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San Bernardino, 13
Madrid (Centro)
Plaza de España
91 541 07 17
35 - 45
Únicamente cinco meses lleva abierto en pleno centro de Madrid este genial rinconcito gastronómico que promete alzarse con un hueco distinguido entre la moderna restauración madrileña. El Restaurante Treze puede presumir de una cocina de mercado estacional elaborada con excepcionales materias primas y ofrecerla a sus comensales en un espacio exclusivo y recogido. Dispone de un comedor -en el que se permite fumar- con capacidad para únicamente 24 comensales, así como de un reservado en la planta inferior para 12 personas. Además de las entradas de su carta ofrece un reconocido Menú Degustación de 40 €/persona -y un Menú del Día a 19,50 €-, sin olvidar diferentes Menús de Grupo que comienzan en los 35 € y que pueden ser encargados a medida del cliente. Su horario de apertura es de 13:30h a 16:00h y de 21:00h a 23:30h. Cierra los Lunes todo el día y las noches de los Domingos y los Martes.
5,0
Rayo: Sencillamente… ¡Exquisito! Con ese adjetivo podría plantar “la pluma” y dejar paso a las imágenes sin más, pues define perfectamente el momento que viví en el Restaurante Treze de San Bernardino, 13 -obviamente, no podría localizarse en otro portal-. La cena cucharetera de nuestra última visita gastronómica madrileña resultó ser excepcional, tuvimos la suerte de poder descubrir uno de esos locales que merecen triunfar por todo lo alto y que logran seducir una y otra vez los paladares de todos sus comensales. Restaurantes como el que nos ocupa adquieren el máximo reconocimiento de su variada clientela y, sobre todo, no defraudan ni una sola vez. ¡Todo un 5 Cucharetes! ¡Veámoslo de cerca!
Amigos y conocidos ya nos habían avisado de que nos íbamos a encontrar con un restaurante de bandera cuando les dejamos caer que probablemente sería el objetivo de nuestra próxima visita: excepcionales materias primas, excelente precio, y atento servicio -nadie se desvió de esa información-. Por lo que nuestra “inspección” era inminente, pues no existe nada más placentero -gastronómicamente hablando- que tropezarse con un flamante “5 Cucharetes” en pleno centro de Madrid. ¡Una cena para el recuerdo!, que desde hoy mismo queda grabada en nuestro paladar.
Al Restaurante Treze puedes ir aunque padezcas triscaidecafobia -miedo irracional al número 13- porque te curas allí mismo de golpe. ¡Te lo garantizo! Las supersticiones y fobias desaparecen, y además te dejan muy buen sabor de boca. Puedes ir incluso los Martes -trezidavomartiofobia- o los Viernes -paraskavedekatriafobia-, pues también funciona… Si es que, con lo bien que te atienden, lo bien que se come, y lo a gusto que haces efectiva la factura… ¡Resulta el restaurante perfecto!
¡Cuánta fuerza lleva esa “Z” en su nombre! Pues cambia completamente el resultado de su significado: El número trece puede ser considerado un número “malo”, en Madrid no existe la línea 13 de autobús, al igual que muchos rascacielos alrededor del mundo no disponen de planta 13, sin olvidar que el número 13 del tarot significa muerte y, como muchos recordaréis, el Apollo 13 fue el único de los Apollos que no consiguió alunizar. Pero el “TREZE”… ¡El treze es otra historia! El Treze es un restaurante magnífico, el Treze es un lugar que no defrauda, el Treze es, sencillamente… ¡Uno de los mejores restaurantes de Madrid! -Y el que no se lo crea que vaya a comprobarlo por sí mismo-.
La ubicación en la que se encuentra el Restaurante Treze fue utilizada en el pasado por “zetas” de renombre -el estrellado Michelín Zaranda y su posterior “hijo” Zorzal-, pero… ¿Qué mantiene esta nueva denominación respecto a sus antecesores además de la prestigiosa “Z” en su nombre? Pues una cocina a la altura de sus precursores con unos precios mucho más comedidos, tanto en sus platos como en su cuidada carta de vinos. Comer o cenar en el Restaurante Treze de Madrid por unos 35-45 € por persona es un auténtico lujo. Después de haber visitado docenas y docenas -y más docenas- de restaurantes desde que comento mis experiencias personales en Cucharete, considero al Treze como un oasis gastronómico que destaca entre la arena restaurantil madrileña. ¡Me encantó! ¡Y eso se nota desde ya! Y más que se va a notar a lo largo del artículo…
Este pequeño rincón próximo a Plaza de España -obra del interiorista Tomás Alía-, resulta ideal para escaparse del bullicio y relajarse con buena compañía y buena mesa. Ya habréis echado un ojo a las fotografías, es ideal tanto para una reunión de empresa como para una cena de amigos, o para un aniversario romántico en el que el ambiente y la cocina estén a la altura de las peticiones más exigentes.
Tras las antiguas y representativas columnas de fundición, se dejan ver mesas inmaculadas vestidas con manteles blancos planchados con mimo, sobre los que descansan en contraste modernas pizarras negras que se encargarán de cuidar nuestro pan, así como una impecable y fina cristalería Schott-Zsiesel que completa un conjunto de lo más seductor.
Las mesas pensadas para parejas disfrutan de las mejores ubicaciones sobre el perímetro del local. ¡Sólo hay espacio para 24 comensales en el salón a pie de calle! -Más otros 12 en un comedor inferior que os presentaré más adelante-, por lo que imaginaros la exclusividad que ofrece el Restaurante Treze, sin aglomeraciones, sin bullicio, sin contratiempos… ¡La satisfacción de sus clientes es su único objetivo!
Detrás de esta apetitosa aventura se encuentra un matrimonio jovencísimo. Resulta enorgullecedor que una pareja como Elena y Saúl -23 y 27 años-, se lance al mundo de la hostelería desde lo más alto, gobernando su propio barco ante la calma que a día de hoy soplan los vientos gastronómicos madrileños. ¡Es un auténtico lujo que amantes de la cocina como ellos apuesten por ofrecer sus conocimientos y buen hacer a todo el que los visite! Aún a sabiendas de que no está el horno para bollos. Sin lugar a dudas, iniciativas como ésta son las que merecen perpetuarse en el tiempo, a nosotros nos han cautivado… ¡Y de qué manera! ¡Por la puerta grande!
El Restaurante Treze es un espacio elegante, dinámico… Juvenil a la vez que formal. Consigue mantener un clima sobrio sin perder un ápice de frescura. Se está tan a gusto entre sus mesas que no puedes creer que se haya terminado la cena, quizás parte de esa magia la tenga Santi -el chico que nos atendió-, tan cordial y amable siempre. Hablar de Treze es hablar de disfrute, de deleite, de placer.
Al ritmo que puntean los destellos de la vela que marca la mesa discurre la cena: pausada, tranquila, sin prisas… Permitiéndonos disfrutar del momento. Líneas retroiluminadas en naranja imprimen calidez al espacio, un temple sombrío -perfecto para mantener la intimidad- únicamente quebrado con los focos superiores de luz fría que sellan las mesas, resaltando sus blancos y mostrándonoslas en todo su esplendor. ¡Engancha el Treze!
Bajando unas escaleras descubrimos otra estancia privada que resulta perfecta para un grupo de 12 personas. Un pequeño y resguardado escondite que nos permite disfrutar de los fogones del Treze en total intimidad.
