-
Lagasca, 48
Madrid (Salamanca)
Serrano, Velázquez
91 435 76 08
40 - 50
En pleno barrio de Salamanca se ubica el acogedor y seductor restaurante El Rincón de Goya, que pone a disposición de los paladares más exigentes una más que destacable cocina de mercado. Este verano de 2011 actualiza sus románticas salas con un estilo ibicenco en el que la luz juega un papel protagonista, siendo la guinda del pastel su vistoso patio interior. Resulta el restaurante ideal tanto para una inolvidable velada romántica como para una celebración especial. Dispone de dos comedores con capacidad para 40 y 45 comensales que pueden privatizarse previa reserva. Acompañando a las entradas de su carta, ofrecen diferentes Menús de Grupo a partir de 46 € +IVA, aunque se pueden confeccionar a medida del cliente. Su horario de apertura es de 13:00h a 16:00h y de 20:30h a 00:00h. Cierra los Domingos por la noche.
5,0
Actualización: Restaurante El Rincón de Goya - Artículo Actualizado 2012
Rayo: ¡Hemos repetido! Y no es para menos… Únicamente basta con echar una ojeada rápida a las fotografías del reportaje cucharetero para darse cuenta de que, incluso visualmente, resulta todo un placer cenar y disfrutar en primera persona del nuevo y radiante Restaurante El Rincón de Goya de Madrid. ¡Cómo ha cambiado!
Os habíamos presentado este encantador restaurante a finales de 2009, y puedo aseguraros que es uno de los locales que más hemos visitado desde entonces. ¡Nos encanta cenar en El Rincón de Goya! Vamos, que no es difícil coincidir con Ninillas y conmigo entre sus mesas algún fin de semana que otro. Pero en esta ocasión, además, el llamativo y atrayente cambio de su decoración interior, sedujo los cinco sentidos de todos los miembros del equipo de Cucharete, que no pudo remediar el ponerse a hacer fotos en todas direcciones para elaborar un nuevo artículo cucharetero que fuese capaz de mostraros a todos vosotros qué esconde ahora mismo el número 48 de la calle Lagasca del barrio de Salamanca. ¡Un precioso local para disfrutar en pareja! ¡Y en grupo! ¿Por qué no?
Paseando por Lagasca, a medida que nos acercamos al cruce con Goya, despiertan nuestra atención imponentes troncos de bambú iluminados en tonos fucsias que germinan sobre una apacible base piedras blancas. ¡Nos están invitando a entrar! ¡No cabe la menor duda! Resulta incluso gracioso observar cómo, con este cambio, los viandantes no sólo analizan con detenimiento su carta, sino que se ponen de puntillas para intentar vislumbrar qué hay más allá de sus escaleras de entrada, señalizadas con velas y rodeadas de altas y frondosas palmeras. ¡El Restaurante El Rincón de Goya les seduce desde la calle!
Hacer un alto en el camino y observar desde la balaustrada de hierro forjado el espacio que se nos presenta resulta todo un placer visual. Si el ambiente nos embelesa, siempre nos estimulará de nuevo una suave voz que nos despertará con un amable: “Bienvenidos señores, ¿a qué nombre tienen ustedes la reserva?”. Porque si no se reserva en El Rincón de Goya, difícilmente podremos disfrutarlo por la noche… ¡Tenedlo en cuenta!
Tres escalones más son suficientes para visualizar la barra en todo su esplendor. ¡Me encanta! Un estilo ibicenco arropa a día de hoy El Rincón de Goya al completo. Un excitado mar de sábanas frescas cuidadosamente iluminadas crean un hermoso cielo que completa un ambiente de lo más acogedor, apoyado desde abajo por variadas alfombras y telares marroquíes.
Dos esbeltas jarras de mojitos -uno de ellos de frambuesa, riquísimo por cierto- nos dan la bienvenida acompañados por una fabulosa champanera repleta de hielo que enfría las copas que le darán alojo.
Frente a la barra -como muestra la siguiente instantánea-, unos coquetos pufs son el reposo ideal para que la espera por nuestra mesa sea más apacible, mientras tanto, no hay más que disfrutar con la vista, pues ya dispondremos de tiempo suficiente para deleitar nuestro sentido del gusto minuciosamente. ¡Qué bien cenamos aquella noche en El Rincón de Goya!
La curiosa y atractiva lámpara de la barra, que simula un enorme huevo encarcelado por su propio nido, da paso a un comedor de auténtico lujo. Lujo visual me refiero, pero por si alguien osa ponerlo en duda, sirva como prueba la fotografía que os muestro a continuación. ¡Precioso! ¿Verdad? Fijaos en cómo la estantería de esbeltas aceiteras aliña el delicado espacio en su punto justo, obteniendo un efecto sedoso a la vez que imponente. ¡En su punto!
Amplias mesas de dos, que pueden llegar a ser ocupadas por cuatro comensales, florecen en la tarima de madera noble como enormes margaritas de pétalos blancos gracias a unas nuevas y modernas sillas que completan a día de hoy el comedor de este restaurante madrileño, que hechiza y cautiva a todo el que lo visita por primera vez. Una aceitera -a modo de Rey-, escoltada por un pimentero -que juega el papel de Dama-, se enfrentan a una incansable vela Peón sobre un tablero sin cuadros negros, donde gobierna la luz sobre la oscuridad. La batalla está servida, y el humilde Peón sucumbirá al final de la velada.
Una fina a la vez que densa lluvia de hilo blanco divide su primer comedor en dos alturas. Resulta indiferente conquistar el espacio más elevado para disfrutar de mejores vistas o, por contra, defenderse desde cotas más bajas, pues las sensaciones que se manifiestan desde ambos niveles son placenteras.
Un afinado y distinguido piano, flanqueado por selváticas y verdes palmeras, fragmenta la sala que da a la calle y crea un nuevo y acogedor espacio presidido por un cielo saciado de presumidas nubes blancas que iluminan tenuemente todas y cada una de las mesas. La separación entre las mismas es digna de mención, pues permite mantener la intimidad de nuestra conversación gracias a la lejanía de los comensales vecinos. ¡Merecido “minipunto” para El Rincón de Goya!
Una seductora cascada de luz azul se desliza por un acantilado de hilo blanco, protegiendo a una temperatura estable parte de la bodega del Restaurante El Rincón de Goya. Una mesa redonda para cinco o seis comensales -como la que muestra la siguiente fotografía- resulta perfecta para disfrutar de la velada en grupo, manteniendo una conversación distendida de tú a tú con todos los miembros de la misma. La cubertería, vajilla y cristalería entonan con el resto del atrezo blanco que viste la mesa, contrastado únicamente por una coqueta pizarrita negra donde reposará nuestra pieza de pan durante la degustación.
