-
Jorge Juan, 34
Madrid (Salamanca)
Velázquez
91 575 63 06
15 - 25
En pleno Barrio de Salamanca, va de boca en boca el restaurante La Colonial de Goya gracias a seducir a sus comensales con una oferta gastronómica que les permite no sobrepasar los 20 €/persona. Nos presenta una completa carta de cocina mediterránea a mediodía y otra por la noche a base de canapés y raciones en un ambiente más distendido. Su comedor ofrece capacidad para 40 comensales, además de los taburetes de su zona de barra. Su horario de apertura es de 8:30h a 00:00h de lunes a jueves -hasta la 1:00h de la madrugada los viernes-, y de 11:00h a 1:00h de la madrugada los sábados. Cierra los domingos.
3,9
Rayo: ¡Os va a encantar este nuevo restaurante! ¡A todos! ¡Sin excepción! Fijaos bien en su enclave, se encuentra en pleno Barrio de Salamanca y, comiendo o cenando a la carta, ¡difícilmente superamos los 20 € por persona! ¿Qué os parece? ¡Bien situado y a buen precio! ¿Ideal para estos tiempos de crisis? ¡Así es! Nos va a venir genial a más de uno…
Mario -que nos acompaña de vez en cuando en nuestras salidas gastronómicas-, ya nos había hablado -francamente bien- de este rinconcito de la calle Jorge Juan hace unos meses, de modo que, era cuestión de tiempo visitarlo y “cucharetearlo minuciosamente”. Aprovechando que el lugar estaba en nuestra agenda, y que nos encontrábamos por la zona… ¡Directos a La Colonial de Goya que nos fuimos! ¡Llegó la hora!
El restaurante se encuentra en el número 34 de la calle Jorge Juan, por lo que si vais en metro, las paradas de Velázquez o Príncipe de Vergara os quedan al lado mismo, y desde Serrano, Goya o Retiro, el paseíto no llega ni a los 3 minutos. También hay parkings por la zona, para todos aquellos que no tengáis pensado superar los 0,25 mg/l en aire espirado después de la visita -que como veréis a lo largo de este post, no fue nuestro caso-. ¡Es lo que tiene el albariño!
El restaurante La Colonial de Goya es un espacio coqueto y recogido que únicamente cierra los domingos y que da servicio a unos 40 comensales. Sorprende desde su entrada, pues conserva todavía la esencia que transmitía el local en sus inicios -hace muuuchos años ya-, cuando era la tienda de alimentación del barrio. Resulta entrañable la amplia colección de grandes latas que decoran sus estanterías: tortas, pimiento molido, cola-cao, pimentón… ¡Cuántas abuelas guardan todavía sus botones, hilos y agujas en una de ellas! Y cuántos de nosotros hemos guardado en su interior nuestros cromos y canicas… A día de hoy, pocas canicas y cromos quedan, y dentro de poco y a este paso, ni botones ni agujas… ¿Qué podrían guardar en ellas los niños de hoy en día? ¿Una Nintendo 3DS? No lo veo, no lo veo… ¡Qué buenos fueron aquellos “tiempos analógicos”!
El comedor de La Colonial de Goya luce de blanco. Los caminos de tela cruzan las mesas de dos -con las que se puede crear sin problema un espacio para un grupo- y visten al restaurante de un modo informal pero elegante a la vez. Sobre el perímetro del local encontramos un banco corrido al que se enfrentan las sillas que completan el conjunto. Nadie pone en duda que las palmeras transforman cualquier lugar, multiplicando su belleza y exotismo, y en La Colonial de Goya lo tienen muy presente, pues brotan en cada esquina.
El ladrillo visto de sus muros luce a juego con el resto del mobiliario, de blanco, aunque ha adquirido un ligero tono perlado que lo hace, si cabe, más seductor -al haber sido acariciado por el tiempo a lo largo de los años-. ¡Qué bien que ya no se pueda fumar en los restaurantes! Creo que incluso los fumadores están de acuerdo, por lo que escucho en mi círculo de amistades, pues reconocen que nos beneficia gratamente a todos.
La tarima oscura del suelo combina perfectamente con la luminosidad de la sala. La Colonial de Goya logra crear una atmósfera muy agradable, consiguiendo en todo momento que los comensales disfruten de un espacio fresco y radiante.
Sobre las mesas, destacan a mediodía los vasos azules y las aceiteras de diseño, un toque elegante que añade al conjunto exquisitez y esmero. No está nada mal, sabiendo que nuestra cuenta difícilmente subirá de 20 € por persona. ¡Que estamos en pleno Barrio de Salamanca!
El local está pensado tanto para parejas como para grupos, pues resulta muy sencillo preparar una mesa para el número de comensales que se desee, además, gracias a su planta en forma de ele y a las anchas columnas que quiebran sus muros, las mesas discurren en armonía a pesar de estar cercanas. Escuchando la música chill-out que suena por sus altavoces, la estancia resulta todavía más agradable.
Se agradecen las servilletas de tela, teniendo en cuenta el ticket medio del local y, sobre todo, que no tendremos un simple “folio” por mantel. ¿A quién no le apetece aprovechar el cojín de la siguiente imagen para ponerse cómodo mientras hacen la comanda? Os aconsejo reservar con antelación, pues cuando nosotros fuimos se puso hasta los topes en menos de 15 minutos… ¡Si es que cuando se come bien en un restaurante… las noticias vuelan boca a boca!