Este curioso comedor también puede montarse con mesas de cuatro y de dos -como podéis apreciar reflejadas en el atractivo espejo-. Un camarote abovedado decorado con un halo anaranjado que baña las mesas, y que consigue una “atmósfera circular” que contrasta con las líneas rectas de la estancia superior.
¡Vamos con la cena! Sin duda alguna, lo mejor del Restaurante Treze. Ahora nos encontramos en época de caza con guarnición de setas y, como se ofrece una cocina de mercado que cambia con la temporada -4 veces al año-, pues… ¡hay que aprovechar! Tampoco hay que olvidar que ofrece un atractivo Menú Degustación a 40 €/persona, que incluye dos entradas, pescado, carne y postre, y por lo que pudimos ver en mesas aledañas tiene muy buena pinta.
Nosotros, como de costumbre, pedimos a la carta a nuestro antojo, aunque nos dejamos aconsejar por Saúl -el Chef- que se dejaba la piel en cada una de las mesas, resolviendo todo tipo de dudas. En esta ocasión Ana y Roberto nos acompañaron, así que éramos cinco comensales. Vamos… ¡Cinco cucharetes! Y esa fue la nota final por unanimidad en la mesa tras finalizar la cena, así que ya os imagináis que vienen curvas… ¡Curvas muy sabrosas! ¡Agarraos!
Nada más sentarnos, nos sorprendieron con unas coquetas Patatas violeta. ¡Sí, sí! ¡Violetas! Mirad la fotografía que viene a continuación, pues un pequeño bol lleno de patatitas fritas como esa nos lo rifamos entre todos. ¡Comenzaba interesante la velada! ¡Llena de color!
También nos trajeron un sabrosísimo chupito de aperitivo. Corría a cargo de una Crema tibia de almendras con ibérico… ¡Se nos hizo cortísimo! De lo rico que estaba, claro. No hay nada más que leer el nombre de nuevo para ver que los ingredientes que lleva son de lujo… ¡Cómo no va a estar bueno!
Así mismo, nos sirvieron un poquito de aceite de oliva arbequina virgen extra “Montón Alto” para que lo disfrutásemos entre plato y plato a lo largo de la cena. Claro que… ¡El pan estaba riquísimo! Daba igual que eligieses el blanco, el multicereal, o el de aceituna negra y nueces -aunque me quedo con este último-, ya que todos daban la talla, he visto ese mismo pan en restaurantes que triplican al Treze en precio -toda una garantía-. Sobre el aceite, decir que se sale de la norma, no me extraña que se llevase el premio AEMO a la mejor almazara de España este año, gracias a su modélica fábrica situada en San Martín de Pusa, en la provincia de Toledo. ¿No os apetece mojar en la imagen?
Comenzamos con un blanco para los entrantes y proseguimos con un tinto para los cursos principales. Sobre el blanco… ¡Qué decir! ¡Qué lo tenéis que pedir sí o sí! ¡Fantástico! Se trata de un elegante Ossian 2006 de agricultura ecológica de la V.T. Castilla y León. Un verdejo 100% muy estructurado, envejecido 9 meses en barrica de roble y que estaba a… ¡24,95 €! Los que conozcáis este vino, lo habréis visto por los restaurantes de Madrid a más de 40 €, lo que nos indica -y no sólo en ese caso concreto- que la carta de vinos del Restaurante Treze es una gozada, buenos vinos a excelente precio. ¡Prácticamente de descorche! Se nota que han sido asesorados por Daniel Roset, que en el prestigioso concurso “Nariz de Oro 2010” se ha alzado como mejor sumiller de la zona centro. El tinto -que podéis ver en la sección de Ninillas-, quedó eclipsado completamente por este maravilloso blanco, elegimos un Mestizaje 2006 de las bodegas Muistiguillo, un V.T El Terrerazo que mezcla la bobal con otras variedades, haciendo honor a su nombre. Un vino peculiar, con personalidad propia, no me disgustó en absoluto, pero es que el blanco anterior era un auténtico lujo. El Restaurante Treze nos presenta escasas referencias pero muy bien seleccionadas, tenemos varias disponibles que no alcanzan los 15 €, y la gran mayoría difícilmente sobrepasa los 20 €. ¡Se agradece mucho!
El primer entrante corrió a cargo de un delicioso Foie mi-cuit con pera y caramelo de Jerez. ¡Cómo se nota que es casero! ¡Qué rico estaba! Eso sí, no olvidéis probarlo en conjunto: un poquito de foie, un poquito de pera, un poquito de caramelo… Para poder disfrutar el plato en todo su esplendor tal y como fue ideado por el Chef. La combinación de sabores es fantástica.
A continuación, FlashBack sostiene una ración de Cecina de buey wagyu muy, muy bien curada, yo diría que en su punto justo. No soy ningún experto en el tema ni he hecho ningún máster, pero os garantizo que cualquiera que la prueba quedará sorprendido por su delicado sabor. ¡Estaba exquisita! Venía ligeramente aireada y salpicada con aceite de oliva virgen extra, con lo que se conseguía un tacto y una presentación de auténtico lujo. En la sección de Ninillas tenéis un primer plano, en el que podéis apreciar la marmoración intramuscular de este manjar. ¡Eso es lo que debería cenar yo todos los días hombre! ¡Qué sabrán los dietistas!
¡Menudo trasatlántico de Croquetas de bacalao ajoarriero! ¡Buenísimas! Como éramos cinco, nos adaptaron la ración sirviéndonos diez bolitas -por supuesto, nos avisaron que la ración original es de ocho piezas, y que se incrementaba ligeramente el precio-. Se notaba que eran de bacalao, faltaría más –lo digo, porque estoy acostumbrado a que no sepan a nada de lo que “son”- ¡Éstas estaban de lujo! La crema interior parecía una mousse, muy suave y sabrosa. Ya le diré a mi abuela que se ponga las pilas, que tiene que mejorar las suyas…
Os dejo con un primer plano de los magníficos Ravioli de conejo de monte y trompetas de la muerte. ¡No penséis que el nombre es poco afortunado! Pero cuando el plato lleva Craterellus cornucopioides hay que llamarle a las cosas por su nombre, y sin duda es muy acertado. De muerte sí que estaba el plato. ¡Riquísimo! Fijaos bien en la ración, de cerca… Poneos un poquito más cerca… ¿Lo veis? ¡Pues ni una gota de salsa quedó! Nos llamó tanto la atención esta vianda que optamos por pedir media ración por persona.
¡Otro de los privilegios que ofrece el Restaurante Treze! Permite pedir medias raciones sin incrementar su precio -como suelen hacer en otros locales-, aquí simplemente se cobra la mitad: esto resulta ideal para pedir un pescado (1/2) y una carne (1/2) por persona y disfrutar de ambos placeres.
¡Bueeeeeeeeeenoooooo! Este plato que viene ahora y que encabeza la lista de principales es una auténtica delicia. Me refiero al Arroz meloso con carabinero. EX QUI SI TO -“cuatro” palabras me bastan para definirlo-. El mar en la mesa a tiro de cuchara, sin más. Ahora sí que lo estoy pasando mal al escribir este reportaje, porque me invaden recuerdos que sé que no podré repetir hoy en casa, y no es que cocinemos mal -que nos lo curramos día a día-, sino que sabemos de antemano que nos costará mucho llegar a hacer un arroz tan meloso y tan sabroso como el del Restaurante Treze. ¡De diez!