Echar la vista atrás hacia la entrada del local consigue encandilarnos de nuevo. Las sombras juegan al escondite con las luces en todos los rincones, unas veces ganan unas y otras veces las otras, creando un clima de paz y serenidad que influye en la actitud de todos los clientes. ¡Qué a gusto se está en El Rincón de Goya!
Pero eso no es todo en el Restaurante El Rincón de Goya… El radiante y esplendoroso pasillo que veis a continuación nos lleva a otra sala más sorprendente si cabe. ¡Ya veréis, ya! Primero analicemos este espacio camaleónico que fue capaz de enamorar al objetivo de la cámara una y otra vez. Las baldas de ladrillo visto iluminadas dan cobijo a la bodega de este precioso restaurante del barrio de Salamanca en Madrid. ¡Casi 300 referencias tenemos disponibles! Debemos destacar que los precios de los vinos en el Restaurante El Rincón de Goya están realmente ajustados, pues no nos encontramos importes prohibitivos en los más habituales. Con el añadido de que podemos disfrutar por copas algunos de ellos, una opción que cada día está más de moda.
La mayoría de las veces, la bodega del Restaurante El Rincón de Goya luce anaranjada, mimetizada con el entorno, proyectando de esta manera una imagen elegante y selecta. Un místico espacio bañado por el color que le confiere la madera a los reservas más demandados. ¡Exquisita fotografía!
En otras ocasiones, el color conquista la bodega del Restaurante El Rincón de Goya: azul oceánico, verde hierba, rojo pasión, púrpura flor… El estado de ánimo del local cambia de tono según el día, aunque siempre podremos sugerir al maître nuestras preferencias y, si tenemos suerte… ¡Participaremos en la iluminación de la noche con nuestros deseos! A mí, me encanta el azul, debe ser que desde los “madriles” echo de menos el mar de Galicia. ¡Disfrutad de las imágenes!
El reflejo de la bodega iluminada en el espejo impresiona por su belleza. ¿Alguno de vosotros no está de acuerdo? Este precioso pasillo bien podría considerarse un lugar mágico… ¿Queréis ver hasta dónde lleva la madriguera del Conejo Blanco? ¡Seguidme!
El segundo comedor del Restaurante el Rincón de Goya luce exquisito. El “cielo” permanece “encapotado”, aunque cuidadosamente se cuelan los rayos de “sol” que llegan sutilmente hasta las mesas que, correctamente espaciadas, disfrutan de unas vistas de ensueño para un local que linda con un fantástico patio interior. ¡Menuda “terraza de verano”! Probablemente supere a la gran mayoría de las que hay en Madrid, y os explico el porqué: No tiene precio el poder cenar al lado mismo de gigantescos ventanales abiertos, sobre los que unos aspersores emiten gradualmente una finísima lluvia de rocío, evitando de ese modo que el calor del exterior penetre en la sala. Además, hay que sumarle el aire acondicionado interior, por lo que la estancia en este área del Restaurante El Rincón de Goya resulta un verdadero lujo.
Múltiples velas lucen cual luciérnagas marcándonos el camino hacia la mesa más sensual. Las más cotizadas -y para las que hay que reservar con suficiente antelación- son las situadas al lado de las ventanas. ¡Vaya lujo de mesas! Redondas, cuadradas, de dos, de cuatro, de seis… ¡Hay hueco para todas las ocasiones! Este espacio puede privatizarse previa reserva para un grupo máximo de 50 personas. Así que, ahí queda eso para los que tengáis algo importante que celebrar. ¡No os defraudará!
La vegetación exterior se presenta iluminada, de modo que, si los enormes ventanales están cerrados, se convierten en un espejo transparente que refleja las paredes del local a la vez que proporciona un paisaje que nos evade de la ciudad. ¡Exquisita mezcla!
Cualquier rincón es perfecto para disfrutar como nunca de una velada romántica inolvidable, en la que no sólo el continente triunfará, sino que la degustación estará a la altura en todo momento. ¡Por algo El Rincón de Goya ha subido en 2011 a la categoría de 5 cucharetes! ¡Nos ha encantado el cambio! ¡Merecido ascenso!
El espacio es la clave, amplitud ante todo, y si no mirad la mesa que os presento a continuación. Si es que cada fotografía que veo no hace más que invitarme a visitarlo de nuevo. ¡El Rincón de Goya engancha!
Al fondo de la sala, una repisa a modo de improvisado botellero nos acompaña durante la velada. Los diferentes espejos, no sólo combinan perfectamente con el ladrillo visto, sino que se encargan de dar amplitud al comedor a la vez que permiten a las mesas más alejadas disfrutar también de las vistas de las ventanas. Las velas gatean y avanzan por los huecos que el viejo ladrillo deja por los mordiscos del tiempo, y presumen con sus sensuales centelleos desde todos los ángulos. ¡He contado más de 100 encendidas!
Si pedimos que deslicen el cristal que nos resguarda del patio, experimentamos sensaciones únicas: ¡Estamos en una terraza en el centro de Madrid! ¡Con aspersores de agua de rocío que anulan el calor exterior! -como se puede observar en la parte superior de la siguiente fotografía-. ¡Y prácticamente al aire libre! ¡Qué bien se está en El Rincón de Goya!
Si después de haber visto las fotografías del Restaurante EL Rincón de Goya ya estáis deseando visitarlo… ¡Todavía tenéis más en la sección de Ninillas! Y ahora… ¡Vamos con la comida! ¡A cucharetear que toca! En esta ocasión fuimos cinco comensales: Óscar, Elena, Roberto, Ninillas y yo, y os puedo asegurar que salimos hasta arriba, teníamos que haber pedido algún entrante menos, porque pedimos cinco y algunos de ellos son raciones ¡generosísimas! Os aseguro que nadie se irá con hambre de El Rincón de Goya. No olvidéis tampoco prestar mucha atención a las sugerencias del día y a las recomendaciones fuera de carta, porque siempre son un acierto en toda regla.
Lo primero en llegar a la mesa -mientras elegíamos los vinos de la noche- fueron los aperitivos: Podíamos elegir entre un Mojito tradicional o un Mojito de frambuesa -este último me estuvo riquísimo-. Se acompañaban de una pequeña y rica rosquita de Mousse de bonito y de una sabrosa Croqueta de jamón. ¡Acabábamos de empezar y ya nos estábamos relamiendo! ¡La noche prometía!