Las escaleras que llevan a los servicios están cercadas por una enorme estantería de madera repleta de botecitos que bien podían formar parte de esa antigua tienda de ultramarinos que en el pasado dio vida a este céntrico local. Así mismo, las referencias que conforman la bodega de La Colonial de Goya presiden esta zona, un enorme botellero de gran altura que podéis observar mejor en una fotografía de la sección de Ninillas.
El Restaurante La Colonial de Goya resulta perfecto para cualquier momento del día -pues no cierra-, ya sea un desayuno, el almuerzo, la cena o simplemente para tomarse una caña bien acompañado a cualquier hora, además la escoltan con un gustoso aperitivo.
Para aperitivo, el que nos pusieron antes de la comida, unas ricas Croquetas de jamón con lechuguita y una copa de vino blanco Puerta Cerrada 2009 de la D.O. Madrid. El coste del aperitivo -asociado al cubierto- es de sólo 1,50 € e incluye también el pan elegido, que como os muestra Ninillas en su sección, puede ser blanco, integral con pipas o mediterráneo. ¡Buenísimo el integral con pipas! ¡Os lo recomiendo!
Fuimos cinco personas a disfrutar de La Colonial de Goya: Mario -el colonizador del local-, Gema, Roberto, Ninillas y un servidor, y todos salimos más que satisfechos de esta nueva aventura cucharetera. Lo mejor de todo… ¡La factura! Pues incluyendo el albariño -el más caro de los blancos de la carta- y los cafés, ni tan siquiera alcanzó los 25 €/persona. ¡Y eso que pedimos un primero y un segundo por persona! ¡Y postres! Ya veréis, ya…
El albariño corrió a cargo de un Castro Celta 2010 de la D.O. Rías Baixas. Un vino que ha sido designado como el mejor blanco de menos de 10 libras en los New Wave Spanish Wine Awards 2010 de Londres por segundo año consecutivo, en el marco de la prestigiosa cata internacional “Wines from Spain”. Fresco, carnoso y… ¡Muy recomendable!
La primera de las viandas en llegar a la mesa fue la Ensalada de búfala con aguacate, champiñones y anchoas que os muestra Gema sonriente -que aunque en la imagen la veáis enorme, no llega ni a los 7 €-. Los ingredientes quedan claramente reflejados en el nombre del plato -acompañada de láminas de queso y mitades de tomatitos cherry-, aunque yo destacaría la calidad de las anchoas y la rica vinagreta que riega el conjunto. Eso sí, si deseas un poquito más de aceite… No hay problema… ¡Tienes la aceitera en la mesa!
Claro que, sintiéndolo mucho por la ensalada anterior, la que se lleva la medalla de oro cucharetil es la Bruschetta de sardina ahumada con tomate horneado, rúcula y albahaca. ¡Riquísima! Las sardinas estaban de lujo y venían presentadas sobre el tomate horneado y especiado, a modo de imaginativa bruschetta. ¡Os obligo a que pidáis este manjar!
“Rico, rico” estaba este fantástico Tartar de atún macerado en soja y finas hierbas. Otro plato económico en La Colonial de Goya que presenta un sabor sobresaliente. Una vianda sencilla de compartir que nos invita a dejar el plato limpio en cuestión de segundos. Os olvidaréis que va presentado con guarnición de lechugas de lo bueno que está…
Muy apetitoso el Carpaccio de buey con lascas de parmesano, lima y mostaza. Más que lascas, son verdaderos trozos de buen queso, así que enrollad sin miedo el carpaccio sobre ellos dejando en el interior del cilindro alguna hoja de rúcula y… ¡Pa’ dentro! Buen toque el del aliño de lima y mostaza, dulce y sabroso.
Aquí me tenéis con los Chipirones encebollados con patatas confitadas y ali-oli. Si veis el primer plano en la sección de Ninillas se os hace la boca agua de inmediato. La verdad es que el plato nos recuerda a un mar embravecido con olas de cebolla, en el que los chipirones -cual cachalotes en manada- bordean los islotes volcánicos de patatas risoladas con palmeras de perejil en el momento en el que las erupciones han expulsado lava de ali-oli hasta que sus bocas han sido selladas con rocas de patata. ¡Muy ricos! -Se me fue un poco la pinza con este plato-
Mario os enseña el Arroz de butifarra negra y chipirones. Ya lo había probado anteriormente y quiso repetir, muestra del buen sabor de boca que le había dejado anteriormente esta vianda. El arroz estaba riquísimo y muy bien de punto, que combinado con los placeres del mar y de la tierra conjuntamente se convierte en un sabroso manjar.
Fijaos en este Timbal de espinacas y salmón con berenjena crujiente. La pieza de salmón es realmente generosa si tenemos en cuenta que el plato es de tan sólo 7 € y que estamos en pleno Barrio de Salamanca. Un plato de mar perfecto para los amantes de este pescado. ¡Me lo quedo!
La siguiente imagen corresponde a los Rollitos de gallo de San Pedro en suquet, una vianda muy recomendable que no había tenido la suerte de disfrutarla anteriormente. Los rollitos se acompañan de un timbal de patata confitada, canónigos y van rellenos de verduritas.
