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Castelló, 18
Madrid (Salamanca)
Príncipe de Vergara
91 577 76 71
15 - 25
El renovado Restaurante Micota nos ofrece una cocina de mercado a la brasa que fusiona raíces gallegas y mexicanas. Cuentan con 20 marcas diferentes de cerveza de importación, ideales para maridar con sus “colgados” -enormes brochetas verticales de 60 cm de largo-, sin olvidar sus fondues, sus quesadillones, sus crujientes nachos y sus novedosas hamburguesas sobre brasas de carbón de encino. Su comedor dispone de capacidad para 140 comensales en zonas habilitadas para fumadores y no fumadores. A parte de su carta, propone un menú del día -a 9,80 €- así como diferentes menús para grupos -bajo el concepto “Todo Incluido”- con graciosos nombres, que van desde los 25 hasta los 30 € por persona. Sus horarios de apertura son: De Lunes a Jueves de 8:00h a 17:00h, y de 20:00h a 24:00h; Viernes de 8:00h a 17:00h y de 20:00h a 01:00h; Sábado y Domingo de 13:00h a 17:00h y de 20:00h a 01:00h. El fin de semana tiene dos turnos por la noche (21:00h y 23:00h). No cierra ningún día de la semana.
3,5
Rayo: ¡De nuevo se pone de moda el Restaurante Micota de Madrid! El barrio de Salamanca, en el número 18 de la calle Castelló, luce una nueva terraza que permanecerá abierta todo el año. Los viandantes encuentran ahora en la renovada y amplia acera un atractivo y sugerente “obstáculo gastronómico” que les invita a sentarse y disfrutar, tanto de unas cañas -de exclusivas cervezas de importación- como de una comida o una cena a la carta en la que predominan platos asados en brasas de carbón de encino. Por supuesto, siempre con precios comedidos, pues nos encontramos ante un espacio en el que su ticket medio es totalmente anticrisis, pues difícilmente se superan los 25 € por persona.
Cierto es que vale más una imagen que mil palabras, por lo que a continuación os dejo con la postal que decora desde este verano la calle Castelló. Hemos cenado varias veces en esta terraza, tanto en pareja como con amigos, y a medida que se iba reformando el espacio interior ya nos entraban ganas de renovar el reportaje cucharetero de este local que se ha metido al público madrileño en el bolsillo… ¿Recordáis la Fondue de Chocolate? ¿Y los 10.000 Kg. de Costillas? ¿Y la Tarifa Plana de Sardinas? Miles de comensales han pasado por el Restaurante Micota para disfrutar de espectaculares promociones cuchareteras, y probablemente en un futuro… ¡Haya más sorpresas! ¡Viva Cucharete!
No hay más que asomarse a la puerta para observar que la decoración ha cambiado, y que el blanco ha derrocado al anterior espacio oscuro que dominaba la entrada. Docenas de destellos despiertan nuestra atención y nos invitan visualmente a pasar a la zona de barra. Un moderno y elegante vinilo nos lista los cócteles disponibles, perfectos para comenzar la comida o para terminar la cena -como hemos hecho nosotros-. Caipirinha, Mojito, Margarita, Torito, Bloddy Mary, Long Iceland Tea, Piña Colada… A lo que habría que sumar la larga lista de combinados que preparan, entre los que se incluyen las Ginebras Premium, que triunfan en todas las barras de la capital.
Damos un paso más y… la iluminación nos transporta a una “cápsula espacial” gallego-mexicana en la que la bebida engalana las nuevas y flamantes estanterías, que riegan con su luz la -también nueva- tarima de madera noble de la que presume ahora el local. No sé si os habréis fijado, pero en esta zona han desaparecido los clásicos y rústicos taburetes “micotianos”, y se da paso a unas cómodas sillas estilo piel que realzan el conjunto a la perfección, manteniendo la esencia del Restaurante Micota en las mesas, que se visten únicamente con un camino negro.
La barra viste de sabrosos mensajes su oscuro espejo inferior, una pequeña muestra literaria de la gastronomía gallego-mexicana que marca la esencia del nuevo Micota, haciendo especial hincapié en sus brasas de carbón de encino, que realmente son el corazón de su cocina, pues otorgan un sabor a las carnes y pescados que ninguna salsa puede imitar. ¡Hay que ver lo que me gusta a mí la cocina a la brasa!
Los paneles retroiluminados que cortejan las variadas copas y jarras de cerveza disponibles -en Micota siempre sirven cada oveja con su pareja-, glorifican al vistoso grifo que preside la barra. En el centro, la laureada Krombacher alemana que, por supuesto, demandamos en nuestra cena, una cerveza caracterizada por ser una Pilsen de sabor único, al ser elaborada con agua de manantial de roca, pura a la vez que pobre en minerales. A la izquierda se nos presenta la Krombacher Weizen, una cerveza de trigo de turbiedad natural, perfecta para variar y optar por una elección más sibarita. Aunque para mí, la joya de la corona del Restaurante Micota es la belga Te Deum -que está a la derecha-, caracterizada por su espuma densa y sabrosa, recordad que Te Deum significa “A ti, Dios” -en latín-, y así comienza uno de los primeros himnos cristianos, que todavía hoy en día suele ser entonado por la Iglesia Católica Romana en momentos de celebración. ¡Nosotros también podemos entonarnos en nuestras celebraciones gastronómicas con estas Te Deum! ¡Os lo garantizo! Pues tiene 6% Vol.
El dispositivo programable que custodia la nueva iluminación de leds del Restaurante Micota, puede crear diferentes tipos de ambiente, siempre apoyándonos en las variadas tonalidades que podemos conseguir con sus coloridos matices. En la siguiente fotografía os muestro el espectacular mueble con irradiaciones en verde y azul. ¡De lo más cool! Y también lo hemos visto en tonos anaranjados y rojos, en fucsias y malvas… ¡Qué os lo pongan como más os guste!
La posición central del nuevo “mueble galáctico” está destinada a la Te Deum Triple de 75 cl. Una cerveza de Abadía de color rubio dorado, que presenta una espuma cremosa y abundante. A pesar de ser seca y con un toque amargo al final, sorprende con un amplio sabor a malta y afrutado. Claro que… ¡Son 7,3º Vol.! ¡Está riquísima esta cerveza belga!
Pero hay muchas más cervezas disponibles en el Restaurante Micota de Madrid. ¡No hay más que ver el mueble! ¡Está a tope! Nada más y nada menos que 20 referencias de cerveza colman sus estantes: Lindemans Kriek -con notas potentes de cereza madura y dulce-, Schneider Weisse Mein Kristal -ligeramente picante, con un toque a plátano-, Chimay Blue -cerveza trapense con mucho cuerpo-, Schneider Weisse Unser Aventinus -profunda y fuerte, para los grandes momentos-… Esas son las que os presento en la siguiente imagen, pero Ninillas os muestra otras diferentes, y en el Micota… ¡Todavía hay muchas más! Como podrían ser la Lindemans Framboise -su sabor ácido le da un toque parecido al vino espumoso con un dulce sabor a frambuesas al final-, la Eku 28 -mucho cuerpo, intenso aroma a malta tostada y un sabor contundente-, la Schneider Weisse Meine Hopfenweisse -explosión de lúpulo y toque de limón, una nueva experiencia de aroma floral-, la famosa Judas -“cerveza maliciosa, placer divino”-… ¡No pararía nunca de nombrar cervezas! Creo que iré al Micota a probar una cada día… ¡Hay 20 referencias! ¡Ya os contaré la próxima vez!
Podemos echar un último vistazo al escaparate de cebada y trigo en su estado líquido para continuar avanzando en nuestro camino hacia la mesa cucharetera de la noche. Ya sabéis que en el Restaurante Micota la cocina está situada en el centro del local, por lo que sus diferentes comedores se resuelven a su alrededor.