De sobresaliente era la Raya confitada sobre crema de hinojo y vinagreta de tomate. ¡Qué bien le queda la vinagreta a este plato! Además es una vianda que no abunda mucho por los locales madrileños, y que a un gallego como yo le gusta disfrutar de vez en cuando. ¡Genial! Probablemente muchos de vosotros no habréis probado este pescado cartilaginoso perteneciente a la familia de los Ráyidos, así que… ¡Aprovechaos! ¡Cuchareteadlo en primera persona! ¡Rico, rico!
Si la raya anterior era de sobresaliente, el Salmonete con pisto de verduritas y suquet que os muestro en primer plano era de Matrícula de Honor. Viene completamente limpio de espinas -para los más sibaritas-, y deja a la altura del betún a muchos salmonetes que he probado por Madrid. ¡Riquísimo! Cómo se nota que en el Restaurante Treze no se escatima en las materias primas, sólo así se consigue un resultado distinguido.
Aplausos para el delicioso Cochinillo con chutney y verduras que muestra Roberto. En el primer plano que os presenta Ninillas en su sección podéis ver que lleva alcachofas y melocotón, coronado por unas escamas de sal -que, por cierto, le quedaban de vicio a la alcachofa-. Tierno, muy tierno por dentro y… ¡Crujientísimo por fuera! ¡Cuánto disfruté de este plato!
La ración de Gamo asado con castañas, setas y membrillo de Ana se merece una reverencia. Una combinación de sabores de lujo. Voy a introducir este plato en mi dieta habitual, así que tendré que pasarme por el Restaurante Treze más a menudo. No puede dejar uno de probar elaboraciones carnívoras de este nivel así porque sí. ¡No se te van de la cabeza!
La “velada treziaria” no iba por buen camino… ¡Iba por autopista! Y sin un alto peaje, por lo que vimos al final en la factura en relación a la calidad presentada. ¡Genial esta aventura cucharetera! Dicho esto, no nos imaginamos irnos en ningún momento sin probar los postres. Así que… Cinco éramos y ¡cinco que pedimos! Para compartir entre todos y puntuar cuál era para nosotros el mejor. La verdad es que, tal y como había discurrido la cena, esperábamos que estuviesen bien buenos, pero nos sorprendieron de igual forma… ¡Qué ricos! No os vayáis del Treze sin pediros un postre. Son hipercaseros, tanto, que ellos mismos hacen hasta el helado, es que lo hacen absolutamente todo, todo, todo -como diría la niña del anuncio de la aseguradora-, excepto el pan, que compran el de mejor calidad del mercado.
El Brioche caramelizado con espuma merengada puede no presumir de la mejor presentación posible, incluso podemos llegar a pensar que no estará a la altura de los demás -yo mismo lo creí-, pero eso sucede antes de probarlo, pues en ese momento es cuando emana todo su potencial. ¡Está buenísimo! Fijaos que la espuma incluso parece salida de un bote de nata en spray, pero nada más lejos de la realidad, ellos mismos hacen la espuma también, y eso se nota cuando la disfrutas. Es una especie de torrija que, finalmente para mí, resultó ser uno de los postres estrella del Treze -y eso que no me había seducido a la vista-. Está realmente delicioso.
FlashBack aparece esta vez con un Postre de chocolate negro y blanco. La textura del chocolate blanco nos sorprendió a todos, una especie de flan cremoso que supera todo lo conocido -al menos en mi caso- que haya probado como chocolate blanco anteriormente. ¡Se sale! El negro es una especie de brownie, y se acompaña de sorbete de cacao, clavo, canela y nuez moscada.
El Mouse de crema catalana con toffe rompía el molde también. ¡Qué sobremesas! ¡Qué ricas! El toffe venía en forma de helado -elaborado por ellos, como todo- y el mousse estaba fantástico. El sonido de este postre era un continuo “clink, clink” de las cucharillas de los cinco chocando contra la base del plato.
¡Qué apetitosa resulta la siguiente fotografía! Una Tatín de manzana con helado de canela. La potencia de esta sobremesa -que corre a cargo de manazanas que emborrachan una porción de bizcocho con su tatín- se completa y suaviza cuando lo mezclamos con un poquito del helado de canela que lo acompaña. ¡Resulta el maridaje perfecto!
Me toca posar para la foto cucharetera con una auténtica maravilla de postre, la Panacota con helado de lichis. ¡Una sobremesa ejemplar! El helado, un lujo, además de ser un sabor poco habitual, y la panacota -que era de vainilla- exquisita.
Como habéis podido observar, he perdido la cuenta de las veces que he puesto a lo largo de este artículo: exquisito, delicioso, fantástico, maravilloso… Pero es que si lo escribiese de nuevo no prescindiría de ninguno de ellos. Es más, creo que si regresase mañana mismo al Restaurante Treze viviría una experiencia similar. Es lo que tiene el poder disfrutar de un trato de lo más agradable y atento, en una casa en la que sus dueños son los Chefs. Incluso estos coquetos y vistosos Petit Fours -a base de Gominola de frambuesa, Roca de chocolate blanco con frutos secos y Cookies- son excelentes y… ¡También elaborados por ellos! ¡Hasta la gominola! ¡Qué rica que estaba!
Terminamos la noche con los cafés y tés que os presenta Ninillas y… Apuntamos en nuestra agenda personal este rinconcito de Madrid que nos deleitó con una cocina honesta, elegante, y muy bien de precio.
Espero que, con el tiempo… ¡Saquen un bono en el Restaurante Treze! Porque lo necesitaré, pienso regresar a menudo. Me ha encantado el lugar, el trato y su cocina. Y no sólo eso, sino que he disfrutado como nunca. ¡5 Cucharetes! ¡5 Tenedorcetes! y ¡5 Cuchilletes!
Ninillas: Me resulta cuando menos curioso el hecho de que haya locales a los que les persiguen determinadas letras. Sí, no me estoy volviendo loca, que lo digo con conocimiento de causa. Es más, tengo pruebas. Concretamente sólo hay que desplazarse al Barrio de Universidad en el Distrito Centro y moverse por las enrevesadas calles de detrás de la Plaza de España, por ésas repletas de restaurantes étnicos de todo tipo, tamaño y condición, y acercarse hasta el número 13 de la calle San Bernardino. Justamente en ese emplazamiento, un buen día llegó la “zeta” y decidió que era un buen sitio para quedarse. Primero lo hizo encabezando la alineación formando Zaranda, después se volvió más pretenciosa y quiso darse más protagonismo, de modo que no sólo encabezó sino que amplió su presencia dando lugar al Zorzal. Y, por último, en estos tiempos de crisis que vivimos hoy en día, ha debido pensar que es mejor pasar a un segundo plano aunque con personalidad propia, hasta ha usurpado el lugar de la “ce” para dar nombre al restaurante que hoy nos ocupa: Treze. Conste, que la “zeta” no es una “zeta” cualquiera, porque presumida sigue siendo y, por eso, parece que el mismísimo Zorro la hubiera escrito sobre el cristal.
El Restaurante Treze abrió sus puertas en Junio de este año, o lo que es lo msimo, que es un restaurante de nueva apertura cien por cien en Madrid, pero os aseguro que a pesar del poquito tiempo de vida con el que cuenta, el rodaje lo tiene superado. Tan bien salió todo en nuestra cena que no dudamos en otorgarle los flamantes 5 Cucharetes. Con eso queda dicho todo.
Pero yo creo que las cosas hay que contarlas bien, paso a paso y empezando la casa por los cimientos. Desabrochaos los cinturones porque comenzamos con la crónica del Restaurante Treze, ¡un 5 Cucharetes en toda regla!