Personalmente, me encantaron los Rollitos de jamón y ternera con salsa de colmenillas -se me nota en la cara-, aunque reconozco que no será así para todo el mundo, pues nos encontramos ante un plato que puede llegar a resultar muy salado por la propia preparación de los ingredientes, al freír el jamón… ya se sabe: ¡Saladito que sale! La salsa, el jamoncito, las patatas -tanto las confitadas como las puente nuevo- todo estaba muy rico en esta vianda. ¡Yo repito!
La Hamburguesa de ternera con foie y dulce de espárragos verdes que viene a continuación es uno de los platos que más pedían las mesas aledañas. Una hamburguesa casera de carne de ternera que se presenta coronada por una generosa rodaja de foie. Se acompaña con patatas -puente nuevo y confitadas- y con una salsa de espárragos que resulta muy dulce para así combinarla con la potencia del foie. Para los adictos a las burgers…
¿Habéis visto lo que llevamos hasta ahora de comida cucharetera? ¡Cinco entrantes y cinco platos principales! Y así llegamos a los postres, que como son caseros no los íbamos a dejar en el tintero… Aunque nos pedimos tres para compartir los cinco, porque no había forma de hacer hueco para ninguno más. Además… ¡Regresaremos a La Colonial de Goya muchas veces! Porque nos viene muy bien la zona para comer a mediodía, con lo que ya os imagináis que no me quedará ni un solo postre por probar. ¡Palabra de Cucharete!
Gema os muestra el enorme y generoso cuenco de Arroz con leche casero con su canela tostada. ¡Delicioso arroz con leche! Una nueva receta que no había probado anteriormente, pues incluye nata y leche condensada -que se lo pregunté allí mismo-. ¡Qué rico estaba! Hasta este momento, el mejor arroz con leche -sin duda alguna- el de mi madre, pero ahora… ¡Tiene competencia!
También estaba muy sabroso el Tiramisú de café con queso mascarpone. Ya en la imagen se aprecia a simple vista que es casero 100% y que nada tiene que ver con los industriales. Los seguidores de esta sobremesa de la que no existe una receta única están de enhorabuena. ¡A probar el de La Colonial de Goya!
Finalizo yo mismo el reportaje de la comida en La Colonial de Goya con este magnífico Creppe caramelizado con crema de limón y piña natural. Yo incluso eliminaría las montañitas de nata que lo acompañan, pues el creppe está de muerte inundado en su propio caramelo, no necesita nada más. ¡Otro que no os podéis perder! Aunque el arroz con leche es insuperable…
Y aunque parezca que nuestra jornada gastronómica en el Restaurante La Colonial de Goya había finalizado con los cafés y tés que os muestra Ninillas en su sección… ¡No fue así! Pues ese día habíamos quedado por la noche para picar algo con otros amigos sin tener a esas horas lugar elegido, y al enterarnos de que en La Colonial de Goya variaban su carta por la noche y que transformaban el local en un lugar mucho más informal, en el que reina el picoteo y las raciones en un ambiente distendido y campechano… ¡Decidimos reservar nada más finalizar la comida! ¡Ahí queda eso! De ese modo, conoceríamos todos los secretos y entresijos de su cocina, tanto la de mediodía -de carta- como la de noche -de pinchos y raciones-.
“La Colonial de Goya” por la noche…
Por la noche, el Restaurante La Colonial de Goya cambia de concepto y transforma su carta de mediodía en una enorme lista de ricos canapés variados -hasta 63 diferentes- y generosas raciones. Las cenas en La Colonial de Goya gozan de un ambiente informal y distendido en el que reinan los grupos de amigos. ¡Picoteo de calidad y en abundancia en pleno Barrio de Salamanca a menos de 15 €/persona!
¡Sí! Regresamos por la noche a La Colonial de Goya a probar su carta de canapés y raciones, tal y como os he comentado al finalizar el anterior artículo, y la verdad es que resultó ser un día de cine, comimos francamente bien y cenamos estupendamente, y todo a unos precios anticrisis muy a tener en cuenta. ¡Ya hacía tiempo que no englobábamos a un restaurante de Madrid en nuestra categoría de 15 a 25 €! ¡Llegó la hora!
La zona de barra que os muestra Ninillas en su sección se llena de coloridos canapés por la noche, y enfrente mismo -en la imagen- tenemos otra pequeña repisa acompañada de sillas altas que viene perfecta para cenar algo si no tenemos tiempo de sentarnos en una mesa o si simplemente decidimos reunirnos de pie alrededor de las bandejas de canapés que vamos pidiendo para el grupo.
En cuestión de minutos, acercándonos a las 21:00h, La Colonial de Goya se llenó hasta los topes, no quedaba ni un solo hueco libre, y se veía a gente en la calle esperando a ver si con suerte algún grupete dejaba un poco de espacio. Cuando un local luce esa estampa… ¡Es que da bien de comer! Y lo más importante hoy en día… ¡A buen precio!
