podría ser “pa amb tomaca” con jamón ibérico, se transforma en jamón ibérico relleno de “pa amb tomaca”.
Yo que no entiendo de vinos pero sé que prefiero el blanco (ya sé que los entendidos dirán que el tinto es el bueno, pero a mí me gusta el blanco) y a ser posible Albariño o Ribeiro, probé un vino blanco, creo que catalán, de los que más me han gustado: La Calma.
Vamos con los entrantes; el carpaccio de gamba con mango: impresionante; suave, fresquito y ligero… una delicia para los que nos gusta el pescado crudo. Los ravioli de manzana caramelizada rellenos de mousse de foie, otra delicia que se deshace en la boca; una pena que las raciones sean tan pequeñitas porque me hubiera comido 10 o 20 ravioli por lo menos… pero es cierto que se trata de medias raciones y así se pueden probar más cosas! Los gnocci de boletus con trigueros, parmesano y un toque de trufa fantásticos al igual que la ensalada de vieiras y alcachofas baby. Dando un toque oriental a los entrantes nos tomamos una fina tempura de verduras acompañada de una soja muy especial, riquísima, más espesa y dulce que la que se toma habitualmente en los restaurantes orientales. Y por último, un entrante muy sabroso: una cestita de una especie de fino hojaldre rellena de berenjena, queso de cabra y compota de cebolla; nunca había comido una berenjena así, un gran acierto.
Y continuando con la originalidad, un pescado que no suele ofrecerse en muchas cartas: salmonete, acompañado de risotto. Me esperaba un pescado algo seco y fue otro descubrimiento.
El foie a la brasa excepcional; aunque debo reconocer que el foie es de mis platos preferidos en cualquiera de sus presentaciones posibles.
El lomo de corzo no se queda atrás, envuelto en frutos secos crujientes y con una suave salsa de naraja; bien crudito por dentro, como a mí me gusta la carne. Una mezcla genial de sabores y texturas.
Y los postres… ay los postres!!! Ya he dicho al principio que me apasiona el chocolate y aquí he encontrado uno de los mejores postres que he probado: el chocolate en cuatro texturas con una crema de toffe… indescriptible!!! Y no me quiero olvidar de otro postre también delicioso, y mucho más fresquito y ligero para los menos golosos: la piña al horno con sopa de hinojo.
Al ver las raciones tan minimalistas pensé que sería otro de esos sitios de los que sales con ganas de comerte un cocido o un chuletón pero salimos muy pero que muy saciados. Intentaré copiar en casa los ravioli de manzana rellenos de foie aunque, será más probable que repitamos en el propio “beChic Loft”. Si queréis descubrir nuevos sabores no dejéis de ir, de verdad.
No conocía el sitio y me ha sorprendido. Definitivamente me lo apunto. Un cinco cucharetes es una garantía. Al principio me pareció solo diseño, pero se me ha hechola boca agua, sobre todo el ravioli.
Me da mucha rabia tener que postear para esto, pero entiendo que están comenzando y cualquier crítica constructiva será para que mejoren.
En cuanto a la comida no puedo decir mucho ya que mi opinión va en cuanto al servicio. Animado por cucharete y aunque la verdad es que el precio sin ser excesivo tampoco era extremadamente económico mi mujer y yo nos decimos a reservar.
Pues bien, no hubo confirmación de reserva sino que nos pre-reservaron una hora y nos transmitieron que ellos nos llamarían para dar la confirmación. Tras pasar un tiempo, volvimos a llamar y nos volvieron a decir lo mismo, que ya nos llamarían. Hartos de ser nosotros los que perseguíamos esperamos una llamada del restaurante pero lamentablemente llego la fecha “potencialmente” reservada y ni aún asi se pusieron en contacto con nosotros.
En Madrid hay muchos restaurantes y muchos de ellos desbordados por la cantidad de clientela que tienen y que les garantiza no preocuparse si un cliente no queda satisfecho, pues miles de ellos estarán gustosos de ocupar su posición.
Nosotros entendemos esta política, pero también creemos que cuesta lo mismo quedar bien que mal, y al igual que ellos no nos echaran de menos comos clientes afortunadamente podremos elegir otro lugar donde gastar nuestro dinero la próxima vez.
Un saludo y espero que a todos los que vayais disfruteis por nosotros la comida ; )
Hola, ayer estuve en beChic Loft porque vuestros 5 cucharetes suelen ser acertados.
Os cuento mi impresión:
- al entrar la sensación es agradable, con las mesas tan amplias y con las orquídeas en el medio, las pareces blancas… muy bien
- nos explican (ya lo sabíamos por vosotros) que las raciones son medias para así poder degustar mas platos… bien, en principio.