Acompañé la cena con Pan con aceitunas, aunque también había Pan blanco y Pan con ajo -Ninillas os los muestra en una fotografía-. También me encargué de seleccionar los vinos de la velada cucharetera. Y… ¡Sorpresa! Se eligen en una elegantísima carta online que se presenta sobre un iPad. Este atractivo Sumiller Digital te va preguntando cómo te gusta el vino, y finalmente encuentras lo que buscas. ¡Fantástico! Os vais a pasar un buen rato con el iPad, os lo aseguro. ¡Todos los restaurantes deberían ofrecer una carta de vinos como ésta!
El primero, que se encargó de regar los entrantes y los platos principales de pescado, fue un Terras Gauda 2010 de la D.O. Rías Baixas que la cubitera a pie de mesa se encargó de mantener a la temperatura óptima de consumo. Un reconocido albariño de mi tierra -Pontevedra- que nace en la costa gallega en el valle de O Rosal. Un vino que no se presenta a concursos, porque no los necesita. ¿Quién no reconoce esa limpia etiqueta? Un blanco original -carnoso y frutal- con marcado carácter que se elabora a partir de una sabia mezcla de variedades autóctonas: albariño, caiño blanco y loureiro. ¡Os encantará!
Para las carnes me decanté por un Ontañón Crianza 2007 de la D.O.C. Rioja. Uvas tempranillo y garnacha -con claro predominio de la primera- procedentes del microclima que resguarda las laderas del Este de la Rioja. Un tinto sabroso que expresa su personalidad después de una crianza de 12 meses en barrica.
Elena os enseña uno de los primeros entrantes de la noche: Ensalada de rúcula y rollitos crujientes de cigalas con tomates secos. Creo que con el nombre es más que suficiente para describir esta magnífica ensalada. Como podéis observar, las raciones en el Restaurante El Rincón de Goya son más que generosas. ¡Generosísimas!
Creedme si os digo que la siguiente fotografía no hace justicia al plato de Colas de langosta escabechada sobre vegetales. ¡Era mucho más atractivo en directo! Acompañando a las ricas rodajas de langosta teníamos rúcula, cebolla, zanahoria y endivias. ¡No dejamos nada en el plato! Y sin problema ¡repetiríamos de nuevo!
Aquí me tenéis con un enorme plato de Zamburiñas al horno en su concha con espuma de Gin-Tonic. ¿Os mola el nombre, eh? ¡Ya sabía yo! Lo de la espuma de Gin-Tonic causó sensación en la mesa. Muy ricas, sobre todo el saborcillo que dejan al final en el paladar. Eso sí, cuidado con estos platos que vienen presentados sobre montañitas de sal gorda, limpiad bien la concha por abajo, para que ninguna piedrecita de sal interrumpa la degustación cuando os la acercáis a la boca para absorber la zamburiña. ¡No digáis después que no os he avisado!
Mientras las camareras de El Rincón de Goya estaban pendientes de que nuestras copas de vino no quedasen vacías -sirviendo siempre primero a las chicas, como debe ser- llegó a la mesa la Tempura de verduras y pescados con cebolleta roja macerada en mirin que sostiene Óscar sonriente. ¡Pero qué rica estaba esta tempura! Nada aceitosa y perfectamente ejecutada. ¡Deliciosa! A todo esto… ¿Os habéis fijado en el tamaño de la ración? ¡No me extraña que saliésemos llenos!
Nos llamó la atención en la carta este Plato degustación que tenéis a continuación. Lo que sorprende sobremanera es su Erizo de mar gratinado con Holandesa y huevo de codorniz. ¡Qué manjar! No os podéis ir de El Rincón de Goya sin pediros esta vianda. Como entrante, resulta ideal, pues te permite probar varias opciones en un mismo plato, además es contundente. ¡Enorme!
En la misma vianda -la tenéis entera fotografiada con Roberto en la sección de Ninillas- venían un Taquito de queso brie relleno de salmón ahumado -rico, rico-, unas rodajas de Cecina de Kobe con un toque de aceite de oliva -me encanta-, una Croqueta casera de hongos y carabineros -con esos ingredientes ya os podéis imaginar que estaba de muerte- y un Rollito crujiente de marisco y verduras -idem de idem-.
Elena os presenta el Atún rojo de almadraba fileteado con vinagreta de trufa, soja y cebolleta roja. El atún muy tierno y sabroso -no esperaba menos después de las anteriores viandas, la verdad- pero es que además, la vinagreta le iba como anillo al dedo, le preguntamos y nos dijeron que llevaba lima y mirin. ¡Riquísima! ¡A por ella! (Que ya veo que estáis apuntando los platos en un Post-It)
Estaba realmente sabroso el Lomo de merluza pochada con callos de bacalao y huevas de pez volador. Como guarnición, unas setas salteadas y salsa de marisco, sin quitar en ningún momento protagonismo a este excelente lomo de “lucio de mar” -como se diría en Latín-. Impresionantes los callos de bacalao, nos sorprendieron a todos, sabrosísimos y sedosos a la vez que viscosos. ¡Me han encantado!
Como carnívoro de pro que soy -lo pone incluso en mi DNI-, al igual que experto en hamburguesas, tengo que deciros a todos los que me estáis leyendo que la Hamburguesa de solomillo de ternera con foie y salsa de mandarina del Restaurante El Rincón de Goya es ¡EXQUISITA! ¡Sí! ¡Sí! ¡Con mayúsculas! Fijaos si me sorprendió, que no dudé en preguntar cómo la elaboraban: las hacen allí mismo con un 70% de carne, 20% de grasa y 10% de cartílago. ¡Fantástica mezcla! Creedme cuando os digo que estaba de lujo, porque acabo de tragarme la saliva ahora mismo mientras veo la fotografía. Se acompaña de cebollitas y patatas paja.
“Espectacular” sería el adjetivo que mejor define al Carret de cordero lechal a la sal especiada. Llega a la mesa al igual que a las mesas de los antiguos aristócratas, bajo una campana semiesférica de metal que os enseña Ninillas. Una vez presentado a los comensales, se limpia minuciosamente el cordero de las piedrecitas de sal que lo cubre y se monta el plato tal y como aparece dos imágenes más abajo.
¡Olvidaos de la fotografía! Porque os aseguro que no os podéis ni imaginar lo bueno que está este cordero a la sal. ¡Tremendamente delicioso! Venía acompañado de una tacita aparte con jugo de carne -para servir a gusto de cada uno- y, en el mismo plato, una salsa de yogur “secreto de la casa” que le quedaba como anillo al dedo. Un nido de patatas enrejadas con zanahoria y puerro completaba la sabrosísima vianda. ¡Aviso! ¡Ni se os ocurra iros sin probar este manjar! ¡Riquísimo!