Subiendo las escaleras -que nos muestran parte de su bodega en un enrejado cuadriculado de hierro fundido- llegamos a la parte trasera del local. Una “hamburguesa vinilizada” nos da la bienvenida y nos avisa de que las carnes de vacuno en el Restaurante Micota se hacen siempre sobre brasas de carbón de encino. Resulta muy chic la iluminación de la misma, mientras antiguos farolillos luchan por mantener en activo detalles decorativos del anterior Micota. Entre la luz, se abre camino el albariño portugués Solar de Serrade -habrá que probarlo, pues ha sido muy laureado durante el último año-.
En este espacio -que separa la zona de barra del comedor principal- encontramos sillas altas bajo un arco de ladrillo visto acompañadas por tablones que se apoyan en el botellero -a modo de palés-, que no dan más cabida que a dos parejas que busquen disfrutar de un cóctel sin que nadie les rodee, excepto el continuo paso del resto de clientes a los servicios, que están en frente mismo.
Para grupos numerosos, los comedores del fondo del establecimiento resultan perfectos, gran capacidad y total modularidad de mesas. Un banco corrido está presente siguiendo toda la pared y, para el resto de comensales, los conocidos taburetes del Micota -con sus fans y detractores-.
Añado al artículo un par de fotos del comedor durante el día, porque desde que ampliaron los ventanales traseros -tirando gran parte del muro trasero- el Restaurante Micota ha ganado muchísima luz. ¡Ahora podemos comer disfrutando del jardín del patio interior de la manzana! Increíble el cambio, ¿verdad?
Durante la época de frío, la famosa reja central del Restaurante Micota no da abasto de trabajo, pues su misión es nada más y nada menos que recoger todos los abrigos de los comensales -siempre lo tienes cerca y a la vista-. Esta estancia, como pudimos observar en la fotografía anterior, gana enteros durante el día, pues el jardín visto que atraviesa sus cristaleras marida de lujo con la degustación.
El Restaurante Micota de Madrid se ha vuelto camaleónico con la nueva reforma, y varía su decoración a medida que avanzas en su recorrido. Fijaos en el espacio que os muestro en la siguiente imagen, podría decirse que estamos en otro restaurante completamente diferente, simplemente le delatan las “mesas micotienses” y los caminos negros a los que acompañan su peculiar cubertería rústica. Tenemos la suerte de encontrarnos otra vez con las cómodas sillas nuevas, esta vez custodiadas por unos atractivos paneles en los que sabrosas piezas de fruta fresca atraviesan un acuario transparente puntualmente iluminado.
Las verduras también luchan por el protagonismo que ofrece la larga y descomunal imagen mural. ¿Eres de fruta o de verdura? ¡Elige bien tu mesa!
En diferentes rincones, los techos del nuevo Restaurante Micota recogen también la esencia de luz que distingue al mobiliario de la entrada, por lo que podemos ver un sinfín de botellas de Martini retroiluminadas por encima de nuestras cabezas. ¡Recordad! ¡Agitado pero no revuelto! Y seremos un agente doble cero por un día: Cuando un Martini se revuelve, los elementos no se mezclan bien, y finalmente obtenemos una bebida transparente. En cambio si lo agitamos, mantiene ese efecto nebuloso y el reparto de componentes es más uniforme. ¡007 power!
Si os sentáis en la siguiente mesa… ¡Cuidado que salpica! Agua fresca, eso sí. Aunque lo peor de todo sería ¡que se os cayese semejante manzana en la cabeza! Sobre todo porque a pesar de un gran dolor de coco, no descubriríais nada –todos conocemos ya la Ley de la Gravedad-.
El último comedor del Restaurante Micota se presenta en blanco y negro, después del uso del color en otras estancias -tanto en iluminación como en inmensas fotografías- no está nada mal. De los tonos oscuros se encargan las sillas y los caminos negros, la calidez corre a cargo de las mesas y la tarima de madera, y la frescura brota de la luz blanca de la lámpara de enormes margaritas de acero deshojadas y de los “farolillos reversibles”. Los espejos de esta zona amplían el espacio visualmente, y no pongo en duda de que todo el que pasa por allí echa una ojeada a ver si lleva bien el pelo… (los que lo tienen, claro).
Ya os he hablado de las cervezas de importación del Restaurante Micota más arriba, pero claro… ¡Llega la hora de la cena cucharetera! Y hay que decantarse por alguna -no íbamos a pedirnos las 20 referencias, aunque eso sería “muy cucharete”-, así que, mientras realizaba las fotografías del local, me fijé en las que estaban bien fresquitas en su nevera vista -al lado de la barra-, y no eran otras que la Coronita y la Te Deum. ¡Perfectas! ¡Directas a nuestra comanda!
En muchos países cerveceros 100%, la mayoría de las cervezas se toman a temperatura ambiente, y se disfrutan de lo lindo, aunque bien es cierto -como dice uno que yo me sé- que “¡allí el ambiente es muy fresquito!”. Pero en España, nos gusta la cerveza bien fría, quizás por nuestro clima, quizás por estar acostumbrados a otros tipos de cerveza “más de pasar el rato y menos de disfrutar del paladar”, pero por activa o por pasiva… ¡Aquí se bebe la cerveza fresquita! Y para muchos, si puede ser… ¡Helada! Así que seguiremos observando las neveras…
Los cardenales entonan el “Te Deum” después de la elección de un Papa, así que… ¡Esta cerveza promete! Veamos la situación en directo:
Texto original en latín // Texto en “español cucharetizado”
Te Deum laudamus, // A ti, oh Te Deum, te alabamos,
te Dominum confitemur. // a ti, Espuma dominadora, te reconocemos.
Te aeternum patrem, // A ti, eterna Cerveza Belga,
omnis terra veneratur. // te venera toda la creación.
Fuimos a cenar cinco cucharetes en esta ocasión: Mario, Sandra, Roberto, Ninillas y un servidor, y no os puedo negar que quedamos encantados con la nueva imagen del local -que gana muchos enteros- y con las cervezas que acompañaron nuestra velada, que nos entonaron como es debido. ¡Cenamos muy, pero que muy bien!
Comenzamos nuestro “periplo gastronómico micotero” con una Ensalada de picos con langostinos, una colorida mezcla de puerro, lechuga, zanahoria, tomate, maíz y picatostes, presidida por unos langostinos cocidos. Se acompañaba de una cazuelita de cerámica portuguesa con salsa rosa.
Roberto sonríe con el espectacular plato de Pulpo con queso San Simón gratinado -por supuesto, con su pimentón por encima-. Y no me extraña… ¡Es enorme! Una ración de lo más generosa -perfecta para compartir- que destaca entre los platos imprescindibles del renovado Restaurante Micota de Madrid. Si te vas sin probarlo… te arrepentirás, francamente merece la pena. ¡Palabra de gallego! Hubo quién terminó mojando el pan en la salsita… ¡Eso lo dice todo! Claro que… el pan del Micota es un pan de Lugo -vamos… ¡de “Lujo”!, Ninillas os lo muestra en una fotografía- riquísimo. Tened en cuenta que la gente del barrio compra todas las mañanas una o dos barras en el restaurante, pues se vende en pan en la misma barra. ¡Yo cuando paso por la zona también me llevo una para casa! -Lo confieso-.
Sandra os enseña el Quesadillón con cebolla caramelizada. ¡Qué rico estaba! Los quesadillones del Micota también dan mucho que hablar, al parecer es una de las viandas más demandadas en el local. Los hay de muchos tipos, de queso y chorizo, de queso y pollo, de queso y champiñones… Vienen acompañados de unos pequeños cuencos con salsas de pico de gallo y martajada -riquísimas las dos- y nachos caseros con frijoles. ¡No os olvidéis de mojarlo en las salsas! Que está tan bueno que se os olvidará… os lo aseguro…
La Parrillada de verduras con queso de cabra triunfó también en la mesa. Llevaba calabacín, berenjena, calabaza, pimiento rojo, pimiento verde y… ¡Sabroso queso de cabra coronando el conjunto vegetal! Echando un ojo a la foto… ¡Apetece “pinchar” con el ratón!