Tenéis disponibles -como muestra esta enorme pizarra- más de 60 canapés calientes diferentes en La Colonial de Goya. ¡Para todos los gustos! La gran ventaja sobre su competencia, es que los canapés calientes se preparan en el momento que los solicita el cliente, por lo que siempre llegan en su punto a la mesa -o a la repisa de la zona de barra-. También se pueden disfrutar a mediodía, pues ambas cartas están disponibles -la de día y la de noche- en horario de comidas, en cambio durante la noche, únicamente la carta de canapés y raciones está habilitada. Los canapés oscilan entre los 2,50 € y los 4,30 € y, recordad… ¡Más de 60 diferentes! Nosotros nos quedamos con las ganas de probar muchos más de los que pedimos…
Otras pizarras decoran la zona de entrada al local con dibujos y sugerencias pintadas con tizas de colores. Como te quedes mucho rato leyendo las pizarras… ¡No sabes qué pedir! Porque hay mucha variedad y todo se te antoja.
Ahí tenéis cuatro fotitos de los diferentes aperitivos -y hay muchos más- que acompañan a las bebidas en La Colonial de Goya. La barra se pone hasta arriba de gente pidiendo cañas -a 2,25 €- y dobles -a 3,90 €-, cada una con su aperitivo. Nosotros, optamos por las mesas -a las que también llevan el aperitivo que incluye la bebida-.
Arancha y Roberto os muestran la primera vianda de la noche cucharetera: Tabla de canapés especial. Vamos… para irnos introduciendo en materia. La bandeja incluye 5 canapés y éstos llegan cortados en tres trozos. Podéis ver el de Lacón con queso brie y pimentón, el de Solomillo ibérico tres salsas, otro de Gambas al ajillo, Ali-Oli, el de Jamón de pato con queso y el de Jamón de bellota con tomate. No sabría con cuál quedarme, quizás con los dos de jamón y el de lacón -ya se ve de qué pie cojeo-.
Después de la tabla y realizadas las presentaciones canapés-cucharetes, ya nos aventuramos a pedir los canapés por unidades, así que cogimos la lista de los 63 y… ¡Ocho que cayeron! Presentados, por supuesto, en ricas rebanadas de pan tostado.
Por orden de aparición en las fotografías: Setas con gulas al ajo, Solomillo Ibérico foie y queso brie, Bacalao con salsa Ali-Oli, Salmón ahumado con queso de Burgos, Lacón con queso brie y pimentón y Boletus y gulas del Norte. También pedimos uno de Bonito con gulas al ajo y vinagreta que Ninillas os muestra en la bandeja completa junto a FlashBack -en su sección- así como un primerísimo plano del vistoso y rico canapé de Morcilla de Burgos con huevo de codorniz frito. ¡Geniales todos! ¡Y hay muchísimos más!
En la siguiente imagen, salgo fotografiado con la generosa ración de Huevos estrellados de granja con patatas y jamón -de tan sólo 7,50 €-. Como os podréis imaginar, es un pato que cuando sales de raciones, lo pides siempre. ¡Es único!
Y si os habéis fijado, cambiamos las cañas por una jarra de sangría. ¿Por qué? Porque la vimos en una mesa vecina y “culo veo, culo quiero”. ¡Opción muy acertada para regar la noche en La Colonial de Goya!
Las Setas gratinadas con puntitas de jamón y torta del casar parecen poder olerse a través de la pantalla, si ya tiene buena pinta el plato, imaginaos lo bueno que está.
Lo mismo podría decir para este colorido Carpaccio de bacalao con picadillo de anchoas y aceitunas negras. Otra de esas viandas que ves por las mesas vecinas y despiertan tu atención. ¡Muy rico!
Quizás las Croquetas de queso de cabra con membrillo y piñones -que encontramos en la sección de “Exquisiteces” de la carta de La Colonial de Goya- sean las menos populares, ya que no a todo el mundo le gusta esta combinación -a nosotros ya veis que sí-, pero siempre tendréis disponibles las tradicionales croquetas de jamón o incluso las atractivas croquetas de gambas. ¡Cada uno que pida las que le apetezca!
Lo mejor de la noche en La Colonial de Goya fue la factura de la cena. Al igual que la de la comida, muy ajustada -sin lugar a dudas, es un local en el que cuesta sobrepasar los 20 € por persona-. Hemos descubierto un nuevo restaurante al que regresar a menudo sin dañar nuestra economía. A mediodía, tanto para comer a la carta como para disfrutar de sus canapés y raciones y, por la noche, para picotear algo con los amigos tanto en barra como en sala. Un rinconcito en pleno Barrio de Salamanca que tendremos muy en cuenta los cucharetes para nuestra salidas con amigos. ¡Nos vemos allí!
Ninillas: Cuando llegan las dos de la tarde mi estómago siempre reclama mi atención. Es como si tuviera un reloj interno que tuviera puesta la alarma a esa hora. También me pasa con la cena, pero a las nueve de la noche parece que me suena más bajo. El caso es que, cuando es la hora de comer, yo necesito comer y lo necesito ¡ya! Esto no es algo nuevo, ya de pequeña solía apremiar a mi madre para que la comida estuviera en la mesa. Pero claro, cuando comes fuera de casa, la cosa se complica, porque lo primero que hay que hacer para comer es elegir el sitio y eso, señores… es tarea complicada. Me pone nerviosísima tener que pensar el dónde, sobre todo cuando estoy en una zona que no es la habitual y veo que son las dos, las dos y cinco, y diez… Y nada, que aún estoy mirando. Afortunadamente para mí, y sobre todo para mi estómago, el día que descubrí este restaurante Mario sabía dónde íbamos e insistió en que me dejara de tonterías y fuéramos sin más porque, según dijo, allí se comía de lujo y a unos precios ajustadísimos para la zona. No sólo no me engañó sino que se quedó corto.