Otro plato de impresión la noche de la cena cucharetera en El Rincón de Goya, fue la Carrillada de ternera caramelizada al horno con patatas paja. ¡Pero qué tierna estaba la carne! No pasaba desapercibido el tiempo que le habían dedicado a la cocción, de otro modo resulta imposible conseguir esa suave textura. ¡Riquísima también, intentando hacerse con el merecido protagonismo del cordero! La salsa de vino tinto y Oporto resultaba muy melosa. La ración, ya lo veis vosotros mismos, generosísima.
Habíamos cenado de lujo, pero… ¡todavía nos quedaban los postres! Y como buenos cucharetes que somos, no nos íbamos a ir de allí sin probarlos, pedimos cuatro para compartir los cinco. Además, en El Rincón de Goya incluso los helados son caseros, con eso ya os lo digo todo… Como para no disfrutarlos.
Comenzamos con el que os presenta Roberto, la Tulipa de sorbetes caseros naturales, que incluye Sorbete de frambuesa, Sorbete de fruta de la pasión y Sorbete de limón. ¡Cada uno que vaya directo a su sabor preferido! ¡No le defraudará! Muy ligeros y con una textura cremosa y suave. La tulipa también estaba crujiente y sabrosa.
Estaba muy rica -deliciosa para los amantes del chocolate- la Tarta helada de Moka con helado de chocolate blanco. El helado, al igual que los anteriores, cremosísimo. Creo que fui yo el que introdujo más veces la cuchara en este plato. ¿Por qué será? ¿Por el chocolate? ¡No, hombre, no! ¡Qué va a ser por eso!
La máxima nota se la llevó el Dulce de leche frita con helado de ciruelas pasas al ron. Esta especie de “hamburguesa dulce” ¡estaba deliciosa! ¡Exquisita! El helado -ya veis que era de ciruelas pasas al ron- todo un lujo poco habitual. ¿A que no lo habíais probado antes? ¡Disfrutadlo chicos! ¡Allí os está esperando!
Termino las fotografías de las sobremesas con un rico Hojaldre de pera willians caramelizada y salsa inglesa. Cuando salimos nosotros en la imagen es cuando podéis apreciar realmente lo que es una ración que definimos como “generosísima”. ¡Es enorme! Menudos postres tienen en El Rincón de Goya… Quizás éste es el más contundente, por el hojaldre; la pera estaba riquísima.
Habíamos disfrutado tanto del Restaurante El Rincón de Goya que no nos queríamos ir a casa… ¿Quién se quiere marchar cuando se está tan a gusto de sobremesa escuchando al volumen idóneo música agradable mezclada sutilmente con el susurro de los aspersores de agua mientras dibujan una cortina de finísima lluvia a menos de una metro de la mesa? ¡Yo no! Así que pedimos unos cafés y unos tés que os presenta Ninillas en su sección -me encantaron las teteras negras de hierro fundido- para poner punto y aparte a la copiosa velada cucharetera.
No digo punto y final, porque todavía no terminó la noche para los cucharetes. Nos bajamos al Café LG 48 -en la puerta de al lado mismo del restaurante-, como solemos hacer siempre que visitamos El Rincón de Goya, para disfrutar de una copa mientras suena buena música -los jueves incluso con actuaciones en directo, y eso hay que aprovecharlo-.
Y en un ambiente de color que va variando durante la noche, primero verde, luego púrpura… Elegimos la zona de la “playa” para sentarnos. ¡Con arena bajo los pies! Por suerte, acababan de dejarla libre en ese mismo instante. Os recomiendo que, cuando estéis a punto de terminar la cena en El Rincón de Goya, aviséis al maître para que os reserve una mesita en el Café LG 48, así no tendréis problema -si es posible, claro, porque se pone hasta los topes muchas noches-. Y… ¡Nos pedimos cada uno lo que nos apetecía! Unos, cócteles -con y sin alcohol-, otros, un copazo…
Con las copas -que veis iluminadas con luz verde-, sirven una bandejita con nubes y gominolas… ¡Por muy lleno que estés son un vicio! ¡Os lo aseguro! Nosotros al menos no dejamos ni una… Nos encanta terminar nuestras noches en el Restaurante El Rincón de Goya en el Café LG 48, es casi un ritual… Tendremos que ir un sábado, porque realizan cursos de Gin-Tonics de 18:00h a 20:00h. No dudéis que en cuanto vayamos, ampliaremos este artículo ¡con más fotos! ¡Prometido!
¿Qué os ha parecido? A mí, personalmente… ¡Me encanta El Rincón de Goya! Lo considero un espacio tremendamente acogedor, con dos comedores con estilo propio que resultan ideales tanto para cenas románticas de pareja en ocasiones especiales como para comidas de empresa y familia ante cualquier tipo de celebración. El Rincón de Goya no me ha defraudado nunca y, siempre, siempre, termino cerrando la velada en su vecino Café LG 48. ¡Todo en uno! ¡Cena más copas sin desplazarse en pleno barrio de Salamanca! Un espacio sensacional que entra en nuestra prestigiosa categoría de 5 Cucharetes… ¡For ever!
Ninillas: Todos tenemos que tomar riesgos en algún momento de nuestras vidas. Aunque de un modo más trivial, la elección de un restaurante también entraña un riesgo, lo cual implica que una vez nos hemos decidido por uno, la experiencia puede salir tanto mal como bien. En el primer caso, y a título personal, se traduce en que no vuelvo por allí ni “jarta de vino”; en el segundo, suelo volver y, desde luego, recomendarlo. El restaurante que nos ocupa hoy, fue un riesgo en su momento que se saldó con unas impresiones tremendamente positivas. Tanto es así, que es posiblemente el restaurante al que más veces he vuelto de todos los que tenemos en el blog. Sin embargo, siempre que he regresado a él me iba con una espinita clavada, la de no haberlo puntuado con “Cinco Cucharetes”, porque cada vez que me sentaba en una de sus mesas, las sensaciones que me transmitía, no sólo el local sino también su cocina, mejoraban con creces las de la ocasión anterior. Lo reconozco, el Restaurante El Rincón de Goya, ha sido capaz de seducirme desde el 2009 una y otra vez. ¡Me encanta! Y, por eso, ya era hora de que, por fin, tuviera la puntuación que se merece. ¡Señores y señoras! ¡Pónganse de tiros largos! ¡Hoy cenamos en un flamante Cinco Cucharetes!