Si hay una palabra que define al Restaurante Treze creo que es “equilibrio”. Vino a mi mente nada más cruzar el umbral de su puerta y durante la cena no dejó de acompañarme. ¿Por qué digo esto? Pues porque absolutamente nada resalta y, sin embargo, todo te atrae. Existe un equilibrio perfecto entre lo que ves y lo que comes y esa sensación de bienestar hace que te sientas tremendamente cómodo.
El Restaurante Treze tiene capacidad para 36 comensales distribuidos en dos plantas. La situada a pie de calle es la más amplia, con 24 cubiertos, y es la que os muestro a lo largo de estas imágenes.
El local está decorado en un estilo moderno, sobrio y elegante. Podría pensarse que estamos en un entorno frío, pero lo cierto es que nada más lejos de la realidad, el resultado es un pequeño y coqueto restaurante tremendamente agradable y acogedor, donde los tonos crudos son los reyes indiscutibles de la sala.
Este estilo moderno del que os hablaba se deja ver claramente en esas paredes que parecen suelos y que dan ganas de seguir caminando por ellas, surcadas por luces en tonos naranjas que parecen indicar la senda a seguir. Por cierto, en la siguiente fotografía os muestro la mesa en la que cenamos los cucharetes. ¡Fantástica para 5 ó 6 comensales! Cada vez que la miro viene a mi memoria tan extraordinaria cena, no pienso dejar de repetiros que el Restaurante Treze es a nuestro juicio… ¡Todo un 5 Cucharetes!
A base de unos halógenos estratégicamente situados encima de las mesas y luces anaranjadas en las paredes, se ha conseguido una iluminación cálida, más que suficiente y nada molesta. Se ve sobradamente lo que nos vamos a encontrar en el plato y, sin embargo, se consigue ese ambiente íntimo tan idóneo en este tipo de restaurantes perfectos para grupos pequeños de amigos, reuniones de negocios y, cómo no, cenas románticas a la luz de las velas, porque no se han olvidado de ellas y cada mesa va marcada con una.
Las sillas en tonos crudos no hacen sino acompañar el estilo decorativo, lo mismo que el banco corrido situado en una de sus paredes. Pero es que, como ya he comentado antes, en el Restaurante Treze todo está en armonía, no hay absolutamente nada que rompa el orden establecido y sobresalga sobremanera, sólo la “zeta” de su nombre, bueno… eso y todos y cada uno de los platos que nos ofrecen en su carta, porque en el Treze se come… ¡Dios mío como se come!
Y hablando de Dios que está en los Cielos. Siempre pensé que al Cielo se subía, sin embargo en el Restaurante Treze se baja. Sí, habéis oido bien, si no me creéis sólo tenéis que bajar las escaleras y descubriréis su segundo comedor. Toda una cúpula dorada presidida por un espejo del que parece que un momento u otro va a salir un ángel halado para llevarnos con él. Desde luego, esta sala es “divina”.
Tiene capacidad para 12 comensales, 16 si es en una única mesa, y está destinada para comidas o cenas de grupo. Desde luego, es la opción perfecta si se desea disponer de privacidad y de un entorno propio en cualquier tipo de celebración.
Las mesas se visten con un mantel y bajo-mantel de tela en color blanco, acompañadas de una servilleta blanca, también de tela, como no podía ser de otro modo. Una elegante cristalería, una fina cubertería y una vajilla cambiante según el tipo de plato a servir completan el conjunto. Sin olvidarme, de la pizarra que sirve de plato para el pan que pone el toque rústico a la mesa, pero nada discordante. En resumen, es una mesa sobria y elegante acorde con el restaurante en el que se ve enclavada.
Detrás del Restaurante Treze se encuentran el jovencísimo matrimonio formado por Elena y Saúl, que a pesar de su corta edad ya llevan a sus espaldas una larga trayectoria profesional. Elena ha pasado por El Zorzal y por Casa América, mientras que Saúl puede presumir de su estancia en Balzac y Espacio 33. Lo dicho, jóvenes aunque sobradamente preparados. Con la apertura del Restaurante Treze cumplieron su sueño de disponer de un espacio propio en el que poder ofrecer sus propios platos, y yo creo que ese sueño es una delicia para cualquiera que se siente en una de sus mesas. La cocina queda más que cubierta con estos dos cocineros y propietarios del local, pero ¿y la sala? Pues en la sala encontramos a Santi, una persona jovial, atenta y servicial, que con gran profesionalidad gestiona él solo el comedor.
El Restaurante Treze nos ofrece una cocina de mercado que varía según las estaciones. Tienen intención de cambiarla cuatro veces al año y nosotros tuvimos la suerte de ir en otoño, lo que significa caza y setas. Su carta se estructura en 11 Entrantes, 2 Arroces, 4 Pescados y 2 Carnes. Disponen de un Menú Degustación a 40 € que incluye: 2 entradas, un pescado, una carne y un postre; así como un Menú del Día de Lunes a Viernes al mediodía a 19,50 €. Por supuesto, no se olvidan de los menús de grupo, hasta un máximo de 16 en una única mesa, que comienzan en los 35 € y llegan hasta los 60. Aunque, claro está, no tienen inconveniente en elaborar uno según las necesidades del cliente. Respecto a la carta de vinos, ha sido seleccionada por Daniel Roset, del que tanto se ha hablado este año en Madrid, no es extensa pero resulta suficiente para la carta que en el Treze se maneja y, sobre todo, tiene unos precios increíbles.
Pero yo creo que es la hora de empezar con el desfile de viandas porque merece la pena ver, y no digamos ya comer, todos y cada uno de los platos que cenamos aquella noche. A continuación, os muestro estas originales Patatas violeta que nos llevaron a la mesa nada más sentarnos mientras decidíamos qué pedir.
Junto con el pan, que por cierto está riquísimo -se puede elegir entre blanco, multicereal, aceituna negra y nueces-, llegó una botella de aceite de oliva virgen extra arbequina Montón Alto que fue regando todos los recipientes dispuestos en la mesa a tal efecto. Para mí, esto fue mi perdición, porque ya empecé mojando y no paré en toda la cena.
El propio Saúl, propietario y cocinero del restaurante, nos tomó la comanda, y mientras tanto el aperitivo hizo acto de presencia en la mesa en forma de Crema tibia de almendras con ibérico. Era una crema suave y llena de sabor que estaba buenísima, tanto es así, que se me hizo excesivamente breve, pero claro, es que era el aperitivo.
Abrimos la sección de entrantes con este Foie mi-cuit con pera y caramelo de Jerez. Dos rulos de delicioso foie mi-cuit, cómo se nota cuando es casero, que aún estaba más rico si lo mezclabas con la pera.
Como nuestros acompañantes no la habían probando nunca, decidimos pedir un plato de Cecina de buey wagyu. La verdad es que fue todo un acierto, estaba francamente buena, curada en su punto óptimo y con unos hilillos de excelente aceite de oliva virgen extra que realzaba su sabor.
Las Croquetas de bacalao ajoarriero nos parecieron una opción ideal para compartir. La ración consta de ocho croquetas, pero nos la ampliaron a 10 para que pudiéramos comer dos por persona, aumentando el precio en proporción. Porque otra de las cosas buenas del Restaurante Treze es que puedes pedir medias raciones o ampliar las que se ofrecen al número de comensales. Respecto a las croquetas, no eran las tradicionales, eran más bien una mousse de croqueta suave y cremosa donde se dejaba notar el sabor del bacalao y, por supuesto, estaban perfectamente fritas y nada aceitosas.