El Restaurante La Colonial de Goya se encuentra ubicado en el Barrio de Salamanca, más concretamente en el número 34 de la exclusiva calle Jorge Juan. Dada su situación, uno podría pensar que sólo por plantar un pie dentro ya te van a cobrar, pero lo cierto es que es todo lo contrario, estamos ante un local de precios asequibles donde además todo lo que te ofrecen está rico, rico. Vamos, que no se puede pedir más: céntrico, mono y económico.
Nada más cruzar el umbral de su puerta te recibe una coqueta barra repleta de canapés que hace de antesala del restaurante propiamente dicho, además de ser el sitio perfecto para el desayuno, unas cañitas antes de la comida, una merienda o sencillamente cualquier incursión a lo largo del día, porque lo cierto es que el Restaurante La Colonial de Goya es un local tremendamente versátil que se presta a cualquier situación que se nos pueda presentar a lo largo de la jornada.
Una vez pasada la zona de barra nos encontramos con la sala propiamente dicha, un espacio con forma de “L” donde llama la atención el atrezo utilizado en la decoración, todo a base de latas antiguas que recuerdan las tiendas de ultramarinos de antaño. Y es que La Colonial de Goya se ubica precisamente en el mismo lugar donde se abrió la primera tienda de ultramarinos de Madrid, de modo que, todas esas latas, botellas y cajas, más que formar parte de un decorado son un homenaje.
El ladrillo visto en tonos crudos va recorriendo toda la estancia haciendo del local un espacio tremendamente acogedor y agradable. En realidad, el Restaurante La Colonial de Goya es de esos sitios que te gustan nada más entrar y donde te sientes tremendamente a gusto una vez te sientas en una de sus mesas. Ideal para una comida o una cena con amigos o con la pareja, la verdad es que se presta a todo tipo de situaciones.
La bajada a los baños que os muestro a continuación bien podría ser el almacén de la tienda de ultramarinos, con altísimos estantes repletos de confituras, conservas, galletas, sacos de café… En fin, absolutamente todo lo que puedas imaginar, aunque eso sí, no apto para consumo, que son envases originales.
Como originales son estas exclusivas latas de Cola-Cao, Tortas Mezcla, Tortas Imperiales y Pimentón. Todas ellas con unos cuantos años a sus espaldas, aunque ni la edad ni el paso del tiempo han hecho que dejen de lucir orgullosas en las repisas del Restaurante La Colonial de Goya.
El coqueto comedor, con capacidad para 40 comensales, es rodeado por bancos corridos en color blanco que no sólo sirven de asiento, sino que ayudan a distribuir mejor el espacio. Las mesas son modulares de dos, con lo que se pueden juntar en torno a ellas cualquier número de comensales, ya sean 2, 4, 6… O seguir aumentando hasta que nos digan basta, porque si bien de día La Colonial de Goya es un local que se presta a cualquier comida de empresa o reunión de trabajo, de noche se llena de grupos de amigos como pude comprobar yo misma in situ.
Las mesas, eso sí, se quedan un poco pequeñas y tal vez demasiado juntas, aunque qué queréis que os diga, tampoco se puede exigir que haya distancias kilométricas entre ellas, pues no estamos ante un restaurante de precios prohibitivos donde se debe contemplar más seriamente este aspecto sino en un local que maneja una horquilla de precios tremendamente atractiva y muchísimo menos elevada. Respecto a su indumentaria, visten caminos y servilletas en color blanco acompañadas por una vajilla y una cubertería correctas. Unos vasos en color azul intenso y el oro líquido sobre cada una de ellas son las notas de color que irrumpen en un espacio donde el blanco y los crudos son la nota predominante.
Pero yo creo que ya va siendo hora de meternos manos a la obra y ver qué nos ofrece este restaurante gastronómicamente hablando. La Colonial de Goya nos presenta no una, sino dos cartas: una de día y otra de noche. Con la singularidad de que la carta de noche, basada más en raciones y canapés, también está disponible al mediodía. De modo que se puede disfrutar de forma diferente de este local dependiendo de la hora a la que te sientes a su mesa.
La carta de día nos presenta una selección de platos de corte mediterráneo donde podemos encontrar un buen número de Entradas, Arroces y pastas, Pescados y Carnes. Todos ellos con un denominador común, el precio. Puedes comer a la carta, con calidad y en cantidad sin que tu bolsillo se resienta. Como orientación, os diré que nosotros salimos a 22 €/persona -sin el vino- y os puedo asegurar que no nos privamos de nada.
La Colonial de Goya cuenta con una carta de vinos que ofrece unas 20 referencias, donde 6 de ellas bajan de los 16 € y únicamente crianzas y reservas de marcas reconocidas superan los 20 €. Además, algunos de ellos se sirven por copas. Nosotros nos decantamos por un albariño Castro Celta 2010 de la D. O Rías Baixas que a mí particularmente me encantó. Potente, carnoso y elegantemente afrutado, os lo aconsejo si tenéis la oportunidad de probarlo. Pero vamos a ir sirviendo el aperitivo -compuesto por unas croquetas de jamón y una copita de vino blanco de Madrid, que Rayo os muestra en su sección- y el pan, del que por cierto ofrecen tres variedades -blanco, integral con pipas y mediterráneo-, que empezamos a comer ¡ya!