Desde nuestra primera visita, el Restaurante El Rincón de Goya ha cambiado mucho su aspecto, ha sido como una transformación del continente, no de su contenido. De sus comedores tal vez demasiado clásicos, se ha pasado a un ambiente… Cómo decirlo, ¿Más ibicenco? Sí, tal vez sea ése el estilo en el que más lo veo, un “estilo ibicenco a la madrileña”, por eso tal vez en lugar de encontrarnos con un blanco inmaculado en todos y cada uno de sus espacios, se ha optado por dejar el ladrillo visto de origen.
Lo primero que nos encontramos nada más subir las escaleras del restaurante, es un enorme buda que, ya desde el comienzo, nos empieza a transmitir relax y buenas vibraciones, las que, sin duda, sentirás sentado en cualquiera de sus mesas. Y es que, este nuevo Rincón de Goya te inunda de buen rollo desde el principio. De modo que, si así se hace la entrada… Imaginaos cómo es la salida.
El Restaurante El Rincón de Goya cuenta con dos comedores. El que os muestro en estas imágenes dispone de capacidad para 40 comensales. Tiene diferentes alturas, lo que te hace tener una percepción distinta del local dependiendo de donde te sitúes. Lo que no pasa desapercibido es su piano, listo y preparado para que alguien se siente a tocar alguna melodía romántica, porque otra cosa no, pero este restaurante es muy, pero que muy romántico.
Y, desde ese mismo piano, podemos echar la vista atrás y admirar la enorme lámpara de piel de cabra y dibujos de henna que ilumina la entrada y que nos permite disfrutar de una instantánea como la que os muestro a continuación. Desde luego, imágenes como ésta las vais a encontrar en todos y cada uno de los rincones del restaurante. En lugar de El Rincón de Goya, debería llamarse Los Rincones de Goya.
Puedes encontrar mesas de todo tipo: de dos, de cuatro, de seis… Incluso disponen de mesas redondas, perfectas para un grupo poco numeroso en el que la conversación exige que nos veamos las caras, pero al mismo tiempo gozar de intimidad frente a las indiscreciones de las mesas aledañas.
En este nuevo “espacio ibicenco” de El Rincón de Goya, las distancias siguen siendo importantes, por eso sus mesas están perfectamente distribuidas, configurando un local cómodo y al mismo tiempo íntimo. Qué duda cabe que para mostrar un ambiente tan agradable, la iluminación cumple una labor primordial, por eso se mezclan halógenos con lamparitas y, cómo no, numerosísimas velas en el mismo escenario, eso sin olvidarnos de los modernos leds que siempre imprimen su atractiva nota de color.
El siguiente, bien puede ser otro de esos rincones tremendamente acogedores en los que uno se siente como en casa. Una mesa redonda rodeada de hilos de seda iluminados, perfecta para una cena con amigos.
En un restaurante donde se come tan bien y, sobre todo, donde los platos son tan generosos, no podían faltar digestivos que ayuden a aliviar las sobremesas, por eso, aquí los tienen preparados para cuando la ocasión los requiere. Una primera línea a base de licor de hierbas, aguardiente blanco y pacharán.
Dejamos el primer comedor, y nos encaminamos hacia la segunda sala, pero para ello es inevitable pasar por su iluminada y preciosa bodega que va cambiando de color según el día. Rayo os muestra una secuencia de sus diferentes tonalidades. El Rincón de Goya cuenta con una carta de vinos con casi 300 entradas. Sin duda, una carta variada que incluye las Denominaciones de Origen más emblemáticas del panorama nacional así como algunos vinos extranjeros. Y, lo más importante, todos ellos a unos precios tremendamente competitivos.
Y si antes la bodega se nos mostraba en un azul intenso, en la siguiente imagen es el púrpura el que le da el toque de color, sólo que ahora la vemos reflejada en el espejo situado enfrente de ella, recorriéndola de principio a fin.
Su segundo comedor continúa la misma línea decorativa que el anterior, pero esta vez las protagonistas son unas enormes cristaleras con vistas a un jardín interior. Es como estar en una preciosa y romántica terraza de verano, sólo que al “abrigo” del aire acondicionado.
Las velas van recorriendo todo el comedor albergadas en todo recoveco que encuentran, mientras que las plantas del jardín parece que quisieran traspasar el cristal y sentarse en una de las mesas. Es una estampa bucólica donde todo está presente, pero al mismo tiempo cada cosa ocupa el lugar que le corresponde.
El suelo de madera, las paredes de ladrillo visto y los techos cubiertos a base de sábanas blancas, contribuyen a crear el universo de este particular y romántico espacio que constituye El Rincón de Goya. Un restaurante que seduce en cada rincón y que te invita a disfrutar de él a cada paso, cuanto más te adentras más ganas tienes que quedarte.
Las mesas aparecen vestidas con un bajomantel de florecillas y un mantel blanco, acompañadas por una cubertería, una vajilla y una cristalería acordes a la categoría del local. Por supuesto, no faltan las servilletas de tela en color blanco y una velita que marca todas y cada una de las mesas.
¿No os imagináis disfrutando de una cena sentados a esta mesa? Yo sí, las he vivido en muchas ocasiones y la sensación es tremendamente agradable, miras hacia su jardín y te sientes en un lugar muy alejado de donde realmente te encuentras. Y es que, en pleno Barrio de Salamanca puedes hallar un restaurante donde se unen gastronomía y serenidad. Para mí ese espacio se llama El Rincón de Goya.
El jardín permanece iluminado mientras los aspersores dejan caer gotas de agua como si de una lluvia tímida de verano quisiera sorprender a las enredaderas y a las cintas. Una imagen seductora que se acrecenta todavía más cuando la vives con la compañía adecuada, ya sea con tu pareja o rodeada de amigos.
Os he demostrado que el Restaurante El Rincón de Goya está precioso, es decir, el entorno ya lo tenemos, pero de nada sirve si su cocina no está a la altura. Claro que, si estamos ante un “Cinco Cucharetes”… Como podéis imaginar, su oferta gastronómica va acorde. El restaurante nos propone una cocina de mercado con lo que ello supone, es decir, un cambio sustancial de sus platos en cada una de las estaciones. No obstante, hay algunos platos emblemáticos que no desaparecen nunca de su carta, como el suculento Cocido madrileño en puchero de barro individual o su Chuletón de buey, encuadrados dentro de lo que ellos denominan Especialidades. Junto a ellas, podemos encontrar secciones como: Para picar, De cuchara y arroces, Primeros, Pescados y Carnes, así como unas cuantas sugerencias que varían dependiendo del día. Por supuesto, también ofertan menús de grupo a partir de 46 € +IVA e incluso dan la opción de elaborarlos de forma personalizada según las necesidades del cliente.