Aquí me tenéis con unos fantásticos Nachos braseados. Son ya míticos los nachos caseros del Restaurante Micota. Madre mía lo que han cambiado desde la primera vez que descubrimos este local… ¡Ahora están de lujo! ¡Me encantan! Vienen entrelazados con cuatro tipos de quesos: mozarella, edam, cheddar y gouda. A parte de unos picantes -y ricos- jalapeños, se adereza el conjunto con salsa pico de gallo -a base de cilantro y chiles jalapeños-, que también se presenta en un cuenco a parte, al lado de otro de martajada -salsa a base reducción de tomates maduros con orégano y jalapeños-. ¡Por jalapeños que no sea! Junto con el pulpo… esta vianda es obligatoria en el Micota.
Como no podía ser de otro modo… ya veis que la Cerveza belga Te Deum triunfó en la mesa. ¡Competía con la Coronita -que también la habíamos pedido- y la desbancó completamente! ¡Está riquísima la Te Deum!
¡Gran hamburguesa! Ya rezaba el vinilo de la entrada que son realizadas sobre brasas de carbón de encino, y es que no es para menos, esta Hamburguesa de carne de vacuno con queso de cabra de 300 gr. está de muerte. El sabor de las brasas junto con la calidad de la carne conforman un conjunto de 10. Es realmente grande, y se presenta muy marcada por fuera y prácticamente cruda en el interior: ¡Perfecta! ¡Muy jugosa y sabrosa! Se acompaña de patatas -que pueden ser fritas o asadas- y todo lo que se le añada se cobra como “extra”. No pongo en duda que será uno de los platos más demandados del Restaurante Micota en los próximos meses. ¡Se hará con un puesto digno de mención entre las mejores hamburguesas de Madrid! Probadla y opinad… Yo la etiqueto desde hoy mismo entre mis favoritas.
Llegada la carne dejamos la Te Deum y nos decantamos los cinco por una Krombacher alemana bien tirada. Ya os comentaba al comienzo de este artículo que esta cerveza se caracteriza por ser una Pilsen de sabor único, al ser elaborada con agua de manantial de roca -pura a la vez que pobre en minerales-. Sinceramente, me quedo con la Te Deum… ¡Es que me sedujo completamente!
Bueno, bueno… Aquí llega la hora de presentar de nuevo al legendario y famoso Colgado de ternera del Restaurante Micota. ¡Menuda brocheta! ¡Es realmente espectacular! No me extraña que todo el mundo la fotografíe y la suba a su Facebook –lo hemos visto a menudo entre los fans de Cucharete-. Nada más y nada menos que 60 cm. de carne atravesada por un florete con el que únicamente podemos competir en terreno gastronómico. En la base, pan tumaca, pimientos de padrón y unas patatas asadas. ¡Ah! Que se me olvidaba… Las patatas asadas del Micota son espectaculares, muchísimo mejor que las fritas -que para mi gusto son muy mejorables-, ni punto de comparación.
La carne de entraña en su punto, aquí os dejo un primer plano francamente apetitoso. ¡Cuidado si leéis esto en horario de comida! ¡No es apto para hambrientos! ¿Dan ganas de hincarle el diente o no?
Llegados los postres… ¿Qué íbamos a pedir en el Restaurante Micota? ¿Cuál es su postre estrella marca de la casa? ¿Qué es lo que mejor saben hacer? ¡Sí! ¡Exacto! ¡La Fondue de chocolate Toblerone! Siempre deliciosa, siempre lista para mojar en su interior líquido y caliente los trocitos de fruta y bizcocho. La pedimos para tres personas y, nada más llegar a la mesa, cada uno eligió el color de su palillo y el resto es historia… ¡Ñam! ¡Ñam! Y más… ¡Ñam! Creo que siempre que vaya al Micota pediré la fondue de chocolate. Difícilmente otro postre la supera…
Por variar un poco pedimos un Pastel de tres leches para los cinco. La verdad es que estaba bien bueno: esponjoso y nada empalagoso. Se elabora con tres tipos de leche -como marca su nombre-: condensada, vaporada y entera. (Aunque yo sigo siendo fiel a mi “fondue chocolatera”).
¡Menuda cena! ¡Y menuda remodelación del local! ¡Hay que ver lo que ha cambiado el Restaurante Micota de Madrid en los últimos días! Nos tomamos unos cafés -que os muestra Ninillas en su sección- y después -ya que estábamos tan a gusto- unos cócteles. Yo me desmarqué un poco del resto y me fui directo al gin-tonic de G’ Vine Nouaison (el de la botella color gris plata, no el de la botella verde -Floraison- que suelo pedir siempre). Un 43,9% de sabor floral con tacto sedoso que no pierde ni un ápice de intensidad. Un gin-tonic con esta ginebra es un auténtico placer, por supuesto, con Fever-Tree. Resulta un broche de cena realmente infalible.
That’s all folks! No dudéis en regresar al Restaurante Micota y disfrutar de su nueva y vistosa decoración en primera persona. Nosotros disfrutamos de una cena digna de Cucharete y observamos todavía movimiento de cableado y arreglos durante nuestra estancia, prueba de que todavía van a cambiar más cosas en el local. ¡Ya nos diréis qué ponen nuevo! ¡Estaremos atentos!
Ninillas: Veinticinco años son muchos, y para un restaurante aún más, porque los tiempos cambian… y adecuarse a esos cambios no es tarea sencilla. Sin embargo, hay locales que le siguen “echando narices” al asunto y cada cierto tiempo se reinventan, sin dejar de lado su esencia, pero sí adaptando su espacio y su gastronomía a las nuevas modas, o mejor dicho, a los nuevos gustos.
El Restaurante Micota es un ejemplo claro de lo que estoy hablando. A poco que nos sigáis en nuestro periplo cucharetero, estoy convencida de que el nombre os sonará, pues el Micota ha realizado multitud de promociones con Cucharete dándoles siempre un toque original y muy, pero que muy Micota. Aquí hemos comido ricas fondues de chocolate, costillas a reventar, sardinas a la orilla del “mar madrileño”… ¡Y lo que queda por venir!
En su 25 aniversario, el Restaurante Micota ha decidido dar un paso más y ha realizado un cambio de imagen que abarca desde la mismísima puerta de su entrada, donde desde hace tres meses la calle Castelló dispone de una coqueta y tranquila terraza perfecta para las noches de verano, y para cualquier época del año, porque tienen intención de mantenerla abierta todas las estaciones.
Una vez traspasamos el quicio de su puerta no hace falta ser un lince para darse cuenta de que el Restaurante Micota ha cambiado su look, que no su esencia. Nos recibe una selección de cerámica portuguesa compuesta por objetos variopintos, pero todos enfocados al terreno gastronómico: chocolateras, mantequilleras “Michelín”, jarras, tazas, aceituneras… Con el aliciente de que si se te antojan… ¡Puedes comprarlas! A precios muy asequibles.
Damos unos pasos, unos poquitos nada más, y aquí el universo Micota se llena de luz y color, y de… ¡CERVEZAS!, muchas cervezas de importación. De todos los tipos, de todos los tamaños, y todas perfectamente alineadas y agrupadas según marcas, como si de un ejército se tratara.
Una propuesta amplia y variada, perfecta para aquellos que huyen de beber cerveza sólo para calmar la sed y buscan algo más. Eso, al margen de los que gustan de maridar las especialidades culinarias del Micota con exóticos lúpulos, y hacer su propio “Menú Micocervecero”.