Abrimos con una Ensalada de búfala con aguacate, champiñones y anchoas. Un entrante fresco, ligero y muy rico que además llevaba queso, tomatitos cherry y una vinagreta que ayudaba a ligar bien todos los ingredientes. Me gustó mucho, sobre todo la interesante combinación que se conseguía con la búfala, el aguacate y las anchoas.
Mario os presenta la Bruschetta de sardina ahumada con tomate horneado, rúcula y albahaca, sin duda, un plato imprescindible el Restaurante La Colonial de Goya. No se trata de una bruschetta convencional, pues no hay pan sobre el que se disponga el tomate, es más bien, una bruschetta hecha ensalada donde el pan se ha sustituido por un mézclum de lechugas. Este plato estaba riquísimo, sobre todo porque la sardina ahumada estaba de escándalo y unida al amargor que proporcionaba la endivia se conseguía un matrimonio casi perfecto.
Otro de los platos sorpresa que nos deparó la comida fue el que os muestro a continuación: Tartar de atún macerado en soja y finas hierbas. Ummmmmmmm… Estaba delicioso, tremendamente jugoso. Otra de las viandas que uno debe apuntarse en su comanda en La Colonial de Goya.
Roberto os presenta el Carpaccio de buey con lascas de parmesano, lima y mostaza. Curiosamente, el resultado de esta combinación de ingredientes era un sabor dulzón y no salado como yo me esperaba en un primer momento, pero lo cierto es que nos gustó a todos.
Los Chipirones encebollados con patatas confitadas y ali-oli son, sin dudarlo, uno de los platos estrella que uno no puede perderse en el Restaurante La Colonial de Goya, sobre todo por esa salsita que te incita a mojar pan una y otra vez, eso sin olvidar el acompañamiento de las patatitas con ali-oli que tan bien le quedaban.
Concluidos los entrantes con una sensación francamente buena, pasamos a los principales, de los cuales, el primero en hacer acto de presencia en nuestra mesa fue este Arroz de butifarra negra y chipirones, del cual sólo diré tres cosas: muy sabroso, muy rico y con el arroz en su punto. ¿Qué más se puede pedir? Bueno sí, que ojalá lo tuviera preparado hoy en casa. Os lo recomiendo encarecidamente si decidís acudir a comer a La Colonial de Goya.
El Timbal de espinacas y salmón con berenjena crujiente, estaba bueno, aunque tal vez fue el plato que menos me entusiasmó, no porque estuviera mal ejecutado o porque los ingredientes carecieran de calidad, sino que sencillamente a mí el salmón no me va mucho, siempre me ha parecido un pescado excesivamente seco y no está entre mis preferidos. Aún así, al resto de acompañantes sí les satisfizo, como podéis ver en la sección de Rayo.
El segundo pescado viene de la mano de Gema, quien os presenta estos Rollitos de gallo de San Pedro en suquet que estaban para chuparse los dedos. Los jugosos rollitos de gallo iban rellenos de verduritas y llevaban como guarnición una especie de patatas risoladas que suponían el acompañamiento perfecto.
Y del pescado pasamos a la carne con estos Rollitos de jamón y ternera con salsa de colmenillas. ¡Qué cosa más rica! No es un plato que aconseje a los hipertensos, pues el jamón cocinado deja la pieza más bien salada, pero para el resto… ¡No dudéis en pedirlos! Además la salsa le sentaba de maravilla y yo no pude contenerme en mojar el pan en más de una ocasión.
Roberto os presenta la Hamburguesa de ternera con foie y dulce de espárragos verdes que hizo las delicias de los más amantes de la carne y del foie que estaban sentados a la mesa. A mí este plato me gustó, aunque personalmente el dulce de espárragos verdes me pareció precisamente eso, demasiado dulce, tal vez si hubiera sido pan, foie y dulce de espárragos verdes, la mezcla me habría gustado más, pero con la hamburguesa… En fin, como siempre es mi opinión porque desde luego tanto Roberto, como Gema y Mario estuvieron en desacuerdo total conmigo.
Como habréis podido observar, los platos en La Colonial de Goya son generosos, de modo que a la hora de los postres nos cortamos un poco y decidimos pedir sólo 3, aunque éstos siguieron siendo igual de generosos y de poco sirvió. La carta de postres nos presenta 7 postres con precios que oscilan entre los 3.90 y los 4.95 €.
Empezamos la sección dulce con este Arroz con leche casero con su canela tostada. Vaya por delante que el arroz con leche no se hizo para mí, pero aquí debo de decir que éste no es un arroz con leche al uso, sino que entre sus ingredientes se dejaba notar el sabor de la nata y la leche condensada, por lo que el resultado era muy diferente del tradicional. En definitiva, que aunque no me gusta el típico “arroz con leche”, éste me encantó, y esto tiene su mérito, porque yo creo que es de los pocos que me han entusiasmado.
El Tiramisú de café con queso masacarpone tampoco se quedó atrás, de hecho, una que yo me sé se lo hubiera comido solita sin dejar probarlo al resto, pero eso no lo permitimos. Lo probamos todos y todos coincidimos en el veredicto: ¡Qué rico está este tiramisú!
El último de los postres fue el Creppe caramelizado con crema de limón y piña natural que nuevamente estaba de escándalo con ese juego del dulce-ácido que tan bien sienta.