Ahora sí… ¡Comenzamos nuestra cena! Abrimos con un aperitivo compuesto por un Mojito -el tradicional o de frambuesa mostrados en la sección de Rayo-, una Mousse de bonito -en primer plano- y una Croqueta de jamón -al fondo-.
Pero no podemos continuar sin elegir pan, para ello tenemos tres opciones: blanco, con aceitunas y con ajo. Yo suelo quedarme con el de aceitunas porque… ¡Me encanta! Debo añadir que tanto el aperitivo, como el servicio de pan se engloban dentro del cubierto, cuyo precio son 2 € +IVA.
Con los primeros calores haciendo acto de presencia, qué mejor opción que empezar nuestra cena con esta Ensalada de rúcula y rollitos crujientes de cigalas con tomates secos. Un plato ideal para compartir ya que sus ingredientes suelen ser del agrado de todos los comensales.
Yo, por mi parte, os presento unas Colas de langosta escabechada sobre vegetales. Básicamente era como una ensalada de rúcula, endivias rojas y cebolla sobre la que se disponían las colas de langosta. Estaba muy rica, sobre todo con esas colas de langosta tremendamente sabrosas. Me gustó mucho.
En primerísimo plano, llegan estas Zamburiñas al horno en su concha con espuma de Gin-Tonic. Éste es de esos platos que tiene su aquél, me explico, en primer lugar es conveniente comérselo nada más llegar a la mesa, pues de lo contrario se corre el riesgo de que desaparezca la espuma. En segundo lugar, su sabor cambia. Nada tiene que ver el sabor inicial que deja al introducirlo en la boca, cuando la espuma de Gin-Tonic hace todo su efecto, al que finalmente queda en el paladar cuando ya se han mezclado las zamburiñas y la espuma. ¡El resultado es sorprendente! Os recomiendo que las probéis y ya me diréis.
De su sección “Para picar” llegó a la mesa esta Tempura de verduras y pescados con cebolleta roja macerada en mirin. La tempura era perfecta, crujiente y nada aceitosa, como debe ser. En cuanto a la cebolla, estaba riquísima, y suponía el punto de equilibrio perfecto al tomarla como acompañamiento de la tempura.
Roberto os muestra un plato perfecto para probar un poquito de todo, ellos lo denominan Plato degustación e incluye: un Rollito de queso brie relleno de salmón ahumado, una Croqueta casera de hongos y carabineros, Erizo de mar gratinado con holandesa y huevo de codorniz, un Taquito de queso brie relleno de salmón ahumado y Cecina de Kobe con un toque de aceite de oliva. ¿Con qué me quedo? Pues es difícil decidirse, porque cada una de las cinco degustaciones están deliciosas y, en conjunto, todas hacen de este “Plato degustación” uno de esos platos imprescindibles.
Aunque si soy sincera, tal vez lo que más os va a sorprender es el Erizo de mar gratinado con holandesa y huevo de codorniz, tremendamente cremoso y con un sabor a mar intenso. Sí, definitivamente el erizo está… ¡Impresionante!
Y de los entrantes pasamos a los platos principales, en concreto a los pescados, con este Atún rojo de almadraba fileteado con vinagreta de trufa, soja y cebolleta roja. Es otro imprescindible en El Rincón de Goya. Excelente atún rojo que maridaba a la perfección con la vinagreta, en la que se dejaba notar el potente sabor de la trufa y la acidez de la lima.
¿Qué puedo decir de este Lomo de merluza pochada con callos de bacalao y huevas de pez volador? No sé qué me gustó más, si la fresquísima merluza en su punto justo, si los gelatinosos callos de bacalao, o las sabrosas setas salteadas. En realidad yo creo que era todo el conjunto, que casaba maravillosamente, sobre todo porque además venía regado con una salsa de marisco riquísima. En fin, que he aquí otro imprescindible.
Regamos los entrantes y los pescados con un Terras Gauda 2010 de la D.O. Rías Baixas. Un albariño original que a mí personalmente me gusta mucho. Para las carnes optamos por un Ontañón Crianza 2007 de la D.O.C. Rioja, un tinto con personalidad que presenta una excelente relación calidad-precio. ¡Sólo 16 € +IVA!
Óscar os presenta la Hamburguesa de solomillo de ternera con foie y salsa de mandarina. Sencillamente deliciosa e imprescindible. A día de hoy, la mejor hamburguesa que he probado. La pedimos al punto y no podía estar más jugosa y sabrosa, eso unido al excelente foie y a la salsa de mandarina que le daba un toque muy personal. Nos comentaron que la hamburguesa se elaboraba con un 70% de carne, un 20% de grasa y un 10% de cartílago. Yo no sé si fue la carne, o la grasa, o tal vez fuera el cartílago, pero… Ummmmmm…
El Carret de cordero lechal a la sal especiada llega así, tal cual, a la mesa, bajo una campana y cubierto de sal. Una vez allí, lo limpian de sal escrupulosamente hasta que no queda ni el más mínimo rastro de ella.
El Carret de cordero lechal se termina de montar con un nido de patatas que lleva en su interior zanahoria y puerro, y se acompaña de una salsa de yogur, cuya receta mantuvieron en secreto a pesar de que se la preguntamos -una pena, porque estaba riquísima-. Además, en una salsera aparte traían jugo de carne, también como acompañamiento. Al principio, al leerlo en la carta, este plato no me convenció. Pensaba para mis adentros: “¿Cordero a la sal?” “Pero, ¿no se va a chupar el cordero toda la sal?” “Ufff, eso debe estar incomible”. Aún así, lo pedimos en nuestra comanda y… No pudimos hacer mejor elección. El cordero está exquisito, en su punto de sal, tierno, sabroso… Realmente todo un descubrimiento y, desde luego, un imprescindible nuevamente.
Si hay una responsable de este plato, ésa soy yo, me encanta la carrillada y no podía irme otra vez de El Rincón de Goya sin pedir esta Carrillada de ternera caramelizada al horno con patatas paja. Reconozco que es un plato muy especial, no a todo el mundo le gusta, pero a mí a mis acompañantes sí, y ésta en concreto nos encantó, sobre todo porque aunque estaba terminada al horno se notaba a cada bocado su largas horas de cocción a fuego lento. Se mostraba melosa, sabrosa… ¡Deliciosa!