Justamente enfrente de la exhibición cervecera luce su barra retroiluminada, donde preside de manera induscutible un grifo de Krombacher, cerveza alemana tipo pilsen -el tipo preferido por los consumidores germanos- elaborada con agua de manantial de roca, baja en minerales y de gran pureza. A mí personalmente me gusta mucho, no es excesivamente amarga y desprende un intenso aroma.
Pero si queréis beberos el fin del mundo, en la siguiente imagen os muestro la cerveza que tenéis que pedir. La Fin du Monde es una cerveza de triple fermentación. Esta rubia canadiense es del estilo de las triples belgas, aunque menos amarga y con toques picantes. Para mi paladar posee tal vez demasiado carácter, aunque reconozco que está muy equilibrada. Pero para gustos… se hicieron las cervezas, y en Micota hay donde elegir.
Por si ninguna de las que os he mostrado os ha convencido, podéis optar por la belga Stella Artois, la auténtica cerveza europea de color amarillo pálido de sabor intenso y amargo. O tal vez os decantéis por la Kwak, una cerveza muy especial no tanto por su sabor, sino por la copa en la que se sirve y la forma en que hay que beber de ella. Ya nos contaréis si esta dulzona cerveza de doble fermentación la sirven como mandan los cánones, que no hemos visto sus jarras especiales en las estanterías del Micota.
Es posible que tengáis las miras más altas, y entonces la Samuel Smith’s Imperial Stout es vuestra cerveza, bueno… la vuestra y la de los zares de San Petersburgo, de ahí su apelativo Imperial. Aunque si lo que queréis es hacer un maridaje perfecto con comidas ligeras… Entonces os recomiendo la cerveza de trigo Schneider Weisse Mein Blondes. En fin, que las tienen para todos los gustos y de todos los colores, hasta completar 20 marcas diferentes.
No os llevéis a engaño, en la estantería lucen esplendorosas, pero las que se consumen están en nevera a la temperatura adecuada. Lo que debéis tener claro es qué tipo de cerveza deseáis tomar y, de no ser así, siempre se puede optar por ir probando hasta dar con la indicada.
Continuamos con la tourné, dejamos a la izquierda la bodega, pasamos por la bóveda de ladrillo visto iluminada por graciosos farolillos y, de frente, casi reflectante, aparece una hamburguesa-vinilo que, sin duda, nos avisa de que la carta del Restaurante Micota ha incluido platos nuevos y, qué queréis que os cuente, nosotros los probamos.
La hamburguesa lleva una escolta muy especial, nada más y nada menos que unas botellas de Solar de Serrade, un vino albariño portugués que no he probado a día de hoy, pero que no creo que tarde mucho en hacerlo, seguramente en la próxima visita al Micota. Del multipremiado vino os habla Rayo en su sección.
El comedor del fondo -destinado a no fumadores- ha dejado atrás los tonos oscuros y se ha maquillado de un blanco casi inmaculado. Sigue con su reja central que divide la estancia en dos, haciéndola muy recomendable para cenas de grupos sin que éstos se mezclen entre sí.
Aunque cuando realmente se luce este comedor es en las horas centrales del día, cuando la luz entra a raudales por sus grandes ventanales y a través de ellos podemos contemplar el jardín central que antes no era visible. Sin duda, una mejora considerable, pues del comedor angosto de antaño, se ha pasado a uno mucho más luminoso y agradable.
Seguimos girando como la “Micoruleta del Micota“, pues lo que el restaurante no ha cambiado es su especial distribución, ya que todas y cada una de sus estancias se disponen alrededor de la cocina -que ocupa el espacio central- dando la sensación de estar en un local diferente dependiendo de donde te sientes y ahora, con la nueva decoración, esa sensación se ve aumentada. Así, del comedor principal pasamos a una zona llena de frescura, la misma que lucen las coloridas frutas y verduras de sus paredes.
Colores intensos de manzanas, guisantes, melocotones… van recorriendo la estancia creando un ambiente joven y actual, nada que ver con las paredes desnudas que dejaban esta zona un tanto desangelada. Ahora, en cambio, su imagen es totalmente distinta, y qué duda cabe que la mejora es indiscutible.
Bajando unas escaleras -y con ese sonido tan particular que producen los tacones al pisar sobre la madera-, llegamos al último comedor. Es el más recogidito, y no por tamaño, sino porque es el que a mí personalmente me resulta más acogedor. Aquí, un vinilo que hace el juego decorativo de lo anti-rústico, preside la estancia y deja claro de nuevo que a partir de ahora las hamburguesas van a tener un papel importante en la carta del renovado Restaurante Micota.
El Restaurante Micota tiene capacidad para 140 comensales distribuidos en sus distintos comedores, teniendo claro que el más grande es el de no fumadores y el resto de estancias son para fumadores. Cuenta con mesas modulares de dos con lo que, como podréis imaginar, las configuraciones posibles se amplían muchísimo, convirtiéndolo en un local perfecto tanto para cenas de pareja como para numerosas cenas de grupo o reuniones de amigos.
Las mesas se visten con un camino negro y servilleta de papel blanco, acompañadas por una cubertería muy apropiada para el tipo de cocina que ofrecen. Y para sentarse, varias opciones: bancos corridos, taburetes y su última adquisición, unas cómodas y modernas sillas estilo piel que ponen el puntito actual en las zonas en las que se ubican.
Yo creo que a poco hayáis echado un vistacito, os habréis dado cuenta del renovado y moderno espacio que el Restaurante Micota os presenta. Pero a mí de tanto subir y bajar, al tiempo que rodeaba, me ha entrado sed y para eso, nada mejor que unas cervecitas. Abrimos con tres “rubias” Te Deum -3.45 €- y dos Coronitas -3.50 €-. Respecto a las Coronitas debo añadir que su precio varía en función del número que se pidan, por unidades son a 3.50 €, pero se puede optar por pedir Cubetazos de 3 Coronitas a 9 € o de 5 Coronitas a 12 €, lo que supone un ahorro importante. Esta misma filosofía la proponen también si se desea cenar con un cocktail, por copas individuales salen a 6 €, pero si optáis por la jarra de 3/4 de litro -5 copas- su precio es de 9.50 €, y de 15.50 € para la súper jarra -8 copas-. Sin duda, salen más económicas.
Pero… vamos “al tajo” que la cervecita con sólido parece que entra con otra alegría. El Restaurante Micota nos ofrece una cocina de mercado a la brasa, pero no a cualquier brasa, sino a la que brinda el carbón de encino. En su propuesta se entremezclan la gastronomía gallega y mexicana a partes iguales. Su carta se estructura en secciones como: Para Picotear, Primeros, Ensaladas de la casa, Las Picotas -tortas de pan gallego-, Carnes a la brasa -que se sirven al peso-, sus famosos Colgados, Pescados -según mercado- y Pucheros o Fondues. En ellas se ven reflejados platos procedentes de latitudes tan diferentes como la gallega y la mexicana, poniendo en algunas de esas recetas tradicionales el particular toque Micota.
Por supuesto, de Lunes a Viernes al mediodía disponen de un variado menú del día a 9.80 € que consta de 10 entrantes y 10 principales, eso al margen de las sugerencias del día y de la posibilidad de optar por otros platos de la carta por unos eurillos más. En lo referente a los menús de grupo, el Restaurante Micota no ofrece menús como tal, sino que ofrece completísimos “Planes”, así es como los denominan. Cuentan así con un Plan “a toda leña” a 25 €/personas, otro “a la Brasa” a 27 €/persona, pasan de ahí a un “para ponerse Morao” a 28 €/persona y finalizan con un “como el Kiko” a 30 €/persona. Y digo finalizan, porque estos son los “planes” que ellos tienen pensados, pero no tienen inconveniente en elaborar uno totalmente personalizado que se ciña a tus necesidades.
Os dejo con la cestita del pan -0.85 €/persona-, que por cierto está riquísimo, lo traen a diario de Galicia -en concreto de Lugo-, y nos ponemos a cenar a la voz de… ¡Ya! ¡Comenzamos!