Ana y Roberto os muestran los Ravioli de conejo de monte y trompetas de la muerte. De este plato pedimos dos raciones y media, pues la verdad es que nos dijeron que era un poco complicado de compartir, de modo que optamos por pedir media para cada uno. Los ravioli iban rellenos de conejo que previamente había sido cocinado en salsa, y se acompañaban precisamente de esa salsa, queso parmesano y trompetillas de la muerte. A mí me encantaron, era un plato con todos los sabores de la tierra y el monte bien integrados.
Los entrantes los regamos con un Ossián 2006 de agricultura ecológica de la V.T. Castilla y León -mostrado por Rayo- que nos encantó, no lo conocíamos y nos sorprendió sobremanera tanto por su carácter como por su precio. Para el transcurso de los principales elegimos un tinto Mestizaje 2006 de las bodegas Muistiguillo, un V.T. El Terrerazo que cumplió su cometido, pero que no llegó a la talla del blanco, el Ossián 2006 se salía.
El Arroz meloso con carabinero me encargué yo personalmente de que llegara a la mesa, y no veáis como me lo agradecieron. Estaba sublime, perfecto de punto y el sabor… Sabía a lo que tenía que saber, a mar.
Y qué os puedo contar de esta Raya confitada sobre crema de hinojo y vinagreta de tomate… Estaba exquisita, la raya era tan fresca que parecía saltar del plato, y encima combinaba estupendamente con la suave crema y la vinagreta.
Claro que no sabría con qué pescado quedarme, si con la raya o con este Salmonete con pisto de verduritas y suquet que os muestra FlashBack. Ambos alcanzaron la máxima nota. Sobre sabroso suquet de pescado venía el pisto con verduritas y culminaba el conjunto un salmonete desespinado y cocinado al punto, que hizo las delicias de todos los cucharetes.
En el apartado de carnes abrimos con este Cochinillo con chutney y verduras. Estaba exquisito, crujiente por fuera, tierno por dentro. Iba acompañado de un chutney de melocotón y unas riquísimas alcachofas sobre las que se posaban unas escamas de sal.
No nos olvidamos tampoco de la caza, hay que aprovechar los escasos restaurantes en los que se sirve. En este caso se trataba de Gamo asado con castañas, setas y membrillo. Me encantó este plato, el sabroso gamo se veía compensado con la acidez del membrillo y se convertía en la boca en una explosión de sabor.
Con unos entrantes y unos principales tan sobresalientes, quedaban los postres, sin duda, los que iban a determinar si el local alcanzaba los 5 Cucharetes que prometía. En su carta cuentan con 6 postres -por supuesto, caseros- cuyos precios oscilan entre los 4 € de la Panacota y los 6 € de la Tabla de quesos españoles, éstos últimos fueron precisamente los que nos quedaron por probar, del resto dimos buena cuenta. Empezando por este Brioche caramelizado con espuma merengada, reconozco que la presentación le falla un poco, pero hacedme caso, estaba delicioso, era como una torrija caramelizada súper suave que se acompañaba por una espuma merengada también muy rica.
Tremendamente original era este Postre de chocolate negro y blanco que jugaba con las diferentes texturas. Era una especie de brownie sobre el que se disponía un flan de chocolate blanco suave y ligero. Rodeando al conjunto un fino sorbete de cacao y especias.
Roberto os muestra la Mouse de crema catalana con toffe. Se trataba de una exquisita y fina crema catalana elaborada en mousse que sin duda haría las delicias de cualquier paladar exigente. A mí me fascinó, sobre todo por el contraste que ofrecía con el helado de toffe, que por cierto era casero.
La Tatín de manzana con helado de canela consistía en un fino bizcocho emborrachado en el caramelo de la propia tatín elaborada con manzana fuji. Este postre podríamos decir que venía con truco, pues se hacía excesivamente fuerte a menos me metieras también la cuchara en el helado de canela -también casero-, en cuyo caso la combinación era perfecta.
Terminamos con una Panacota con helado de lichis. Una de las mejores panacotas de vainilla que yo he probado, si no es la mejor. Hay que probarla antes de llevarme la contraria… Por si fuera poco, se acompañaba de un helado de lichis también casero que no había probado nunca y que conformaba el matrimonio ideal para la panacota.
Terminamos la velada con unos cafés con leche -2,50 €- y unas infusiones 2,70 €-, pues lo cierto es que no teníamos ganas de marcharnos de allí porque la cena había resultado un éxito rotundo.
Los tés y la infusiones aún se hicieron más agradables con la llegada a la mesa de unos Petit-fours compuestos por gominolas de frambuesa, rocas de chocolate blanco con frutos secos y unas sabrosas cookies, todos ellos caseros y que Rayo os muestra en su sección.
Mientras disfrutábamos de una fantástica sobremesa, aproveché para hacer mi obligada visita a los baños. Y, qué puedo decir, no me defraudaron, pues estaban en sintonía con el resto del local y muy, muy limpios.
Me queda algún que otro precio orientativo que daros, como el servicio de pan, aperitivo y petit-fours que se factura a 2,50 €, y el agua -botella de 1 litro- a 3,50 €.
Os habréis fijado que de todos los platos que cenamos esa noche, ninguno lo he recalcado como “imprescindible”, pero es que en esta ocasión me resulta muy difícil quedarme con uno o con otro, pues todos me parecieron sobresalientes, cada uno a su manera y, en cierto modo, todos eran imprescindibles. Sencillamente hay que dejarse llevar por los gustos de cada cual. Bajo mi humilde opinión, el Restaurante Treze ofrece una cocina basada en una excelente materia prima muy bien trabajada, con concesiones las justas a la innovación, aunque no por ello exenta de imaginación.
En definitiva, el Restaurante Treze es un “Cinco Cucharetes” para ir, disfrutar y regresar, porque a un restaurante así siempre se vuelve, o al menos yo, pienso hacerlo muchas veces.
Cucharete: ¡Otro 5 cucharetes para la exclusiva colección cucharetera! Por lo que me han comentado Rayo, FlashBack y Ninillas nada más llegar de la cena… ¡Genial restaurante! ¡Genial servicio! y ¡Genial cocina! La verdad es que es toda una satisfacción descubrir un rinconcito en Madrid que merezca ser difundido a bombo y platillo para que todo mortal pueda disfrutarlo. El Restaurante Treze -con sólo 5 meses de vida- se abrirá camino poquito a poco en la gastronomía madrileña, y no tengo ninguna duda -después de leer el reportaje de mi equipo- que le espera un futuro esperanzador, en el que ya diviso un teléfono que no para de sonar para intentar conseguir una mesa, algo que sólo le sucede a los elegidos. Mi equipo cenó por 44 €/persona, cinco personas con 3 entrantes, 5 medias raciones (en total 5 entrantes y medio), 5 platos principales, 5 postres, 2 botellas de agua y 5 cafés y tés. A lo que tendríamos que añadir una botella de blanco -24.95 €- y otra de tinto -18,95 €-.