Como podéis imaginar, al llegar a los postres no podíamos más, había sido una cena excesiva, pero yo no sé qué pasa que llega el momento de los postres… Y tenemos que pedirlos. Es inevitable. Además la cena había sido impresionante y no podíamos dejar el reportaje a medias. Si las cosas se hacen, se hacen bien, si no… No las hagas. Por eso cayeron cuatro y, por cierto, ¡Qué bien cayeron! La carta de postres de El Rincón de Goya cuenta con 9 entradas con precios que oscilan entre 5,40 € +IVA y los 7 € +IVA.
Abrimos con esta Tulipa de sorbetes caseros naturales que incluía sobre una flor de galleta tres sorbetes distintos: el de frambuesa, el de fruta de la pasión y el de limón. Todos estaban muy buenos, pero a mí, personalmente, el que más me gustó fue el de fruta de la pasión.
Pero, sin duda alguna, uno de nuestros favoritos fue esta Tarta helada de Moka con helado de chocolate blanco. Sobre una base de galleta venía la tarta helada, pero resultaba tan cremosa y suave que no parecía helada. Estaba deliciosa y es un postre imprescindible en El Rincón de Goya.
Claro que, no se quedó atrás el Dulce de leche frita con helado de ciruelas pasas al ron que os presenta Elena. ¡Qué cosa tan rica! Yo pensaba que iba a estar súper empalagoso pero, nada que ver, entraba sin sentir. De hecho, las cucharillas no pararon hasta que no quedó ni un trocito en el plato. Además, el helado de ciruelas pasas al ron -que también era casero- le sentaba maravillosamente. No lo dudéis, un imprescindible.
El Hojaldre de pera willians caramelizada y salsa inglesa estaba francamente bueno, pero tal vez me sorprendió menos que la Tarta helada de Moka y el Dulce de leche frita. No sé, quizás es que esos dos me estuvieron tan, tan ricos, que daba igual lo que me pusieran después.
Una cena tan sobresaliente como la que tuvimos se merecía una sobremesa en condiciones. Y eso es lo que hicimos, acompañarla debidamente de unos cafés con leche y algunos tés, entre ellos, dos Tés verdes con lima japonesa y un Taj Mahal, cuyo precio es de 2,25 € +IVA para los cafés y 2,80 € +IVA para los tés.
Pero aún así, la noche era joven, y había que bajar la cena bailando un poquito y tomándonos unos cócteles. Y, qué mejor sitio que el Café LG 48, situado al lado mismo de El Rincón de Goya. Un local tremendamente animado y donde al música en vivo -los jueves por la noche- es capaz de animar a cualquiera. La verdad, es que siempre que voy a cenar al restaurante acabo tomándome una copita en el Café LG 48. Rayo os muestra en su sección cómo han dejado su particular “playa”.
Así fue nuestra espectacular cena, sólo espero que os haya gustado y que, si decidís pasaros por el Restaurante El Rincón de Goya, sepáis de antemano que es de esos locales que nunca defraudan, es… ¡Un Cinco Cucharetes en toda regla! Ambiente cálido y embriagador, buen servicio y, por supuesto, una cocina llena de suculentos platos donde la exquisitez no está reñida con las generosas raciones. El Rincón de Goya es mi “valor seguro” y al que siempre recurro cuando quiero disfrutar sin riesgos. ¡Siempre vuelvo!
Cucharete: ¡Cómo ha cambiado el Restaurante El Rincón de Goya para este verano de 2011 desde que mis chicos lo visitaran a finales de 2009! Un estilo ibicenco en el que predomina el color blanco renueva sus ya de por sí fantásticos y acogedores salones. El Rincón de Goya ofrece un atractivo y sugerente espacio iluminado por más de 100 velas, que resulta ideal tanto para seducir a los comensales que buscan una cena de lo más romántica, como para culminar con éxito una celebración en familia o con amigos. Mi equipo cenó por 44 €/persona, cinco personas con 5 entrantes, 5 platos principales, 4 postres y 3 botellas de agua. A lo que tendríamos que añadir una botella de vino blanco -24,90 € +IVA- y otra de tinto -16 € +IVA-. Los cafés y los tés son a 2,25 € +IVA y 2,80 € +IVA respectivamente. Los cócteles en el vecino Café LG 48 fueron a 10 € cada uno.
La nueva y seductora decoración del espacio, tremendamente agradable, actualizando lo rústico bajo un manto ibicenco. Su cuidada y cálida iluminación, con ligeros toques de color. La gran cantidad de velas que salpican de luz todas las esquinas. Su sensual jardín interior, al que dan unas enormes cristaleras sobre las que se rocía una fina cortina de agua con unos modernos aspersores. Su interesante propuesta gastronómica, basada en una cocina de mercado. Su excelente cocido madrileño a mediodía presentado en puchero de barro. La generosidad de sus raciones, incluidos sus postres. El ajustado precio de sus casi 300 referencias de vino. Su destacable relación calidad/cantidad/precio. El amable y rápido trato del servicio en todo momento. Su separación entre mesas. El vecino Café LG 48 para disfrutar de un cóctel o una copa -con actuación en directo los jueves por la noche-. Admite todos los cheques de comida.
Nada.
5,0
Actualización: Restaurante El Rincón de Goya - Artículo Actualizado 2012
13 comentarios a “El Rincón de Goya (2011)”
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estuvimos ayer por la noche cenando…estaba lleno de cucharetes!!! Estaba todo delicioso…empezando por el gyntonic de aperitivo y acabando por el vino…todo perfecto
Buenos días, Anoche estuvimos en El Rincón de Goya, y todo estuvo de maravilla, desde la atención a los productos.Todo muy bien.Ya comenté que si iba todo bien lo diría, pues aquí tenéis mi calificación, un 10 y además que hayan cambiado la decoración me gusta mucho más.
Saludos
Hola amigos de cucharete,
Ante todo daros las gracias por vuestras recomendaciones y promociones.
El sábado fue mi cumpleaños e invite a mi chico al Rincón de Goya con vuestra promoción y salimos encantados, tanto por la comida, como por el sitio, la atención, el precio…
Un saludo,
Ruth
Hola, ayer fue mi cumpleaños y fui con mi chica a este Restaurante a cenar, me apetecía desde hace tiempo conocerlo.