Abrimos con este fantástico Pulpo con queso San Simón gratinado. El San Simón es un queso lucense elaborado a partir de leche de vaca y que curiosamente es ahumado en madera de abedul, tiene un sabor suave pero al mismo tiempo con carácter, y resulta muy cremoso y poco graso. Yo ya lo había comido en muchas ocasiones, pero así… así no, y me llevé la sorpresa de mi vida, porque está riquísimo. El plato en sí es como un “pulpo á feira”, sólo que va gratinado con el queso San Simón, y el pimentón se espolvorea por encima de él. En serio, uno no puede ir al Micota y no probarlo.
Y qué me decís de esta contundente y generosa Ensalada de Picos con langostinos. Ya os lo digo yo, es tremendamente aconsejable. Llevaba lechuga, puerro, zanahoria, tomate, maíz, langostino, picatostes ligeramente picantes y salsa rosa. Lo dicho, si estáis a plan, no os la podéis perder y si no, pues qué queréis que os diga, es perfecto como entrante.
De la sangre mexicana que corre por las venas del Restaurante Micota llega este Quesadillón con cebolla caramelizada, novedad en su nueva carta. Yo ya los había probado de queso y chorizo, de queso y champiñones, de queso y pollo, de… Bueno, yo creo que los he probado casi todos porque siempre pido quesadillones, pero éste con cebolla caramelizada me sorprendió, sobre todo al mojarlo en las salsas de pico de gallo y martajada -reducción de tomates maduros con orégano y jalapeños- que lo acompañaban. En el otro cuenco venían unos nachos caseros con frijol refrito, también muy ricos.
La nota desengrasante la puso esta Parrillada de verduras que os presenta Mario. Berenjena, calabacín, calabaza, pimiento rojo y verde, y encima de todo queso de cabra. Reconozco que el queso muy dietético no es, pero qué bien le sentaba a las verduritas.
Continuamos con los Nachos braseados, otra de las viandas obligadas en el Restaurante Micota de Madrid. A mí me encantan estos nachos porque con caseros y les dan un último calentón en el horno que los dejan súper crujientes, eso sí, hay que comerlos calentitos porque si no pierden su encanto. Pues bien, los nachos los sirven con queso fundido por encima, o mejor dicho, cuatro quesos: edam, mozarella, cheddar y gouda. Bañado todo el conjunto por pico de gallo y jalapeños. Pero por si esto no es suficiente, se acompaña por dos cuencos más: uno de salsa martajada y otro también de pico de gallo -salsa a base de cilantro y chiles jalapeños-.
En la siguiente imagen os muestro la nueva súper Hamburguesa del Micota, buena carne de vacuno, en este caso servida con queso de cabra y frutos secos. La hamburguesa se sirve sola con tomate, lechuga y patatas fritas o cocidas -según el gusto-, y el resto son extras. Pero el tema no es ése, si no cómo estaba la hamburguesa, porque reconozco que yo la vi ahí tan gorda, tan mazacote… que pensé: ¡Dios mío! Esto no se va a poder comer. ¡Gran error! La hamburguesa estaba que se salía, la carne muy tierna. ¡Se comía sola!, bueno, sola no, abriendo bien la boca, porque a pequeño que sea el trozo el bocado es grande. Lo dicho, estaba rica, rica.
Ahora bien, ir al Restaurante Micota y pedir un colgado es todo uno, al menos en nuestro caso. En esta ocasión cayó un Colgado de ternera, acompañado como siempre por el pan tumaca y unas patatitas cocidas. No me cansaré de repetirlo, os aconsejo que nada más llegar el colgado a la mesa lo bajéis con cuidado al plato de barro para que no se enfríe, sé que queda muy mono colgadito, pero al menos yo prefiero comerlo calentito.
Teníamos el estómago lleno, pero aún así no nos pudimos resistir a los postres. El Restaurante Micota ofrece 12 postres -caseros en su mayoría- con unos precios que oscilan entre los 4.15 € y los 5.50 €. De entre todos ellos la estrella indiscutible es la Fondue de chocolate elaborada con auténtico chocolate Toblerone y acompañada con bizcocho casero y fruta de temporada. Para mí es insuperable, y eso que no soy muy chocolatera, pero eso de meter el trocito de fruta fresca en el chocolate calentito me pierde, no lo puedo evitar. Así que, eso es lo que pedimos, una fondue de chocolate para tres.
El otro postre que llamó mi atención y que finalmente pedimos en nuestra comanda fue el Pastel de tres leches, estaba muy esponjoso y no me resultó empalagoso, en un principio pensé que llevaría dulce de leche, por el nombre más que nada, pero no, se elabora con leche condensada, vaporada y entera. Lo recomiendo.
Tras los postres, acompañamos la sobremesa con unos cafés y alguna que otra infusión, todos a 1.50 €, pero ahí no quedó la cosa, porque nos encontrábamos muy bien en el Micota y decidimos alargar un poco la velada.
Para ello, qué mejor solución que pedirnos unos cócteles. Podíamos haber optado por pedirnos una jarra de un cóctel -que salían más económicas-, pero no conseguimos ponernos de acuerdo y cada uno pidió el suyo -todos a 6 €-. Un mojito, una caipiriña, una margarita, un torito -ron, cerveza y granizado de limón- y Rayo se decantó por una G’ Vine -os habla de ella en su sección- con Fever-Tree a 13.50 €.
Así, sin prisa, pero sin pausa y con una sensación muy, pero que muy agradable, nos marchamos del renovado Restaurante Micota, no sin antes echar la vista atrás y darme cuenta de lo que había sido antes y el local acogedor y moderno en el que se ha convertido hoy. Me gustó el nuevo Micota, misma esencia, pero nuevo look y, si antes lo frecuentaba con asiduidad ahora ya no tengo disculpa. Lo veré en breve, no lo dudéis.
Cucharete: A mi equipo siempre le gusta volver donde los han tratado bien. En esta ocasión, se encontraron con un Micota renovado y muy actual en el que volvieron a degustar sus enormes brochetas de carne: ¡Los “colgados”! ¡Hechos a la brasa de carbón de encino! Sin olvidar la siempre atractiva fondue de chocolate Toblerone para cerrar la cena. Un restaurante pensado para ser disfrutado en grupo, celebrando todo lo celebrable, y además… ¡A muy buen precio! Mi equipo cenó por 24 €/persona, cinco personas con 3 entrantes, 4 platos principales, 2 postres (uno de ellos para tres personas), 1 agua, 4 cafés y una infusión. A lo que habría que añadir 10 cervezas -a 3.50 cada una €-. Los 4 cócteles y el gin-tonic sumaron 37.50 € más.
Su distribución, con multitud de espacios diferentes. Su nuevo look después de los 25 años que lleva funcionando, manteniendo su esencia. El amable trato del servicio. Sus cócteles -incluido su precio-. Sus vistosos “colgados” -brochetas verticales de 60 cm. de largo-. Sus nachos braseados caseros. Sus fondues -en especial la de chocolate-. Sus nuevas súper hamburguesas de 300 gr. de carne de vacuno. Las 20 referencias de cervezas de importación. Su fantástico pan de Lugo -del que se venden barras a los viandantes en la barra-. Sus exclusivos, divertidos y completos “planes” para grupos. Sus brasas de carbón de encino. Aceptan cheques de comida.
Los taburetes en alguna de las estancias -muy vistosos pero no excesivamente cómodos-. Los baños necesitan una reforma.
3,5
67 comentarios a “Micota (2010)”
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Allá vamos esta noche un grupito de 5 amigos a probar esas hamburguesas a parte de todo lo demás ya os contaré la experiencia.
gracias por vuestra super página!! me encanta!