Su cálida y moderna decoración, sobria y elegante a la vez que fresca. La exclusividad que induce su pequeño comedor -24 comensales-. Su peculiar espacio privado del sótano -12 comensales-. La elegancia del montaje de sus mesas. El cordial y amable servicio en todo momento. Su cercanía y proximidad en el trato con el cliente. El mimo que dedican a su cocina, donde elaboran absolutamente todo -incluso los helados y petit fours-. La indiscutible calidad de sus materias primas y la cuidada elaboración de las mismas. Todos y cada uno de sus platos -sin excepción-. Sus postres caseros. Los precios de sus referencias de vino -prácticamente de descorche-. Sus Chefs -Elena y Saúl- un matrimonio que además gerencia el local. Su excelente relación calidad/precio.
Nada.
5,0
34 comentarios a “Treze”
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Apuntado queda, aunque es un local con gafe. Zaranda se marchó primero a un local más grande y luego a Ibiza. Zorzal no acabó de cuajar (me llegaron críticas muy malas). Veamos si tiene más suerte TREZE. Prometo probarlo.
me parece todo estupendo, una pinta genial, pero no se…veo la cantidad un poco justita, aunque a lo mejor me equivoco (que seguro que sí jejeje), por lo demás tiene buena pinta.saludos.
Estoy con monri… me da la sensación de que todo tiene que estar riquísimo y muy bien presentado… pero, ¿no os quedásteis con hambre?
Hola Monri y Chispita,
os garantizo que no sales con hambre del Restaurante Treze, nosotros salimos más que satisfechos -si os referís a la cantidad- (Y si seguís Cucharete sabéis que somos un equipo de muy buenos comedores…) Si ya nos centramos en la calidad, muchísimo más todavía. Fijaos en las fotografías, los platos -la vajilla- ¡son enormes! De ahí que pueda dar esa sensación. También es cierto que al Treze no se va a por un chuletón de 2 Kg. que salga por fuera del plato basado en una carne de calidad ínfima, para eso hay muchos otros locales que además de comer muchísima más cantidad son mucho más económicos.
Un saludo!
Cucharete Team
muchas gracias por contestar, tienes razón en 2 cosas, sigo cucharete y sé que son muy buenos comedores jajaja, de todas maneras yo ya daba por sentado que la materia prima era de primera calidad, ya que saltaba a la vista, lo único era el matiz de la cantidad, pero si ya me dices que salieron llenos, pues chapeau.saludos desde Gran Canaria.
Con diferencia el mejor cinco cucharetes y he ido a todos. Suscribo lo dicho por cucharete, yo voy a comer y a degustar la comida, no a saciarme y no poderme levantar de la silla.
Me gusta probar vuestros 5 cucharetes porque no suelen defraudarme. Por eso, el sábado me fui a comer a Treze y tengo que daros la razón en todo.
Me ha parecido un restaurante con una muy alta calidad en las materias primas y una cocina excelente. Tomé una paloma torcaz sublime (hay un restaurante en madrid, cuyo nombre creo que no puedo decir, que presume de la mejor paloma pero ésta la supera) y la raya tenía una mezcla de sabores sutiles y exquisitos. Los raviolis, delicadísimos.
En fín, no puedo poner ninguna pega, hasta el ambiente era muy agradable y distendido.
¡¡¡Muchas gracias Cucharete por tener tan buen criterio. Me habeis proporcionado unas cuantas alegrías culinarias!!!
Sin duda, estoy deseando ir a ver este 5 cucharetes. A ver si reservo mesa pronto
Estuvimos el viernes pasado y la verdad es que fue un acierto completo. La comida de una altísima calidad, tiene una carta pequeña pero con platos perfectamente seleccionados. El vino magnífico, el sitio muy acogedor y el trato muy agradable.
Pero lo mejor es que no sales con hambre (y os lo dice uno al que le gusta comer hasta no poder más) y que tiene un precio más que razonable.
Por destacar algo los raviolis de conejo, el gamo y la cecina me parecieron un descubrimiento de sabores.
Estuvimos el sábado pasado comiendo en Treze y sólo puedo confirmar los cinco cucharetes otorgados.
La comida muy muy rica, las croquetas increíbles, la cantidad más que suficiente, el restaurante agradable, igual que el servicio, aunque un poco más caro de lo que se indica ya que salimos a 50 euros por barba.
Además, éramos ocho personas y la disposición de la mesa fue tal que, aunque no era redonda, como si lo fuera y todos nos veíamos a todos.
La posibilidad de que pueda tomar arroz sólo uno de los comensales es otro punto a favor de Treze.
Lo único que no nos gustó fueron las galletas con que nos obsequiaron en los cafés (que por cierto, también muy ricos).
¡En fin! nosotros seguro que volveremos porque salimos encantados, aunque echamos de menos las patatas moradas, que a nosotros no nos dieron.
El otro día estuve comiendo dos menús degustación con vino de
19.50€ el total de la cuenta 112€ (dos personas) buen servicio, buena decoración, los platos bien de presencia. (como aperitivo no estuvo mal)
El ravioli de conejo no me gustó nada, el arroz con carabinero muy bueno pero la cantidad es como una tapa de mi pueblo.
Para 112€ me pareció poca comida.
Buenos días, ayer fui a cenar con mi novia e intentamos pedir media ración de la cecina y media de jamón, (a demás de una de mi-cuit), pero nos dijeron que no se podía pedir medias, mi gozo en un pozo, porque me gusta mucho probar cosas pero no morirme teniendo que comer todo.
La elección final fue: La cecina y el mi-cuit de entrantes y de segundo dos lomos de buey fileteados, que son esplendidos! y de postre el de los 3 chocolates y la mousse de crema catalana, todo ello regado con un Muga.
La experiencia fue muy buena, pero tendré que volver a probar más entrantes y segundos.
Un saludo!
Y gracias por vuestras recomendaciones!
Un 5 cucharetes merecido, todo genial y una atención del personal exquisita, recomendado 100%
Hola, viajo el próximo 23 y 24 a Madrid, y mi pregunta es si el menú del día está vigente para esas fechas y saber que tal está, ya que me gustaría probar este restaurante.
A pesar de que finalmente nadie me aclaró si tenían el menú del día, me dedidí a ir con mi esposa el pasado miercoles 23 de febrero, y me confirmaron que tenían menú del día, realmente fantástico, el servicio fue muy bueno, los panes espectaculares, el aceite de toma pan y moja, nunca mejor dicho, de primero nos pusieron media ración de los raviolis de conejo de monte y trompetas de la muerte, que estaban bastante buenos, luego mi mujer pidió los lomitos de buey, sencillamente riquísimos y yo tomé bacacalo al romero, que estaba para chuparse los dedos. Como colofón final tuvimos un postre exquisito, genial, espectacular, … ufff se me acaban los adjetivos, Mousse de crema catalana con toffe.
En fin, todo un acierto mi visita al restaurante Treze, lo siento, amenazo con volver.
Restaurante sorprendente, pleno febrero y lleno, local tranquilo la atencion muy atenta, gente joven con ganas de agradar…
En cuanto a la comida nos gusto mucho, tomamos un menú degustacion, nos comentaron de que constaba y pudimos cambiarlo sin ningun problema, algo que se agradece ya que no te lo imponen.
Aperitivo. Carpaccio de cigala con huevas de tobiko
1º plato. Perdiz en escabeche ligero, muy fresco, sorprendente el punto de la perdiz.
2º Plato Alcachofas confitadas, espectaculares, que decir 100% alcachofa.
Pescado Merluza con guisantes. punto correcto tirando a poco cocinada, guisantes y habitas repeladas con chip de jamon.
Carner Gamo, francamnete bueno sorprendente el sabor y ternura de la carne
Postre Mouse de crema catalana con helado de toffe, bueno, bueno..