- los panecillos son un bocadito pero, claro, no les vas a pedir que te pongan media docena, menos mal que yo tomo poco pan.
- la botella de vino se la llevan lejos, como en los restaurantes de lujo, pero la diferencia está en que, como no hay tantos camareros, cuando se te acaba la copa tienes que esperar pacientemente a que se den cuenta… menos bien.
- me direis que lo más importante es la comida, pues sí, el lomito de corzo estaba excelente, el rodaballo simplemente bien.
Finalmente, os diré que después de dos entrantes, dos segundos y los quesos de postre pues… mucho “glamour” pero nos quedamos con hambre (no, no somos “gourmands”, de verdad). De modo que si sigues pidiendo platillos acabas con una cuenta de cien euros. Y por ese precio ya hay bastante donde escoger.
Siento contradeciros esta vez pero no es un sitio al que me apetezca volver.
Gracias por vuestro blog, os sigo desde hace varios años y me encantais.
Decidi probar este restaurante a raiz de vuestro artículo, puesto que la mayoría de las veces habeís acertado en todos los que he probado.
Pero siento deciros, que en esta ocasión no ha sido así. Porque ni siquiera llegué a probar la comida.
Os cuento lo que paso. Reserve para cenar hace 2 sabados, 2 personas a las 10:30. Me llamaron para confirmar la reserva ese mismo día. Hasta aqui, todo de maravilla. El caso es que despúes de dar un millón de vueltas para encontrar parking y de llegar 10 minutos tarde, nos dijern que esperaramos un momentito a que la mesa estuviera puesta. sentados en los chester, nos preguntaron al cabo de un rato que si queriamos tomar algo, por supuesto pagando, es lo normal, si consumes pagas. Total que ya eran las 11 de la noche, y ya habiamos preguntado varias veces por la mesa y seguiamos obteniendo la misma respuesta….enseguida esta. Nos volvieron a ofrecer algo de beber y nos dieron las 11y media! 1 hora despúes de la hora en la que teniamos la reserva!!!!! Preguntamos y por fin, debido a nuestras quejas y por supuesto indignación y quejas nos dijeron que nuestra mesa se estaba tomando el café, que ya dependía de lo que tardaran. ASi que nuestra reacción por supuesto fue comunicarles que nos marchabamos y no dijeron nada más que disculparse.
Sinceramente me da mucha rabia, pero me pareció una falta de respeto, de profesionalidad, de cordialidad. En primer lugar, jamás he tenido que esperar en un restaurante teniendo reserva, puede que 5 minutos, pero una hora!!. y que encima despúes de esa hora, no sean capaces ni de devolver el dinero de las copas, o abernos ofrecido una botella de vino para no perder a potenciales clientes, no se, pero en mi opinión es absolutamente inaudito.
Aún asi, me fui con la esperanza de que igual había ssido ese día, se habrían visto desbordados y no podían, y que ya que tenían mi telefóno me llamarían para darme hora para otro día. han pasado dos semanas y sigo esperando…..
La verdad, yo no le recomiendo a nadie este restaurante, me parece que existe una falta de profesionalidad increible no apta en ningun restaurante medianamente decente, francamente siento que me han tomado el pelo.
Un saludo y espero que gracias a critícas como esta, este restaurante pueda llegar al nivel que se merece.
Que ganas de probarlo!!!
Pues parece que este sitio está sumando fama de tener el peor servicio de reservas de todo Madrid, algo lamentable porque precisamente es el primer contacto con el establecimiento y, si falla eso, falla todo lo demás.
No puedo opinar sobre la comida, ni siquiera del servicio, porque no llegué a pasar del recibidor. Os cuento mi experiencia: reservé casi una semana antes del sábado 13 de febrero, para cenar, y no me pusieron ningún problema. Confirmé con ellos que tenían cena a la carta, y me aseguraron que así era.
Una semana después, el mismo 13 de febrero, 2 horas antes de la reserva que teníamos concertada, cuando ya estaba duchándome para salir de casa, me llaman para indicarme que el menú es cerrado y que no se cena a la carta, tenemos que gastarnos 50 euros por persona para un menú que no nos convencía. Así que anulo la reserva y me quedo en casa, después de haberlo preparado todo.