Cenita de lujo por menos de 24 €xperona
muy buenos los platos que comimos
pulpo,colgados de carne, espectaculares, buena carne,
y mejor aun las hamburguesas
me encantaron
de ahora en adelante ya tengo otro nuevo restaurante donde ir
gracias cucharetes
La comida está bien preparada y traía bastante cantidad para lo que se suele ver por esa zona. El servicio fue bastante rápido y muy amable. Ideal para ir en grupo
Nos hemos reunido 16 personas para celebrar un cumple y lo hemos pasado muy bien: el menú variado y muy rico, las brochetas sabrosas y bien surtidas y los postres riquísimos: mención especial para la fondue de chocolate Toblerone. Es un postre que siempre repito y recomiendo. Muy bien todo. Muchas gracias
La atención al cliente por parte de sus empleados es muy buena. La comida fenomenal. Nos quedamos con ganas de probar algo mas asi que volveremos. Gracias
Menudo jartón de carne! Me lo apunto para la proxima vez que quiera taponarme las venas, aunque lo que es la digestión la hubiese hecho con esa g’vine aderezada con lima y mezclada con una deliciosa schweppes, mixer ideal y además digestivo. Muy buenos consejos en este blog!
A destacar el servicio encantador atento y amable, y una comida divertida de calidad. Los menús diarios causan sensación por su precio, compuesto éste por platos seleccionados de la misma carta, pero a precio de menú diario. Me gusta mucho recomiendo no perderse la fondue de toblerone
De paso por la zona fui a este restaurante, lo recordaba por vuestras recomendaciones y al entrar me quedó claro que había posibilidades de comer bien, estaba a tope, buen síntoma. Me pedí la una cazuela de queso con cebollas caramelizadas y una parrillada de verduras con queso de cabra, de beber opté por un vino alvariño que me adelantaron me gustaría y vaya que me gustó, que además de las tres copas que me bebí compre una botella para llevármela a casa.
Volveré al Micota, salí convencido de que se come bien y el sitio me gustó.
Ha sido una agradable casualidad. Hacía tiempo que no probábamos un salmorejo tan parecido al que yo mismo hago, la brocheta que llaman colgado de pollo maravillosa y nada de escasez. Nos habéis demostrado una muy buena calidad y presentación por poco más que un menú.
Muy buena hamburguesa, sitiomuy recomendable!
Joe esto es lo que yo llamo un vegetariano en toda regla …. que farta de carne … la proxima vez que pase por madird hago una parada para jartarme de hamburguesas
Buena calidad y mejor servicio. Quizá por poner un pero, la carne un poco fría para mi gusto, pero lo solucionaron enseguida.
Resaltaría de forma espectacular el trato recibido por el servicio y sobre todo su excelente cocina. Muy buenas hamburguesas y buenos nachos. No lo dudeis!!!
Anoche estuve con mi pareja y un amigo aprovechando la oferta de la hamburguesa y la verdad es que prácticamente tuvimos que salir rodando por la puerta. Pedimos la ensalada césar de pollo y una mediterránea; muy ricas ambas y bastante contundentes. Las hamburguesas nos gustaron bastante y los postres (la tarta de tres leches y una mousse de limón) exquisitas, sobre todo la primera. El mojito muy bueno. El servicio muy rápido, simpático y atento. Por unos 20€ cada uno cenamos como reyes y quedamos muy satisfechos, aunque se nos fue un poco la mano con el presupuesto xD.
Espacio muy agradable, simpatia de los empleados y buena relación calidad/precio
Nos gustó mucho este lugar, fuimos por lo de la tapa de la viña y nos informaron de la promo de este blog y gracias a ello nos enteramos de la posibilidad de aprovechar la promoción para probar las hamburguesas, deciros que estan buenísimas, además son muy majos quienes nos atendieron en todo momento, nos atendieron muy bien.
Un trato fenomenal fue el que recibimos por parte del personal que nos atendió. La comida nos gustó mucho y en especial las hamburguesas y el pescado al horno que nos sirvieron exquisitos ambos.
Un saludo.
Es un restaurante que esta bien acondicionado y limpio. El menú que ofertan tiene gran variedad de platos para elegir, buena presentación de los mismos, la hamburguesa de ternera y el pulpo con queso un 10, nos sirvieron rápido y lo mas importante, volveremos a repetir
Me ha gustado, comimos bien y fuimos atendidos con mucho mimo por parte del camarero. Tomé unas mazorcas con mantequilla y después un bocata de pollo a la parrilla riquísimo, por último tomamos la funde de chocolate y me encantó, de hecho volveré con mis amigas la semana que viene a celebrar un cumple. A mis padres también les gustó la carne que tomaron.
Hemos ido 6 perosonas a celebrar mi cumpleaños esta semana ya que aqui habia leído muy buenas críticas y deciros que fue un desastre,la carne superpasada y eso que la pedimos muy poco hecha,cuando(despues de 20 minutos)la traen de nuevo estaba fria de la nevera y su excusa era que el cocinero estaba de vacaciones.
Pedimos unas bebidas y acabamos de comer antes de que llegasen.
es verdad que nos pidieron disculpas varias veces pero al final nos fuimos 3 de los 6 sin cenar,lo único bueno las hamburguesas.
Una decepción total.No sé si es que tuvimos mala suerte pero yo no lo recomendaria para nada y menos para una celebración, yo me fié de las criticas de aqui y estropeé la cena de mi cumpleaños.A ninguno de los 6 nos gustó.
un saludo
La primera vez que una recomendación de cucharete me desencanta. Desilusión, la hamburguesa ya estaba hecha y lo único que hicieron es recalentarla la carne malísima muy seca…vale es gratis pero no merece la pena. Además de la hamburguesa, pedí una crema de puerros (muy bueno) y un “sorbete” de limón malísimo todo 14€…
No volveré.
Ayer estuvimos ahí comiendo y nos gustó mucho, a pesar de que estaba lleno fuimos bien atendidos, las hamburguesas exquisitas y además tome una ensalada cesar con langostinos que igualmente me gustó. La decoración del local es bonita y me atendieron muy bien, gracias cucharetes por el tip.
Destaco sobre todo el servicio. En pocos sitios te dan un trato tan cercano y cuidadoso. Han estado pendientes de nuestra satisfacción constantemente. Además la relacion calidad precio es muy buena.
La carne a la parrilla es muy rica yo tome el colgado y prove el entrecotte muy bueno igualmente los nachos estupendos y destaco la amabilidad de todo el personal gracias por la recomendacion
Comida sencilla y de materias primas buenas… Muy buen servicio también.
Volveremos a por la hamburguesa gigante, la vimos en la mesa de al lado y tiene una pinta buenísima.
He estado el viernes cenando en este restaurante y la verdad los hay bastante mejores!!!!!las patatas fritas estaban negras y sabian como si hubieran sigo cocinadas con aceite de camión en cuanto a los precios tampoco son tan baratos ya que por unas tostadas te sacan 7.85 euros…….
La carta un poco escasa, el ambiente aceptable y el personal nos atendio un camarero que no se le entendia al hablar y encima te hablaba de lado con los cubiertos empuñados……
La comida estaba buenisima sobre todo la picota de langostinos.BUENISIMO!!
Pero un detalle a mejorar: Cuando te pides la hamburguesa con queso le ponen encima pipas de girasol y calabaza sin preguntarte y hay mucha gente que es alergica (mi mujer sin ir mas lejos)
Y a la hora de darnos la cuenta tuvimos que rectificarla 3 veces!!
La 1ª porque sencillamente era otra
La 2ª porque venian cobradas las hamburguesas gratis
Es un detalle pero que deberian cuidar mas.
Pero la calidad de la comida realmente buena.
Enhorabuena ahh y los camareros muy simpaticos.
Cenamos de maravilla habiéndonos dejado recomendar primero unos nachos exquisitos y abundantes, después pulpo a la brasa y pato confitado, muy buenos ambos, de beber sangria y un par de mojitos. Pagando menos de 40 euros con cafés y un trozo de tarta de chocolate deliciosa el lugar nos gustó mucho y fuimos super bien tratados. Gracias cucharetes.