La sobremesa la acompañamos con unos solos y unos cafés con leche a un precio francamente atractivo para la zona, 1.30 €, bueno… atractivo para el Barrio de Salamanca y para todo Madrid, para qué nos vamos a engañar. Nos relajamos un poquito a ritmo de chill-out y nos marchamos de allí sabiendo que a la noche volveríamos de nuevo, pues ya habíamos quedado para picotear algo con amigos y Rayo decidió que éste era el sitio perfecto para ello, así que hizo la reserva entonces mismo.
Os dejo unos precios orientativos antes de dar por finalizada la comida. El precio del cubierto está a 1.50 € e incluye la copita de vino, el aperitivo y el pan. La botella de agua a 2.10 € y las copas de vino dependiendo de la referencia entre 2.10 y 2.80 €.
Ahora sí, doy por concluida la comida, pero antes quiero dejar patente mi humilde opinión sobre lo que el Restaurante La Colonial de Goya ofrece al comensal con su carta de día, que no es otra cosa que platos muy generosos, bien elaborados y sabrosos y todo ello a un precio asequible, lo que sorprende aún más si cabe dada la zona en la que nos encontramos. En definitiva, una excelente relación calidad-cantidad-precio en un local agradable, tranquilo y tremendamente acogedor.
“La Colonial de Goya” por la noche…
Por la noche, el Restaurante La Colonial de Goya cambia de concepto y transforma su carta de mediodía en una enorme lista de ricos canapés variados -hasta 63 diferentes- y generosas raciones. Las cenas en La Colonial de Goya gozan de un ambiente informal y distendido en el que reinan los grupos de amigos. ¡Picoteo de calidad y en abundancia en pleno Barrio de Salamanca a menos de 15 €/persona!
En nuestra visita nocturna, estaba ansiosa por probar algunos de los canapés que había leido en su enorme pizarra de la barra. Me sorprendió ver la cantidad de gente que había en el local, estaba lleno hasta la bandera. ¡Menos mal que Rayo había reservado!
De noche, el ambiente es muy distinto al que vivimos al mediodía. Es como si el Restaurante La Colonial de Goya se hubiera transformado de un espacio tranquilo, acogedor y más serio en otro mucho más informal y distendido. Sin duda, sus dos tipos de carta marcan claramente el tipo de público. De noche, son numerosos los grupos de amigos dispuestos a compartir animadas conversaciones mientras toman unos canapés o unas raciones sentados en sus mesas.
Su carta de noche, como ya os he comentado, va en consonancia con lo que se pretende conseguir, un ambiente más desenfadado y fresco. Por eso, centran su oferta gastronómica en raciones de todo tipo, ensaladas, quesos y algunas exquisiteces como Paté de perdiz con reducción de Pedro Ximénez o Tarrina de Foie francés casero con confitura de naranja. Eso sin olvidar el amplísimo surtido de canapés calientes -elaborados al momento- del que disponen. ¡Más de 60 tipos distintos! Como para no encontrar uno que te guste.
La imagen que os muestro a continuación no es de los canapés, sino de los apetecibles aperitivos que sirven con la caña y que exhiben orgullosos en su barra. Sin duda, ayudan a abrir boca antes de una cena con amigos como la nuestra.
Aunque el aperitivo no tiene sentido si no viene acompañado de unas cañitas como éstas. Bueno, en realidad, éstas no son cañas, sino dobles, cuyo precio es de 3.90 €, las cañas están a 2.25 €.
Si se desea, se pueden elegir los canapés sueltos o bien optar por una Tabla de canapés especial como hicimos nosotros. En la tabla -17.50 €- vienen 5 canapés, a elección de cocina, un poquito más grandes que los normales y troceados en tres partes, por lo que es una opción perfecta para compartir. A nosotros nos tocaron de Lacón con queso brie y pimentón, de Solomillo ibérico tres salsas, de Gambas al ajillo con ali-oli, de Jamón de pato con queso y de Jamón de bellota con tomate. Todos calentitos y muy ricos.
Pero claro, como no sabíamos los que nos iban a entrar en la tabla, también decidimos pedir 8 canapés al gusto de cada de uno. Los precios de los canapés oscilan entre los 2.50 y los 4.30 € y, como ya he mencionado antes, todos van calientes sobre un pan tostado muy rico y son elaborados al momento. De entre los más de 60 tipos que tienen, nosotros nos quedamos con: el de Solomillo ibérico con foie y queso brie, el de Lacón con queso brie y pimentón, el de Boletus y gulas del Norte, el de Bonito con gulas al ajo y vinagreta, el de Setas con gulas al ajo, el de Salmón ahumado con queso de Burgos, el de Morcilla de Burgos con huevo de codorniz frito y el de Bacalao con salsa Ali-Oli.
He aquí un primerísimo plano del canapé de Morcilla de Burgos con huevo de codorniz frito. Fui yo y nadie más la responsable de su elección, y os puedo asegurar que no me defraudó en absoluto, estaba delicioso. Da gusto cuando te hacen las cosas al momento y encima están tan ricas.
De entre sus raciones no podía faltar la de Huevos estrellados de granja con patas y jamón, donde los huevos estaban cuajados en su punto justo, sin pasarse. Otra buena elección para compartir con amigos.