Tomamos café, y luego unos GT de london nº1.
Todo correcto y el precio muy ajustado para estos tiempos que corren….. REPETIREMOS.
Restaurante recomedable 100%, nos gusto de principio a fin..entrando en detalles….
Compartimos el foie y las croquetas, de segundo un jarrete de cordero y mi marido tomo Paloma Torcáz, de beber disfrutamos de un D.O. de Toro Juan Rojo.
De postre en mente probar el brioche, bueno muy bueno.
Seguir descubriendo restaurantes asi en madrid….
Estupendo, hemos ido dos veces, en una comimos a la carta y el pasado viernes el menú degustación. Es un restaurante del todo recomendable. El chef y los camamreros una gente profesional y muy agradables.
¡Una pasada!
Mi novio me llevó por nuestro aniversario a cenar allí y superó nuestras expectativas con creces. Ese arroz con carabineros (indescriptible..hay que probarlo), las croquetas, los postres..Sin duda volveremos porque nos quedaron muchos platos por probar.
Enhorabuena Elena y Saúl por vuestro restaurante!!!! Lo recomiendo a todo el mundo.
Simplemente espectacular. Estuve anoche con mi mujer y salimos encantandos. 120€ , no es barato, pero lo merece por el servicio, la presentacion de la mesa, la presentacion de los platos y sobre todo por las materias primas. de entrantes anchoas y foie. de segundo cordero y buey, un postre, cafes y dos botellas de mar de flades riquisimo. Detalles como el aceite de oliva o el aperitivo inicial, tambien nos gusto mucho.
Por poner algo a mejorar, para nuestro gusto un poquito menos de luz, aunque creo que habia otras mesas con la luz exacta. tambien que evitaran tener algunas mesas en la que una parte de los comensales se sientan en una especie de sillon largo tipo “burger”, pero por sacar algo malo….
os lo recomiendo.
Me gustaria hacer una reseservacion para el 24 de diciembre de este año en el treze
gracias
Hola, para reservas llamar mejor al restaurante o via e-mail a [email protected].
Gracias
TreZe Restaurante
Hola, os comento mi experiencia en treze, fuimos a comer al mediodia un dia entre semana,vimos un menú TREZE a TREZE €, pero nos decidimos por la carta, la experiencia fue grata, comimos bien, nos atendieron bien y disfrutamos de la experiencia cucharetera culminandola con un buen gintonic, (han puesto carta de ginebras y varias tonicas).
Comimos de entradas un ligero pero sorprendente carpaccio de cigalas con huevas marinas, juego curioso de huevas diferentes, luego las croquetas de bacalao fantasticas,de segundo tomamos un tartar de atun y rabo de ternera deshuesado…..Postre tarta sacher.
salimos a 45€ con copa….SITIO PARA REPETIR
Hola Cucharete informaros desde treZe que volvemos a abrir los DOMINGOS en horario de comidas.
Abriremos tambien en la noche de FIN DE AÑO
Siguenos en twitter @trezerestaurant
TreZe restaurante
915410717
Hola os escribo para comentaros nuestro menú de fin de año.
Snacks
Consome de caza en dos texturas
Tartar de gamo con cebolla roja encurtida
Crema de necoras, con txangurro aliñado y crujiente
Falso rissoto de setas con foie asado
Rodaballo con moluscos, calabaza y aire de mar
Cochinillo en larga coccion con jugo y ñoquis de trufa
Chocolate, caramelo y turron
Cafe o infusion
Uvas de la suerte
Vino blanco ribeiro Cunqueiro III Milenio
Vino tinto rioja Viña Ardanza 2001
Champagne Heidsieck
85€
Reservas en 915410717
Disfruta de un gran menu, en un restaurante acogedor y despide el año con nosotros!!!!OS ESPERAMOS!!
Comida realizada en Diciembre de 2011.
Respecto al local en si, pequeño, cuidado, y moderno, afortunadamente sólo se encontraban ocupadas ese día 2 mesas más además de la nuestra, con lo que el ambiente y la atención fue espléndida y tranquila. No obstante, no puedo dejar de comentar, que un local de esas dimensiones, en caso de llenarse, puede llegar a producir cierta saturación, y también reseñar que apenas hay hall de entrada, lo cual en momentos de entrada de grupos y amplio tránsito quizás pueda incomodar a las mesas más cercanas.
El servicio, rápido, impecable, atento, … informa en todo momento de lo que está sirviendo, y es el propio chef quien te toma nota de la carta.
Respecto a lo esencial, la comida, brillante, buena. Como inicio y siempre disponible selección de panes a cual mejor, y muy bueno el aperitivo inicial.
Primeros platos, lomos de anchoa, muy buenos, aunque es una cuestión de estricta calidad del productos, puesto que no requiere mucha preparación, alcachofas confitadas, excelentes, y croquetas de 2 tipos, de bacalao ajoarriero, buenísimas, y de setas que no me convencieron en exceso.
Segundos platos, yo pedí rabo de ternera, absolutamente espectacular, y pude probar el gamo asado, magistral, también probé la merluza, francamente buena.
Postre, curiosa la textura y genuino el sabor de su arroz con leche, y espectacular su tiramisú, digamos que desestructurado, donde cada ingrediente, va por separado, incluído el amareto qiue aquí se nos presenta solidificado y gelatinoso.
Raciones perfectas en su dimensión, y todo ello regado con agua , vino, cafes y hasta un Pedro Ximenez, total 128€ para 3 personas, que por la calidad del producto, la cocina y el servicio me parece más barato que caro.
Muy bueno, puede aunar los gustos de casi todo tipo de paladares puntuación 9.
Buenas noches.
Me veo en la obligación de escribir esta reseña de balance negativo al poco de terminar mi experiencia en el restaurante Treze esta misma noche.
En primer lugar empezando por lo positivo comentar la excelente preparación de los platos, con una alta calidad de materias primas, con mucho merito teniendo en cuenta la variedad de platos de caza.
Tambien es notable el contraste que aportan las frutas de diferentes texturas que se incorporan.
Por ultimo decir que es especial el arroz con leche totalmente deconstruido.
Ahora tengo que comentar un incidente muy desagradable y hasta surrealista que ha empañado totalmente la velada.
- Presentación:
El servicio de vinos se articula sirviendo de la botella que el cliente selecciona y retirandola de la mesa, se entiende que para ganar espacio en la misma.
En la cena de esta noche para 2 se ha seleccionado una botella de 75cl tinto D.O.Toro. por un valor de 14€
- Nudo:
Se nos han servido dos copas (una por persona) del vino seleccionado en el aperitivo junto con agua y se ha retirado la botella.
Se ha disfrutado de esa copa durante el aperitivo y el primero (una ensalada a compartir) y aunque ha escaseado antes de acabar el plato pero no se ha rellenado por el servicio hasta despues de retirar los platos.
Cuando se han rellenado las copas (tercera y cuarta copa en total desde el inicio) se nos ha enseñado que la botella se habia vaciado y que si queriamos que se abriera otra. Ante esto hemos protestado indicando que no habiamos terminado nada mas que dos copas en total y que era un poco exagerado vaciar una botella de un tinto intenso antes de llegar al segundo.
Se nos ha dicho que si se habia acabado es que se habia servido y consumido por nuestra parte.