A la semana siguiente vuelvo a reservar para el sábado, nos presentamos allí diez minutos antes de la hora convenida (las 23 horas) y me dicen que no tienen ninguna reserva a mi nombre. Tras comprobarlo, me confirman que la reserva estaba apuntada para el viernes, y me responsabilizan de ese error. Bastante encendidos, decidimos esperar los 10 minutos que nos dicen que tardarán en tener una mesa libre. Nos extraña el comentario, porque en el recibidor hay dos parejas más esperando y un grupo de tres personas más. Y efectivamente, 30 minutos después todavía seguimos esperando, así que sin dar ninguna explicación, nos levantamos y nos largamos.
Evidentemente, no volveré a reservar nunca más en este sitio, y mucho menos lo recomendaré. Creo que les falla lo fundamental: el primer contacto con el cliente, pero mientras lo tengan lleno imagino que no les importará. Pan para hoy…
Seguramente la critica de 5 cucharetes venga de todo el servicio en pleno “peloteando” al critico porque lo que es a los clientes de a pie no nos miran ni de lejos, y en este restaurante os aseguro que las distancias son grandes (lo cual es un privilegio si se da un buen uso de ello).
El espacio, diseño, mesas amplias… un 10.
La comida y el concepto de medias raciones, otro 10 (aunque mejor no ir con mucha hambre).
el servicio pésimo.
Tardamos 1,30 h en empezar a comer.
Tuvimos que pedir que nos trajeran algo de beber e incluso suplicar por una carta (todo ello a la 1/2 hora de estar sentados).
¿como puede alguien montar un sitio tanto esmero y despues olvidarse del servicio? NO LO ENTIENDO.
CONCLUSIÓN: no repetiré y no lo recomendaré.
jooooooo… que chasco de sitio!!
Es verdad que tiene cosas muy buenas, como la amplitud entre las mesas y el trato del personal que es perfecto, pero es que tardar casi 3horas en comer es una barbaridad!
Y es que tardan mcuhisimo tiempo en traer las cosas (y mira que son camareros): si uno lleva pan a una mesa, no pasa por la tuya a ponerte el pan a ti, sino que se va y al rato vuelve con la bandeja del pan para servirte (en este punto hay que reconocer que puedes repetir pan y entra en el precio del servicio x 2.5, eso sino mini panes de 5cm)
La cena nos salió por 100eurazos, habiendo tomado dos cocteles (el chocolate martini es espectacular), dos entrantes calientes (la ensalada templada de vieiras y cuatro mini raviolis de manzana rellenos de foie), dos entrantes frios (el taco de foie -es fresco, y al ser el higado tal cual no nos convenció demasiado, tenedlo en cuenta si vais- y tempura de verduras), dos carnes (el corzo muy rico y presa iberica) y dos postres (chocolate de tres texturas).
Y al final nos quedamos con hambre!!!
Conclusión, no es un sitio para repetir y por ese precio se puede ir a sitios donde comer no mejor pero si más cantidad y en menos tiempo (uno se aburre entre plato y plato)
No se merece los cinco cucharetes. El servicio es bueno, pero la comida no. Tomamos el menú de degustación: dos entrantes, plato de carne, plato de pescado y postre.
El primer fallo vino con la crema de calabaza con navajas. El producto era bastante mediocre, insípido, y las navajas resultaron ser sacos de arena. No limpiar bien las navajas es un fallo garrafal.
El segundo fallo fue el ciervo con salsa de frutos rojos. Unos frutos rojos evidentemente congelados, y me atrevería a decir incluso la marca. Ácidos, con un ligero sabor metálico y textura desagradable.
El resto de los platos fueron solo aceptables, sin nada que destacar. Por ese precio se puede comer en dos o tres sitios de Madrid con mucha mejor calidad de producto, presentación, entorno y servicio.
Vamos a ver!
Estuvimos el sábado por la noche. Y es inadmisible que tarden entre plato y plato una barbaridad. Nos comimos más de 10 piezas de pan esperando y no eran unos platos tan sumamente elaborados como para que llegasen tan tarde… Falta de personal ¿quizás?
Os puedo asegurar que lo único que nos gustó fueron los cócteles.
La cuenta? 70€ por persona, por lo que hay que esperar a que este restaurante tenga más experiencia. O que cuando la tenga ya no haya clientes interesados. la ley de la oferta y la demanda.
buenos dias ,
queria escribir sobre mi experiencia en bechic loft, y la verdad fue de lo mas agradable,en comparacion con muchos sitios que me mostraron por aqui,el trato me resulto increible,en pocos sitios ves al personal atendiendote con una sonrisa,y mira que yo no soy ningun critico ni nada parecido(por si alguno como e leido por aqui se piensa que el buen servicio es para unos cuantos enchufados)la comida para mi gusto muy rica,platos imnovadores ,cantidades mas que correctas(por que si me quiero comer un chuleton de 500gr me voy a un asador ,no a un restaurante donde tu eres el anfitrion siempre)el sitio ,una verdadera maravilla,el mas increible de su zona,tanto por lo cuidado como por lo grande del lugar que la verdad impresiona,y bueno solo comentaros que un humilde lector de esta pagina fue acojonado por los comentarios que aqui se ponen,y salio enamorado de un lugar donde volere y recomendare sin duda alguna,ya sea para comer o para tomar copas que son increibles,
un saludo de un cucharateroooooo
Estuve el sabado cenando con tres amigas y la experiencia fue agridulce.