FlashBack y Arancha os muestran unas Setas gratinadas con puntitas de jamón y torta de Casar y un Carpaccio de bacalao con picadillo de anchoas y aceitunas negras respectivamente. No sabría por cuál de los dos decantarme porque los dos me encantaron, así que por qué elegir uno solo si se pueden probar los dos… Os los aconsejo sin duda alguna.
De entre todas las croquetas que ofrecían en su carta, había unas que no estaban con el resto, sino en la sección de exquisiteces y que llamaron nuestra atención: Croquetas de queso de cabra con membrillo y piñones. Estaban espectaculares, pero eso sí, para comer una, pues lo cierto es que pueden resultar demasiado empalagosas según el paladar y son mejores en poca cantidad.
Acompañamos nuestra cena con cerveza para posteriormente pasarnos a la sangría, cuyo precio es de 15 €. De modo que, entre el líquido dorado y la sangría, mis ojillos ya brillaban como en sus mejores tiempos y, como no, mi vejiga empezaba a requerir parte de mi atención, así que decidí que era hora de bajar las escaleras y hacer una visita al baño.
Sonrientes -y satisfechos- salimos del local con la impresión de que, gracias a Mario, habíamos descubierto una nueva joyita en Madrid. Un restaurante tremendamente versátil al que no me cabe la menor duda que no tardaré en volver, ya sea para disfrutar de su carta de día o de su carta de noche, eso no me preocupa, porque tanto a la luz de Sol como a la luz de la Luna, el Restaurante La Colonial de Goya sabe cómo responder siempre satisfactoriamente.
Cucharete: ¡Qué bien sienta descubrir un nuevo restaurante en pleno Barrio de Salamanca cuya horquilla de precios está entre los 15 y los 25 € por persona! No tengo ninguna duda de que será una de las estrellas de Cucharete, pues todos los lectores agradecerán tener a tiro un restaurante como La Colonial de Goya en estos tiempos de crisis. Por el día, una carta que permite disfrutar de entrantes y platos principales y, por la noche, reunirse con los amigos y probar el mayor número de canapés diferentes posible, regados con cañas y sangrías. ¡Hay más de 60! Mi equipo comió a mediodía por 22 €/persona, cinco personas con 5 entrantes, 5 platos principales, 3 postres, 2 botellas de agua y 5 cafés y tés. A lo que tendríamos que añadir una botella de vino -18 €-. Mi equipo cenó por la noche por 14 €/persona, cinco personas con una tabla de canapés, 8 canapés individuales y 4 raciones. A lo que tendríamos que añadir 5 cañas dobles -a 3,90 € cada una- y una jarra de sangría -15 €-.
Su agradable y cálido espacio con el predominio del blanco. El amable y ágil trato del servicio en todo momento. Su buena relación calidad/cantidad/precio. La versatilidad de su carta -de día y de noche-, pensada para todos los bolsillos. La elaboración de sus platos. Sus más de 60 canapés diferentes, elaborados al momento. Aceptan todos los cheques de comida.
Algunas presentaciones de las raciones de noche. La separación entre mesas.
3,9
15 comentarios a “La Colonial de Goya”
Escribe un comentario
IMPORTANTE: Por favor, intenta que tu comentario tenga que ver directamente con el restaurante analizado. Para cualquier otra comunicación tienes disponible la sección de contacto.
Debes estar identificado para escribir un comentario.
precioso!!
Que sitio tan bonito, me lo apunto, gracias
Que preciosidad !!!
Genial para una cena tranquila a base de picoteo y buena conversación. Gracias
Felicidades por la pagina. Me encantan ver los platos de compañeros de profesión. Saludos
Hoy voy a probar La Colonial de Goya. Ya os diré si me gusta.
Gracias por la recomendación del restaurante “la colonial de Goya”.Tomo buena nota para mis vaciones de mayo en Madrid.
Yo estuve este sábado y me encantó¡¡¡ lo recomiendo¡
acabo de comprobar la veracidad de vuestro articulo, gracias cucharete por demostrarme que todavia quedan sitios en Madrid capaz de sorprenderme. Calidad, buenos precios y un gran servicio
Como siempre que vamos a Madrid, seguimos tu recomendación y reservamos en La colonial de Goya. Al llegar, resultó que habíamos estado ya hace más de dos años (un poco desfasados habéis estado en este caso) una noche que íbamos dando una vuelta. El sitio no está mal pero no se pasa, cuatro entrantes, una botella de rioja y un chuletón enorme (un poco pasado) y sin postres, a 27 euros persona.
El servicio poco profesional. Nada del otro mundo. En este caso, regular.
Estuvimos la semana pasada comiendo un día entre diario. Nos gustó mucho la comida, a excepción del tartar de atún que parecía más atun en lata que tartar… pero bueno… el resto estuvo fantástico!!
La comida está buena, los pinchos muy ricos pero es una pena porque yo ya no vuelvo mas, tiene un servicio horrible…
gracias!
Una gran velada, gracias cucharete por enseñarme un nuevo rincón de esta ciudad
Me tome unas tostas en la barra y la verdad que entre una selección tan amplia, me decidi por las sugerencias de establecimiento, todo un acierto…el trato cordial y un buen servicio pero yo me quedo con el rioja de la casa
Que gran trabajo el que se hace allí se nota la dedicación y entrega de este equipo por ofrecernos lo mejor lo que hace muy satisfactorio visitar el restaurante y disfrutar de su exquisito servicio.