Empezaré diciendo lo que me gustó más que fue la comida. Tomé pulpo con queso gallego riquísimo, nunca antes lo habia tomado y además de resultarme exquisito es muy original. Después pedí un entrecot y la carne era de buena calidad quizás no debi de pedir uno tan pequeño ya que me quede con algo de ganas de haber pedido uno mayor, quizás de 400 grs. De beber tomé una cerveza que me encantó, la Tedeum, muy sabrosa y armonizada, va bien con la cocina de este restaurante, y de postre nos recomendaron tomar el especial de Micota que ya habiamos visto en las fotografias que publicasteis, está tan rica que solicitamos más, buenisima!!!
El precio me pareció más bien económico, ya que no llegamos a los 28 € con cafés y un par de copas. Seguro que repetiré, nos gustó el Micota.
Servicio excelente. Comida sabrosa y bien presentada. La super hambuergesa deberia estar mas cocinada por dentro El mojito necesita mas azucar. Su precio me ha parecido un poco excesivo en algunos articulos. (agua, 2€!!) Pero en general, un local excelente y totalmente recomendable. Un saludo
Me llevó mi hemana que trabaja por la zona de Goya, ya que lo conocía y al decírmelo recordé haber leído vuestro reportaje y allá fuimos con varios amigos. La experiencia deciros que fue buena ya que hemos cenado bien y nos gustó el sitio y el servicio. Lo más memorable sin duda alguna el pulpo con queso, delicioso, además tomé un entrecotee que estuvo muy bueno. Seguro que de ahora en adelante repetiré, puesto que me gusto micota.
Se me olvidaba contar que a mi novio también le gustó el pato confitado y deciros que está buenísimo.
Impresonante el sabor de las carnes por las brasas de encina. La hamburguesa de 300 gr para ir con hambre. Trato muy amable y bonita decoración. Otro dia probaremos los cócteles que tenían buena pinta. Repetiremos.
Nos ha gustado la hamburguesa y los demás platos que comimos, con especial referencia la ensalada césar con langostinos, la cual nos pareció mucho mejor preparada que en otros sitios, y la pido siempre. El lugar es agradable y el servicio muy amable, chao.
La comida es excelente, el pan algo caracteristico recien horneado, cada vez me gusta mas, aparte del trato que nos dan que es magnifico, si vais os recomiendo la hamburgesa la picota de ternera y el colgado y la fundy de chocolate mmmm
Un fracaso total, la vajilla sucia, la comida malísima, me pareció un absoluto
palabra no permitiday lo peor es que llevé a 23 amigos. Horrible, bueno de verdad no tengo palabras.Nos gustó mucho la comida y nos atendieron bien. Yo lo recomiendo, sobre todo no dejéis de probar el pulpo con queso que tienen y las hamburguesas caseras esas gigantes, están ricas y se nota el sabor a parrilla de carbón, con eso es con lo que ganan mucho respecto a las de otros sitios.
Atraidos por vuestro artículo hemos ido al Micota el pasado f de semana dejando nuestra impresión sobre este restaurante donde nos han atendido amablemente y con profesionalidad. El servicio es próximo y cálido ¡¡chapoo!! la comida nos ha gustado mucho. Yo tomé una crema de zanahorias y probé queso con pimientos padrón exquisitos.
Después me pedí un salmón a la parrilla que me encantó y de postre una tarta de queso deliciosa, de beber bebimos sangría. Ya he reservado para volver esta misma semana, lo cual deja claro que este sitio me convenció. Gracias por la recomendación, seguir dándonos artículos de lugares como el Micota.
A mi entender a este restaurante le doy un sobresaliente. La comida es buena, el servicio eficaz y el ambiente agradable, más bien gente joven aunque en la mesa de a lado había personas mayores..
Me pedí una crema de zanahorias la cual me supo a el típico plato casero y bien cocinado. Después opté por una hamburguesa de ternera la cual estubo muy buena con unas patatas fritas exelentes insisto en plan casero. Salí muy contento.
Cenamos estupendamente: la carne a la parrilla… los colgados a la brasa… estupendos. Y antes una fondu de queso que también nos ha gustado mucho. De beber disfrutamos de un vino Alvariño del norte de Portugal que no habíamos probado nunca antes y nos encantó, tanto así que nos vendieron una botella para llevarnosla a casa.
Destaco que fuimos muy bien tratados y que la calidez del personal que nos atendió fue exquisita, por lo que lo recomiendo y seguro volvere pronto.
hemos quedado muy satisfechos por la cena de empresa de este año que celebramos en micota la semana pasada. la comida muy rica y abundante y el servicio atento, un poco justillos de espacio eso si pero mi valoracion es muy buena. felices fiestas a todos los cucharetes.
no lo conocia me ha encantado cenamos aqui con los compañeros de trabajo y fue estupendo eso si un ambientazo estaba a reventar la comida sabrosa y super abundante nos atendieron estupendamente y rapido a pesar del insisto gentio que habia lo que mas me gusto fue el colgado una brocheta que me pusieron de tamaño gigastesca pero me la comi entera de lo buena que estaba quede a reventar..
Las hamburguesas son inmejorables y la fondue de quesos también estuvo muy buena. Me gustó el sitio y el precio que pagué no fue alto, más bien económico, tomando en cuenta que son muy amables.
Gracias por vuestro esplendido servicio y atención hemos cenado muy bien la carne de buena calidad y rica los postres deliciosos he quedado muy bien con la gente de la empresa que me acompaño ya que fui yo quien organizo la cena de navidad este año habéis ganado muchos clientes que no os conociamos
Me gustó este restaurante al igual que a toda la familia, no lo conociamos y dado a que fui a cenar la semana pasada con la gente de mi curro repetimos ayer con mis hijos y mi mujer. Tomamos la fondue de quesos y colgado de carne y de pollo, también los nachos que estan buenísimos, los postres también nos gustaron, sobre todo el pastel de queso. Felices fiestas cuchareteros.
Yo cené el día 10 de diciembre el menú “COMO EL KIKO” para celebrar con mis amigos la Navidad. La verdad es que el menú no pudo ser mejor y el nombre lo define a la perfección. Yo me pedí el Solomillo de segundo y estaba super tierno y en su punto y mis amigos la brocheta y terminamos todos llenísimos, pero hicimos un huequito para la deliciosa fondue… Sin palabras…
Lo único negativo a destacar es que nos trasladaron de una mesa a otra para tomar el café y el chupito y además aunque estabamos en la zona de fumadores nos dijeron de repente que no se podía fumar…
Bueno de verdad la carne estupenda el lugar bonito y lo mejor el Servicio repetiremos muy pronto
el dia 23 diciembre cuatro devoradores fuimos a cenar, pedimos el menu como el kiko que aparte de toda la comida, lleva una botella de vino de la rioja reserva tamaño magnun (litro y medio) para cada dos y una jarrita de medio litro del cocktail que quieras ( yo pedi margarita), despues chupito de la tierra, y con el animo nos tomamos 2 copitas …
salimos patas arriba de lo bien que cenamos, tanto calidad como cantidad.
Para repetir seguro
Celebré mi cumple este find en micota y me agradó tanto el servicio como los platos que pedimos. Tomamos ensalada César y cazuelita de quesos con chorizo. Despues pedimos carne a la parrilla, que estaba riquísima y tiernita, y después tomamos postre especial, que era una tarta de chocolate casera de verdad, mmmmmm con velitas y me corearon el cumpleaños feliz!!!!!!
Lo recordaré con cariño, me senti muy bien gracias.
La decisión fue de un amigo que lo conocia y me invitó a comer. Me había comentado que se comía bien por un buen precio. Tomamos lo que él mismo eligió: Un Pulpo con queso gratinado riquísimo y un kilo de lomo alto a la parrilla que nos encantó igualmente. De beber pedimos un riojita de nombre Muriel muy rico y para una magnifica digestion, ginebritas con tónica.