La impresión general no fue muy buena:
Atención del personal: no fue muy agradable, tuvimos que insistir varias veces para solicitar servicio de pan a diferentes camarer@s y en alguna ocasuón malas caras al preguntar a l@s camarer@s. SUSPENSO
Servicio: ¿Desde cuando no se da el vino a probar a los comensales? ¿se sirve como si fuera agua? La forma de colocar los entrantes en la mesa, ¿en el borde de la mesa aunque haya hueco en el resto? Mucha prisa por retirar los platos, preguntas de qué tal el servicio a destiempo, nos pareció que estuvieramos nosotros al servicio de ellos. SUSPENSO
Comida: El Lomo de Merluza estaba muy rico, muy fresquito el pescado y muy bien equilibrados los sabores en la salsa. La hamburguesa de ternera con foie también nos convenció, estoy convencido que acertamos con los segundos. El postre por debajo de lo esperado, ninguna sorpresa, todos los platos llegaron casi fríos, UN BIEN RASO
En general, lo que recibimos ayer no nos dejó buen sabor de boca. La cocina no está mal pero carece de identidad y el servicio deja mucho que desear. Por tanto la relación calidad/precio es baja
Me cuesta mucho creer que la gente que va a este sitio queda tan contenta pagando 60 euros por persona. Quizás ayer tuvimos mala suerte pero fue nuestra experiencia.
Espero que tengais más suerte que nosotros.
Un saludo
Buenas tardes; Como lo prometido es deuda voy a contaros mi experiencia gastronómica en el Rincón de Goya, genial la verdad, nos pusieron en el comedor de dentro, nos obsequiaron con unos mojitos (a elegir entre el típico o el de fresa) y un pequeño aperitivo con croqueta y una tartaleta de bacalao, la carta está muy bien, creo que es la carta perfecta no muy extensa pero muy completa, me agobia esas cartas que parecen tratados de paz que al final por aburrimiento eliges lo primero que ves, para beber y por cortesía de Cucharete nos dieron a elegir entre vino tinto o blanco, nos decidimos por el blanco verdeje.
Para comer, sinceramente nos costó elegir pues todo nos parecía muy apetecible, acabamos pidiendo para compartir los erizos y el timbal de ensalada con chipirones, buenísimo, de segundo pedimos unos canelos rellenos de langostinos y una carrilleras, me encantan las carrilleras me parecen una de las partes más sabrosas, buenísimo, la verdad es que las raciones están muy bien proporcionadas y la presentación es perfecta, de postre el postre de Cucharte, impresionante dos tartaletas de helados uno de mano y otro de frambuesa, dos porciones de pastel de chocolate y café, tarta de manzana y otro dulce relleno de crema, sólo un pero, los tés, humildemente creo que un restaurante de esta categoría no puede ofrecerte sólo té, poleo o manzanilla todo de Hornimans, creo que no cuesta nada tener varios tipos de té y a poder ser que no sean de bolsita, pero esta es mi humilde opinión, claro está.
El precio inmejorable, todo lo expuesto más dos aguas y un té 65,75.-€ + IVA, no olvidemos que nos invitaron al vino y los postres, aún así, no es un restaurante nada caro teniendo en cuenta la calidad, la cantidad de sus platos y el servicio. Al terminar nos invitaron a unos chupitos en un bar que han abierto justo abajo, el LG48, un ambiente muy confortable.Dos observaciones, todo son camareras, muy amables y serviciales, estaban atentas en todo momento de que nuestros vasos no estuvieran vacios, pero sin agobiar, y eso se agradece, y la otra observación es que creo que todos los que estábamos en ese comedor veníamos de parte de Cucharete, nos reíamos, pues todos bebían el mismo vino y en todas las mesas se servía el mismo postre, mi mujer en broma cada vez que pasaba un postre me decía “mira otro que viene de parte de Cucharete, ¿pero eso de Cucharete que es que son tan generosos?
Por curiosidad, os propongo una idea ¿Por qué no llamáis al restaurante y le preguntáis cuanta gente cenó el sábado viniendo recomendado por vosotros? El sábado o durante el fin de semana, seguro que os sorprendéis.
Gracias amigos de Cucharete, muchas gracias por los consejos, gracias a vosotros tuvimos una maravillosa cena de aniversario de boda.
Un fuerte abrazo
Perdonad por el rollo
Magnífica cena gracias como siempre a vosotros cucharetes!!!!
Sois la caña!!!!
Nos pusieron el vino gratis (una botella de blanco y otra del rioja crianza de tinto) porque íbamos cuatro personas (2 parejas) y todo salió a la perfección. Ah!!! y los postres también gratis!! :-)))))))
De comer pedimos el cordero a la sal, que después de verlo en vuestras fotos no nos pudimos resistir, la carrillera y la hamburguesa (2 hamburguesas).
Todo salió rodado! Hasta la copa que nos tomamos después en el pub que tienen debajo del local. Probablemente repitamos las dos parejas de nuevo esta promoción, porque nos ha enccantado el sitio! Y aun queremos probar otros platos de la carta.
Sois mis ídolos!!!!!!!
Hola.
Cenamos anoche en el Rincón de Goya, y todo fue perfecto: la atención del personal, el lugar, los entrantes, los platos, los postres, la ambientación… Todo de 10. Dijimos que ibamos de parte de cucharete y nos pusieron el vino y los postres (riquísimos) gratis.
Un pequeño cambio para nosotros, consistió en pedir 2 botellas de agua en lugar del vino, y lo hicieron amablemente.
Nos pedimos de entrantes el plato de degustación y el timbal de ensaladilla con chipirones y vinagreta. Como platos centrales, los canelones de cigalas con provolone y las tiras de secreto ibérico con puré de berenjenas.
Decir que estaba bueno, ¡es poco! ¡Estaba mejor!
Volveremos en algún momento. Que disfruteis
Muchas gracias por vuestras recomendaciones!!!! Estuvimos comiendo en El Rincón de Goya tras reservar diciendo que éramos lectores de cucharete y genial! El trato, la comida, el sitio… El único pero que pondría es que de no ser por la oferta nos habría salido demasiado caro… Aún así salimos encantados!!!!!!
¡Sin palabras! Nos encantó todo y gracias a la promoción estuvo genial de precio. El erizo de mar con salsa holandesa fue todo un descubrimiento ¡me habría comido 20 yo solita!
Yo he ido al Rincon de Goya dos veces en una semana, tenia que enseñarselo a mis amigas jajajajaja es fantastico!!!!! Nos regalaron el vino y el postre jejeje ¡¡fenomena!!
El vino esta muy bien, nosotras probamos el blanco…pero el postre…..el postre es una maravilla!!! Gracias chic@s!!!! A ver cual es la proxima oferta que yo me apunto….
En el Palmar Cadiz 15 dias maravillosos cenando atun con la puesta de sol mas bonita que hay, teneis que decir al Rincon De Goya que tiene que seguir con la oferta del vino y los postres porque me parece un sitio estupendisimo fui el dia de mi cumpleaños y me encantó.
Servicio fabuloso, comida riquisima. Nos cuidaron muchisimo y se preocuparon de que todo estuviera perfecto. Mogollones de cucharetes!!!!!