A mitad del segundo plato hemos solicitado el rellenar una copa mas (la quinta desde el inicio) y se nos ha preguntado que si queriamos vino de la casa. Ante esto hemos comunicado que queriamos vino de la botella que no habiamos terminado tras solo servir cuatro copas. Se nos ha comentado que no habia explicación para lo que comentabamos ante lo cual se ha solicitado la presencia del encargado. El encargado no se ha presentado pero se nos ha abierto una nueva botella, se ha servido una copa (la quinta en total desde el inicio) y se ha vuelto a retirar.
- Desenlace:
Cuando nos han traido la cuenta hemos comprobado que la botella se cobraba por su importe completo. Se ha preguntado si al solo haber servido cinco copas en total de la botella solicitada podíamos llevarnos el resto del contenido, ante lo cual se nos ha dicho que no ya que nos habiamos bebido una botella completa y se nos había abierto otra. Hemos comentado otra vez que antes del segundo solo habiamos consumido dos copas en total pero no se ha vuelto a entender ante lo cual hemos solicitado la presencia del encargado.
El encargado se ha presentado y se le ha explicado la situación completa. El encargado ha contestado indicando la imposibilidad de que eso pasara ya que nadie en la sala estaba consumiendo el mismo vino y que el vino debía de haber sido consumido por nosotros. Se le ha comentado de nuevo lo poco probable de haber vaciado una botella completa antes de servir el segundo plato sin sufrir cierto “mareo”. El encargado ha comentado que tendria una charla pendiente con el camarero despues del cierre pero que lo que le parecia mas probable es que se hubiera consumido y que en cualquier caso se nos ha servido otra copa.
Se le ha comentado que cinco copas (no demasiado generosamente servidas) no hacen una botella y que o bien se nos devolviera el equivalente en precio o en liquido del vino no consumido.
El encargado me ha comentado que no le parecia lo mas adecuado terminar así una noche pero que traería un “culin” de vino restante.
El encargado se ha marchado y ha vuelto con la segunda botella vaciada hasta quedar el equivalente a un “culin” (menos de una copa realmente). Se le ha comentado que despues de servir 5 copas en total de una botella el liquido restante debería de ser mayor con toda seguridad. El encargado ha vuelto a repetir que no le parecia la manera adecuada de acabar la noche en la que se habia disfrutado de la comida y que ademas el no iba a utilizar el resto de vino sacado de la segunda botella para nada mas que realizar un guiso. Se le ha comentado que la comida estaba excelente y que si no iba a utilizar para nada especial el contenido extraido de la segunda botella podria haberlo entregado tambien. El encargado ha comentado que “por un lado si pero por otro no” ante lo cual se le ha comentado que en ese caso nosotros nos quedabamos con el “culin” y el nos podía cobrar.
Hemos pagado (precio total de la botella de vino incluido) y nos hemos marchado.
- Conclusiones:
Es para mi totalmente asombroso el tomar por falso que un cliente comente que no se ha vaciado la botella ordenada antes de llegar el segundo, lo cual es posible pero totalmente atipico para dos personas (hombre y mujer de constitución notablemente delgada).
Es destacable el resultado negativo del sistema de servicio de vino ya que al retirar la botella y dejarla en una mesa comun es probable intercambiar botellas o servir de otra botella a alguien que ya se habia terminado la suya (que probablemente es lo que haya pasado).
Es totalmente negativa la actitud de creer que un cliente pretenda obtener copas gratis (ofreciendo incluso vino de la casa) en una cena que sale por al menos 40€ por persona y con un vino economico de 14€.
Es bastante desagradable que se insista en decir que el vino ha sido consumido sin reflexionar en que eso habria pasado antes del segundo plato y tampoco en la insistencia del cliente por hacerse creer.
Es mucho mas negativo que una vez manifestada la intención de no discutir por parte del encargado, comente que el vino vaciado de la segunda botella no se va a aprovechar comercialmente y que aun así no se entrega nada mas que un “culin” debido a un razonamiento poco definido manifestado con la insinuante frase “por un lado si y por otro no”.
Sin mas, declarar el resultado totalmente negativo de la experiencia debido a una manifiesta desorganización y principalmente a una total falta de cintura del personal responsable.
Si fuera mas sentimental diría que esto ha supuesto la ruina de una noche de aniversario, sin embargo simplemente con mi “culin” en una copa en mi mano no recomiendo el lugar por serios problemas de servicio.
Hay 5 cucharetes mejores que hacen que Treze no debiera de serlo.
Un saludo.
Escribo para hablarles de mi experiencia en treze, fue muy grata, todo correcto, comida y el servicio, toda la cena fue muy bien, algo de jaleo al principio pero luego fue todo muy bien, te sientes agusto en este restaurante.
Agradecer el trabajo de cucharete por enseñarnos este restaurante, y al equipo de treze por el esfuerzo y dedicacion que prestan a sus clientes.
Estuve hace un mes y vuelvo el 14 para cenar.
El sábado tomamos el siguiente Menú de Caza:
Aperitivo: Consomé de caza y carpaccio de jabalí
Ensalada de perdiz de campo en ligero escabeche
Canelón de liebre estofada con su jugo
Estofado de ciervo al cacao
Paloma torcaz asada con setas
Gamo con castañas, membrillo y setas
Postre de cítricos, sopa de naranja y helado de yogur.
Tanto el precio, 46 euros, como el menú son insuperables.
Yo fui a cenar con mi pareja por la oferta de Menú Degustación Especial San Valentin, la cena estaba muy rica y la atención recibida fue buena. Además los Gin Tonics Premium estaban espectaculares. Sin embargo, la cena fue un poco escasa y nos quedamos con un poco de hambre, y eso que tanto mi pareja como yo somos de poco comer.
Volvi a TreZe y no me defraudo, un menu el 14 de febrero, equilibrado y sorprendente, huevo trufado…. Vieiras increiblesss, magret de pato … Y el postre muy sorprendente.
Atencion positiva, atentos, con algun momento de saturacion pero sin ninguna importancia.
Volvere, me encanta y no defrauda calidad precio insuperable en madrid.
Un abrazo cucharete!!
Deseo dar mi enhorabuena tanto al trato recibido por parte del camarero,como por parte del cocinero.Ha sido para mi y para mi pareja una comida excepcional y muy grata,con unos platos dignos de mencion y un vino maravilloso.Solo puedo decir que sin ninguna duda repetiremos
Intentaré ir mañana a cenar, estoy deseando probarlo! tiene todo una pinta buenísima, ya os contaré!
saludos
Muy buenas, solo quiero expresar mi sorpresa para con el comentario de Sergio Diaz Perez..
Me parece que este “tipo” de clientes deberían ser marcados para que no pudieran entrar en determinados restaurantes, porque ante lo que es claramente un intento desesperado por “tocar los ..” al personal de un restaurante que trata más que amablemente a sus clientes (y no lo digo por experiencai, sino por los propieos comentarios de tan inceriblemente estúpido cliente).
Este personalje me parece un auténtico impresentable y ya es hora de que alguien le diga que lo que tiene es un morro que se lo pisa y que si no es feliz, que vaya a ahogar las penas con vino barato a otro sitio, porque este restaurante NO SE MERECE que alguien le de la tabarra durante toda la cena, al igual que tampoco nos merecemos semejante charla para destacar un posible malentendido, los lectores de este web tan especial..
Siento ser tan poco delicado, pero es que YA ESTA BIEN de aguantar a patanes con aires de señores medievales venidos a menos..
Un saludo a tod@s y sigamos disfrutanddo de este gran web y de las ppiniones del 99,99% de los clientes que tiene a bien compartir su experiencia con los demás..