Resumen: Buen lugar para comer sin tener que afrontar una factura de escándalo.
Ayer domingo le tocó el turno al restaurante Micota del cual salí francamente decepcionado. Llegaba allí guiandome por la experiencia de mi pareja la cual estuvo allí un día laborable y reconoció que la experiencia fue notablemente mejor. La mesa en la cual nos colocaron estaba en un pasillo estrecho, frente a la cocina (con el consecuente bullicio que ello genera) y justo trás nosotros se encontraba un aparador el cual albergaba la cubertería y vajilla el local por lo que el paso de todos los camareros del local era obligado allí. No hubiese tenido importancia si no fuese por que allí, a plena vista de los comensales, se encontraba una banasta la cual utilizaban para almacenar todos los platos sucios y con restos de comida de los comensales que allí nos encontrabamos, una visión, en mi opinión, francamente desagradable cuando de comer se trata.
El servicio justito, atento pero sin más.
La comida…. algunos platos se nota que saben prepararlos (como puede ser el caso de la quesadilla y las hamburguesas) pero otros como el pulpo asado (correoso) y el arroz con buey de mar (totalmente insipido y con el animal totalmente destrozado y su concha astillada por todo el plato) queda muy lejos de una grata experiencia.
Indudablemente a quien le guste la cerveza (nuestro caso) allí dispone de una amplísima variedad para su disfrute.
Mi experiencia a sido decepcionante, primero por la ubicación de la mesa (creo que “aprovechar” un pasillo estrecho frente a una cocina bulliciosa para colocar trés mesas es arañar unos eurillos a costa de la comodidad de los clientes con el consecuente deterioro de su imagen). Segundo la elección de los platos no ha sido la correcta, si bien las carnes a la brasa es su fuerte otros platos (como el caso del arroz el cual me lo recomendó nuestro camarero) queda muy muy lejos de una correcta preparación.
En conclusión un restaurante que me deja a medio camino entre una estrepitosa huída y las ganas de volver para darles otra oportunidad……
Nuestra experiencia plenamente satisfactoria en Micota me hace escribir estas palabras con el fin de dejar constancia de lo maravillosamente que hemos comido. Primeramente tomamos una parrillada de verduras y ensalada césar con langostinos, ambas muy bien presentadas y buenas de sabor. Después yo tomé carne a la parrilla, en este caso un lomo alto, y mi acompañante salmón, ambos platos nos gustaron, y de postre un pastel casero de chocolate y dos cafes. De precio no superamos los 40 € con una botella de vino incluida, francamente muy bien. Gracias cucharetes por la recomendación.
Después de varios días de haber estado dejo hoy mi comentario u opinión sobre este restaurante en el que celebré recientemente una buena noticia con unos amigos. Tomamos unas hamburguesas a la parrilla buenas de verdad y pinchamos algunas otras cosas mas que también nos gustaron, junto con varias rondas de cervezas de importación, genial sobre todo la variedad que ofrecen. El trato fue correcto y el lugar esta bien ambientado. Ahora iré más a este restaurante ya que empezaré a trabajar por la zona, así que nos veremos por el Micota..
En general todo fenomenal, el detalle de las patatas fritas caseras impresionante, pero tenéis que poder kepchup no podéis ponerlo de sobrecito, queda mal. El quesadillón, la hamburguesa y el guacamole muy bien, aunque en el guacamole la base principal tiene que ser el aguacate y no la cebolla, felicidades.
Espléndida la comida, el ambiente y el trato de los camareros. Un lugar para estar y disfrutar. Me encantó y volveré siempre que pueda
lo mas destacable la comida yo tome lomo a la parrilla buenisimo y tambien prove el papillote de merluza muy bueno
a mejorar deberian vestir las mesas ofrecer servicio de copas, en resumen merece mas atencion este aspecto ya que se come muy bien
y esos detalles acompañan.. dejo me comentario constructivo pero insisto el micota muy bien.
El servicio es estupendo el personal no puede ser mas encantador y la comida me encanta y eso que fui por mi novio que le encantan sus hamburguesas y a mi no me gustan y ahora estoy enganchada a sus hamburguesas porque la materia prima es de primera y me la sirven como yo quiera . Lo recomiendo a todos
He estado este fin de semana y he ido a comer al Micota, y la verdad es que está fenomenal. La comida está rica, bien presentada, agradabe, limpio, buen servicio. Buena relación calidad-precio. No tiene perdida y está céntrico. Los platos están bastante bien presentados y tienen cantidad. En la parte de arriba se está muy agradable, entra una luz muy rica, que en invierno se agradece bastante. Es recomendable ir temprano, sino te quedarás sin cenar. El primer intento fué de cena pero en vista del éxito, fuimos al día siguiente a comer, a esa hora sin problema. Creo que es más complicado ir a comer que a cenar …Desde luego es parada obligada.
El servicio atento y agradable; el lugar muy acogedor (aunque pasamos un poquito de frío al lado de la ventana nada mas entrar); el primer plato no tardó ni tres minutos y estaba muy bueno; el segundo plato y el postre tardaron un poco más, pero también muy buenos. La tarta de queso, mejor que la de la mayoría de los sitios. Me parece un buen sitio al que volver.
La verdad que a mi gusto ha estado todo fenomenal, tanto el trato del personal, como la cantidad y presentación de los platos, si a caso por comentar algo hay mucha gente que vamos con bebe y ahora con la ley antitabaco más, un cambiador, pero al modo comentario puesto que el sitio esta fenomenal y aun sin cambiador repetiremos seguro.
Es muy agradable cenar el restaurante es bonito y la atencion
Personalizada y muy cordial tomamoslla fondue de carne
Y una ensalada de espinacas muy bien todo inclusive la musica
Hemos acertado para celebrar nuestro reencuentro gracias cucharetes
Muy buena calidad y sabor de todo lo que hemos tomado. La fondue de chocolate es muy escasa en cuanto a la cantidad de frutas, sobraba mucho chocolate.
fuimos el dia de san valentin, y fue un servicio perfecto,el personal fue super cortes y muy amable.salimos muy satisfechos.gracias por una velada perfecta salimos encantados y de precio nos parecio mas que razonable
comida a buen precio y camareros muy amables quizas un poco lento el servicio aunque justificado ya que estaba lleno y pedimos arroz con pulpo lo cual justifica la espera nos gusto mucho nunca lo habiamos tomado preparado a la brasa y en verdad que esta bueno
el ambiente muy agradable gente joven y familias con niños aunque no habia mucho ruido pudimos disfrutar de buena musica. gracias por la recomendacion
Pasamos un buen rato, fuimos con nuestra hija, de 2 años, y el trato fue estupendo y comprensivo hacia sus travesuras. La comida riquísima, seguro que volveremosa repetir!
comimos estupendamente y la hamburguesa a la parrilla estubo para repetir espero que muchas veces tambien me llamo particularmente la atencion la tarta de tres leches esta buenisima mm
Terminamos comiendo en Micota por pura casualidad, pero la verdad es que la comida resultó deliciosa y por un precio estupendo!!
Lo único que no me gustó fueron esos taburetes que te matan la espalda y de los que no te puedes librar porque no hay otra cosa…. y las mesas tan pequeñas que no cabían los platos. Entiendo lo de la optimización del espacio, pero habría que tener en cuenta unos mínimos….
Fenomenal la comida y las alitas muy ricas en especial
El restaurante chulo y un Díez al servicio da gusto ser bien tratado
Volveremos y traeremos a los amigos seguro les gustara
hasta arriba nos hemos puesto
las alitas de pollo exxquisitas las ensaladas =
los camareros muy enrrollados y el sitio agradable
una buena recomendacion cucharetes, gracias por la recomendacion