El sitio es precioso con unas mesas muy amplias, una luz tenue y arreglos florales muy logrados. El servicio super atento sin sera pesado…pero la comida…en fin….es que me parecio de juguete.
Para empezar pedimos los raviolis de manzana y la ensalada templada de vieras,ambos platos en media racion….cuando lo sirvieron casi me da la risa..cuatro raviolis (no es una expresion,habia cuatro) y unas cuantas hojas verdes…muy ricos,me parecieron deliciosos..pero cuatro.
La ensalada llevaba dos tomates cherry con lo que una de nosotras no probo el tomate, y tres vieras justas,mas el resto de verde…me pregunto si en una mesa de cuatro piden media racion de esta ensalada,les pondran tb solo tres vieiras? en fin…muy rica tb. Cuando vimos el tamaño de los platos decidimos pedir otro entrante mas, el ceviche de corvina al estilo Nikkei que solo lo sirven en racion entera..menos mal pq no quiero ni imaginarme como seria la media racion…lo pusieron en un bol de estos como de cereales,y en el fondo las lonchitas de pescado.
Durante estos tres mini entrantes, cada una nos zampamos cuatro bollitos de pan…habia que rellenar con algo.
Los principales estuvieron algo mejor, pedimos medias raciones de atun marinado y rape…no estaban mal para ser medias.
En los postres me volvio a entrar la risa, cheescake…no penseis que ponen un trozo de tarta..es un mini vasito tipo mousse..para que os hagais una idea,como los que ponen ahora en el VIPS. Bizcocho de platano con sopa de chocolate blanco…rico,rico..pero un circulito de bizcocho mas pequeño que una galleta Maria.
Despues nos llevaron unas minigominolas de pera (muy buena pero mini de verdad) y unos bombones.
Todo esto acompañado de dos copas de vino cada una y una botella de agua.
Nos tomamos unos cocteles en la zona de dentro.
Mi opinion es que el sitio es muy chulo pero que solo ire por los cocteles…son los mejores que he probado y con una carta bastante extensa (8 y 11 euros). La comida es de chiste,muy buena y lo que quieras,pero es una clavada y sales con hambre…no me importa pagar para quedar satisfecha pero me da la sensacion de que te toman el pelo.
Para que os hagais una idea,la cuenta fueron 143 euros/tres personas. El vino por copas son 3.8 (la botella de vino mas barata son 25 euros), la botella de agua 5 euros, el servicio de pan 2.5…
En fin…un sitio que para mi solo destaca por sus cocteles
He cenado este restaurante y me ha ENCANTADO!!! La comida genial, mi chica y yo la pasamos muy bien, el servicio fenomenal. Pienso repetir, y lo recomiendo ampliamente!
Que Decepción!!!
En primer lugar deciros que me encantan vuestras opiniones y críticas, pero estoy con un comentario anterior… Os tuvieron que estar peloteando a tope..
Mi experiencia.
Casi media hora de espera con mesa reservada
El local tiene su encanto, aunque para mi gusto le falta un poco de calidez; eso sí, las fotografías de las paredes me gustaron muchísimo.
El servico agridulce: muy amable y educado, pero más lento que el caballo del malo.
La comida: Está muy buena y conseguida pero en cualquier bar de tapas la tapa es casi el doble de lo que te ponen aqui como ración. Los raviolis eran 5 contados.
Precio es excesivo, porque si vas sumando, (Agua a 5 €) y el aperitivo de Bienvenida te lo cobran, pues no bajas de los 100 € por pareja y por ese precio hay 5 cucharetes mucho mejores (para mi gusto Lua y Club 31).
Un abrazo a todo el equipo y espero que esta sea la excepcion que confirma la regla, porque seguiré probando 5 cucharetes!!!.
Verde
Estuvimos cenando 4 personas y, aunque teníamos reserva, tuvimos que esperar más de 30 minutos, hecho que ya dice bastante poco del servicio, puesto que la espera indica: bien que son muy lentos o poco organizados, o bien que la organizacion de la sala no es correcta ya que quieren atender más de lo que pueden.
Una vez nos conducen al salon nos encontramos con que nos sientan en una mesa gigantesca: alta, larga y ancha, preciosa eso sí, pero ha habido restaurantes en los que he estado sentado más cerca de la mesa de al lado de lo que estaba en esta de mi compañero, lo cual, a mi parecer, otorgó un toque bastante frio a la cena; debiamos hablar bastante alto por lo que la intimidad no era mucha. Luego en la cena nos dimos cuenta también que los platos a compartir en el centro no llegabamos ninguno de ancha que era la mesa.
La cena estuvo bien, no voy a entrar en detalles, pero cenamos bien. Me resultó un tanto caro, no ya por las cantidades, que aunque pequeñas me parecieron correctas, si no por la calidad del producto, era normalito.
En mi opinión lo que falló bastante fue el servicio. No me atrevo a definirlo como malo…creo que más bien era inexperto; eran todos muy jovenes pero me resultaron algo verdes en lo que a protocolo y servicio se refiere. El menu desgustacion no aparecia en la carta y al preguntar por él nos indican que el encargado de sala nos lo dirá, por lo que esperamos…y cuando llega venía ya dispuesto a tomarnos nota (nadie le habia advertido de nuestro interés en el menú degustación) pero es que cuando se lo preguntamos se tuvo que ir a la cocina a preguntarlo porque no lo sabia! con tanta decoración, tanto pijerío, esos precios….me pareción un detalle feísimo. Incluso luego algun plato el camarero realizó la misma acción de preguntar en la cocina lqué era lo que nos habia servido…de risa.
Por no hablar de la lentitud. Se hizo la cena eterna.
En definitiva, para nosotros no merece 5 cucharetes ni de lejos, con 4 ya estaríamos siendo generosos. Para la próxima vez diremos que somos críticos gastronomicos a ver que tal jajaja
Hola!
Ayer estuve cenando con mi pareja es este restaurante.
La primera sorpresa fue que una vez que estábamos dentro, nos dijeron que no tenían carta, únicamente menú.Nadie nos había advertido de eso cuando llamé para reservar, a pesar de todo, decidimos quedarnos y probar ya que nos fiamos de los 5 cucharetes.Sólo había 2 menus, uno de 35 euros y otro de 55. Decidimos probar el de 35.
Nos sirvieron un triste aperitivo minúsculo, y después de más de media hora nos sirvieron el primer plato. Eso si, menos mal que en el tiempo de espera nos pusieron pan,que por cierto es verdad es muy rico,porque tardaron un montón en servirnos.
El servicio es muy lento, tardamos dos hora y media en cenar dos platos pequeños y el postre. La comida está buena pero muy escasa para el precio y el servicio. El pan riquísimo, menos mal..
Por favor, actualizen la web, ya que igual que nosotros mucha gente se fía de sus comentarios a la hora de elegir un restaurante y luego sale decepcionado
Estuve cenando con mi pareja el pasado finde. No tienen carta, pero no te enteras hasta que no estás acomodado. Antes sí que tenían pero han decidido que ahora cenarás de menú, que no está mal de calidad pero sólo puedes elegir entre merluza y magret, pero esto que es???? En el bar de obreretes que como a diario por lo menos elijo entre 4 platos del menú Encima se lo toman con tranquilidad, una cena eterna (casi 3 horas) para comer 2 platos. O cambian la cosa o me da que van a cerrar muy pronto. 100 euracos entre dos muy mal invertidos. Lo mejor el detalle “glamuroso” o “chic” del final, cuando pago la cuenta me dicen que si quiero levantarme a por las vueltas o prefiero que me las traigan a la mesa, jejeje me descojono… Le dije “Si no te importa me las traes a la mesa que te quiero dejar un par de céntimos que me sobran de propina” ains… Yo valoraría quitarle más de una cuchara.
Un saludo
Hola Chicos, Sobre todo gracias por todos los restaurantes que nos dais a conocer; pero en este caso os tengo que corregir, porque no podemos comparar un 5 cucharetes como ASSIANA, que se los merece sin dudarlo, aunque valga un pastón, con este insignificante restaurantillo de barrio, que no llega en servicio y creación gastronomica ni a la base que hay en la cocina de mi casa.Sólo en el nombre con encanto Be Chic Loft…
Lo siento mucho chicos pero en lo único que les doy muy buena nota es en el pan, que sus variedades de tomate, pasas… estan riquisimas, pero claro 2 horas y media de cena para comer pan, Que quieres que te diga!!!!
El servicio lento y malo y nada profesional.